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July 15, 2012

El Capitán de los Cielos Intermedios - Fito Espinosa (Polifonía)


Borstal Boy (2000)
Directed by Peter Sheridan

Brendan Behan is a young Irish that understands the consequences of his actions when it's too late. Carrying explosives for the IRA, Brendan is apprehended during the first sequences of Peter Sheridan's film.

Here there is clearly a disruption between the boy's wishes and his actions. For undisclosed reasons he has perpetrated a most dire action against the integrity of the United Kingdom. Or he has had such a purpose, anyway. How far can one go when insurgence seems to be the only way out? In a troubled time, in a troubled Ireland, Brendan Behan risks everything and he fails.

He is arrested and sent to Borstal, to become yet another Borstal boy in a most peculiar penitentiary facility. Deprived of his liberty, he treats Charlie Milwall with hostility, although later he will develop an intense friendship with this young inmate. 
Estupenda edición de Polifonía

Behan is blinded by ideology. After all ideology is nothing more than a social construction which pertains many ambits of society. One could talk about the heterosexual normative as an ideology so strongly rooted that seems impossible to vanquish. In this case, the most obvious ideological weight comes from the ties Brendan has with the Irish Republic Army.
Además de la dedicatoria, Fito dibujó para mí este fantástico barco-avión

Authors as diverse as Daniel Bell and Albert Camus have written about the end of ideologies. Ideology can blind people and will always be influential in the way they see the world, regardless of the positive or negative outcome of this process, ideology is a perception of the world that leaves as strong a mark as one's own body or personal history. It's then logical that Brendan struggles to be faithful to the IRA's ideology failing over and over again.
Una de las muchas escenas encantadoras del libro 

Ideology also blinds Brendan when it comes to his true feelings. He tries to convince himself that he loves the warden's daughter. That is why at first he angrily repels Charlie's harmless advances. But then, very slowly, he starts to give in. They share one precious intimate moment before some prisoners attempt to abuse the warden's daughter. As a result Brendan has mere seconds to decide who he should protect. Must he embrace the norm, id est, heterosexuality or could he accept the forbidden, id est, homosexuality? Once again he denies his true self, and in doing so, he forever condemns Charlie to oblivion. Just as in the beginning of the film, Brendan will fully understand the consequence of his decision only when it's too late to change it. When he realizes there is nothing left to do, he truly opens his eyes. Ideology has fallen apart: his allegiance to the IRA is over, as well as his relationship with the warden's daughter. Brendan is at last, literally and metaphorically, free. 

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De izquierda a derecha: Pepe Recoba,
 Paul Martin y Luciano Mazzetti

El día jueves tuve tiempo suficiente para acudir a dos interesantes muestras, ambas en San Isidro. En primer lugar pude ver las maravillosas ilustraciones de Fito Espinosa, talentoso artista limeño que ha sabido poblar nuestra mente con ideas curiosas, extrañas, insólitas y, sobre todo, muy creativas. 

Así, la galería Atípico, reunía los mejores grabados, cuadros y esculturas de Fito. Esta también fue la noche del lanzamiento del libro "El Capitán de los Cielos Intermedios", en una bellísima edición en tapa dura. Menos mal que Gabriela Ibáñez, mi amiga y fundadora de Polifonía Editora, me pasó la voz a tiempo. 

El jueves 12 de julio también se inauguraba la muestra  “A veces me dan ganas de nacionalizarme culebra” en la Galería Vértice, una instalación interactiva de videoarte de Mariana Tschudi. Sin duda, una propuesta novedosa que romperá más de un esquema. Allí me encontré con Lucía Pardo, a quien conocí el mes pasado en la misma galería, en la muestra Paisajes Imaginarios II de Vivian Wolloh.
my inks / mis tintas

Ayer sábado Fito estuvo firmando libros en este mismo espacio, así que nuevamente estuve allí y en la noche me reuní una vez más con Gabriela, Ximena Basadre y Jaime Bryce, mis mejores -y únicos- amigos de la facultad de literatura de la PUCP (sólo faltó Gabriel Meseth, y eso que había prometido estar allí).

En fin, además de mostrarles la edición autografiada del libro y una viñeta que acabo de terminar de dibujar quería preguntarles si han visto algún capítulo de “La buena vida” programa de Plus TV que va de lunes a viernes a las 7pm. Los lectores asiduos del blog recordarán que en mayo escribí mis primeros guiones para la televisión, precisamente para este programa, y que asistí a la grabación del episodio piloto, una experiencia sin duda muy divertida. Si han visto el programa me encantaría escuchar sus opiniones. 

