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August 16, 2019

Batman: Damned # 3 - Brian Azzarello & Lee Bermejo

When Batman: Damned was originally solicited, I immediately became interested in the project because of Lee Bermejo, but not necessarily by Brian Azzarello. Bermejo is an outstanding artist and one of the best ones in the comic book industry, Azzarello is regarded in general as a very good writer, and he has produced highly popular works, such as 100 Bullets, and even if he isn’t in my personal list of the best 25 writers I still trust him enough as a solid craftsman that knows how to tell a story, especially in very specific genres. 

Batman: Damned was an incredibly ambitious story, and I think as writers we should try to be ambitious, however, the problems begin when our ambition doesn’t match the final result. I honestly think we can have an absolutely brilliant idea, but that doesn’t always mean the product (a comic, a novel, a poem) is going to do justice to that original idea. One of Azzarello’s main narrative resources was the use of John Constantine as an unreliable narrator, something we also see in novels or movies. And I’m fine with having an unreliable narrator, but if this narrator becomes too unreliable we enter a dangerous zone in which the story is no longer relevant within a certain narrative universe. 
buried alive / enterrado vivo
Casper Rudolph explains that “After all, the question of what’s real and what’s illusion has been a part of this series from the start, and it’s even explicitly addressed in this issue when Batman and Constantine go to see Zatanna: 'Illusion. Reality. What’s the difference? You are. Your perception'”. And yes, perception is important, but there are ways of preserving the difficult balance between illusion and reality, and ways of ruining the verisimilitude of a story. And I’m not sure that Azzarello manages to preserve that balance.
 
Swamp Thing

According to Sam Stone, “In a way, the Joker's murder was only ever the inciting incident and not necessarily the central drive of the story itself. Azzarello has crafted Batman's own divine comedy as Bruce Wayne delves deeper and deeper into his own personal Inferno to confront his mortality head-on, with John Constantine as his guide through this nightmarish vision of Gotham”. A villain like Joker can never die, I think we all know that, and it’s clear that what Azzarello set out to do was having Batman travel to this personal hell, confronting his traumatic past and experiencing a unique kind of nightmare, and to accomplish this I don’t think Azzarello needed the Joker at all. Stone also affirms that “What has elevated the miniseries since its debut has been Lee Bermejo's hauntingly moody painted artwork”, I absolutely agree with him; furthermore, Bermejo had “plenty of room to breathe in this issue, with some jaw-droppingly beautiful visuals and spreads, with Bermejo delivering both sprawling action sequences and more intimate, emotional moments with equal aplomb here”. 

In the first issue Batman reunites with Constantine and Deadman and starts investigating who was behind Joker’s death. That first issue, however, also became DC’s most controversial comic in the last decade, since it included the now infamous bat penis, which DC has decided to censor in all future editions of Batman: Damned. In the second issue, we have a very aggressive Harley Quinn that tries to ‘rape’ Batman. And a lot of readers seemed to be infuriated by Batman’s passive attitude throughout this miniseries.

Rich Johnston had pointed out that, from the very beginning, Azzarello paid homage to the Bat-trinity of Alan Moore (The Killing Joke), Grant Morrison (Arkham Asylum) and Frank Miller (The Dark Knight Returns), expecting to have Batman: Damned included in the Parnassus of those immortal classics. I’m afraid that Azzarello falls short of that honor, but that in no way means that this is a bad comic, it just can’t compete with the Bat-trinity. And even if it were a poorly written story, it wouldn’t matter at all, because “Bermejo's art remains the biggest driving force of Damned. His work is incredibly detailed [...] And it's more than just the detail fueling the art in this book. Bermejo brings a lush texture and haunting use of color to every page [...] It's a look that manages to balance gritty noir realism with surreal, supernatural weirdness. The oversized Black Label format only highlights Bermejo's incredible work that much more”, explains Jesse Schedeen and that’s 100% true.
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Cuando Batman: Damned fue anunciado, inmediatamente me interesé en el proyecto a causa de Lee Bermejo, aunque no necesariamente a causa de Brian Azzarello. Bermejo es un artista destacado y uno de los mejores en la industria del cómic, Azzarello es considerado en general como un muy buen escritor, y ha producido obras muy populares, como 100 Bullets, e incluso si no está en mi lista personal de los mejores 25 escritores de todos modos confío en él lo suficiente, ya que es un artesano muy correcto que sabe cómo contar una historia, especialmente en géneros muy específicos.
John Constantine
Batman: Damned era una historia increíblemente ambiciosa, y creo que como escritores deberíamos tratar de ser ambiciosos, sin embargo, los problemas comienzan cuando nuestra ambición no coincide con el resultado final. Sinceramente, creo que podemos tener una idea absolutamente brillante, pero eso no siempre significa que el producto (un cómic, una novela, un poema) vaya a hacerle justicia a esa idea original. Uno de los principales recursos narrativos de Azzarello fue el uso de John Constantine como un narrador no confiable, algo que también vemos en novelas o películas. Y estoy de acuerdo con tener un narrador no confiable, pero si es imposible confiar en este narrador, entramos en una zona peligrosa en la que la historia ya no es relevante dentro del universo narrativo.

