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September 17, 2014

KICK-ASS 3 - Mark Millar

Most writers spend entire decades mimicking the style of their predecessors, unable to come up with new ideas. Only a few seem to have what it takes to reenergize the medium, to resurrect our passion towards a genre that is so easily cluttered with trivial titles and meaningless sagas. With Kick-Ass, writer Mark Millar unleashed his creativity and unlocked his potential as an author that could succeed outside the big two.

This third and last volume begins with the tribulations of Kick-Ass and Hit-Girl, still recovering from recent events. Hit-Girl is in jail, waiting to be rescued. But when weeks turn into months she realizes that the incompetence of Kick-Ass and his improvised group of self-appointed “superheroes” is greater than she had imagined.
Life after high school / la vida después de la secundaria

Hit-Girl understands that, and she manages to hold her ground in jail, killing inmates or maiming them as she sees fit. There is one memorable scene in which a psychiatrist visits her. In a way, this is a parody of the classic mental games between an imprisoned dangerous criminal and a normal person. We’ve seen similar sequences in “The Silence of the Lambs” (Hannibal Lecter and agent Clarisse Sterling) and most especially in “Watchmen” (Rorschach and Dr. Malcolm Long). In fact, if we reread Alan Moore’s magnum opus, we’ll remember that Dr. Malcolm Long eventually starts suffering from mental fatigue and anxiety after his sessions with Rorschach; the same has already happened with Hit-Girl’s first two shrinks, but the new one seems to be more resilient. Still, the dialogue between the perfect assassin and a doctor with good intentions is priceless. 

Meanwhile, Hit-Girl’s old headquarter is now a playground for adults that behave like children. One of Dave’s associates decides to move in. He is a fat man, a useless masked adventurer, an even bigger loser than the rest of the gang. Sitting on his dirty laundry while playing video games all day long, it’s clear that neither he nor any other member of ‘Justice Forever’ will fight to get Mindy out of jail. 

If Dave Lizewski was the average high school loser at the beginning of the series, he’s now a mediocre young man, working in a fast food joint and sharing an apartment with his friend Todd. Dave is too self-absorbed in his own world. After the death of his father, he finds solace in the Kick-Ass persona, and he gets even more tangled than usual in the absurdity and ridiculousness of superhero conventions. He can’t even mourn his parents as a regular kid: “It’s also so much cooler when you’re brooding in a big, black coat. I tried this in my jeans last week but it all just looked so inappropriately casual”. Kick-Ass missions have now become even more futile and ludicrous than they ever were. But still, he keeps at it. He has to. There’s no normal life for him to get back to. 
Kick-Ass & Justice Forever

In fact, even the slightest sense of normalcy will become a much-coveted asset. Hit-Girl is in jail, Kick-Ass is trying to adapt to a life devoid of grandeur. And even Chris –AKA the Motherfucker, formerly known as the Red Mist– is recovering from the multiple injuries, lesions and fractures he suffered at the end of the second volume of Kick-Ass. He may not have a normal life, but the one who is suffering the most is Angie Genovese, his mom; and not because, as a mother, she’s supposed to be worried about her son’s wellbeing... In fact, she feels repulsed and disgusted. Her life is miserable, she’s often insulted for giving birth to a homicidal monster. Still the woman visits the young man daily in the hospital. There she hears Chris complaints. It wasn’t supposed to be like this, he says. He’s in pain and he knows his life has been ruined. But she’s also in pain and her life has been ruined as well. 

Mark Millar explores an aspect of the supervillain figure that has rarely been acknowledged: the impact that the villain has not on society or the hero community, but on those closer to him, in other words, his friends and family. Because while Chris selfishly whines about being prostrated in bed, or having his ass kicked by Kick-Ass, Angie Genovese is enraged: “You think this was MY PLAN. You think I grew you for nine months and fed you my milk just to watch you become a FIGURE of PUBLIC HATE? Your father only killed people for BUSINESS. You killed people for FUN”. 

After long months of planning, Kick-Ass decides to intimidate mafia leader Rocco Genovese by recreating a classic scene from “Batman: Year One”. His goal is to instill fear in the hearts of the mobsters (just like Batman did in the classic Frank Miller miniseries). Of course, he fails. And he fails miserably.  
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Todd is having fun, Dave isn't / Todd se divierte, pero Dave no

Muchos escritores pasan años imitando el estilo de sus predecesores, incapaces de aportar nuevas ideas. Sólo unos pocos parecen tener lo necesario para re-energizar el medio, para revivir nuestra pasión por un género que a menudo es estorbado por títulos triviales y sagas intrascendentes. Con Kick-Ass, el escritor Mark Millar desató su creatividad y liberó su potencial como un autor que podía tener éxito más allá de las grandes editoriales.

