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February 14, 2024

X-Men: I, Magneto - Chris Claremont & Dave Cockrum

A few years ago, I started reviewing the classic Chris Claremont and Dave Cockrum run on this blog, beginning with Second Genesis, the story that brought us the X-Men team most fans are familiar with (Wolverine, Storm, Colossus, Cyclops, etc.). I gladly reviewed those issues as a steppingstone towards the run I was truly interested in: Chris Claremont and John Byrne, which didn’t just redefine the X-Men title but the entire superhero genre. I honestly don’t think we could find anything as grandiose, as vibrant and as classic as those X-Men issues co-written by Claremont and Byrne, and beautifully illustrated by Byrne. 

Dave Cockrum

However, as the saying goes, all good things must come to an end, Byrne’s departure after Uncanny X-Men # 143 meant that Claremont regained full control of the title, which he had reluctantly relinquished to appease the creative demands of superstar John Byrne. As a I said before, this obviously meant a change in tone and style. I will have to admit that it feels quite strange to see Cockrum returning to a title that became the bestselling comic thanks to Byrne. I wonder if it was difficult for the veteran artist to come back to a place that had been elevated by the talent of someone who, out of modesty, didn’t consider himself more than a pupil. This was a good example of a student besting his teacher. And as much as I appreciate Cockrum’s art, whenever I read these comics I can’t stop missing Byrne. 
Dave Cockrum

“Cry, Mutant” (originally published in Uncanny X-Men # 148, August 1981), written by Chris Claremont, penciled by Dave Cockrum, inked by Joe Rubinstein and colored by Glynis Wein, introduces Caliban (named after one of the main characters in Shakespeare’s Tempest). In later decades, Caliban will become a major player in Peter David’s X-Factor, but here he’s merely a secondary character. Most important, perhaps, is the fact that Caliban admits that he lives in an ‘underworld home’, clearly a reference to the large amount of mutants living underground, in the sewers of New York city, a premise Claremont will elaborate further in subsequent years. 

Another important plotline shows us Cyclops running around in an ancient city which has existed long before humans stepped foot on this world. In a magnificent double page spread, Cockrum shows us the design of this nightmarish city, which is a clear homage to H.P. Lovecraft’s Cthulhu Mythos. This plotline continues in “And the Dead Shall Bury the Living” (Uncanny X-Men # 149, September 1981), written by Chris Claremont, penciled by Dave Cockrum, inked by Joe Rubinstein, and colored by Don Warfield. Here, a confrontation between the X-Men and the powerful Garokk announces the presence of Magneto. 

Scott Summers

The last comic included in The Uncanny X-Men Omnibus Vol. 2 is “I, Magneto” (Uncanny X-Men # 150, October 1981). Since I decided to buy both omnibus volumes exclusively because of my interest in John Byrne’s run, I’m still unsure about whether or not I should purchase the third volume (something tells me I might end up doing it sooner rather than later). The protagonist of this issue is the X-Men’s greatest nemesis, the master of magnetism, Magneto himself. Claremont writes it, Cockrum pencils it, and Joe Rubinstein and Bob Wiacek inks it, while Glynis Wein colors it. 

Caliban

First, we see Magneto in one of his many megalomaniac monologues about destroying the world. One of my favorite sequences happens when the X-Men arrive to the ancient city in which Cyclops has been wandering around. Storm gains access to Magneto’s quarters, and there, under the darkness of the night, she plots to kill him. It’s an intense moment in which storms questions herself about the morality of what she’s about to do, and Magneto’s quick reaction proves how lethal he can be as an enemy. The X-Men will fight against Magneto, as can be expected.

Kitty Pride, Caliban, Spider-Woman & Storm

 The best sequence comes after the confrontation, when for one second Magento regains his own sense of humanity: “In my zeal to remake the world, I have become much like those I have always hated and despised”, he admits. To which Storm replies “The dream was good, is good. Only the dreamer has become corrupted”. The circle is completed, from an initial outburst of hate that made Magneto threaten the world and Storm try to murder him in his sleep, to challenging our innermost perceptions, of ourselves and the world around us. I think in moments like this, Claremont shines as a writer.
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Hace unos años, comencé a reseñar la etapa clásica de Chris Claremont y Dave Cockrum en este blog, comenzando con Second Genesis, la historia que nos trajo el equipo de X-Men con el que la mayoría de los fanáticos están familiarizados (Wolverine, Storm, Colossus, Cyclops, etc. .). Con mucho gusto reseñé esos cómics como un trampolín hacia la etapa que realmente me interesaba: Chris Claremont y John Byrne, quien no solo redefinió el título de X-Men sino todo el género de superhéroes. Honestamente, no creo que podamos encontrar algo tan grandioso, tan vibrante y tan clásico como esos números de X-Men coescritos por Claremont y Byrne, y bellamente ilustrados por Byrne.

Garokk

Sin embargo, como dice el refrán, todo lo bueno debe llegar a su fin, la partida de Byrne después de Uncanny X-Men # 143 significó que Claremont recuperó el control total del título, al que había renunciado a regañadientes para apaciguar las demandas creativas de la superestrella John Byrne. Como dije antes, esto obviamente significó un cambio de tono y estilo. Debo admitir que resulta bastante extraño ver a Cockrum regresar a un título que se convirtió en el cómic más vendido gracias a Byrne. Me pregunto si al veterano artista le resultó difícil regresar a un lugar que había sido encumbrado por el talento de alguien que, por pudor, no se consideraba más que un alumno suyo. Este fue un buen ejemplo de un estudiante superando a su maestro. Y por mucho que aprecio el arte de Cockrum, cada vez que leo estos cómics no puedo dejar de añorar a Byrne.

Magneto

“Llora, mutante” (publicado originalmente en Uncanny X-Men # 148, agosto de 1981), escrito por Chris Claremont, dibujado a lápiz por Dave Cockrum, entintado por Joe Rubinstein y coloreado por Glynis Wein, presenta a Caliban (que lleva el nombre de uno de los personajes principales de La tempestad de Shakespeare). En décadas posteriores, Caliban se convertirá en un actor importante en X-Factor de Peter David, pero aquí es simplemente un personaje secundario. Lo más importante, quizás, es el hecho de que Caliban admite que vive en una “casa del inframundo”, claramente en referencia a la gran cantidad de mutantes que viven subterráneamente, en las alcantarillas de la ciudad de New York, una premisa que Claremont desarrollará más en los años siguientes. 

Storm & Magneto

Otra trama importante nos muestra a Cyclops corriendo por una ciudad antigua que existió mucho antes de que los humanos pusieran pie en este mundo. En una magnífica doble página, Cockrum nos muestra el diseño de esta ciudad de pesadilla, en un claro homenaje a Los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft. Esta trama continúa en “Y los muertos enterrarán a los vivos” (Uncanny X-Men # 149, setiembre de 1981), escrita por Chris Claremont, dibujada por Dave Cockrum, entintada por Joe Rubinstein y coloreada por Don Warfield. Aquí, un enfrentamiento entre los X-Men y el poderoso Garokk anuncia la presencia de Magneto.