November 18, 2011

Binomios de Rhony Alhalel - Galería Yvonne Sanguineti

When you love comic books as much as I do you usually have a favorite run or a favorite creative team. It might be as classic as Will Eisner’s The Spirit or Hal Foster’s Prince Valiant, as seminal as Stan Lee & Jack Kirby’s Fantastic Four, as brilliant as Neil Gaiman’s Sandman, as groundbreaking as Alan Moore, Stephen Bissette & John Totleben’s Swamp Thing, or as popular as John Byrne’s Fantastic Four, Chris Claremont & John Byrne’s (Uncanny) X-Men, Frank Miller’s Daredevil or Grant Morrison’s Animal Man, among many other options.
my final version / mi versión final

So let’s play a little game, OK? Tell me a couple of your personal favorite runs, it doesn’t matter how old or new they are. I want to hear your opinions.

I'm waiting for your comments!

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El día de ayer, en la Galería Yvonne Sanguineti, se inauguró la muestra "Binomios" del prestigioso artista Rhony Alhalel Lender. Con una magnífica selección de cuadros de gran formato y esculturas, Rhony Alhalel demuestra una vez más por qué se ha convertido en un referente del mundo artístico limeño. En sus cuadros, hay un dominio absoluto de la figura, destilada hasta la más pura esencia, siempre en combinación con pinceladas que expresan movimiento y vigor. Rhony Alhalel es un maestro, un artista que sabe muy bien lo que está haciendo. Al mismo tiempo, sus esculturas son una expresión refinada del manejo de las dimensiones y las superficies pulidas.

Personalmente, conozco la obra de Rhony desde que yo estaba en primaria, porque mi amigo Joshua Peña tenía muchos trabajos del artista en su casa de playa. Y en esa época, aunque no sabía casi nada de arte, su estilo me llamaba mucho la atención. Ya después he tenido la suerte de frecuentar las mismas galerías… y conversar con Rhony y con Ilse Rehder, una mujer maravillosa (y la única islandesa que he conocido en mi vida) que siempre tiene cosas interesantes que contar.

Durante años había visto los cuadros de Rhony Alhalel, pero nunca había estado en la inauguración de una de sus muestras, así que esta vez realmente me moría de ganas de ir. Y por eso llegué tempranísimo, antes incluso que el propio Rhony, y antes que llegara su hijo Noah e Ilse. El que también llegó tempranísimo –y elegantísimo- fue mi gran amigo Renzo Rey, con quien me quedé conversando toda la noche. Felicité a Rhony por la muestra y le presenté a Renzo. También me encontré con Didi Arteta, con Gabriela Gastelumendi (famosa no sólo por ser modelo sino sobre todo por su talento musical: revisen www.lasamigasdenadie.com), y muchos otros amigos y amigas.

A eso de las 9:30pm nos fuimos a Morbo Galería , también en Barranco, en donde se presentaba la muestra de “Kapitán Ketchup”, un conjunto de dibujos que están influenciados por la corriente pop, los cómics, el manga e incluso la ilustración publicitaria tipo art decó. Un trabajo impecable y con mucho sentido del humor. Allí me encontré con mi amiga Gabriela Ibáñez y Brian Power; y con Guido Cuadros, que hace un par de días escribió un artículo brillante sobre mis cómics. Por supuesto, Renzo y yo nos encontramos con más gente, y nos quedamos conversando casi una hora. Después los dos nos fuimos a Picas y nos quedamos ahí hasta la 1:30am más o menos. Sin duda, una noche memorable.

October 7, 2011

Liniers en Lima


my inks / mis tintas

Argentina tiene una envidiable tradición de humoristas gráficos, desde Quino con su entrañable Mafalda hasta Fontanarrosa con su siempre ácido Inodoro Pereyra. Y por fortuna, nuevas generaciones han seguido esforzándose para arrancarnos una sonrisa o una buena carcajada, no con el chiste facilón sino mediante el humor inteligente. Allí están Maytena y sus mujeres alteradas y, desde luego, Ricardo Siri, o sea, el gran Liniers.

A mí Liniers me lo presentó mi amigo Rafael Velásquez, una de esas tardes en las que fui a visitarlo a su casa con Nanya Eslava, hace dos años. Aquella tarde me pasé un buen rato leyendo Macanudo y otras tiras, y la verdad ya he olvidado por completo cuál era el motivo de nuestra visita o de qué otras cosas hablamos, pero lo que me quedó fue ese trazo deliciosamente dúctil, casi pacífico pero que siempre encierra un torbellino imaginativo. Y recuerdo haberme reído cantidad de veces allí, en casa de Rafael, gracias a él y a Liniers, desde luego.