Este tercer y último volumen empieza con las tribulaciones de Kick-Ass y Hit-Girl, todavía recuperándose de eventos recientes. Hit-Girl está en la cárcel, esperando a ser rescatada. Pero cuando las semanas se convierten en meses, ella se da cuenta de que la incompetencia de Kick-Ass y su improvisado grupo de “superhéroes” voluntarios es mayor de lo imaginado. 

Hit-Girl entiende esto, y se las arregla para defenderse en prisión, matando reos o mutilándolos según considere conveniente. Hay una escena memorable en la que un psiquiatra la visita. En cierto modo, esta es una parodia de los clásicos juegos mentales entre un peligroso criminal apresado y una persona normal. Hemos vistos secuencias similares en “The Silence of the Lambs” (Hannibal Lecter y la agente Clarisse Sterling) y sobre todo en “Watchmen” (Rorschach y Dr. Malcolm Long). De hecho, si releemos el magnum opus de Alan Moore, recordaremos que el Dr. Malcolm Long eventualmente empieza a sufrir fatiga mental y ansiedad después de sus sesiones con Rorschach; lo mismo ha pasado con los primeros dos psiquiatras de Hit-Girl, pero el nuevo parece ser más resistente. Y sí, el dialogo entre la asesina perfecta y un doctor con buenas intenciones es de primera. 

Mientras tanto, el viejo cuartel general de Hit-Girl ahora es un patio de juegos para adultos que se comportan como niños. Uno de los colegas de Dave decide mudarse. Este es un hombre gordo, un aventurero enmascarado inútil, un perdedor de mayor calibre que el resto. Se sienta sobre su ropa sucia mientras juega videojuegos todo el día, es claro que ni él ni ningún otro miembro de ‘Justicia para siempre’ pelearán para sacar a Mindy de la cárcel.
Dave is about to get some / Dave está a punto de tener algo

Si es que Dave Lizewski era un perdedor promedio de secundaria al inicio de la serie, ahora es un joven mediocre, que trabaja en un fast food y comparte un departamento con su amigo Todd. Dave está demasiado absorbido en su propio mundo. Después de la muerte de su padre, encuentra solaz en la personalidad de Kick-Ass, y se enreda aún más de lo habitual en las absurdas y ridículas convenciones de los superhéroes. Ni siquiera puede estar de duelo por sus padres como un chiquillo normal. “También es mucho más genial cuando estás solemne en un gran abrigo negro. Lo intenté con jeans la semana pasado pero todo se veía tan inapropiadamente casual”. Las misiones de Kick-Ass se han vuelto aún más fútiles y ridículas. Pero aun así, él sigue en ello. Tiene que seguir en ello. No hay una vida normal a la que pueda regresar.

De hecho, incluso el más mínimo sentido de normalidad se convertirá en un bien muy deseado. Hit-Girl está en prisión, Kick-Ass intenta adaptarse a una vida desprovista de grandiosidad. E incluso Chris –Motherfucker, también conocido antes como Red Mist– se está recuperando de múltiples heridas, lesiones y fracturas sufridas al final del segundo volumen de Kick-Ass. Puede ser que él no ha tenido una vida normal, pero la que más está sufriendo es Angie Genovese, su mamá; y no porque, como madre, se supone que deba sentirse preocupada por el bienestar de su hijo... De hecho, ella siente repulsión y disgusto. Su vida es miserable, ella a menudo es insultada por parir a un monstruo homicida. Aun así, la mujer visita al joven a diario en el hospital. Allí, ella escucha las quejas de Chris. No se suponía que sería así, dice él. Tiene dolor y sabe que su vida ha sido arruinada. Pero ella también tiene dolor y su vida también está arruinada. 

Mark Millar explora un aspecto de la figura del villano que raramente ha sido reconocido: el impacto que el villano tiene no en la sociedad o en la comunidad heroica, sino en aquellos que le son cercanos, en otras palabras, sus amigos y familia. Porque cuando Chris se queja egoístamente mientras está postrado en cama, o se queja de haber sido derrotado por Kick-Ass, Angie Genovese está furiosa: “¿Crees que este era MI PLAN. Crees que te tuve por nueve meses y te di mi leche sólo para ver que te convertías en una FIGURA ODIADA PÚBLICAMENTE? Tu padre sólo mataba gente por NEGOCIOS. Tú mataste gente por DIVERSIÓN”. 
Sex changes everything / el sexo lo cambia todo

Después de largos meses de planeamiento, Kick-Ass decide intimidar al líder de la mafia Rocco Genovese, recreando la escena clásica de “Batman: Año Uno”. Su meta es infundir miedo en los corazones de los mafiosos (tal como hace Batman en la clásica miniserie de Frank Miller). Por supuesto, fracasa. Y fracasa miserablemente.  