Casper Rudolph explica que “Después de todo, la cuestión de qué es real y qué es ilusión ha sido parte de esta serie desde el principio, e incluso se aborda explícitamente en este número cuando Batman y Constantine van a ver a Zatanna: 'Ilusión. Realidad. ¿Cual es la diferencia? Tú lo eres. Tu percepción'”. Y sí, la percepción es importante, pero hay formas de preservar el difícil equilibrio entre ilusión y realidad, y formas de arruinar la verosimilitud de una historia. Y no estoy seguro de que Azzarello haya logrado preservar ese equilibrio.
Bruce Wayne
 Según Sam Stone, “en cierto modo, el asesinato del Joker fue sólo el incidente incitante y no necesariamente el impulso central de la historia misma. Azzarello ha creado la propia comedia divina de Batman mientras Bruce Wayne profundiza cada vez más en su propio infierno personal para enfrentar su mortalidad de frente, con John Constantine como su guía a través de esta visión pesadillesca de Gotham”. Un villano como Joker nunca puede morir, creo que todos lo sabemos, y está claro que Azzarello se propuso hacer que Batman viajara a este infierno personal, confrontando su pasado traumático y experimentando un tipo único de pesadilla, y para lograr esto no creo que Azzarello necesitara al Joker en absoluto. Stone también afirma que "lo que ha elevado la miniserie desde su debut ha sido el arrebatador arte pintado a mano de Lee Bermejo", estoy absolutamente de acuerdo con él; Además, Bermejo tuvo “mucho espacio para respirar en este número, con algunos efectos visuales y páginas dobles asombrosamente hermosos, con Bermejo ofreciendo aquí secuencias de acción a todo dar y momentos más íntimos y emocionales con igual aplomo”.

En el primer número, Batman se reúne con Constantine y Deadman para comenzar a investigar quién está detrás de la muerte del Joker. Ese primer número, sin embargo, también se convirtió en el cómic más controversial de DC en la última década, ya que incluía el ahora infame bati-pene, que DC decidió censurar en todas las ediciones futuras de Batman: Damned. En el segundo número, tenemos a una Harley Quinn muy agresiva que intenta "violar" a Batman. Y muchos lectores parecían indignados por la actitud pasiva de Batman a lo largo de esta miniserie.
Crime Alley / Callejón del crimen
Rich Johnston había señalado que, desde el principio, Azzarello rindió homenaje a la bati-trinidad de Alan Moore (The Killing Joke), Grant Morrison (Arkham Asylum) y Frank Miller (The Dark Knight Returns), con la esperanza de que Batman: Damned fuese incluido en el parnaso de esos inmortales clásicos. Me temo que Azzarello no está a la altura de ese honor, pero eso de ninguna manera significa que este sea un mal cómic, simplemente no puede competir con la bati-trinidad. E incluso si fuera una historia mal escrita, no importaría en absoluto, porque “el arte de Bermejo sigue siendo la mayor fuerza impulsora de Damned. Su trabajo es increíblemente detallado [...] y es más que sólo el detalle que alimenta el arte en este cómic. Bermejo aporta una textura exuberante y un uso inquietante del color en cada página. [...] Es un aspecto que logra equilibrar el realismo arenoso con la rareza surrealista y sobrenatural. El formato Black Label de gran tamaño sólo resalta mucho más el increíble trabajo de Bermejo”, explica Jesse Schedeen y eso es 100% verdad.

January 13, 2015

Miracleman # 11 - Alan Moore & John Totleben

Detached from humanity, and living far above the world, in the intricate architecture of Olympus, Miracleman embraces his godlike nature, almost forgetting he was once a mere human being. It’s 1987, and Alan Moore adds an unexpected layer of complexity to the saga of the world’s greatest hero. Two tales are now intermingled. One takes place in the future, in 1987, and it’s narrated by an omnipresent Miracleman. The other one, however, is still taking place in 1982.

“Cronos” (originally published in Miracleman # 11, May 1987) sets the foundations of Olympus. In Greek mythology, Mount Olympus was the neuralgic center of the gods. There, Zeus, son of Chronos, reigned supreme. “Dreaming of new music, new thoughts, new paintings, a new world every day. Every day. Sometimes, toy citizens clamber up here asking favours; this disease needs curing, that river moving. Sometimes I say yes”, explains Miracleman in 1987. Through his soliloquy we understand how divine he feels now. He looks down at humans as ants, building what he refers to as toy cities, always asking for his intervention or assistance.

Nevertheless, in 1982 things are not as easy as they seem to be in the future. Michael Moran and Liz are concerned parents dealing with the strange metabolism of their newly born child. Unexpectedly, a man and woman follow Moran and ask him about his other self. Then they are transformed into powerful alien creatures: the Qys. Moran turns himself into Miracleman, and the battle begins.
  
Totleben's extraordinary composition / extraordinaria composición de Totleben
Qys
“I knew them not for Titans then, knew not that Cronos was arrived to confiscate the thunderbolts of a delinquent Zeus”, affirms the protagonist. Every time that Miracleman defeats the Qys, they assume a new form. Their ability to recreate themselves constantly is what gives them a considerable advantage. The male creature stays with Miracleman, who is about to be defeated. The female finds Moran’s home, and inside the defenseless Liz. Reminiscent to the horror sequences of “Swamp Thing”, the extraterrestrial monster terrorizes Liz. Until she’s rescued by a new ally: Miraclewoman, who was “cold and glittering, a statue of cut glass, immaculate save for gauntlets darkened by unearthly blood”.

John Totleben, longtime collaborator and one of the main artifices of “Swamp Thing”, was in charge of illustrating the first chapter of the Olympus saga. His richly detailed pages and his expressive mixture of shadows and lights, add solemnity to a story devoted to ancient gods and pagan rituals. Totleben’s exquisite brushwork puts him miles above other artists of the 80s. In the same way that I’ve affirmed that Barry Windsor-Smith was like a modern Durer, Totleben is like a reborn Goya, faithful to the essence of the master’s etchings.