Wolverine, Nightcrawler, Kitty Pride, Colossus & Cyclops

El último cómic incluido en The Uncanny X-Men Omnibus Vol. 2 es “Yo, Magneto” (Uncanny X-Men # 150, octubre de 1981). Dado que decidí comprar ambos volúmenes de lujo en tapa dura, exclusivamente debido a mi interés en la etapa de John Byrne, todavía no estoy seguro de si debería o no comprar el tercer volumen (algo me dice que podría terminar haciéndolo más temprano que tarde). El protagonista de este número es el mayor enemigo de los X-Men, el maestro del magnetismo, el propio Magneto. Claremont lo escribe, Cockrum lo dibuja a lápiz y Joe Rubinstein y Bob Wiacek lo entintan, mientras Glynis Wein lo colorea.

Primero, vemos a Magneto en uno de sus muchos monólogos megalómanos hablando sobre la destrucción del mundo. Una de mis secuencias favoritas ocurre cuando los X-Men llegan a la antigua ciudad por la que Cyclops ha estado deambulando. Storm obtiene acceso a las habitaciones de Magneto y allí, bajo la oscuridad de la noche, planea matarlo. Es un momento intenso en el que Storm se cuestiona sobre la moralidad de lo que está a punto de hacer, y la rápida reacción de Magneto demuestra lo letal que puede ser como enemigo. Los X-Men lucharán contra Magneto, como era de esperar.

Professor X & Moira MacTaggert

La mejor secuencia llega después del enfrentamiento, cuando por un segundo Magneto recupera su propio sentido de humanidad: “En mi afán por rehacer el mundo, me he vuelto muy parecido a aquellos que siempre he odiado y despreciado”, admite. A lo que Storm responde “El sueño fue bueno, es bueno. Sólo el soñador se ha corrompido”. El círculo se completa, desde un estallido inicial de odio que hizo que Magneto amenazara al mundo y Storm intentara asesinarlo mientras dormía, hasta desafiar nuestras percepciones más íntimas, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Creo que en momentos como éste, Claremont brilla como escritor.

January 20, 2019

X-Men versus Doctor Doom - Chris Claremont & Dave Cockrum

Once Byrne stepped down as penciler and co-plotter of the X-Men, Chris Claremont regained the full control of the series with “Even in Death…”. On his own, Claremont was already a formidable writer, but he was even better when he was working with Byrne. Although a change in the narrative tone is quite evident, the first saga after Byrne’s abrupt departure is still very entertaining, and it consists of a 3-issue arc in which the X-Men fight against Doctor Doom and Arcade.

Arcade was a villain co-created by Claremont and Byrne in the pages of Marvel Team-Up # 65 (January 1978); in his first appearance, this evil genius attacks Spider-Man and Captain Britain (I actually read this issue not too long ago, and I would love to review it one day). After that, Arcade reappeared in “Listen -- Stop Me If You’ve Heard It -- But This One Will Kill You” (Uncanny X-Men # 123, July 1979), it has been rumored that Byrne wasn’t really much of a fan of the way Claremont was using Arcade as a character, so it isn’t surprising to see that the extravagant villain remained in limbo until Byrne was no longer collaborating for X-Men. 

In “Kidnapped!” (originally published in Uncanny X-Men # 145, May 1981), Arcade kidnaps the X-Men’s closest friends and relatives, and holds them as hostages. At the same time, he strikes an alliance with Doctor Doom, and temporarily relocates to Latveria. Storm makes the mistake of trying to negotiate with Doom, and accepts an invitation for dinner from the lord of Latveria. In quite a revealing scene, Storm admits that she is “enjoying this” and she also finds that “Doom is a… fascinating man”. Doom seems to experience similar feelings: “Storm seems drawn to me, as I am to her. Lioness to lion. Queen to king. She does not fear me. She should. She will”. True to his word, Doom will teach Storm the true meaning of fear, by encasing her in an organic metal cocoon, exacerbating her claustrophobia to the limit.  

In a desperate attempt to defeat the evil genius, the X-Men must regroup and ask for help to all previous members. That is why in “Murderworld!” (Uncanny X-Men # 146, June 1981) a group of former X-Men try to “escape the diabolical death traps created by [the] sadistic madman Arcade”. Iceman, Polaris, Havoc and Banshee face a difficult challenge, since they haven’t been active members of the X-Men for a while, and their lack of training is quite evident. In some cases, the situation is even more dramatic, for example, Banshee lost his mutant powers in “'Twas the Night Before Christmas...” and now must fight armed with nothing else but a gun and his own particular brand of Irish courage. 

Finally, in “Rogue Storm!” (Uncanny X-Men # 147, July 1981), Storm breaks free from Doom’s imprisonment, but all the suffering produced by her claustrophobia has caused her a mental breakdown, and what emerges from the metal cocoon is not the gentle and caring woman that is respected by all her colleagues, but rather a cruel and momentarily insane goddess with enough power to destroy everything around her, as can be seen in the impressive pages penciled by Dave Cockrum and inked by Joe Rubinstein. In this issue, Doctor Doom and Arcade understand that they cannot face the power of nature in the same way they would a normal adversary. 
Storm & Doctor Doom
Although the Doom / Arcade story is entertaining, John Byrne was quite displeased with the way Claremont would portray Arcade. In one particular scene, Arcade lights a match using Doom’s armor thus disrespecting the monarch of Latveria. As Brian Cronin points out “John Byrne did not like this, so in a later issue of Fantastic Four, he addressed that moment and retconned it away as being a Doom-bot and not actually Doctor Doom...”. For Byrne, what Arcade did was an “affront to the personage of Doom”. There are always creative differences, but it’s interesting to observe to what degree writers can disagree when it comes to using (or misusing) their favorite villains.
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Una vez que Byrne se retiró como dibujante y co-escritor de los X-Men, Chris Claremont recuperó el control total de la serie con “Incluso en la muerte...”. Por su cuenta, Claremont ya era un escritor formidable, pero fue incluso mejor cuando trabajaba con Byrne. Aunque un cambio en el tono narrativo es bastante evidente, la primera saga después de la abrupta salida de Byrne sigue siendo muy entretenida, y consiste en un arco de 3 números en el que los X-Men luchan contra el Doctor Doom y Arcade.
Latveria
Arcade fue un villano co-creado por Claremont y Byrne en las páginas de Marvel Team-Up # 65 (enero de 1978); en su primera aparición, este genio maligno ataca a Spider-Man y a Captain Britain (en realidad leí este cómic hace poco, y me encantaría reseñarlo algún día). Después de eso, Arcade reapareció en “Escuchen, deténganme si lo han escuchado, pero este los matará” (Uncanny X-Men # 123, julio de 1979), se ha rumoreado que Byrne no era muy fan de la forma en que Claremont estaba usando a Arcade como personaje, por ello no es sorprendente ver que el extravagante villano permaneció en el limbo hasta que Byrne ya no colaboraba para los X-Men.

