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January 27, 2012

Severed # 5 - Snyder, Tuft & Futaki

“I’m sorry, son. There are some duplicitous creatures out there… and you’ll come to find that women… they’re the worse”. As the creepy salesman travels along with 12-year-old Jack, he insists on denigrating women; time after time, he shows his contempt towards females.

As an impressionable and naïve young boy, Jack listens to every word this man says. But what is the salesman trying to accomplish here? Perhaps he wants Jack to feel uncomfortable around girls or perhaps he’s trying to severe the child’s last emotional ties to Samantha.

According to psychoanalyst Melanie Klein, there are “early destructive impulses directed against the body of the mother”. The sinister salesman is, thus, increasing Jack’s rejection towards his progenitors. After all, Jack had deserted his mother in search of his ever elusive father, but with no actual parental figures in his life this void is now dangerously occupied by a man who kills children and devours their innocent flesh.

Klein also wrote about the “genital anxiety of boys” which, in this comic book, is reconfigured in a rather unanticipated manner: as an underage prostitute attempts to seduce Jack, he is confronted with the awful images that the salesman has shared with him on many occasions. The prostitute is a 13-year-old girl almost deformed by the constant abuse and the insalubrity conditions of her surroundings, and Jack finds in her the dreadful creature described by the old man, he gazes upon the horror of the opposite sex…

Right after this traumatic encounter, Jack is assaulted by the prostitute’s handler, only to be rescued by the salesman. Before dying, the petty criminal accuses the salesman of being a sexual predator and makes a clear reference towards the victimization of boys.

In the previous issue we had seen the salesman boasting about his sexual prowess, his erotic escapades, and this came as a confession from an adult to a child, and this is why Jack entrusted him. According to Michel Foucault, the reason sexuality should be confessed is a legacy of the Christian tradition. In the past sexuality wasn’t an obvious or strong presence, but rather something treacherous, something only to be found by careful introspection. Therefore every detail had to be laid forth in confession; every trace of pleasure experienced had to be examined to find the traces of sin. This is what the salesman has done and ever so successfully, but now this stratagem turns against him.

During the incident, two unexpected hindrances find their way into the evil man’s plans. First of all, Jack’s reaction towards the possibility of sexual intercourse with a girl, and then the accusations of the prostitute’s handler regarding the man that Jack trusts with his life. As Foucault explained, making sexuality something sinful did not make it disappear. Quite the contrary: it was reinforced and became something to be noticed everywhere.

Now that the doors are open, Jack starts looking at this man in a different way. Can he still confide in a man that may have ulterior motives for helping him? Can he protect himself without the support of his friend Samantha? And how can he escape if the salesman gives him drugs at night to keep him asleep until morning? All of these questions should be answered in the next issue of Severed.

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"Lo siento, hijo. Hay algunas criaturas realmente traicioneras... y descubrirás que las mujeres... son lo peor". Mientras el siniestro y viejo vendedor viaja con Jack, un niño de 12 años, insiste en denigrar a las mujeres; una y otra vez, muestra su desprecio hacia ellas.

Jack es un chico impresionable e ingenuo, y escucha todo lo que este hombre dice. ¿Pero qué es lo que el vendedor intenta conseguir? Tal vez desea que Jack se sienta incómodo con las chicas, o tal vez intenta cercenar su vínculo emotivo con Samantha.

De acuerdo a la psicoanalista Melanie Klein, hay "impulsos destructivos tempranos dirigidos contra el cuerpo de la madre". El siniestro vendedor está incrementado el rechazo de Jack hacia sus progenitores. Después de todo, Jack había abandonado a su madre en busca de su elusivo padre, pero sin ninguna figura paterna en su vida, este vacío es peligrosamente llenado por un hombre que mata niños y devora esa carne inocente.

Klein también escribió sobre la "ansiedad genital de los chicos" que, en este cómic, es reconfigurada de una manera bastante inesperada: cuando una prostituta menor de edad intenta seducir a Jack, él es confrontado con las imágenes horrendas que el vendedor ha compartido con él en muchas ocasiones. Aquí, la prostituta es una niña de 13 años casi deformada por el abuso y las condiciones de insalubridad de su entorno, y Jack ve en ella a la terrible criatura descrita por el viejo, se trata del horror del sexo opuesto...

Justo después de este traumático encuentro, Jack es asaltado por el jefe de la prostituta, y rescatado por el vendedor. Antes de morir, el criminal acusa al vendedor de ser un depredador sexual y hace una clara referencia a la victimización de muchachos.

En el número anterior, habíamos visto al viejo vendedor presumiendo de sus proezas sexuales; fue una confesión de un adulto a un niño, y gracias a ella Jack confió en él. De acuerdo con Michel  Foucault, la razón por la que la sexualidad es confesada es un legado de la tradición cristiana. En el pasado, la sexualidad no era una presencia obvia ni fuerte, sino más bien algo traicionero, algo que sólo podía encontrarse gracias a una cuidadosa introspección. Por lo tanto, cada detalle debía ser relatado en la confesión, cada instante de placer experimentado debía examinarse para encontrar los rastros del pecado. Esto es exactamente lo que ha hecho el vendedor, pero ahora esta estratagema se vuelve en su contra.

Durante el incidente, dos contratiempos estorban los planes de este malvado sujeto. En primer lugar, la reacción de Jack ante la posibilidad de tener sexo con una chica, y luego las acusaciones del proxeneta hacia el hombre en quien Jack confía. Como explicó Foucault, hacer que la sexualidad fuese pecaminosa no la hizo desaparecer. Todo lo contrario: fue reforzada y se convirtió en algo que se notaba más que nunca.

Ahora que las puertas están abiertas, Jack empieza a ver a este hombre de manera distinta. ¿Todavía puede confiar en alguien que guarda motivos ocultos? ¿Puede protegerse sin el apoyo de su amiga Samantha? ¿Y cómo puede escapar del vendedor si es que le da drogas en la noche para mantenerlo inconsciente hasta la mañana? Todas estas preguntas deberían ser respondidas en el próximo y penúltimo número de Severed.