October 3, 2013

KICK-ASS 2 - Mark Millar

We have all read comic books, we are all familiar with superheroes. There is something deep inside of us that makes us cherish this gaudy adventurers, that makes us smile every time we swim in that vast ocean of colorful caped crusaders and masked defenders. And yes, I think it’s fair to presume that we’ve all fantasized about them. What is it like to be a superhero? How does it make you feel? 

Dave Lizewski always wondered why nobody had ever tried it. Was normal life so thrilling? Could someone resist the attraction of hiding his face under a mask and putting on a tight costume? Obviously, being a superhero quickly turned into an addiction for Dave. He was hospitalized, brutally attacked and humiliated. Hell, he even had electrodes connected to his testicles as part of Red Mist’s interrogation procedure! Everyone would assume that the kid would have learned his lesson by now. But addictions are called that for a reason: the dependency is too strong; the necessity for escapism and the longing for a dose of adrenaline are too powerful.


It certainly was unexpected to observe how this second volume starts with a lot of thrill-seekers. Dave is no longer the only superhero in town. In fact, there are now dozens, if not hundreds, of imitators. After reading the first volume, I would have thought that nobody in their right mind would want to emulate Kick-Ass. I was sure that Dave would end up alone, estranged in a city he could no longer recognize as his own. In my mind he would wander off, devoid of purpose and hope. Of course, had that been the case, we wouldn’t hold in our hands the second volume of Mark Millar’s brilliant saga. 


It is in this context that Kick-Ass gets to meet many of the new superheroes. Most of them are amateurs, and as unlikely as it sounds, they’re even bigger losers… But none of that seems to matter to this idealistic teenager. All he can dream about is team-ups and superhero groups. And indeed, he finds in Justice Forever the first and only superhero aggrupation of the world. And he’s ecstatic to be welcomed into the ranks of these do-gooders.


As Mark Millar wrote in the introduction of volume 2, this was “a chance to enlarge upon what we did on book one and take things to the next logical step. Dave has inspired dozens of people to be superheroes so of course the next step would be superhero teams. Dave made it fashionable to pull on a mask so the natural reaction to this would be super-villains”.


It may indeed be fashionable but that doesn’t mean it’s glamorous. On the contrary: “The comic book heroes all have billion dollar bases and headquarters on the moon”. But he feels lucky for simply having a place where he can meet with his new pals, even if it isn’t a “super” base; instead of worrying about state of the art gadgets his mainly concern is getting a few quarters so he can take the bus. That’s one of the things I like the most about Kick-Ass, that connection to the real world, that celebration of reality that although isn’t denied by the heroic deeds of the protagonist, is reinforced by the typical qualms of any normal teen.    


And speaking of preoccupations, there is always one thing on Dave’s mind: sex, of course. But he is not getting any luck in that department. In the previous volume, Dave had a crush on Katie Deuxma. He still thinks of her, or rather uses her as inspiration for his masturbatory sessions. Dave usually finds Katie’s pics on Facebook arousing enough to jerk-off enthusiastically. And that’s what I love about Millar’s sense of humor. Because if doesn’t matter if Kick-Ass is a superhero or the most admired member of Justice Forever, at the end of the day he’s still considered a loser by every girl in his school and he can’t get a date. 


After taking into account all that sexual frustration, it should make sense why Dave must so desperately fill that void in his life. So while Kick-Ass, Colonel Star, Lieutenant Stripes, Doctor Gravity, Battle-Guy (Marty Eisenberg, one of Dave’s best friends), Night Bitch and the rest of the gang spend their nights patrolling the city or helping as volunteers in shelters, Chris Genovese is gathering a formidable army of ruthless murderers. In the first volume, Chris was introduced as the rich kid who could spend hundreds of dollars each week in the local comic store. Envied by Dave and his friends, ignored by most people, he was simply a nerd, but a wealthy one. He then turned into Red Mist, Kick-Ass’s nemesis. But like any other kid his age, he was simply too messed up to do the right thing. There was nothing inherently evil in his acts. Not anymore. Now that he has been christened as the Mother Fucker he starts acting like the cruelest bastard of the city. This transformation is explored and explained in the Hit-Girl miniseries, but suffice to say that Red Mist is gone, and so are the last traces of morality Chris Genovese had. In his own words: “No, Red Mist was the old me. The asshole who liked to dress up like a superhero and spend all his money on variant covers”.