En “Secuestrado” (publicado originalmente en Uncanny X-Men # 145, mayo de 1981), Arcade secuestra a los amigos y familiares más cercanos de los X-Men y los retiene como rehenes. Al mismo tiempo, establece una alianza con el Doctor Doom y se traslada temporalmente a Latveria. Storm comete el error de tratar de negociar con Doom y acepta una invitación para cenar con el señor de Latveria. En una escena bastante reveladora, Storm admite que está "disfrutando esto" y también descubre que "Doom es un... hombre fascinante". Doom parece experimentar sentimientos similares: “Storm parece atraída por mí, como yo lo estoy por ella. Leona a león. Reina a rey. Ella no me teme. Debería temerme. Me temerá”. Fiel a su palabra, Doom enseñará a Storm el verdadero significado del miedo, encerrándola en un capullo de metal orgánico, exacerbando su claustrofobia hasta el límite.
Nightcrawler
En un intento desesperado de derrotar al genio malvado, los X-Men deben reagruparse y pedir ayuda a todos los ex-miembros. Es por eso que en “Mundo asesino” (Uncanny X-Men # 146, junio de 1981) un grupo de ex X-Men intenta “escapar de las diabólicas trampas de la muerte creadas por [el] sádico loco Arcade”. Iceman, Polaris, Havoc y Banshee enfrentan un desafío difícil, ya que no han sido miembros activos de los X-Men por un tiempo, y su falta de entrenamiento es bastante evidente. En algunos casos, la situación es aún más dramática, por ejemplo, Banshee perdió sus poderes mutantes en "Fue la noche antes de navidad..." y ahora debe luchar armado solamente con una pistola y su propia clase de coraje irlandés.

Finalmente, en “Tormenta sin rumbo” (Uncanny X-Men # 147, julio de 1981), Storm se libera del encarcelamiento de Doom, pero todo el sufrimiento producido por su claustrofobia le ha provocado un colapso mental, y lo que surge del capullo de metal no es la gentil y cariñosa mujer respetada por todos sus colegas, sino más bien una diosa cruel y momentáneamente demente con suficiente poder para destruir todo lo que la rodea, como se puede ver en las impresionantes páginas dibujadas por Dave Cockrum y entintadas por Joe Rubinstein. En este número, Doctor Doom y Arcade entienden que no pueden enfrentar el poder de la naturaleza de la misma manera que lo harían con un adversario normal.
Storm
Aunque la historia de Doom / Arcade es entretenida, John Byrne estaba muy descontento con la forma en que Claremont representa a Arcade. En una escena en particular, Arcade enciende un fósforo usando la armadura de Doom, faltándole el respeto al monarca de Latveria. Como señala Brian Cronin, “a John Byrne no le gustó esto, por lo que en un número posterior de Fantastic Four, abordó ese momento y lo borró de la continuidad, aduciendo que era un Doom-bot y no en realidad el Doctor Doom...”. Para Byrne, lo que Arcade hizo fue una "afrenta a la dignidad de Doom". Siempre hay diferencias creativas, pero es interesante observar hasta qué punto los escritores pueden estar en desacuerdo por la manera en que tratan (o maltratan) a sus villanos favoritos.

August 22, 2018

X-Men: Rites of Passage - Chris Claremont & John Byrne

After the Dark Phoenix Saga it was difficult for most fans to imagine a story that could by just as powerful and intense. And once again, Claremont and Byrne proved with Days of Future Past why they were the best creative team in the industry. It’s been almost 40 years since they reached their creative peak, and ever since then there have been only a handful of runs just as meaningful and unforgettable (namely Morrison’s New X-Men and Whedon and Cassaday’s Astonishing X-Men). 
Terry Austin
For Claremont, the emotional resonance of the Phoenix saga emanates from Jean Grey and a fundamental question about responsibility: “The key is never the power, whether to leap buildings in a single bound or reshape the shape and structure of tangible causality, but  the person wielding it”, explained the London born writer, and furthermore “How do you cope, how do you keep from being consumed; this is the most absolute of powers, how can you possibly keep from being just as absolutely corrupted? and once you fall from grace, even a little, how do you -how can you- atone?”. For Jean Grey, the only possible atonement was the ultimate sacrifice. This sacrifice affects the lives of all the X-Men, especially Scott Summers who decides to take a leave of absence but also young Kitty Pryde, who must step up her game and prove her worthiness as an X-Woman. 
Brent Anderson & Joe Rubinstein

In “Demon” (originally published in The Uncanny X-Men #143, March 1981), Kitty Pryde must go through a very difficult rite of passage. Alone in Xavier’s mansion, she must survive the attack of a deadly N’Garai demon. This issue also marks the final collaboration between Claremont and Byrne, and it’s an example of Byrne’s amazing talent as an artist: “While Chris was able to divulge personality through carefully crafted dialogue, John did so visually by ensuring that none of the characters ever stood, sat, moved or ran like any of the other characters did. Chris and John may have been relative newcomers to the world of professional comics, but they certainly knew their stuff”, affirms Terry Austin (who pencils and inks this issue’s wonderful cover). And that’s true. Back in the day, Byrne had a unique ability to make each character come to life. And in the pages of “Demon”, every panel proves why he was the best artist in the 80s. 


The story begins with a horny couple trying to have some fun in the woods, only to be quickly exterminated by the N’Garai demon, thus setting the mood of a story quite reminiscent of certain horror movies. The first appearance of the demon is shocking enough, and Byrne doesn’t even need a full splash page to prove how lethal this creature can be, the composition of the red moon panel is also superb. In the following pages, Professor X and all the X-Men leave the mansion. Kitty Pryde is home alone, and that is when the demon breaks through all the mansion’s defenses and attacks the young mutant. 


As I have stated before, I have always absolutely loved the classic black and yellow X-Men costumes. The idea of new students wearing the old X-Men costumes is, in part, what gave birth to such captivating concepts as the New Mutants, but it all started with Kitty Pryde. “A young Sigourney Weaver was how the face started to evolve when I started looking for the face. A couple of them started to look that way and I said, ‘Okay, that’s fine. She can grow up to be Sigourney Weaver. That’s a nice image’”, explains Byrne. And, of course, how fitting that her baptism of fire should be a confrontation with an unstoppable killing creature that looks very similar to the alien from Ridley Scott’s Alien film. 



The N'Garai demon
“Even in death…” (originally published in The Uncanny X-Men #143, April 1981) is, in a way, another rite of passage, this time centered on the figure of Cyclops, a man that is still mourning the loss of his beloved Jean Grey. After Byrne’s sudden departure, this issue needed the assistance of guest penciler Brent Anderson and inker Joe Rubinstein (who are also in charge of the cover). This is a rather peculiar issue in which Man-Thing (Marvel’s version of DC’s Swamp Thing) fights against an evil entity called D’Spayre, which is the embodiment of despair. As I explained in one of the first comic books I wrote, titled “The Only Living Substance” (as part of the anthology Dawn of the Undead), in medieval times, despair was simply the word used to express the idea of killing oneself, since the term suicide hadn’t been invented yet.