The splash page of Cronos presents a brilliant composition, a beautiful array of harmonic figures, architectural prowess and alien creatures trapped behind murky glass. Pure symmetry, graceful figures and a unique sense of design turn this into a truly amazing page. Of course, Totleben’s creativity can also be seen in the uncanny anatomy of the aliens that fight against Miracleman. Marvel editors had the wonderful idea of including the entire issue in black and white, directly scanned from the original art; and for me it has been a tremendous pleasure to observe the evolution from pencils to inks. I felt like I had landed in the middle of an art class. For instance, I realized that Totleben used white acrylic to achieve some of the delicate visual effects we see in his pages. The original cover was actually a real painting (oils on canvas) done by Totleben in 1987. A fantastic image.
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Liz is attacked by the Qys / Liz es atacada por los Qys

Aislado de la humanidad, y muy por encima del mundo, en la intrincada arquitectura del Olimpo,  Miracleman acepta su naturaleza divina, olvidando que alguna vez fue un simple mortal. Es 1987, y Alan Moore agrega un inesperado nivel de complejidad a la saga del mayor héroe del mundo. Ahora hay dos relatos entrelazados. Uno sucede en el futuro, en 1987, y es narrado por un  Miracleman omnipresente. El otro, sin embargo, sigue ocurriendo en 1982.

“Cronos” (publicado originalmente en Miracleman # 11, mayo de 1987) sienta las bases del Olimpo. En la mitología griega, el Monte Olimpo era el centro neurálgico de los dioses. Allí, Zeus, hijo de Cronos, reinaba con supremacía. “Soñando con nueva música, nuevos pensamientos, nuevas pinturas, un mundo nuevo cada día. Todos los días. A veces, ciudadanos de juguete trepan hasta aquí para pedir favores; esta enfermedad necesita ser curada, este río debe ser movido. A veces digo sí”, explica Miracleman en 1987. Mediante su soliloquio vemos su actitud divina. Mira a los humanos como hormigas que construyen lo que él considera ciudades de juguete, pidiendo siempre su intervención o ayuda.

No obstante, en 1982 las cosas no son tan fáciles como parecen ser en el futuro. Michael Moran y Liz son padres preocupados que deben lidiar con el extraño metabolismo de su hija recién nacida. Inesperadamente, un hombre y una mujer siguen a Moran y le preguntan sobre su alter ego. Entonces ellos se transforman en poderosas criaturas alienígenas: los Qys. Moran se convierte en Miracleman, y la batalla comienza.
Miraclewoman
  
Original cover (oil on canvas) / portada original (óleo sobre lienzo)
“Entonces no los reconocía como Titanes, no sabía que Cronos había llegado para confiscar los rayos de un Zeus delincuente”, afirma el protagonista. Cada vez que Miracleman derrota a los Qys, ellos asumen una nueva forma. Su habilidad para recrearse a sí mismos constantemente es lo que les da una ventaja considerable. La criatura macho se queda con Miracleman, quien está a punto de ser derrotado. La hembra encuentra el hogar de Moran, y en su interior a una indefensa Liz. Similar a las secuencias de terror de “Swamp Thing”, el monstruo extraterrestre aterroriza a Liz. Hasta que ella es rescatada por una nueva aliada: Miraclewoman “fría y resplandeciente, una estatua de vidrio pulido, inmaculada salvo por los guantes oscurecidos por sangre de otro mundo”.

John Totleben, colaborador asiduo y uno de los principales artífices de “Swamp Thing”, estuvo a cargo de las ilustraciones del primer capítulo de la saga del Olimpo. Sus páginas ricamente detalladas y su expresiva mezcla de sombras y luces, añaden solemnidad a una historia dedicada a los dioses antiguos y a los rituales paganos. El exquisito pincel de Totleben lo coloca a kilómetros de distancia por encima de otros artistas de los 80s. Del mismo modo que he afirmado que Barry Windsor-Smith es como un Durero moderno, Totleben es como un Goya renacido, fiel a la esencia de los grabados del maestro. 

La página inicial de Cronos presenta una composición brillante, un hermoso conjunto de figuras armónicas, proeza arquitectónica y criaturas alienígenas atrapadas detrás de vidrios opacos. Simetría pura, figuras llenas de gracia y un sentido único del diseño hacen de esta una página verdaderamente asombrosa. Desde luego, la creatividad de Totleben también puede ser vista en la rara anatomía de los alienígenas que pelean contra Miracleman. Los editores de Marvel tuvieron la maravillosa idea de incluir el número completo a blanco y negro, escaneado directamente del arte original; y para mí ha sido un placer tremendo observar la evolución del lápiz a la tinta. Es como si hubiese aterrizado en medio de una clase de arte. Por ejemplo, me di cuenta que Totleben usaba acrílico blanco para alcanzar algunos de los delicados efectos visuales que vemos en sus páginas. La portada original era de hecho una pintura de verdad (óleo sobre lienzo) realizada por Totleben en 1987. Una imagen fantástica.

October 27, 2014

Planetary # 7 - Warren Ellis & John Cassaday

A funeral is the perfect opportunity to say goodbye. However you do not say goodbye to a person that is already gone, you simply bid farewell to the idea and the memories of the deceased. A funeral can also be the last chance you have to try to understand who that person was and why did their life mattered.

“To Be In England, In the Summertime” (published in January 2000) begins with the funeral of Jack Carter. A British bloke, an unrelenting smoker, a manipulative magician well versed in the dark arts. Certainly, Jack Carter is a reinterpretation of Alan Moore’s creation John Constantine. However his funeral is not about coming to terms with his death, but rather a meaningful way to reexamine the narrative of the 80s, to ascertain if it still remains valid or it needs updating.

When Elijah Snow, Jakita Wagner and Drummer walk into the cemetery, they immediately stumble upon some of the 80s vestiges. Sitting on a bench, we can clearly see Death of the Endless, and a peculiar amalgamation of Sandman with his own author Neil Gaiman. 