Justice Forever / Justicia Eterna
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Dave with his best friends Todd and Marty / Dave con sus mejores amigos Todd y Marty

Todos hemos leído cómics, todos estamos familiarizados con los superhéroes. Hay algo dentro de nosotros que nos hace atesorar a estos estrambóticos aventureros, que nos hace sonreír cada vez que nadamos en ese vasto océano de justicieros de capas coloridas y defensores enmascarados. Y sí, pienso que es justo asumir que todos hemos fantaseado con ellos. ¿Cómo sería convertirse en un superhéroe? ¿Cómo se sentiría?

Mother Fucker & Mother Russia

Dave Lizewski siempre se preguntó por qué nadie lo había intentado. ¿La vida normal era tan emocionante? ¿Puede alguien resistirse a la atracción de esconder su rostro bajo una máscara y ponerse un traje bien ceñido? Obviamente, ser un superhéroe rápidamente se convirtió en una adicción para Dave. Estuvo hospitalizado, fue brutalmente atacado y humillado. ¡Demonios, incluso le engancharon electrodos en los testículos durante el interrogatorio de Red Mist! Todos asumirían que el jovencito habría aprendido la lección a estas alturas. Pero las adicciones llevan ese nombre por una razón: la dependencia es demasiado fuerte; la necesidad de escapismo y las ansias de una dosis de adrenalina son demasiado poderosas.


Ciertamente, fue inesperado observar que este segundo volumen empezara con un montón de buscadores de emociones. Dave ya no es el único superhéroe en la ciudad. De hecho, ahora hay docenas, acaso cientos, de imitadores. Después de leer el primer volumen, había pensado que nadie que estuviese cuerdo querría emular a Kick-Ass. Estaba seguro que Dave terminaría solo, alienado en una ciudad que ya no sería capaz de reconocer. En mi mente él deambularía por allí, sin propósitos y sin esperanzas. Desde luego, si hubiese sido así, no tendríamos en nuestras manos el segundo volumen de la brillante saga de Mark Millar

"It's time to see what evil dick tastes like" /
 "Es hora de probar a qué sabe un pene malvado"

Es en este contexto que Kick-Ass llega a conocer a muchos de estos nuevos superhéroes. La mayoría son amateurs, y por improbable que parezca, son incluso perdedores de mayor calibre... Pero nada de eso parece importarle a este adolescente idealista. Lo único con lo que puede soñar es tener un equipo, un grupo de superhéroes. Y de hecho, encuentra en Justicia Eterna a la primera y única agrupación de superhéroes del mundo. Y está entusiasmado con ser bienvenido en las filas de estos bienhechores.


Como escribió Mark Millar en la introducción del volumen 2, esta era “la oportunidad de engrandecer lo que hicimos en el libro uno y llevar las cosas al siguiente paso lógico. Dave ha inspirado a docenas de personas a ser superhéroes así que por supuesto el siguiente paso sería equipos de superhéroes. Dave hizo que ponerse una máscara esté de moda así que la reacción natural a esto sería súper-villanos”.


Puede estar de moda, pero eso no significa que sea algo glamoroso. Por el contrario: “todos los héroes de los cómics tienen bases de un billón de dólares y cuarteles generales en la luna”. Pero él se siente afortunado por tener simplemente un espacio donde pueda reunirse con sus nuevos amigos, incluso si es que no es una “súper” base; en vez de preocuparse por artefactos tecnológicos, su inquietud principal es conseguir algunas monedas para tomar el bus. Esa es una de las cosas que más me gustan de Kick-Ass, esa conexión con el mundo real, esa celebración de realidad que aunque no es negada por los hechos heroicos del protagonista, es reforzada por las incertidumbres típicas de todo adolescente. 

Katie: Gag banged / Katie es violada por todos

Y hablando de preocupaciones, siempre hay una cosa en la mente de Dave: sexo, por supuesto. Pero él no ha tenido nada de suerte con esto. En el volumen anterior, Dave se enamoró de Katie Deuxma. Todavía piensa en ella, o más bien la usa como inspiración para sus sesiones masturbatorias. Las fotos de Katie en  Facebook excitan a Dave lo suficiente para pajearse con entusiasmo. Y eso es lo que me encanta del sentido del humor de Millar. Porque no importa si Kick-Ass es un superhéroe o el miembro más admirado de Justicia Eterna, al final del día todas las chicas lo siguen considerando un perdedor y él no puede conseguir ninguna cita.