As a literary connoisseur, Claremont is obviously aware of the multiple meanings of the word despair, and so the beginning of the story depicts the sucide of a man who turns out to be Aleytys ‘Lee’ Forrester’s father. Lee is a brave young woman, captain of the fishing trawler Arcadia, who has employed Scott Summers (AKA Cyclops) in her ship. Investigating the death of her father, Cyclops and Lee run into D’Spayre. Thanks to Man-Thing’s help, Cyclops is able to defeat the evil entity.  
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Después de 
Dark Phoenix Saga Dark Phoenix Saga era difícil para la mayoría de los fans imaginar una historia que pudiese ser igual de poderosa e intensa. Y una vez más, Claremont y Byrne demostraron con Days of Future Past por qué eran el mejor equipo creativo de la industria. Han pasado casi 40 años desde que alcanzaron la cúspide creativa, y desde entonces solo ha habido un puñado de etapas igual de significativas e inolvidables (a saber, New X-Men de Morrison y Astonishing X-Men de Whedon y Cassaday).
Professor X, Kitty Pryde & Angel

Para Claremont, la resonancia emocional de la saga Phoenix emana de Jean Gray y de una pregunta fundamental sobre la responsabilidad: “La clave nunca es el poder, ya sea saltar edificios de un sólo salto o remodelar la forma y la estructura de la causalidad tangible, sino la persona blandiéndolo”, explicó el escritor nacido en Londres, y además, “¿Cómo te las arreglas? ¿Cómo evitas ser consumido?, este es el más absoluto de los poderes, ¿cómo puedes evitar ser tan absolutamente corrompido? y una vez que caes en desgracia, aunque sea un poco, ¿cómo puedes -como podría cualquiera- encontrar la expiación?”. Para Jean Gray, la única expiación posible fue el sacrificio máximo. Este sacrificio afecta la vida de todos los X-Men, especialmente Scott Summers, que decide ausentarse temporalmente, pero también la joven Kitty Pryde, que debe pasar una prueba de fuego y demostrar su valía como X-Woman.


En “Demonio” (originalmente publicado en The Uncanny X-Men # 143, marzo de 1981), Kitty Pryde debe enfrentar un difícil rito de paso. Sola en la mansión de Xavier, debe sobrevivir al ataque de un mortal demonio N'Garai. Este ejemplar también marca la colaboración final entre Claremont y Byrne, y es un ejemplo del increíble talento de Byrne como artista: “Mientras que Chris era capaz de divulgar la personalidad a través de un diálogo cuidadosamente elaborado, John lo hizo visualmente al asegurarse que ninguno de los personajes estuviera de pie, se sentara, se moviera o corriera como lo hacían los otros personajes. Chris y John pueden haber sido relativamente recién llegados al mundo de los cómics profesionales, pero sin duda sabían muy bien lo que estaban haciendo”, afirma Terry Austin (quien dibuja a lápiz y entinta la maravillosa portada de este número). Y eso es verdad. En el pasado, Byrne tenía la capacidad única de hacer que cada personaje cobrara vida. Y en las páginas de “Demon”, cada viñeta es una prueba de por qué fue el mejor artista de los 80s.

Celebrating Christmas / celebrando la navidad

La historia comienza con una pareja cachonda que trata de divertirse un poco en el bosque, y son rápidamente exterminados por el demonio N'Garai, configurando así el ambiente de una historia que recuerda bastante a ciertas películas de terror. La primera aparición del demonio es impactante, y Byrne ni siquiera necesita una página completa para demostrar cuán letal puede ser esta criatura, la composición de la viñeta con la luna roja también es excelente. En las siguientes páginas, el Profesor X y todos los X-Men abandonan la mansión. Kitty Pryde está solo en casa, y es entonces cuando el demonio desbarata todas las defensas de la mansión y ataca a la joven mutante.


Como dije antes, siempre me han encantado los clásicos trajes negros y amarillos de los X-Men. La idea de que los nuevos estudiantes usen los antiguos trajes de los X-Men es, en parte, lo que dio origen a conceptos tan cautivadores como los Nuevos mutantes, pero todo comenzó con Kitty Pryde. “Una joven Sigourney Weaver fue la manera en la que su cara comenzó a evolucionar cuando comencé a dibujarla. Más de una ilustración comenzá a verse de esa manera y dije, 'OK, está bien. Ella puede crecer y ser Sigourney Weaver. Esa es una buena imagen'”, explica Byrne. Y, por supuesto, qué apropiado es que su bautismo de fuego sea una confrontación con una criatura asesina imparable que se parece mucho al alienígena de la película Alien de Ridley Scott.

Alone in the mansion / sola en la mansión
D'Spayre & Man-Thing
“Incluso en la muerte ...” (publicado originalmente en The Uncanny X-Men # 143, abril de 1981) es, en cierto modo, otro rito de paso, esta vez centrado en la figura de Cíclope, un hombre que todavía está de luto por la pérdida de su amada Jean Gray. Después de la partida repentina de Byrne, este número necesitó la ayuda del dibujante invitado Brent Anderson y el entintador Joe Rubinstein (quienes también están a cargo de la portada). Este es un ejemplar bastante peculiar en el que Man-Thing (la versión de Marvel de Swamp Thing de DC) lucha contra una entidad maligna llamada D'Spayre, que es la encarnación de la desesperación. Como expliqué en uno de los primeros cómics que escribí, titulado "La única sustancia viviente" (como parte de la antología Dawn of the Undead), en la época medieval, la desesperación era simplemente la palabra utilizada para expresar el concepto de suicidio, ya que el término suicidio aún no se había inventado.

Como buen conocedor literario, Claremont es obviamente consciente de los múltiples significados de la palabra desesperación, por lo que el comienzo de la historia muestra el suicidio de un hombre que resultó ser el padre de Aleytys 'Lee' Forrester. Lee es una joven valiente, capitana del buque pesquero Arcadia, que ha empleado a Scott Summers (también conocido como Cyclops) en su barco. Al investigar la muerte de su padre, Cyclops y Lee se topan con D'Spayre. Gracias a la ayuda de Man-Thing, Cyclops puede vencer a la entidad malvada.