Of course, there are many other refugees from the 80s attending the funeral. Perhaps the most prominent would be an alternative version of Grant Morrison’s Animal Man and a fusion between Alan Moore’s Swamp Thing and Poison Ivy. If you think clearly and objectively about the 80s, you will realize very quickly that it was a glorious decade for the 9th art. The American comic book industry blossomed thanks to the presence of British writers that revolutionized the superhero genre. 
the cemetery / el cementerio

I’ve often wondered what was it about the 80s that inspired so many writers. For Warren Ellis, the political scenario provides more than enough enlightenment. The United States had substantial problems, but England was facing a serious debacle. In real life, Margaret Thatcher alienated England’s brightest writers. Alan Moore, Grant Morrison and Neil Gaiman publicly expressed their disappointment in the Iron Lady. Warren Ellis also shares his point of view: “She wanted concentration camps for AIDS victims, wanted to eradicate homosexuality even as an abstract concept, made poor people choose between eating and keeping their vote […] England was a scary place. No wonder it produced a scary culture”.

Time has passed and the question remains. Have these characters adapted to the new era or are they still stuck in the 80s? They are like an uncomfortable testimony that corroborates the ugliness of the past. A past that is still as mysterious as ever. So much, in fact, that Elijah Snow and the rest of the group decide to investigate Carter’s death, suspecting that he might have faked his own demise. 


During their forensic procedure, they run into a strange superhero, perhaps the quintessential American superhero: a square-jawed adventurer, a traditional do-gooder… until the arrival of the 80s. Because if we pause for a moment to remember what the 80s meant for most superheroes, then we will realize that important changes were happening in that era. British authors transformed one-dimensional characters into complex individuals, with rich personalities; they eliminated the concept of purity and undisputed goodness, and added a much necessary darkness to balance things out. Obviously, many readers complained about it. They wanted their heroes to return to the idealistic although childish standards of the past. 

Dream (Sandman) & Death

The anonymous superhero of this tale is an enraged man, someone who misses the clean and simple years of decades long gone. Instead of a classic superhero, in the 80s he was turned into something else. His history was rewritten and as a consequence his origin was modified: “I liked my life! There was nothing wrong with me! I wasn’t hip, I wasn’t trendy, I wasn’t edgy, and you know what? That was okay! I didn’t need the split personalities, the nervous breakdown, the shift in sexual orientation, my life being a lie”, he yells at Snow. It’s revealed that he had been photographed with underage male prostitutes by Jack Carter. Revenge, of course, was inevitable. 

In the final pages Jack Carter reappears and kills this nameless superhero in cold blood. Although Carter has changed. Like he says, the 80s are dead. It’s time to embrace the future. And he erases those aspects that made him similar to John Constantine, and adopts a new look, almost identical to Spider Jerusalem, the protagonist of Warren Ellis impressive “Transmetropolitan” series.


John Cassaday’s art is absolutely amazing. We have dark and ominous moments, like the page that shows the protagonists entering into the cemetery; and we also have brighter and more powerful scenes, like the page that includes the sons and daughters of the 80s (I must highlight the fantastic design of the Swamp Thing / Poison Ivy hybrid and the alternative Animal Man). One of the best artists of the industry leaves his mark in a very creative story about the impact the 80s “British invasion” had on the superhero genre.

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Un funeral es la oportunidad perfecta para decir adiós. Sin embargo, no le dices adiós a la persona que ya no existe, simplemente te despides de la idea y las memorias del fallecido. Un funeral también puede ser la última oportunidad para tratar de entender quién era esa persona y por qué su vida era importante.

Alternative versions of Animal Man and Swamp Thing / versiones alternativas de Animal Man y Swamp Thing

“Estar en Inglaterra, en el verano” (publicado en enero del 2000) empieza con el funeral de Jack Carter. Un sujeto británico, un fumador empedernido, un mago manipulador inmerso en las artes oscuras. Ciertamente, Jack Carter es una reinterpretación de la creación de Alan Moore, John Constantine. Sin embargo su funeral no tiene como objetivo aceptar su muerte, sino más bien reexaminar de manera significativa la narrativa de los 80s, para determinar si aún es válida o si necesita actualizarse.

Cuando Elijah Snow, Jakita Wagner y Drummer caminan por el cementerio, inmediatamente encuentran algunos vestigios de los 80s. Sentados en una banca, podemos ver claramente a Muerte, de los Eternos, y una peculiar amalgama de Sandman con su propio autor Neil Gaiman. 


Desde luego, hay muchos otros refugiados de los 80s que asisten al funeral. Tal vez los más prominentes serían la versión alternativa del Animal Man de Grant Morrison y una fusión entre el Swamp Thing de Alan Moore y Poison Ivy. Si piensan clara y objetivamente sobre los 80s, se darán cuenta muy rápidamente de que fue una década gloriosa para el noveno arte. La industria estadounidense del cómic floreció gracias a la presencia de escritores británicos que revolucionaron el género de los superhéroes.
Jack Carter = John Constantine

Me he preguntado a menudo por qué los 80s inspiraron a tantos escritores. Para Warren Ellis, el escenario político proporciona una aclaración más que suficiente. Los Estados Unidos tenían problemas sustanciales, pero Inglaterra estaba enfrentando una seria debacle. En la vida real, Margaret Thatcher alienó a los más brillantes escritores ingleses. Alan Moore, Grant Morrison y Neil Gaiman expresaron públicamente lo decepcionados que estaban con la Dama de Hierro. Warren Ellis también comparte su punto de vista: “Ella quería campos de concentración para las víctimas del SIDA, quería erradicar la homosexualidad incluso como un concepto abstracto, hizo que la gente pobre eligiera entre comer y seguir votando […] Inglaterra era un lugar que daba miedo. No es extraño que produjera una cultura que daba miedo”.


El tiempo ha transcurrido y la pregunta permanece. ¿Estos personajes se han adaptado a la nueva era o aún siguen atascados en los 80s? Ellos son como un incómodo testimonio que corrobora la fealdad del pasado. Un pasado que aún es tan misterioso como antes. Tanto que, de hecho, Elijah Snow y el resto del grupo deciden investigar la muerte de Carter, sospechando que él podría haber fingido su deceso.


