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July 1, 2013

June films / películas de junio

With fewer posts each month, and even fewer movies some of you might be slightly concerned. But I say thee: fear not, my dear followers, for I shall bring forth films a plenty next we meet. Meanwhile, in June I actually went to the movies several times. The Great Gatsby (2013), based on F. Scott Fitzgerald’s novel, reunites the talents of Baz Luhrmann and Leonardo DiCaprio (they had previously worked together in the inspiring “Romeo + Juliet”). Leo is the Great Gatsby, a new rich, who befriends Tobey Maguire during the ‘crazy 20s’, a decade of loose morals and extravagant parties; the intimate friendship between the two men is one of the most fascinating aspects here, but the romance between Gatsby and the girl of his life, and the tragic deliquescence of all his dreams is heartbreaking.

Zack Snyder’s Man of Steel (2013) is a darker version of the superhero. The first Superman comics I read (the ones that got me into the DC Universe) were darker too. Or rather more mature. When John Byrne revamped the character in the late 80s, he redefined the essence of the Man of Steel, turning an insipid character into a fascinating hero. I value the darkness in Snyder’s version, but I would have welcomed a more mature approach too. Even so, I can’t complain, this is the best Superman production in the past two decades. Henry Cavill is a superb Clark Kent, Amy Adams an endearing Lois Lane, Russell Crowe a courageous Jor-El and Diane Lane a sensitive Martha Kent (and I really enjoyed Dylan Sprayberry as Clark aged 13). Except for a couple of poorly written subplots, I experienced an unprecedented level of enthusiasm, shared with the friends that went to see the movie with me. 
  
M. Night Shyamalan is one of my favorite directors, and I get angry every time I see that the critics and the public haven’t been kind to him. He’s been unlucky for the past decade. And this situation hasn’t changed with After Earth (2013), a sci-fi odyssey starred by Will Smith and his son. Full of suspense, fantastic sequences and a captivating narrative, After Earth proves that Shyamalan is still every bit as good as he used to be, but alas, it has become trendy to belittle him. 

In the comedy front I saw Identity Thief (2013), a harmless movie about an obese woman who steals a man’s identity and commits fraud for thousands of dollars; although it made me laugh a couple of times, it has an excessively moralistic and ‘feel good’ approach. 

Nima Nourizadeh’s Project X (2012), is a much more interesting proposal based on the simplest of premises: a wild party in one of America’s most peaceful suburbs. Thomas Mann is a 16-year-old kid obsessed with losing his virginity and impressing his peers with the most savage party ever; sexual frustration, alcohol, drugs and crazy adventures are the leit motif of this surprisingly amusing movie. Miles Teller (who had a very touching role in “Rabbit Hole”) acts in it too.

House at the End of the Street (2012) offers a generous display of suspense and homicides. When Jennifer Lawrence and her mother move into a new house, they find out that their neighbors were assassinated and now only their son leaves in a house that is now part of a many scary urban legends. Max Thieriot (I still remember him from his short role in “Jumper”), the son, is a brooding and melancholic teenager that soon befriends Jennifer. But this isn’t a romantic tale, this is a story about survival and the horror of the psychotic mind.

Finally, on the international front, I saw Kynodontas (2009), a Greek film also known as Dogtooth and directed by Giorgos Lanthimos. This is a very innovative filmic project about a father that has raised his children completely isolated from the real world, convincing them that if they abandon the house they’ll be killed or devoured by savage beasts on the outside. His authority is also based on a language, an especially modified dialect created only to diminish the children’s understanding of the world. But when the son grows up he needs to satiate his sexual appetite, and so the father presents him with a woman from the ‘outer’ world, a woman that has sex with him but is more interested in his sisters. Soon, lesbian encounters, introduction of new words (and thus new possibilities) and the presence of objects from the ‘outer’ world will turn the once docile kids into restless rebels.

From Brazil comes Do começo ao fim (2009), which focuses on two brothers who are so close that their parents suspect there might be something going on between them besides fraternal affection. As they grow up, a strong homosexual romance takes place. Although the premise is in itself interesting, I think the movie is too self-complacent, portraying two controversial taboos (underage sex and incest) as minor incidents that barely elicit a response from the other characters (not even the boys’ parents react negatively which, no matter how open-minded they might be, it is a bit far-fetched).  