July 12, 2016

Captain America: War and Remembrance - Roger Stern & John Byrne

As Captain America, Steve Rogers is the living embodiment of the American Dream. “I’m totally human! But I’m fighting for a cause… a dream! And that makes all the difference”, explains the Sentinel of Liberty. The hero’s strength lies not in his muscles but in his heart, what makes him invincible isn’t his shield but rather his conviction of doing the right thing. 
                  251: John Byrne  []  252: Al Milgrom                
Roger Stern understood what made Captain America so special: Steve Rogers, the man under the mask, was every bit as important as the Avengers leader. Thanks to Stern and Byrne we witnessed Steve Rogers’ private life. As a freelance artist, Steve has to actively look for any possible job in advertising agencies, and try to meet all deadlines even if that means staying up all night. I often wonder how much of the authors’ own lives had found its way into the adventures of Marvel’s most respected superhero. 
253: Byrne & Rubinstein  []  254: Byrne & Rubinstein
Both Roger Stern and John Byrne were also freelance artists, under the unfair but frequent ‘work for hire’ system that still exists today. We get to see Steve Rogers exhausted after patrolling the streets as Captain America, unable to sleep because he has work to do, he has a deadline, and if he fails the agencies will simply ask another freelance to complete the work. As endearing as these scenes can be in fiction, they still ring true especially if we consider how many sleepless nights Stern and Byrne had, and not only during their Captain America run but also after decades of devoting their creative energy to an industry that has ostracized them and sometimes flat out rejected them in recent years.
255: Frank Miller & John Romita Jr.

One of my favorite scenes in “The Mercenary and the Madman” (originally published in Captain America # 251, November 1980), involves Bernie Rosenthal helping Steve Rogers after he has spent around 30 hours without sleeping. In certain moments, we can almost feel as if we’re invading the hero’s privacy, but Stern presents the situations with such subtlety and intelligence that it really is a delight to learn more about the man, after all, we are already quite familiar with his superhero side. 

After leaving his Brooklyn Heights apartment, Captain America discovers that Batroc and Mr. Hyde are working together. They have hijacked a Roxxon ship transporting countless tons of liquid gas, enough to burn half of New York, killing millions of lives in the process; their demands are quite simple: a one billion dollar ransom. After a couple of nights without sleeping, Captain America is already showing signs of fatigue and thus he’s easily defeated by Mr. Hyde.  

In “Cold Fire!” (Captain America # 252, December 1980), the true confrontation is between Batroc and Mr. Hyde, as they each represent a different kind of villain. Batroc, a refined French mercenary and a master in hand to hand combat desires nothing but a luxurious life, while Mr. Hyde wants to destroy New York even after receiving the ransom. These two opposing perspectives are cleverly summarized in Batroc’s statement: “Taking money from a thieving oil cartel like Roxxon is one thing, but mass murder is quite a different matter! Batroc shall have no part of it”.
Captain America & The Avengers
Throughout the issue, even Captain America criticizes the Roxxon CEO for his complete disregard for the safety of the citizens of New York. In fact, when Captain America visits the district attorney he runs into corrupt politicians who take briberies from powerful companies. Stern and Byrne constantly highlight problems that continue to exist even after 3 decades. “Steve Rogers is a patriot and an idealist, but he’s no starry-eyed fool. As he grew up, he saw corruption, bigotry, and hypocrisy first hand”, explains Roger Stern. That’s why, perhaps even more than other heroes, Captain America is the only one who can understands how negative selfishness and greediness can be for any society.
Steve Rogers & Bernie Rosenthal 

And that’s also why Captain America is the only hero capable of inspiring people, even mercenaries like Batroc. As a matter of fact, Batroc risks his life saving Captain America and fighting against Mr. Hyde, an adversary so powerful that the French man could not vanquish without help. After an impressive battle (spectacularly illustrated by Byrne), Mr. Hyde is defeated, and Batroc tries to run away with all the money. When he’s captured a strange complicity seems to take place between the hero and the mercenary, Batroc is famous for his code of honor, so he accepts his defeat calmly and elegantly. But Captain America confesses that if not for the money, he would have felt tempted to let the mercenary run away. After all, albeit briefly, they worked together as allies. By the way, the cover of this issue was penciled by Al Milgrom and inked by Joe Rubinstein.

“Should Old Acquaintance Be Forgot” (Captain America # 253, January 1981) and “Blood on the Moors” (Captain America # 254, February 1981) are a heartfelt homage to WWII and even fantasy/horror literature (especially Bram Stoker’s Dracula). Captain America travels to England, to answer the call of Lord Falsworth, formerly known as Union Jack, a British hero that was a member of the Invaders in the 40s. Captain America is delighted to see Jacqueline Falsworth Crichton (AKA Spitfire) after so many years, but for her, the presence of the Sentinel of Liberty is quite painful, as it reminds her of how old she is now. Captain America hasn’t aged a day because he was in suspended animation for decades, but the people he met during the war are now old, tired and powerless. The villain is the evil vampire known as Baron Blood, and in order to win this battle Captain America is helped by Kenneth Crichton (Lord Falsworth’s grandson) and his best friend Joey Chapman, a working-class youngster. In the end, Joey Chapman will become the new Union Jack, thus breaking the tradition of having only noble men as the heroes of the United Kingdom.

Finally, “The Living Legend” (Captain America # 255, March 1981) is a very entertaining retelling of Captain America’s origin. Stern and Byrne did everything they could to fix a few inconsistencies and continuity errors that had piled up over the years. The result is a wonderful standalone adventure, and one that also marks the end of the Stern-Byrne era (and with a great Frank Miller cover). Stern had already plotted the next 3 issues, and Byrne had already penciled 6 pages of what would be their tenth issue, but sadly it all came to a sudden stop (luckily those 6 pages are included in the Marvel Universe Omnibus by John Byrne). 
Batroc & Mr. Hyde
Many fans have come up with interesting hypothesis trying to explain the abrupt departure of Stern and Byrne. John Byrne affirms that editor in chief Jim Shooter put some pressure on Jim Salicrup, the editor of Captain America, and as a result both Stern and Byrne quit. However, in a more recent declaration, Stern pointed out that at the time there were no royalty payments for creators, and their only additional compensation was a “continuity bonus” which was made effective after the creative team had completed 6 consecutive issues. It’s possible that due to the strict deadlines (the same ones that made Steve Rogers stay up all night!), the editors suggested a fill-in issue, which meant that Byrne and Stern wouldn’t receive their next “continuity bonus”. Unsatisfied with how they were being treated, Stern and Byrne resigned, leaving the readers forever hungry for the next issues which, I’m sure, would have been absolutely fantastic. 
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Al asumir la identidad de Captain America, Steve Rogers es la encarnación viviente del sueño americano. “¡Soy totalmente humano! Pero estoy luchando por una causa... ¡un sueño! Y eso hace toda la diferencia”, explica el Centinela de la Libertad. La fuerza del héroe no reside en sus músculos, sino en su corazón; lo que lo hace invencible no es su escudo, sino la convicción de actuar con justicia.
Batroc and Cap fight together / Batroc y el Capi pelean juntos

Roger Stern entendía muy bien por qué Captain America era tan especial: Steve Rogers, el hombre bajo la máscara, era igual de importante que el líder de los Vengadores. Gracias a Stern y Byrne, somos testigos de la vida privada de Steve Rogers. Como artista freelance, Steve tiene que esforzarse en la búsqueda de algún posible trabajo temporal en agencias de publicidad, y tratar de cumplir con los plazos de entrega, incluso si eso significa permanecer despierto toda la noche. A menudo me pregunto cuánto de la vida de los autores se refleja en las aventuras del superhéroe más respetado de Marvel.