Me parece estupendo que Perú21 empiece a sacar las tiras de Liniers, pero me parece todavía mejor que mi amiga Gabriela Ibáñez haya conseguido lo que se propuso hace tanto tiempo: editar a Liniers. Así, en efecto, la primera edición 100% peruana del autor argentino llega a nosotros a través de Polifonía, la editorial de Gabriela. La presentación de “Lo que hay antes de que haya algo” se realizó el día de ayer en la Galería Índigo, de San Isidro.

Cuaderno viejo (c. 2004)

Erróneamente había creído que Liniers era uno de esos historietistas injustamente desconocidos en nuestro medio, pero al llegar a la avenida El Bosque comprobé que no era así. Casi dos cuadras de gente se amontonaba con la intención de entrar a una residencia sanisidrina que, aunque espaciosa, no podría jamás albergar a esos centenares de fans. Por supuesto, habían cerrado la puerta y un par de porteros, de esos que tienen cara de pocos amigos, impedían el ingreso de los entusiastas de Liniers.

Tuve que llamar a Gabriela y ella tuvo que salir hasta la puerta para señalarme con el dedo, y para poder así pasar entre un mar de gente que se amontonaba frente a la entrada. Fue casi como la escena de alguna película, en donde el protagonista entra a una exclusiva discoteca a pesar de las pifias de disgusto de los que se quedaron atrás.

Ya con el libro en mis manos, esperé unos cinco o diez minutos hasta llegar a la mesa donde estaba sentado Liniers, que es una de esas personas que te caen bien desde el primer momento, y me firmó mi ejemplar de “Lo que hay antes de que haya algo”, acompañándolo con un simpático dibujito.

El libro de Liniers es de una gran ternura, y rescata una de las cualidades que más a menudo descartamos como adultos cínicos que somos. ¿Qué es la inocencia? Según Constantino Carvallo Rey, fundador de mi colegio, es “el estado anterior a la duplicación del yo, ese momento de la vida en el que la acción se corresponde con la intención” […] “Cuando no vacilamos en mostrar lo que somos, lo que sentimos y pensamos. Cuando la verdad de nuestro ser habla en la conducta. Después aprendemos a guardarnos, a fingir, a parecer lo que no somos. La inocencia no se opone a la sexualidad ni al deseo. Su contrario es la mentira. Lo que preocupa no es la acción incontrolada, los errores que se cometen tempranamente. No, el pecado es la falsedad. Ese aprendizaje en la doblez, decir lo que no se piensa, mentir en la acción y hacerlo tanto y tan seguido que ya no se sabe quién es uno en realidad. La pérdida de la inocencia es la caída en la nada interior, el vivir enmascarado, torcida el alma, negando con la palabra y la conducta la humilde verdad que habita en el corazón”.

La definición de Constantino la entendí mejor en mis primeros años de universidad, cuando era de todo menos inocente (y de ahí mi depresión y mi necesidad apremiante de terapia psicoanalítica). ¿Cómo olvidarme de mi clase de filosofía en Estudios Generales Letras? La perspectiva de actividades grupales me tenía traumado (a veces, creo, sólo por eso terminé estudiando literatura, porque era la única carrera en la estaría a salvo de trabajos en grupo).

Y el primer día de filosofía, al otro extremo del salón, uno de esos alumnos a los que siempre veía caminando por ahí, me miró como si me reconociera; cruzó el salón de extremo a extremo y nos sentamos juntos. Observábamos de reojo las caras que nos rodeaban. La mayoría era caras nuevas, alumnos de segundo ciclo quizá. Entiendo por qué él y yo nos sentimos tan desubicados, ambos estábamos haciendo un quinto ciclo que nos convertía, en aquel semestre del 2004, muy probablemente, en los más viejos del curso. Finalmente, se abrió impuntualmente la puerta y entró mi amigo Bruno Conte Pujalt. Ahora éramos tres, el grupo estaba completo.

Desde esa vez, nos sentamos juntos todas las semanas. Llegué a discutir esa situación con mi psicoanalista: la ansiedad terrible de tener que lidiar con otras personas desaparecía gracias a ellos. El desconocido de la primera clase era Rodrigo Gozalo Böhl; y ahora, con el libro de Liniers bajo el brazo y una copa de champagne en la mano, me encuentro con Rodrigo. Qué casualidad, no tenía ni idea de que él, al igual que yo o Rafael, también fuese un admirador de Liniers. Una cosa te va llevando a la otra, así como Nanya me llevó a la casa de Rafael ese día, y Rafael me llevó a Liniers, y Gabriela al evento en donde estaban Liniers y Rodrigo, también, después de un par de años, ese mismo Rodrigo que me hacía sentir mejor que las pastillas de Sertralina que con tanto cariño me recetaba mi psicoanalista de aquel entonces. Qué cosas, ¿no? Casi, casi como para hacer una tira no sé si cómica o tragicómica del gran Liniers.

                                                                                             Arcadio B.