More, the next month…
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Con menos posts cada mes, e incluso menos películas, algunos podrías estar ligeramente preocupados. Pero yo os digo: no temáis, mis estimados seguidores, os traeré de ahora en adelante una plétora de películas. Mientras tanto, en junio de hecho fui al cine varias veces. "The Great Gatsby" (2013), se basa en la novela de F. Scott Fitzgerald, y reúne los talentos de Baz Luhrmann y Leonardo DiCaprio (antes ya habían trabajado juntos en la inspiradora “Romeo + Juliet”). Leo es el gran Gatsby, un nuevo rico, quien traba amistad con Tobey Maguire durante los 'locos años 20', una década de moral más relajada y fiestas extravagantes; la íntima amistad entre los dos hombres es uno de los aspectos más fascinantes, pero el romance entre Gatsby y la chica de su vida, y la trágica delicuescencia de todos sus sueños es desoladora.

"Man of Steel" (2013) de Zack Snyder es una versión más oscura del superhéroe. Los primeros cómics de Superman que leí (los que me atrajeron al Universo DC) también eran oscuros. O más bien maduros. Cuando John Byrne relanzó al personaje a fines de los 80, redefinió la esencia del Hombre de Acero, convirtiendo un personaje insípido en un héroe fascinante. Valoro la oscuridad en la versión de Snyder, pero también le habría dado la bienvenida a un enfoque más maduro. Aun así, no me puedo quejar, esta es la mejor producción de Superman de las últimas dos décadas. Henry Cavill es un Clark Kent soberbio, Amy Adams una encantadora Lois Lane, Russell Crowe un valeroso Jor-El y Diane Lane una sensible Martha Kent (y realmente disfruté con Dylan Sprayberry como Clark a los 13). Excepto por un par de argumentos secundarios escritos pobremente, experimenté un nivel de entusiasmo sin precedentes, compartido con los amigos que fueron a ver la película conmigo.
  
M. Night Shyamalan es uno de mis directores favoritos, y me enfurece cada vez que veo que la crítica y el público no son amables con él. Él ha sido desafortunado en la última década. Y esta situación no ha cambiado con "After Earth" (2013), una odisea de ciencia ficción protagonizada por Will Smith y su hijo. "After Earth" tiene mucho suspenso, secuencias fantásticas y una narrativa cautivadora, que demuestran que Shyamalan sigue siendo tan bueno como solía ser pero, lamentablemente, se ha puesto de moda menospreciarlo.  

En cuanto a comedias, vi "Identity Thief" (2013), una inofensiva cinta sobre una mujer obesa que roba la identidad de un hombre y comete fraude por un monto de miles de dólares; aunque me hizo reír un par de veces, tiene un enfoque excesivamente moralista y de "sentirse bien". 

"Project X" (2012) de Nima Nourizadeh, es una propuesta mucho más interesante, basada en la más simple de las premisas: una fiesta salvaje en uno de los suburbios gringos más pacíficos. Thomas Mann es un chiquillo de 16 años obsesionado con perder su virginidad e impresionar a sus pares con la fiesta más brutal de todas; frustración sexual, alcohol, drogas y aventuras alocadas son el leit motif de esta película que sorprende y divierte. Miles Teller (quien tuvo un conmovedor papel en “Rabbit Hole”) también actúa aquí.
my drawing: from pencils to inks /
mi dibujo: del lápiz a la tinta

"House at the End of the Street" (2012) ofrece un generoso exponente de suspenso y homicidios. Cuando Jennifer Lawrence y su madre se mudan a una nueva casa, descubren que sus vecinos fueron asesinados y ahora solamente el hijo de ellos vive en esta casa, que ya forma parte de las leyendas urbanas más terroríficas. Max Thieriot (todavía lo recuerdo por su papel en “Jumper”), el hijo, es un melancólico y huraño adolescente que pronto traba amistad con Jennifer. Pero este no es un relato romántico, esta es una historia acerca del horror de la mente psicótica y la sobrevivencia.