Roger Stern y John Byrne también eran artistas freelance, bajo el injusto pero frecuente sistema de “trabajo por encargo” que todavía existe hoy día. Aquí vemos a un Steve Rogers agotado, después de patrullar las calles como Captain America, incapaz de dormir porque tiene trabajo pendiente, fechas límites, y si no termina a tiempo la agencia simplemente le pedirán a otro freelance que termine el trabajo. Aunque estas escenas puede ser entrañables en la ficción, tienen un origen bastante verídico sobre todo si tenemos en cuenta que Stern y Byrne pasaron muchas noches sin dormir, no sólo durante su etapa en Captain America, sino a lo largo de las varias décadas en las que le dedicaron toda su energía creativa a una industria que, en años recientes, los ha condenado al ostracismo y al rechazo.
The Invaders
En una de mis escenas favoritas de “El mercenario y el loco” (publicado originalmente en el Captain America # 251, noviembre de 1980), Bernie Rosenthal ayuda a Steve Rogers después de que él ha estado alrededor de 30 horas sin dormir. En ciertos momentos, casi podemos sentir que estamos invadiendo la privacidad del héroe, pero Stern presenta las situaciones con tal sutileza y astucia que realmente es una delicia averiguar más sobre el humano, después de todo, ya estamos bastante familiarizados con su lado superhumano.
Baron Blood
Después de salir de su apartamento en Brooklyn Heights, Capitán América descubre que Batroc y Mr. Hyde están trabajando juntos. Ellos han secuestrado un barco de Roxxon que transporte incontables toneladas de gas líquido, suficiente como para quemar la mitad de New York, causando millones de muertes en el proceso; sus demandas son muy simples: un rescate de un billón de dólares. Después de un par de noches sin dormir, Captain America muestra signos de fatiga y por lo tanto es fácilmente derrotado por Mr. Hyde.
Joey Chapman 

“¡Fuego frío!” (Captain America # 252, diciembre de 1980), da paso a la verdadera confrontación entre Batroc y Mr. Hyde; cada uno de ellos representa un tipo diferente de villano. Batroc, un mercenario francés refinado y un maestro en el combate mano a mano, no desea otra cosa sino una vida de lujos, mientras que Mr. Hyde quiere destruir New York, incluso después de recibir el dinero del rescate. Estos dos puntos de vista opuestos son adecuadamente resumidos en la declaración de Batroc: “Quitarle dinero a una multinacional petrolera como Roxxon, que nos roba a todos, es una cosa; ¡pero el asesinato en masa es un asunto muy diferente! Batroc no participará en algo semejante”.

A lo largo del capítulo, incluso el Captain America critica el gerente general de Roxxon por su total falta de interés en la seguridad de los ciudadanos de New York. De hecho, cuando Captain America visita al fiscal del distrito se encuentra con políticos corruptos que aceptan sobornos de empresas poderosas. Stern y Byrne resaltan constantemente problemas que continúan existiendo incluso ahora después de 3 décadas. “Steve Rogers es un patriota y un idealista, pero no es tonto ni un iluso. Cuando creció, vio la corrupción, la intolerancia y la hipocresía de primera mano”, explica Roger Stern. Por eso, tal vez incluso más que otros héroes, el Capitán América es el único que entiende de qué manera el egoísmo y la avaricia pueden ser negativos para cualquier sociedad.
Union Jack
Y también por dicho motivo, el Capitán América es el único héroe capaz de inspirar a la gente, incluso a los mercenarios como Batroc. De hecho, Batroc se arriesga para salvar a Captain America y lucha contra Mr. Hyde, un adversario tan poderoso que el francés apenas logra hacer tambalear. Después de una batalla impresionante (espectacularmente ilustrado por Byrne), Mr. Hyde es derrotado, y Batroc trata de huir con todo el dinero. Cuando es capturado una extraña complicidad parece tener lugar entre el héroe y el mercenario, Batroc es famoso por su código de honor, así que acepta su derrota con calma y con elegancia. Pero el Capitán América confiesa que si no fuera por el dinero, se habría sentido tentado a dejar que el mercenario huyese. Después de todo, aunque sea brevemente, habían sido aliados. Por cierto, la portada de esta edición fue hecha a lápiz por Al Milgrom y entintada por Joe Rubinstein.
Steve Rogers & Bucky Barnes

“Si acaso las viejas amistades fuesen olvidadas” (Captain America # 253, enero de 1981) y “Sangre en los pantanos" (Captain America # 254, febrero de 1981) son un honesto homenaje a la Segunda Guerra Mundial y a la literatura de fantasía / terror (especialmente “Drácula” de Bram Stoker). Capitán América viaja a Inglaterra, para responder a la llamada de Lord Falsworth, anteriormente conocido como Union Jack, un héroe británico que fue miembro de los Invasores en los 40s. A Captain America le complace ver a Jacqueline Falsworth Crichton (alias Spitfire) después de tantos años, pero para ella, la presencia del Centinela de la Libertad es bastante dolorosa, ya que le recuerda su edad actual. Captain America no ha envejecido ni un sólo día porque estuvo en animación suspendida durante décadas, pero las personas que conoció durante la guerra ahora son ancianos, cansados y sin poderes. El villano es el malvado vampiro conocido como Baron Blood (Barón Sangre), para ganar esta batalla Captain America le pide ayuda a Kenneth Crichton (nieto de Lord Falsworth) y a su mejor amigo Joey Chapman, un joven de clase obrera. Al final, Joey Chapman se convertirá en el nuevo Union Jack, rompiendo así la tradición de aceptar solamente nobles como los héroes del Reino Unido.

Por último, “La leyenda viviente” (Captain America # 255, marzo de 1981) recuenta el origen del Capitán América. Stern y Byrne hicieron todo lo posible para arreglar algunas incoherencias y errores de continuidad que se habían acumulado durante los años. El resultado es una maravillosa aventura auto-conclusiva, que también marca el fin de la era Stern-Byrne (la grandiosa portada es de Frank Miller). Stern ya había escrito los siguientes 3 números, y Byrne ya había dibujado a lápiz las 6 primeras páginas de lo que sería su décimo número, pero lamentablemente todo se detuvo de manera abrupta (por suerte esas 6 páginas se incluyen en el Marvel Universe Omnibus de John Byrne).