Durante este procedimiento forénsico, ellos encuentran a un extraño superhéroe, tal vez la quintaesencia del superhéroe norteamericano: un aventurero de quijada cuadrada, un bienhechor tradicional... hasta la llegada de los 80s. Porque si nos detenemos por un momento para recordar lo que los 80s significaron para la mayoría de los superhéroes, entonces nos daremos cuenta de los importantes cambios que ocurrieron en esa era. Los autores británicos transformaron personajes unidimensionales en individuos complejos, con personalidades ricas; eliminaron el concepto de la pureza y la bondad indiscutible, y añadieron una muy necesaria oscuridad para equilibrar las cosas. Obviamente, muchos lectores se quejaron al respecto. Ellos querían que sus héroes regresen a los estándares idealistas aunque infantiloides del pasado. 


El superhéroe anónimo de este relato es un hombre enfurecido, alguien que añora los años limpios y simples de décadas pasadas. En vez de un superhéroe clásico, en los 80s él fue convertido en algo distinto. Su historia fue rescrita y como consecuencia su origen fue modificado: “¡Me gustaba mi vida! ¡No tenía nada de malo! Yo no estaba a la moda, ni marcaba tendencias, no era innovador, ¿y saben qué? ¡Así estaba bien! No necesitaba una personalidad dividida, la crisis nerviosa, el cambio de orientación sexual, mi vida convertida en una mentira”, le grita a Snow. Se ha revelado que Jack Carter lo había fotografiado con chicos prostitutos menores de edad. La venganza, por supuesto, era inevitable. 

En las páginas finales, Jack Carter reaparece y mata a sangre fría a este superhéroe sin nombre. Aunque Carter ha cambiado. Como él dice, los 80s han muerto. Es momento de aceptar el futuro. Y él borra aquellos aspectos que lo asemejaban a John Constantine, y adopta una nueva apariencia, casi idéntica a la de Spider Jerusalem, el protagonista de la impresionante serie de Warren Ellis “Transmetropolitan”.


El arte de John Cassaday es absolutamente asombroso. Tenemos momentos oscuros y ominosos, como la página que muestra a los protagonistas entrando en el cementerio; y también tenemos escenas más luminosas y poderosas, como la página que incluye a los hijos e hijas de los 80s (debo resaltar el fantástico diseño del híbrido Swamp Thing / Poison Ivy y el Animal Man alternativo). Uno de los mejores artistas de la industria deja su huella en una historia muy creativa sobre el impacto que tuvo la “invasión británica” de los 80s en el género superheroico.


August 4, 2014

Swamp Thing # 61, 62, 63 & 64 - Moore, Veitch & Bissette

Alan Moore’s Swamp Thing, like all literary masterpieces, was in constant evolution. It began as a horror title, then it started combining “sophisticated suspense” with fantasy, but in the final issues the shift towards science fiction was more than evident. Furthermore, Alan Moore’s ability to rescue old DC heroes from the Silver Age and turning them into fascinating characters was an unparalleled success. 
Green Lantern versus Swamp Thing

And we are the witnesses of this narrative shift in the pages of “All Flesh is Grass” (published in Swamp Thing # 61, June 1987), a deeply touching story about a planet of creatures that are very similar to Swamp Thing. In this world, every tree, every plant and every flower is a sentient being, an intelligent creature, with a soul and a conscience, if you will. 

And the monster from Louisiana’s swamps is not ready for something like that. He clashes onto them, he crushes them, he absorbs thousands of individuals into one gigantic body, and with countless voices inside his mind, he finds it impossible to rest or to be at peace. 

It’s only thanks to the intervention of Medphyl, the Green Lantern of that galactic sector, that Swamp Thing learns to control his vibrational frequency and releases, or rather expulses, the bodies that had been subsumed: “Medphyl hauls upon a dozen lines, reeling in each reclaimed soul as green photon fingers untangle it from the mesmerized central mass”. 

The ending, however, is extremely moving and very intense. Because in just one issue Moore addresses complex subjects like the collectivity, the strange customs of an alien civilization, the way proximity can nurture love but also suffocate it and last, but not least, the loss of the ones we love, the death, the hurried departure of our fathers or mentors that leave us always devastated, always with one last conversation that it’s owed to us, and that it will never take place, because death takes it all away from us. 

“Wavelength” (Swamp Thing # 62, July 1987) was written by Rick Veitch, and it’s truly an extraordinary chapter. Seems to me that after working with Moore, Bissette and Veitch found in themselves their inner voices, their essence as writers, and they both exceled at it. Veitch pays homage to “El Aleph” a short story written by the legendary Jorge Luis Borges. But Veitch also combines the erudition of a highly intellectualized plot with the irresistible charm of DC’s vast heritage. Hence, the apparition of Metron and his Mobius Chair, the undecipherable mysteries of the Source, the encounter between the New God and the Swamp Thing, the vexing nature of the Aleph and the cruel and cold demeanor of Darkseid, of Apokolips, god of darkness, and the only one interested in the Anti-Life Equation. A remarkable issue that proved that Veitch could replace Moore as the writer of Swamp Thing, which eventually did happen.  
Swamp Thing & Metron 

And that is quite logical if you spend a few minutes thinking about it. In his introduction, Stephen Bissette explains how important it was for Alan Moore and Rick Veitch to team up: “Together they explored the science fantasy and mythic potential of both Swamp Thing and the DC Universe with the same insight and energy that the earlier ‘American Gothic’ had brought to the horror genre”. 

Now that the Odyssey is over, the hero must return home. And that’s what happens in “Loose Ends (Reprise)” (Swamp Thing # 63, August 1987). While Swamp Thing exterminates the men responsible for severing his link to Earth, the rest of the cast gathers and coalesces under a new light: Abigail visits his husband, Matt Cable, a man in comma, a true ‘vegetable’, Chester Williams, Liz Tremayne and Wallace Monroe decide to put all their time and effort into an ecological movement. 