Después de tener en cuenta toda esta frustración sexual, tiene sentido que Dave esté desesperado por llenar ese vacío en su vida. Así que mientras Kick-Ass, Colonel Star, Lieutenant Stripes, Doctor Gravity, Battle-Guy (Marty Eisenberg, uno de los mejores amigos de Dave), Night Bitch y el resto de la pandilla pasan sus noches patrullando la ciudad o ayudando en asilos, Chris Genovese está reuniendo a un formidable ejército de asesinos despiadados. En el primer volumen Chris fue presentado como el niño rico que podía gastar cientos de dólares en la tienda de cómics cada semana. Envidiado por Dave y sus amigos, ignorado por otros, él era simplemente un nerd, pero con muchísimo dinero. Luego se transformó en Red Mist, némesis de Kick-Ass. Pero como cualquier otro chiquillo de su edad, simplemente estaba demasiado confundido como para hacer lo correcto. No había nada inherentemente malvado en sus actos. Esto ya no es así. Ahora que ha sido rebautizado como Mother Fucker, empieza a actuar como el bastardo más cruel de la ciudad. Esta transformación es explorada y explicada en la miniserie de Hit-Girl, pero basta decir que Red Mist ha desaparecido, y también sus últimos restos de moralidad. En sus propias palabras: “No, Red Mist era el viejo yo. El imbécil al que le gustaba vestirse como un superhéroe y gastar todo su dinero en portadas variantes”.


April 10, 2013

Hit-Girl # 5 - Mark Millar & Romita Jr.

I cannot express how much fun I had reading the final chapter of Hit-Girl. I think anyone familiar with Millar’s works will know that violence is always an important component in the stories of this Irish writer. Well, surely, violence is putting it mildly in the case of Mindy, a sweet girl by day and an avenging executioner by night.

When the mobsters are threatening the lives of Hit-Girl’s foster family, her reaction is more brutal than ever. The gang squad that visits her home is quickly dispatched, without her weapons, Mindy uses kitchen knives and even a sledgehammer to turn a guy’s head into a cesspool of blood and gray matter. 

After that, she hunts down and exterminates many other mobsters, killing them in very creative and painful ways. Surely, John Romita Jr. must have enjoyed drawing all this mayhem, especially the decapitated bodies and the intestines and the huge trail of corpses that Hit-Girl leaves behind her.

Meanwhile, Red Mist finally realizes that things are not as easy as they seem to be in the comics. He’s in Asia, training with the best martial artists, but he’s nowhere near to become as good as Batman. In fact, he’s getting ripped off by his masters, who charge him thousands of dollars while teaching him the same self-defense stuff he would learn in a public school. In the end, he decides to quit. It’s too hard to be as lethal as Batman, but it’s much easier to hire someone who already is a living weapon. In Kick-Ass volume 2 we already see Red Mist turned into the infamous Motherfucker. In this miniseries, we learn what happened to him and why he turned out to be such a peculiar nemesis.  

In case you missed my previous reviews don’t forget to check these links: Hit-Girl # 1Hit-Girl # 2Hit-Girl # 3 & Hit-Girl # 4
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Es difícil expresar lo divertido que ha sido el último capítulo de Hit-Girl. Creo que cualquiera que esté familiarizado con la obra de Millar sabe que la violencia es un componente importante en las historias del escritor irlandés. Bueno, violencia es decir poco en el caso de Mindy, una dulce niña de día y una vengativa asesina de noche.

Cuando los mafiosos están amenazando las vidas de la familia adoptiva de Hit-Girl, su reacción es más brutal que nunca. La pandilla de criminales que visitan su casa son despachados rápidamente, sin armas, Mindy usa cuchillos de cocina e incluso un martillo para convertir la cabeza de uno de los tipos en un charco de sangre y materia gris. 

Después de eso, ella caza y extermina a muchos otros mafiosos, matándolos de las maneras más creativas y dolorosas. Seguramente, John Romita Jr. debe haber gozado dibujando todo este tumulto, en especial los cuerpos decapitados y los intestinos y el tremendo ratro de cadáveres que Hit-Girl deja a su paso.