Finalmente, entre las internacionales, vi "Kynodontas" (2009), un film griego también conocido como "Dogtooth" (Colmillo) y dirigido por Giorgos Lanthimos. Este es un proyecto fílmico muy innovador sobre un padre que ha criado a sus hijos completamente aislados del mundo real, convenciéndolos de que si abandonan la casa serán matado y devorados por las bestias salvajes del exterior. Su autoridad también se base en un lenguaje, un dialecto creado especialmente para disminuir la comprensión del mundo de los chicos. Pero cuando el hijo crece necesita saciar su apetito sexual, así que el padre le presenta a una mujer del mundo 'exterior', una mujer que tiene sexo con él pero que está más interesada en sus hermanas. Pronto, los encuentros lésbicos, la introducción de nuevas palabras (y por tanto nuevas posibilidades) y la presencia de objetos del mundo 'exterior' convertirán a los otrora dóciles jovencitos en incansables rebeldes.

De Brasil llega "Do começo ao fim" (2009), que se enfoca en dos hermanos que son tan unidos que sus padres sospechan que entre ellos podría haber algo más que afecto fraterno. Al crecer, se concreta un fuerte romance homosexual. Aunque la premisa es en sí misma interesante, creo que la película es muy auto-complaciente, que retrata dos tabúes controversiales (sexo entre menores de edad e incesto) como incidentes menores que apenas generan alguna respuesta por parte de los otros personajes (ni siquiera los padres de los muchachos reaccionan negativamente, y por más que sean de mentalidad abierta, esto es un poco antojadizo).  

El próximo mes, más.

October 26, 2011

Action Comics # 1 - Grant Morrison

I grew up reading comic books. In fact, I learned how to read at an early age thanks to comic books. But instead of superhero titles, I had access only to 2000AD progs, and European comics from Spain and France. The only title from the big two that I could put my hands on was Conan the Barbarian, by Roy Thomas and Barry Windsor-Smith. So it’s no wonder that whenever I would inspect the pages of Superman -from the Curt Swan era- I ended up disappointed.

Back then, Superman’s stories seemed to me very uninspiring, even though I was always willing to give the Man of Steel a try. I don’t know why, but I always cared for the character. And thus came the “Death of Superman” and still, the only comics you could find here in Lima were from the 80s. And that’s how one day I bought a few Byrne Superman issues because one of the covers was… misleading. I thought I was buying the Death of Superman or something related to it. I was 11, and since that day I truly miss those covers that would sort of lie to you, showing you the apparently imminent death of a hero that would always outlive any and all threats.

So for over a decade I was a DC fanboy; however, like I’ve explained before, Infinite Crisis (2006) made me realize that nothing forced me to keep buying DC titles anymore. And so I stopped. Now 90% of my monthly pull list comes from Avatar, IDW, Image, Dynamite, Dark Horse, Top Shelf, etc. And the other 10%, is Marvel. There are, of course, a few exceptions, like Action Comics.

I’ve followed Morrison’s work for a long time, including his early days on England, as well as his first forays into the DCU. I’ve bought his Vertigo books (and I’ve even reviewed some of them right here), and I’ve read every online interview. So, yes, I’m a Morrison fan alright. But I’m not a fan of the DC relaunch, so I almost didn’t preorder Action Comics # 1. I’m glad I did, though.

Just like Byrne reeled me in with Superman # 12, Morrison has reconciled me with a character that I had neglected for years. I stopped buying Superman in 2000 or 2001. I had lost all interest in it. It was like, in a strange way, Byrne’s prolonged absence had brought back those insipid pre-crisis stories that I read as a child. The character was dying a slow death… until now.

Byrne’s Man of Steel was revolutionary in the 80s, just like Morrison’s Action Comics is right now. The Scottish writer has reinvented the character and, in a way, he has been even bolder than Byrne. The audacity of presenting an idealistic, young Superman, fighting against power is a romantic and yet enthralling notion.

I’ve heard negative comments on online communities about this new iteration of the world’s most classic superhero. But I think Morrison’s detractors forget something essential. In order to make Superman relevant today, you can no longer play the recycled card of the godlike creature or the lonely stranger from another world. What you need now is to ground the character, not unlike Byrne did, and make the readers relate to him.

This is why Metropolis inhabitants are so important in this first issue, titled “Superman versus the City of Tomorrow”. The Man of Steel saves the homeless and attacks the super-rich (a most unlikely set of villains). Why does this matter to us today? Because we live in turmoil, in a time in which we start questioning the very system in which we have always trusted. As philosopher Slavoj Žižek wrote: “We are told again and again that we are living through a debt crisis, and that we all have to share the burden and tighten our belts. All, that is, except the (very) rich. The idea of taxing them more is taboo: if we did, the argument runs, the rich would have no incentive to invest, fewer jobs would be created and we would all suffer. The only way to save ourselves from hard times is for the poor to get poorer and the rich to get richer”.