After 3 years and with more than 40 issues, Alan Moore was finally saying goodbye to the title that had made him famous in the United States. “Return of the Good Gumbo” (Swamp Thing # 64, September 1987) is the final chapter but it’s also an extraordinary example of how a series must come to an end. Swamp Thing and Abby are finally reunited, and they decide to leave behind all the craziness, all the supernatural aspects of their past, and to simply live together, like husband and wife. The ending is heartbreaking at moments, but at the same time it has humor and a sense of humanity that turn these pages into something genuinely unforgettable.

We should admire Moore’s run even more if we take into account the enormous pressure he was handling during those days. He was working 24/7, writing without a pause, and creating one masterpiece after another. In 1987 he was simultaneously writing Miracleman, Watchmen and Swamp Thing, like Bissette explains: “there was an enormous burden upon Alan’s shoulders […] and the pressure not only to deliver but also to live up to the high expectations”. Nevertheless, and against all odds, Moore created one of the most fascinating ongoing series that has ever graced the comic book industry panorama. 

Personally, it has taken me 2 years (from August 2012 to August 2014) to review the entire run. And it has been a task that has filled me with joy. Now I leave it all to you; read it at your leisure:

Saga of the Swamp Thing # 20 & 21 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-20-21-alan-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 22, 23 & 24 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-22-23-24-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 25, 26 & 27 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-25-26-27-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 28, 29 & 30 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-28-29-30-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 31 & Annual # 2
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-31-annual-2-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 32, 33 & 34 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-32-33-34-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 35, 36 & 37
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/saga-of-swamp-thing-35-36-37-moore.html

Swamp Thing # 38 & 39 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/swamp-thing-38-39-moore-woch-bissette.html

Swamp Thing # 40, 41 & 42
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/swamp-thing-40-41-42-moore-bissette.html

Swamp Thing # 43, 44 & 45 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/08/swamp-thing-43-44-45-moore-bissette.html

Swamp Thing # 46, 47 & 48 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/09/swamp-thing-46-47-48-moore-bissette.html

Swamp Thing # 49 & 50 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/09/swamp-thing-49-50-moore-bissette.html

Swamp Thing # 51 & 52 
http://artbyarion.blogspot.com/2014/01/swamp-thing-51-52-moore-veitch-alcala.html

Swamp Thing # 53
http://artbyarion.blogspot.com/2014/01/swamp-thing-53-alan-moore-john-totleben.html

Swamp Thing # 54, 55 & 56 
http://artbyarion.blogspot.com/2014/01/swamp-thing-54-55-56-moore-veitch-alcala.html 

Swamp Thing # 57, 58, 59 & 60
http://www.artbyarion.blogspot.com/2014/07/swamp-thing-57-58-59-60-moore-veitch.html
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“Swamp Thing” de Alan Moore, como toda obra maestra, estaba en constante evolución. Empezó como un título de terror, luego comenzó a combinar “suspenso sofisticado” con fantasía, pero en los números finales el cambio hacia la ciencia ficción era más que evidente. De hecho, la habilidad de Alan Moore para rescatar viejos héroes de DC de la Edad de Plata y convertirlos en personajes fascinantes fue un éxito sin precedentes. 
Swamp Thing & Abby

Y nosotros somos los testigos de este giro narrativo en las páginas de “Toda la carne es césped” (publicado en "Swamp Thing" # 61, junio de 1987), una historia profundamente enternecedora sobre un planeta de criaturas que son muy similares a la Cosa del Pantano. En este mundo, cada árbol, cada planta y cada flor es un ser conciente, una criatura inteligente, con alma propia.

Y el monstruo de los pantanos de Luisiana no está preparado para algo así. Él se choca con ellos, los aplasta, absorbe a miles de individuos en un cuerpo gigantesco, y con incontables voces dentro de su mente, le resulta imposible descansar o encontrar paz. 

Es sólo gracias a la intervención de Medphyl, el Green Lantern de ese sector galáctico, que la Cosa del Pantano aprende a controlar su frecuencia vibracional y suelta, o más bien expulsa, los cuerpos que han sido subsumidos: “Medphyl lanza por encima una docena de cuerdas, jalando en cada una un alma reclamada mientras que dedos de fotón verde las desenredan de la hipnotizada masa central”. 

El final, sin embargo, es extremadamente conmovedor y muy intenso. Porque en tan sólo un número, Moore desarrolla temas complejos como la colectividad, las extrañas costumbres de una civilización alienígena, la forma en que la proximidad puede nutrir el amor pero también sofocarlo y, por último, la pérdida de aquellos a quienes amamos, la muerte, la apresurada partida de nuestros padres o mentores que nos deja siempre devastados, siempre con la deuda de una última conversación, que ya nunca ocurrirá, porque la muerte nos arrebata todo.

“Frecuencia de onda” ("Swamp Thing" # 62, julio de 1987) fue escrito por Rick Veitch, y es verdaderamente un capítulo extraordinario. Me parece que después de trabajar con Moore, Bissette y Veitch encontraron su voz interior, su esencia como escritores, y ambos lograron algo brillante. Veitch rinde homenaje a “El Aleph”, un cuento escrito por el legendario Jorge Luis Borges. Pero Veitch también combina la erudición de un argumento de alto vuelo intelectual con el irresistible encanto de la vasta herencia de DC. Allí aparecerán Metron y su Silla Mobius, los misterios indescifrables de la Fuente, el encuentro entre el Nuevo Dios y la Cosa del Pantano, la perpleja naturaleza del Aleph y la expresión cruel y fría de Darkseid, de Apokolips, dios de la oscuridad, y el único interesado en la Ecuación de la Anti-Vida. Un extraordinario número que demostró que Veitch podía reemplazar a Moore como el escritor de la colección, algo que eventualmente sucedería.
The end / Fin

Y esto es bastante lógico si lo analizamos por un momento. En su introducción, Stephen Bissette explica lo importante que fue para Alan Moore y Rick Veitch trabajar en equipo: “Juntos exploraron la fantasía de la ciencia y el potencial mítico tanto de la Cosa del Pantano como del Universo DC con la misma visión y energía que la anterior ‘American Gothic’ había traído al género de terror”. 