Mientras tanto, Red Mist por fin se da cuenta de que las cosas no son tan fáciles como parecen en los cómics. Él está en Asia, entrenando con los mejores maestros de artes marciales, pero no está ni cerca de ser alguien como Batman. De hecho, está siendo estafado por sus maestros, quienes le cobran miles de dólares y le enseñan la misma auto-defensa que podría aprender en una escuela pública. Al final, él decide renunciar. Es demasiado difícil ser tan letal como Batman, pero es mucho más fácil contratar a alguien que ya sea un arma viviente. En Kick-Ass volumen 2 vemos a Red Mist ya convertido en el infame Motherfucker. En esta miniserie, descubrimos qué le pasó para terminar como tan peculiar némesis.  

Y si se perdieron las reseñas anteriores, no se olviden de revisar los demás links: Hit-Girl # 1Hit-Girl # 2Hit-Girl # 3 y Hit-Girl # 4

December 21, 2012

Hit-Girl # 4 - Mark Millar


Even without Kick-Ass’s help, Hit-Girl continues to wreak havoc in the underworld. She has targeted the mafia, and she’s relentless. Mr. Genovese, the big boss, loses millions of dollars as his clandestine transactions are routinely intercepted by a 12-year-old girl more lethal than anyone else in the world.

Meanwhile, after torturing the most popular girl in school, Mindy is finally welcomed by all girls. Suddenly, they all want to sit next to her during lunch and Mindy is the one that gets to decide who deserves the privilege of her company. Dave Lizewski is still recovering after breaking his arm, and that’s when he gets a mysterious message sent by his nemesis, Red Mist. 

Red Mist tells him that he has been training in Asia with the best martial arts experts that money can buy (or hire), and he compares himself to Bruce Wayne before turning into Batman; he warns Dave about his fighting abilities that have now increased beyond all measure. However, what Red Mist doesn’t know is that his masters are only interested in the thousands of dollars he has been paying them, and instead of teaching him Kung Fu secrets they simply make him do weird exercises that look cool but that have no real purpose. This is an important subplot, as Red Mist’s fighting abilities will be tested on his final confrontation with Kick-Ass in the second volume of the series. 

There are some really funny references to pop culture, movies (such as “Batman Begins”) and even comics, as Red Mist tells Dave to enjoy DC’s relaunch in the little time he has left (ironically, this relaunch is no longer bringing joy to DC, as their sales continue to decline, but I doubt Millar has used these line to make fun of the Distinguished Competition).

Another subplot that will have greater repercussions in the second volume is the fact that Mindy’s stepfather finds out she has been killing dozens of mobsters in recent weeks, and forbids her to continue acting as Hit-Girl. Now Mindy will have to do everything she can to escape from home if she wants to keep fighting against crime, but clearly her stepfather is smart enough to keep an eye on her, after all, he is a cop. 
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Incluso sin la ayuda de Kick-Ass, Hit-Girl continúa agrediendo al bajo mundo. Su blanco es la mafia, y ella es implacable. Mr. Genovese, el gran jefe, pierde millones de dólares cuando sus transacciones son interceptadas rutinariamente por una niña de 12 años realmente letal.

Mientras tanto, después de torturar a la chica más popular del colegio, Mindy por fin es bien recibida por todas las chicas. De pronto, todas ellas quieren sentarse a su lado a la hora del almuerzo, y es Mindy la que debe decidir quiénes merecen el privilegio de su compañía. Dave Lizewski aún se está recuperando después de romperse el brazo, y ahí es cuando recibe un misterioso mensaje enviado por su némesis Red Mist. 

Red Mist le dice que ha estado entrenando en Asia con los mejores expertos en artes marciales que el dinero puede comprar (o alquilar), y se compara a sí mismo con Bruce Wayne antes de convertirse en Batman; advierte a Dave sobre sus habilidades de lucha que ahora se han incrementado. Sin embargo, lo que Red Mist no sabe es que sus maestros sólo están interesados en los miles de dólares que él está pagando, y en vez de enseñarles los secretos del Kung Fu lo fuerzan a hacer raros ejercicios que se ven alucinantes pero que en realidad no tienen ningún propósito. Este es un sub-argumento importante ya que las habilidades de pelea de Red Mist serán puestas a prueba en la confrontación final con Kick-Ass en el segundo volumen de la serie. 

Hay algunas referencias muy divertidas sobre la cultura pop, películas (como “Batman Begins”) e incluso cómics, cuando Red Mist le dice a Dave que disfrute el relanzamiento de DC mientras pueda (irónicamente, este relanzamiento ya no resulta un disfrute para DC, y es que sus ventas continúan cayendo, pero dudo que Millar haya usado esta frase para burlarse de la Distinguida Competencia).
my drawing / mi dibujo

Otro sub-argumento que tendrá mayores repercusiones en el segundo volumen es el hecho que el padrastro de Mindy descubre que ella ha estado matando a docenas de mafiosos en las últimas semanas, y le prohíbe continuar actuando como Hit-Girl, Ahora Mindy tendrá que hacer todo lo que pueda para escapar de casa si es que quiere seguir luchando contra el crimen, pero su padrastro sabe que debe vigilarla, después de todo, él es un policía.