Muchos fans han intentado explicar la repentina salida de Stern y Byrne. John Byrne afirma que Jim Shooter, el editor en jefe, presionó a Jim Salicrup, el editor de Captain America, y como resultado, tanto Stern y Byrne renunciaron. Sin embargo, en una declaración más reciente, Stern señaló que en esa época no había pago de regalías a los creadores, y la única compensación adicional que ellos recibían era un “bono de continuidad” que se hacía efectivo después de que el equipo creativo completara 6 números consecutivos. Es posible que debido a los estrictos plazos de entrega (¡los mismos que obligaban a Steve Rogers a permanecer despierto toda la noche!), los editores propusieran un número de relleno (con otros autores), lo que significaba que Byrne y Stern no recibirían su próximo “bono de continuidad”. Insatisfechos con la forma en que estaban siendo tratados, Stern y Byrne renunciaron; a los lectores no los quedó otra alternativa que soñar con esos próximos números que, estoy seguro, hubiesen sido absolutamente fantásticos.

June 13, 2016

Captain America: Dawn’s Early Light - Roger Stern & John Byrne

Heroes and powers have been a part of the same narrative universe for many decades. Some might even think that superpowers are absolutely necessary in order to become a superhero. However, that is not entirely true. The real power of the American superhero isn’t their ability to fly or shoot energy rays, but rather their altruism and the conviction that good can overcome evil, in all its forms and manifestations.
John Byrne & Joe Rubinstein
Surely, in most cases, superheroes simply fight against supervillains. But they can also fight for an ideal. Captain America represents the best aspects of the United States of America, the potential for freedom and tolerance and, above all, the pursuit of democratic values. When Roger Stern was offered the chance to write Captain America, he was ecstatic about it, despite the pressure of succeeding where many other writers had failed. In order to grasp the basic concept, Stern decided to read history books about WWII before re-reading the classic comics of Joe Simon and Jack Kirby. The writer never forgot that the Sentinel of Liberty was first and foremost a symbol of hope. 
John Byrne & Joe Rubinstein
A wonderful sense of optimism permeates the pages of “By the Dawn's Early Light!” (originally published in Captain America # 247, July 1980). In a single issue, Stern introduces an android replica of Baron Strucker, reunites Captain America with old allies like Nick Fury and Dum Dum Dugan, and still has enough time to do some much needed continuity cleanup. This first chapter is very entertaining and a fine example of how good superhero comics can be, but surprisingly, the next issues kept getting better and better.
Brooklyn Bridge
There are some truly spectacular action sequences in “Dragon Man!” (Captain America # 248, August 1980), but what I love the most about this issue is the way Stern and Byrne shed new light on Steve Rogers private life. As a freelance artist, Steve has a hard time finding a job; he sends his portfolio to a number of advertising agencies and spends an entire day going from one job interview to the next, only to come up empty handed in the end. It’s impossible not to relate to Steve, especially for anyone who has ever been unemployed. Stern even includes scenes depicting the long hours Steve spends on the subway or taking the bus. These are the kind of inspired details that really flesh-out characters while grounding all the outlandish and bombastic superhero elements into our reality. Despite all this, Steve is confident that he’ll find an assignment before the rent is due. 
Robotic replica of Baron Strucker / réplica robótica del Barón Strucker 

After meeting his new neighbor Bernie (Bernadette) Rosenthal, Captain America chases down the Dragon Man and finds out the secret lair of the Machinesmith in “Death, Where Is Thy Sting?” (Captain America # 249, September 1980). The Machinesmith is a human brain trapped in a robotic body, and he attacks Captain America with an army of androids. In the end, Captain America deduces that he must destroy the electronic brain of the Machinesmith, and inadvertently but effectively, murders his enemy. While agonizing, the Machinesmith confesses that he tricked Captain America into killing him, as he had been planning on committing suicide but his robots prevented him from doing so. “There are cases in which the quality of life falls so low… it becomes little more than a crude mockery of what life should be!”. Like a patient claiming for euthanasia, the Machinesmith has finally received the end he prayed for. But Captain America feels remorse; his victory does not bring him any joy, on the contrary, it’s a sad moment. A shocking ending which I’m sure took all the readers by surprise back in the 80s... I know I didn’t see it coming, but it made perfect sense. 

“Cap for President!” (Captain America # 250, October 1980) is hands down one of the best standalone superhero stories I’ve read in my life. It feels as urgent and vital now as it did 36 years ago. In this, as in previous issues, Roger Stern and John Byrne worked together as co-plotters, although Stern was in charge of the final script and Byrne of the penciled art (which would be splendidly inked by Joe Rubinstein). Stern and Byrne were close friends, and they understood each other perfectly. It’s very infrequent to find a creative team so attuned with each other, in such ideal harmony, accepting the mutual challenge of doing the best they could.

The creative duo celebrated the 250th issue of Captain America with the most inspiring tale they could come up with; and the remarkable result is a testament of their talent. Celebrated as one of the finest Captain America stories ever published, “Cap for President!” boldly goes where very few superhero comics have gone before. I said, at the beginning, that heroes and powers are part of the same formula, but so are power and politics. And in the same way that power corrupts, politicians are quite often vile and corrupted individuals. This universal truth seems to apply pretty much to every country in the world. But despite the constant disappointments and the frustration Steve Rogers “hadn’t given in to cynicism. That toughness of character was his greatest strength!”, explains Roger Stern.
Captain America, Nick Fury & Dum Dum Dugan
Usually, superheroes are apolitical. But when an independent third party (not associated with Republicans or Democrats) invites Captain America to run as presidential candidate, the Sentinel of Liberty starts questioning his role as a citizen and his moral duty with his country. Millions of men and women are enthusiastic about the possibility of voting for Captain America. Those who never vote because they feel unsatisfied with the candidates, are now excited about voting for the hero. Steve Rogers feels intimidated by the challenges he would face as a politician (inflation, energy crisis, foreign affairs), but some of his friends try to convince him that he could accomplish so much more in the White House than patrolling the streets of New York. All of the Avengers support him, except Iron Man, who reminds him that heroes must never be involved in politics.

The entire issue revolves around Captain America’s moral dilemma. And the conclusion is unforgettable. In a conference press, the Sentinel of Liberty explains that his life makes sense because of the American dream: “We must all live in the real world… and sometimes that world can be pretty grim. But it is the dream… the hope… that makes the reality worth living”. Captain America’s speech is impressive, and completely faithful to the essence of the character. He cannot be a presidential candidate. The final page includes a long John F. Kennedy quote which illustrates why Captain America must do the things he does. John Byrne’s extraordinary artwork helps establishing the mood of the scene, and the result is a deeply touching moment, the kind that one rarely finds in superhero comics, which makes it even more precious.
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Los héroes y sus poderes han sido una parte de un mismo universo narrativo durante muchas décadas. Algunos incluso podrían pensar que para convertirse en un superhéroe los súper-poderes son absolutamente necesarios. Sin embargo, eso no es del todo cierto. El verdadero poder del superhéroe estadounidense no es su capacidad de volar o disparar rayos de energía, sino más bien su altruismo y la convicción de que el bien puede vencer al mal, en todas sus formas y manifestaciones.
Steve Rogers: job hunting / Steve Rogers busca trabajo

Sin duda, en la mayoría de los casos, los superhéroes luchan simplemente contra supervillanos. Pero también pueden luchar por un ideal. El Capitán América representa lo mejor de los Estados Unidos de América, el potencial de libertad y tolerancia y, sobre todo, la búsqueda de los valores democráticos. Cuando le ofrecieron a Roger Stern la oportunidad de escribir “Captain America”, él estaba entusiasmado, a pesar de sentirse presionado por tener éxito allí donde muchos otros escritores habían fracasado. Con el fin de comprender el concepto básico, Stern decidió leer libros de historia sobre la Segunda Guerra Mundial antes de releer los cómics clásicos de Joe Simon y Jack Kirby. El escritor nunca olvidó que el Centinela de la Libertad era ante todo un símbolo de esperanza.