Al final de la Odisea, el héroe debe retornar a su hogar. Y eso es lo que pasa en “Cabos sueltos (Repetición)” ("Swamp Thing" # 63, agosto de 1987). Mientras la Cosa del Pantano extermina a los hombres responsables de cercenar su vínculo con la Tierra, el resto del elenco se reúne y se redefine bajo una nueva luz: Abigail visita a su esposo, Matt Cable, un hombre en coma, un verdadero ‘vegetal’; Chester Williams, Liz Tremayne y Wallace Monroe deciden enfocar todo su tiempo y esfuerzo en un movimiento ecológico. 

Después de 3 años y con más de 40 números, Alan Moore finalmente le decía adiós al título que lo había hecho famoso en los Estados Unidos. “Retorno del buen Gumbo” ("Swamp Thing" # 64, setiembre de 1987) es el capítulo final pero también es un extraordinario ejemplo de cómo darle fin a una serie. La Cosa del Pantano y Abby por fin se reúnen, y deciden dejar atrás toda la locura, todos los aspectos sobrenaturales de su pasado, para simplemente vivir juntos, como marido y mujer. El final es conmovedor por momentos, pero al mismo tiempo tiene humor y un sentido de humanidad que convierten estas páginas en algo genuinamente inolvidable. 

Deberíamos admirar la etapa de Moore aún más si tenemos en cuenta la enorme presión que experimentaba en aquellos días. Él estaba trabajando las 24 horas del día, escribiendo sin pausa, y creando una obra maestra tras otra. En 1987 estaba escribiendo simultáneamente "Miracleman", "Watchmen" y "Swamp Thing", como explica Bissette: “había un enorme peso sobre los hombros de Alan […] y la presión no solamente de las entregas sino también de estar a la altura de las expectativas”. No obstante, y contra todo pronóstico, Moore creó una de las colecciones mensuales más fascinantes que han agraciado el panorama de la industria del comic book.

Personalmente, he tardado 2 años (desde agosto de 2012 hasta agosto de 2014) para reseñar toda la etapa. Y ha sido una tarea que me ha llenado de goce. Ahora, dejo todo en vuestras manos, para que lo leáis a vuestro antojo. 

Saga of the Swamp Thing # 20 & 21 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-20-21-alan-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 22, 23 & 24 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-22-23-24-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 25, 26 & 27 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/08/saga-of-swamp-thing-25-26-27-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 28, 29 & 30 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-28-29-30-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 31 & Annual # 2
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-31-annual-2-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 32, 33 & 34 
http://artbyarion.blogspot.com/2012/12/saga-of-swamp-thing-32-33-34-moore.html

Saga of the Swamp Thing # 35, 36 & 37
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/saga-of-swamp-thing-35-36-37-moore.html

Swamp Thing # 38 & 39 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/swamp-thing-38-39-moore-woch-bissette.html

Swamp Thing # 40, 41 & 42
http://artbyarion.blogspot.com/2013/02/swamp-thing-40-41-42-moore-bissette.html

Swamp Thing # 43, 44 & 45 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/08/swamp-thing-43-44-45-moore-bissette.html

Swamp Thing # 46, 47 & 48 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/09/swamp-thing-46-47-48-moore-bissette.html

Swamp Thing # 49 & 50 
http://artbyarion.blogspot.com/2013/09/swamp-thing-49-50-moore-bissette.html

Swamp Thing # 51 & 52 
http://artbyarion.blogspot.com/2014/01/swamp-thing-51-52-moore-veitch-alcala.html

Swamp Thing # 53
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Swamp Thing # 54, 55 & 56 
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Swamp Thing # 57, 58, 59 & 60
http://www.artbyarion.blogspot.com/2014/07/swamp-thing-57-58-59-60-moore-veitch.html

July 23, 2014

Swamp Thing # 57, 58, 59 & 60 - Moore, Veitch & Totleben

Sometimes it’s quite difficult for me to imagine how DC Comics survived. As most of you might know, DC went through a rough patch in the 80s, the so-called “implosion”, instead of launching new titles each month they had to cancel them due to low sales and the readership’s absence.
Adam Strange attacks Swamp Thing /
Adam Strange ataca a la Cosa del Pantano

And I say it is hard to envision such moment because DC, just like Marvel, has a rich legacy of heroes and characters that defy our imagination. The problem, as usual, comes from shortsighted editors, from censorship and from lack of innovation. In other words, a fruitful land had become a barren and deserted wasteland.


And that is exactly what we can observe in “Mysteries in Space” (published in Swamp Thing # 57, February 1987). Swamp Thing arrives to Rann, a planet plagued by famine, by the extinction of vegetation and all life forms, not only the world is sterile but also the people who live in it. This is why, years ago, earthman Adam Strange was regarded as a hero and as the savior of this alien civilization. 


Adam Strange naively thought that his contribution was limited to wearing a jet pack and shooting down monsters with his laser gun. He was wrong. His first and foremost duty was to impregnate princess Alanna, in order to give millions hope. Because if only one child was to be born, then all the people of Rann would understand that the situation wasn’t so desperate.


Adam Strange was the kind of hero that I never considered exciting. And he wasn’t interesting because most writers would only see him as the classic sci-fi hero that could solve the galaxy’s problems with laser rays. Alan Moore proves that the gaudy costume and accessories were only that, an ancillary aspect of this unassuming champion.

The betrayal of Thanagar / la traición de Thanagar

In “Exiles” (Swamp Thing # 58, March 1987), an amazing parallelism takes place between Rann and Alanna, heir of the throne. Authorized by Sardath, the most respected scientist, Swamp Thing decides to get in touch with this strange planet, and while doing that he resuscitates biological life forms; he turns dusty deserts into lush forests. Even though, in the process, Swamp Thing and Adam Strange must fight to the death with their former allies: two agents from Thanagar, home planet of Hawkman and Hawkwoman from the Justice League of America. 