November 18, 2012

Hit-Girl # 3 - Mark Millar

One’s greatest desire is to be desired by the other, said Jacques Lacan once. And although Lacan wasn’t exclusively referring to 12 year-old girls, I think that phrase fits in here quite nicely. As we’ve seen before, Mindy is undefeatable as Hit-Girl, but as a normal child she’s at the mercy of the other: she has no friends at school and she’s humiliated and ridiculed by the ‘cool’ girls. 

Her greatest desired is to be desired by her peers, or rather, to be admired or at least accepted. She has been putting a lot of effort into it. Taking this challenge as an undercover mission, she has learned everything she needed about clothing, TV series and Justin Bieber. She’s ready to be a normal girl, however she finds that her main rival is merciless. Mockeries about her look are now replaced by mockeries about how she’s so desperately trying to change her appearance. One way or another, Mindy can’t win. Her desire of being desired cannot be fulfilled.

So the question is how far would you -or any of us for that matter- go to gain acceptance? Mindy has lost her patience, and finally she decides to be a little bit more Hit-Girl and a little less girlish about this situation. She electrocutes her rival, ties her up and throws her on a garbage truck. And to top it all, she makes one final warning: she is to be accepted now, she is to become the alpha female, she is, in the end, to be desired by all the cool girls in her class. Apparently, her gambit has paid off.
Red Mist in trouble / Red Mist en problemas

Meanwhile, Red Mist has other concerns in his head. First of all, he wants to avenge his father’s death by killing Kick-Ass. However, it becomes painfully obvious that he’s not up to the task yet. He barely survives his first major criminal strike -robbing a grocery store- and he’s forced to leave the country or face the consequences of his delinquent acts. His idea is to imitate Bruce Wayne, to travel around the world and train with the greatest martial artists. By seeking revenge he’s also looking the approval of his father, something which he never obtained when the man was alive. His desire, as a neglected son, is also to be desired by the other.

As in previous issues, John Romita Jr. succeeds in creating the adequate atmosphere for this Kick-Ass spinoff. Certainly, the distinctive style of Romita’s pencils generates a much welcomed sense of unity, filling in the gaps that we might have detected from the end of Kick-Ass volume 1 and the beginning of Kick-Ass volume 2. I should also emphasize the visual strength of Tom Palmer as an inker and the delightful color palette used by Dean White. With only two issues to go it’ll be a surprise to see what happens in the end.
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Mindy (Hit-Girl)
El mayor deseo de uno es ser el objeto de deseo del otro, dijo Jacques Lacan alguna vez. Y aunque Lacan no se refería de modo exclusivo a niñas de 12 años, pienso que esa frase encaja aquí bastante bien. Como hemos visto antes, Mindy es invencible como Hit-Girl, pero como una chica normal está a merced del otro: no tiene amigos en el colegio y es humillada y ridiculizada por las chicas 'populares'.

Su mayor deseo es ser deseada por sus coetáneas, o más bien, ser admirada o por lo menos aceptada. Y ha estado esforzándose mucho para lograrlo. Asumiendo este reto como una misión de inteligencia, ella ha aprendido todo lo que hace falta sobre ropa, series de televisión y Justin Bieber. Está lista para ser una chica normal, sin embargo descubre que su principal rival es despiadada. Las burlas sobre su apariencia son ahora reemplazadas por burlas sobre su desesperado intento por cambiar de apariencia. De un modo u otro, Mindy no puede ganar. Su deseo de ser deseada no puede cumplirse.

Así que la pregunta es, ¿qué tan lejos irías -o iríamos en todo caso- para ganar aceptación? Mindy ha perdido la paciencia, y finalmente decide ser un poco más Hit-Girl y un poco menos niña. Electrocuta a su rival, la amarra y la tira en un camión de basura. Además, le hace una advertencia final: a partir de ahora ella será aceptada, se convertirá en la hembra alfa, ella será, al final, deseada por todas las chicas populares de su salón. Aparentemente, su ardid ha dado resultados.


my drawing / mi dibujo
Mientras tanto, Red Mist tiene otras preocupaciones en su cabeza. Primero, quiere vengar la muerte de su padre y matar a Kick-Ass. Sin embargo, comprueba dolorosamente que todavía no está listo para esa tarea. Él apenas sobrevive su primer gran golpe criminal -asaltar una bodeguita- y es obligado a abandonar el país o enfrentar las consecuencias de sus actos delictivos. Su idea es imitar a Bruce Wayne, viajar por todo el mundo y entrenarse con los mayores expertos en artes marciales. Al buscar venganza también está buscando la aprobación de su padre, algo que nunca obtuvo cuando el hombre estaba vivo. Su deseo, como hijo abandonado, es también ser deseado por el otro.
  