At first sight, this might seem a bit schematic, but it fits perfectly the nature of the character: after all, Superman is perhaps the most famous example of goodness, righteousness and nobility, so it’s only logic for him to go after those who don’t break the law but still practice devious and immoral ways to make a profit.

When Byrne wrote Man of Steel, he got rid of the ‘mad scientist’ approach for Lex Luthor, and instead embraced a model of sophistication and more refined cruelty; under his tenure, Luthor was the second or third richest man in the world. And that alone says it all. The idea was probably inspired by Alan Moore’s interpretation of the character, as it appeared in Swamp Thing, right after the American Gothic saga. In that story, Gotham city pays one million dollar for ten minutes of Luthor’s time: he’s given an impossible problem (to defeat Swamp Thing, a creature as powerful as Earth itself) and his genius mind comes up with a solution with a couple of minutes to spare. Moore’s legacy, then, can be seen in Morrison’s Luthor. In this first issue of Action Comics, we have a ruthless Luthor with a mind that operates beyond the normal human scale. Hired by the US military (at a very high rate, of course), he soon finds a way to defeat the last son of Krypton. And by the last page, he succeeds.

The art deserves some praising too. Rags Morales pages are vibrant and well-planned, my only complaint would be turning Jimmy Olsen into yet another Justin Bieber’s clone, but since the same thing happens in Perez’s Superman, it’s safe to assume that this is an example of DC’s current editorial guidelines. I haven’t preordered the next issues, but I truly hope DC’s initiative brings in –much needed- new readers. How does this first issue compare to Marvel’s number ones from past months? It’s better than Greg Rucka's Punisher # 1, Ed Brubaker's Captain America # 1, Brian M Bendis’ Moon Knight # 1, Matt Fraction's Mighty Thor # 1, Charlie Huston’s Wolverine the Best There Is # 1 and Greg Pak & Fred Van Lente’s Herc # 1. It’s better because it’s a fresh start that offers many possibilities. No wonder Action Comics has been a huge sales success in September, for the first time in years.

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Crecí leyendo cómics. De hecho, aprendí a leer desde muy niño gracias a los cómics. Pero en vez de súper héroes leía 2000AD y cómics europeos de España y Francia. El único título norteamericano que había en casa era Conan el Bárbaro, de Roy Thomas y Barry Windsor-Smith. Así que no es extraño que al inspeccionar las páginas de Superman -durante la era Curt Swan- terminaba decepcionado.

En ese entonces, las historias de Superman no me llamaban la atención, aún así, siempre estaba dispuesto a darle al Hombre de Acero otra oportunidad. No sé por qué, pero siempre tenía presente al personaje. Y de pronto llegó la "Muerte de Superman" y los únicos cómics que se podían encontrar aquí en Lima eran de los 80. Y así, un día, compré varios números del Superman de Byrne a causa de una de las portadas... creí que era la muerte de Superman o algo relacionado a ella. Tenía 11 años, y desde ese día siempre recuerdo con nostalgia esas portadas un tanto mentirosas, que anunciaban la inminente muerte de un personaje que, por supuesto, saldría siempre ileso.

Durante más de una década, fui un fan incondicional de DC; sin embargo, como he explicado antes, “Infinite Crisis” (2006) hizo que me diera cuenta de que ya nada me obligaba a seguir comprando títulos de DC. Y ese fue el final. Ahora el 90% de lo que compro viene de Avatar, IDW, Image, Dynamite, Dark Horse, Top Shelf, etc. Y el otro 10% es Marvel. Hay, desde luego, algunas pocas excepciones, como “Action Comics”.

He seguido el trabajo de Morrison desde hace tiempo, incluyendo su primera época en Inglaterra, y sus primeras incursiones en el Universo DC. He comprado sus cómics de Vertigo (incluso he reseñado algunos aquí), y he leído todas las entrevistas. Sí, claro que soy un fan de Morrison. Pero no soy un fan del relanzamiento de DC, así que casi no incluyo en mi lista el Action Comics # 1, pero me alegra haberlo adquirido.