Una maravillosa sensación de optimismo llena las páginas de “Por la luz del alba” (publicado originalmente en Captain America # 247, julio de 1980). En un solo número, Stern presenta una réplica robótica del Barón Strucker, reúne al Capitán América con viejos aliados como Nick Fury y Dum Dum Dugan, y todavía tiene suficiente tiempo para hacer algunas aclaraciones respecto al origen del personaje. Este primer capítulo es muy entretenido y es un ejemplo de lo atrayentes que pueden ser los cómics de superhéroes, pero sorprendentemente, los siguientes números son incluso mejores.

Hay algunas secuencias de acción realmente espectaculares en “Hombre Dragón” (Captain America # 248, agosto de 1980), pero lo que más me gusta de este cómic es ver cómo Stern y Byrne se concentran en la vida privada de Steve Rogers. Como artista independiente, Steve tiene dificultades para encontrar empleo; envía su portafolio a varias agencias de publicidad y pasa un día entero yendo de una entrevista de trabajo a la siguiente; al final, se retira con las manos vacías. Es imposible no sentirse identificado con Steve, especialmente para todos los que hemos estado desempleados en algún momento. Stern incluso plantea escenas que representan las largas horas que Steve pasa en el metro o en el bus. Gracias a detalles de este tipo, el personaje se convierte en una persona de carne y hueso; los extravagantes y rimbombantes elementos superheroicos logran así estar bien anclados en nuestra realidad. A pesar de todo lo ocurrido, Steve está seguro de que encontrará trabajo a tiempo para poder pagar la renta.
Dragon Man
Después de conocer a su nueva vecina Bernie (Bernadette) Rosenthal, el Capitán América persigue al Hombre Dragón y descubre la guarida secreta de Machinesmith en “Muerte, ¿dónde está vuestro aguijón?” (Captain America # 249, septiembre de 1980). Machinesmith es un cerebro humano atrapado en un cuerpo robótico, y ataca al Capitán América con un ejército de androides. Al final, el Capitán América deduce que debe destruir el cerebro electrónico de Machinesmith, y sin darse cuenta, de este modo mata a su enemigo. Mientras agoniza, Machinesmith confiesa que engañó al Capitán América para poder morir, él había planeado suicidarse pero sus robots le impedían hacerlo. “Hay casos en los que la calidad de vida es tan baja... que se convierte en poco más que una burla cruda de lo que debería ser la vida”. Al igual que un paciente reclamando la eutanasia, Machinesmith finalmente ha recibido el final que deseaba. Pero el Capitán América siente remordimiento; su victoria no le trae ninguna alegría, por el contrario, es un momento triste. Un impresionante final que estoy seguro habrá sorprendido a todos los lectores en los 80s... Para mí fue algo inesperado, pero que encajaba muy bien con el tono del relato.
Machinesmith’s androids / androides de Machinesmith

“¡El Capi para presidente!” (Captain America # 250, octubre de 1980) es sin duda una de las mejores historias autoconclusivas de superhéroes que he leído en mi vida. Y es tan vigente ahora como lo fue hace 36 años. Como hicieron en números anteriores, Roger Stern y John Byrne trabajaron juntos como co-argumentistas, aunque Stern estaba a cargo del guión final y Byrne del arte a lápiz (que sería espléndidamente entintado por Joe Rubinstein). Stern y Byrne eran amigos cercanos, y se entendían perfectamente. Es poco frecuente encontrar un equipo creativo tan en sintonía como ellos, y parecía que se desafiaban mutuamente a hacer el máximo esfuerzo a nivel creativo.

La dupla de autores celebra la edición 250 de Captain America con una historia realmente inspiradora; el resultado es una obra notable, un clásico contemporáneo. Celebrada como una de las mejores historias de Capitán América alguna vez publicadas, “¡El Capi para el presidente!” audazmente llega a donde muy pocos cómics de superhéroes han ido antes. Dije, al inicio, que los héroes y los poderes son parte de la misma fórmula, pero también lo son el poder y la política. Y de la misma manera que el poder corrompe, los políticos son muy a menudo sujetos viles y corruptos. Esta verdad universal parece aplicarse prácticamente a todos los países del mundo. Pero a pesar de las decepciones constantes y la frustración, Steve Rogers “no había caído en el cinismo. La dureza de carácter era su mayor fortaleza”, explica Roger Stern.
Jarvis and Beast are voting for Cap / Jarvis y Beast votan por el Capi
Por lo general, los superhéroes son apolíticos. Pero cuando un partido independiente (no asociado con los republicanos o los demócratas) invita al Capitán América para lanzarse como candidato presidencial, el Centinela de la Libertad comienza a cuestionar su papel como ciudadano y el deber moral que tiene con su nación. Millones de hombres y mujeres están entusiasmados ante la posibilidad de votar por el Capitán América. Los que nunca votan porque se sienten insatisfechos con los candidatos, están ahora emocionados y con ganas de votar por el héroe. Steve Rogers se siente intimidado por los desafíos que enfrentaría como político (inflación, crisis energética, relaciones internacionales), pero algunos de sus amigos tratan de convencerlo de que podría lograr mucho más en la Casa Blanca que patrullando las calles de New York. Todos los Vengadores lo apoyan, a excepción de Iron Man, quien le recuerda que los héroes jamás deben participar en política.
Iron Man, Wasp, Vision, Daredevil, Spider-Man & Doctor Strange 
Todo el cómic gira íntegramente en torno al dilema moral del Capitán América. Y la conclusión es inolvidable. En una rueda de prensa, el Centinela de la Libertad explica que su vida tiene sentido a causa del sueño americano: “Todos debemos vivir en el mundo real... y, a veces, ese mundo puede ser bastante deprimente. Pero es el sueño... la esperanza... lo que hace que valga la pena vivir en la realidad”. El discurso del Capitán América es impresionante, y totalmente fiel a la esencia del personaje. Él no será el candidato presidencial. La última página incluye una larga cita de John F. Kennedy, que ilustra por qué el Capitán América tiene que seguir un rumbo determinado. El extraordinario arte de John Byrne ayuda a establecer el estado de ánimo de esta escena, y el resultado es un momento profundamente conmovedor, del tipo que rara vez se encuentra en los cómics de superhéroes, algo que hace que este ejemplar sea aún más valioso.