Rann is made fertile again and Alanna discovers that she is at last pregnant: “She’ll return to her chambers through spotless, childless palace halls, maybe considering what to tell our offspring, if it should ask, about its father, so far away… who visits only sometimes”. And, in a way, DC learns how important it is to let the garden grow free of editorial intervention or censorship. And thus one of the most fruitful eras for DC is consolidated in this two-part story.


Parental issues are still present in the following two issues. Certainly, in “Reunion” (Swamp Thing # 59, April 1987), Abigail must deal with old men and women in a retirement home; she feels compassion towards them but at the same time she feels scared, scared of death, scared of the impending disappearance of her own father. It’s only at the end of this chapter, when she finds the putrefied remnants of his progenitor that she understands her fear. “Reunion” was written by Stephen Bissette, who proves to be not only an amazing artist but also a wonderful and very gifted storyteller.


Finally, “Loving the Alien” is the strangest love story I’ve read. Swamp Thing lands in a living spaceship, a spaceship bigger than a planetoid, with enough life and energy to sustain countless species. This entity doesn’t want to die alone, it wants children, and it seems only a creature like Swamp Thing can survive the brutal mating process. Alan Moore creates a story that truly feels like something out of this world. And the extraordinary art comes from John Totleben, his visual experimentation and unconventional graphics are the fundamental key of this episode.

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A veces es bastante difícil imaginar cómo DC Comics logró sobrevivir. Como muchos de ustedes sabrán, DC pasó por una etapa difícil en los 80, la denominada “implosión”, en vez de lanzar títulos nuevos cada mes, tuvieron que cancelarlos a causa de las bajas ventas y la ausencia de lectoría.

Abigail and her father / Abigail y su padre

Y digo que es difícil visualizar semejante momento porque DC, al igual que Marvel, tiene un rico legado de héroes y personajes que desafían nuestra imaginación. El problema, como siempre, viene de editores cegatones, de la censura y de la falta de innovación. En otras palabras, una tierra fructífera se había convertido en un terreno baldío y desértico. 


Y eso es exactamente lo que podemos observar en “Misterios en el espacio” (publicado en "Swamp Thing" # 57, febrero de 1987). La Cosa del Pantano llega a Rann, un planeta plagado por la hambruna, por la extinción de la vegetación y todas las formas de vida, no sólo el mundo es estéril sino también la gente que vive en él. Es por ello que, hace años, el terrícola Adam Strange fue glorificado como un héroe y como el salvador de esta civilización alienígena. 


Adam Strange pensaba inocentemente que su contribución se limitaba a usar una mochila propulsora y a disparar monstruos con su pistola láser. Él estaba equivocado. Su primer y más importante deber era embarazar a la princesa Alanna, para así darle esperanza a millones. Porque si tan sólo un niño llegase a nacer, entonces toda la gente de Rann entendería que la situación no era tan desesperada. 


Adam Strange era el tipo de héroe que nunca me pareció interesante. Y no era lo era porque la mayoría de escritores sólo lo veían como el clásico héroe de ciencia ficción que podía resolver los problemas de la galaxia con rayos laser. Alan Moore demuestra que su vistoso traje y sus accesorios con sólo eso, un aspecto secundario de este modesto campeón. 

Inside the alien spaceship / al interior de la nave alienígena

En “Exilios” ("Swamp Thing" # 58, marzo de 1987), hay un asombroso paralelo entre Rann y Alanna, heredera del trono. Con la autorización de Sardath, el científico más respetado, la Cosa del Pantano decide entrar en contacto con este extraño planeta, y mientras lo hace resucita las formas de vida biológicas; convierte un desierto polvoriento en bosques tropicales. Aunque, en el proceso, la Cosa del Pantano y Adam Strange deben pelear hasta la muerte con sus antiguos aliados: dos agentes de Thanagar, mundo hogar de Hawkman y Hawkwoman de la Liga de la Justicia de América. 


Rann es fértil de nuevo y Alanna descubre que por fin está embarazada: “Ella regresará a su recámara, a través de pasillos sin manchas, sin niños, quizás considerando qué debería decirle a sus hijos, si acaso llegasen a preguntarle, sobre su padre, que está tan lejos... que sólo los visita de vez en cuando”. Y, en cierto modo, DC aprende lo importante que es dejar que el jardín crezca libre de intervención editorial o censura. Y por lo tanto una de las eras más fructíferas de DC se consolida en esta historia de dos partes.


El tema paterno sigue estando presente en los dos números siguientes. Ciertamente, en “Reunión” ("Swamp Thing" # 59, abril de 1987), Abigail debe lidiar con ancianos en un asilo; ella siente compasión por ellos pero al mismo tiempo se siente asustada, le teme a la muerte, le tema a la pronta desaparición de su propio padre. Es sólo al final de este capítulo, cuando encuentra los restos putrefactos de su progenitor que ella entiende ese miedo. “Reunión” fue escrita por Stephen Bissette, quien prueba ser no sólo un asombroso artista sino también un narrador maravilloso y lleno de talento.


Finalmente, “Amando al alien” es la historia de amor más extraña que he leído. La Cosa del Pantano aterriza en una nave viviente, una nave más grande que un planetoide, con suficiente vida y energía para nutrir a incontables especies. Esta entidad no quiere morir en soledad, quiere hijos. Y parece que solamente una criatura como la Cosa del Pantano puede sobrevivir al brutal proceso de apareamiento. Alan Moore crea una historia que se siente de veras como algo fuera de nuestro mundo. Y el extraordinario arte es de John Totleben, su experimentación visual y sus gráficos poco convencionales son la clave fundamental de este episodio.