Así como Byrne me capturó con Superman # 12, Morrison me ha reconciliado con un personaje al que yo había descuidado por años. Dejé de comprar Superman en el 2000 o 2001. Había perdido mi interés. Era como si, de alguna extraña manera, la prolongada ausencia de Byrne hubiese traído de regreso todas esas insípidas historias pre-crisis que leí de niño. El personaje estaba agonizando... hasta ahora.

"Man of Steel" de Byrne fue revolucionario en los 80, tal como lo es ahora el Action Comics de Morrison. El escritor escocés ha reinventado el personaje y, en cierto modo, ha sido más osado que Byrne. La audacia de presentar a un Superman joven, idealista, que lucha contra el poder es una noción romántica pero atrayente.

Llegué a escuchar algunos comentarios negativos en internet, pero los detractores de Morrison olvidan algo esencial. Para que Superman sea relevante hoy, ya no se puede usar la vieja carta de la criatura divina o el solitario extraño de otro mundo. Lo que hace falta es que el personaje ponga los pies en la tierra, así como hizo Byrne, y hacer que los lectores puedan identificarse con él.

Por eso, la gente de Metrópolis es tan importante en este primer capítulo, titulado "Superman versus la ciudad del mañana".  El Hombre de Acero salva a los pobres y ataca a los súper ricos (inusuales villanos). ¿Por qué esto es importante ahora? Porque vivimos en turbulencia, en una época en la que empezamos a cuestionar el sistema en el que siempre habíamos confiado. El filósofo Slavoj Žižek escribió lo siguiente: "Se nos ha dicho una y otra vez que atravesamos una crisis de deuda, y que todos debemos sobrellevar la carga y ajustarnos el cinturón. Todos, claro, excepto los (muy) ricos. La idea de cobrarles más impuestos es un tabú: si lo hiciéramos, sugiere el argumento, los ricos no tendrían incentivo para invertir, habría menos empleo y todos sufriríamos. La única forma de salvarnos en estos tiempo difíciles es que los pobres se vuelvan más pobres, y los ricos se hagan más ricos".

A primera vista, podría parecer algo esquemático, pero encaja perfectamente con la naturaleza del personaje: después de todo, Superman es tal vez el más famoso ejemplo de bondad, justicia y nobleza, así que es perfectamente lógico que persiga a aquellos que si bien no violan la ley, tienen una forma dudosa e inmoral de lucrar.

Cuando Byrne escribió "Man of Steel", se deshizo del concepto de 'científico loco' para Lex Luthor, y en su lugar aplicó un modelo de sofisticación y crueldad refinada; en sus páginas, Luthor era el segundo o tercer hombre más rico del mundo. Y eso lo dice todo. La idea fue probablemente inspirada por la interpretación de Alan Moore, tal como aparece en la Cosa del Pantano, justo después de la saga "American Gothic". En dicho relato, Gotham City le paga a Luthor un millón de dólares por diez minutos de su tiempo: se le da un problema imposible (derrotar a la Cosa del Pantano, una criatura tan poderosa como el planeta Tierra) y su mente de genio le proporciona una solución con minutos de sobra. El legado de Moore, entonces, se puede ver en el Luthor de Morrison. En este primer ejemplar de Action Comics, tenemos a un Luthor despiadado, con una mente que opera por encima de la escala humana. Contratado por el ejército de Estados Unidos (a una tarifa muy elevada, por supuesto), pronto encuentra una manera de derrotar al último hijo de Krypton. Y, en la última página, tiene éxito.

El arte merece algunas alabanzas. Las páginas de Rags Morales son dinámicas y están bien planeadas, mi única queja es ver a Jimmy Olsen convertido en otro clon de Justin Bieber, pero como lo mismo sucede en el Superman de Pérez, asumo que este es un ejemplo de la actual línea editorial de DC. No he comprado los números siguientes, pero espero que esta iniciativa de DC atraiga a nuevos lectores (realmente hacen falta). ¿Se puede comparar este primer número con números uno de Marvel de los últimos meses? Es mejor que Punisher # 1 de Greg Rucka, Captain America # 1 de Ed Brubaker, Moon Knight # 1 de Brian M Bendis, Mighty Thor # 1 de Matt Fraction, Wolverine the Best There Is # 1 de Charlie Huston y Herc # 1 de Greg Pak & Fred Van Lente. Es mejor porque es un nuevo comienzo que ofrece muchas posibilidades. No sorprende, entonces, que en setiembre el título insignia de DC haya sido un éxito total en ventas, por primera vez en años.