Al igual que en números anteriores, John Romita Jr. crea con éxito una atmósfera adecuada para este serie derivada de Kick-Ass. Ciertamente, el estilo distintivo de los lápices de Romita genera una bienvenida sensación de unidad, llenando los vacíos que podríamos haber detectado entre el final del volumen 1 y el comienzo del volumen 2 de Kick-Ass. También debería enfatizar la fortaleza visual de Tom Palmer como entintador y la deliciosa paleta de colores usada por Dean White. Sólo faltan dos números para que termine todo, y será una sorpresa ver qué pasa al final.  

July 25, 2012

Hit-Girl # 1 - Mark Millar


It would be long and boring to explain why the first issue of Kick-Ass that I read wasn’t actually # 1 but rather the fourth installment of this groundbreaking miniseries. I had only read Millar’s Superman: Red Son, and prompted by his brilliant and sensitive portrayal of a soviet Man of Steel I had decided to give Kick-Ass a chance.

Reading Kick-Ass # 4, I felt like a fish at the sea. For all I cared, oxygen wasn’t so vital anymore because I was swimming in nerdiness and geekyness! Reading the daring exploits of Dave as a fake gay trying to obtain the attention of his beloved Katie was both tender and endearing; watching Dave interacting to other fanboys and comparing Whedon’s wonderful run in Astonishing X-Men versus his well-known TV -Buffy the Vampire Slayer- filled my heart with joy. After finishing issue # 4 I knew that I would be a Kick-Ass fan for life. But there was something else about this issue, something very special. I had seen Kick-Ass in covers and I had read a couple of interviews with Millar explaining the nature of the character so he was no stranger to me, but what I had never seen or heard of was Big Daddy and Hit-Girl. And I think it would be fair to say that they pretty much stole the show.

Four years later I hold in my hands the first issue of Hit-Girl, a spinoff miniseries focused on the only 8 year-old girl capable of saying words like ‘bitch’ or ‘cunt’ and get away with it. Of course, maiming and killing criminals without ever getting caught is no easy task either. At the end of Kick-Ass volume 1, we saw Mindy McCready (AKA Hit-Girl) in a normal home, trying to live the childhood she had so far been denied. 
Mindy (Hit-Girl) & Dave (Kick-Ass)

But try as she may, failure seemed to be the only option. Because, after all, how could a lethal weapon -the perfect killing machine- ever adapt to normal life in an anodyne school? For all her cunning and unparalleled fighting skills, Mindy will soon learn that she can’t defeat regular school girls. They notice something weird about her. She doesn’t fit in, she doesn’t wear the clothes she should, she doesn’t listen to pop music, she isn’t a “normal girl”. She’s veritably an outsider.   

This is the premise of Hit-Girl’s first issue, and I have to admit that Millar has done it again. Reading these pages I felt transported to 2008, and it was as if I was reading Kick-Ass for the first time. All that wonderment, all those feelings of something new and exciting came back to me. I read hundreds of new comic books each year and most of the time I find a few things that I like and a lot of things that I don’t like in each title. Only a few authors seem to reverse this equation. Reading Hit-Girl I found so many things that I loved that, even if I’d tried harder, I wouldn’t have found anything unlikeable. 

When Dave and Mindy are talking at lunch hour something clicked inside of me. This is how comics should be. They should make you care so much for the characters that you become completely and helplessly fascinated by their lives, you become so emotionally invested in them that everything that happens to them touches you one way or another. You cannot remain indifferent to Mindy being humiliated by a bunch of immature girls, you cannot stop marveling at the Machiavellian plans of Red Mist, and above all, you cannot avoid passion and joy towards the ninth art. That’s how good this first issue is. You should all read it. And I mean it.
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Sería largo y aburrido explicar por qué el primer número que leí de Kick-Ass no fue el # 1 sino el cuarto. Sólo había leído "Superman: Red Son" de Millar y movido por su brillante y sensible retrato de un Hombre de Acero soviético decidí darle una oportunidad a Kick-Ass.
Red Mist

Cuando leí Kick-Ass # 4 me sentí como un pez en el agua. El oxígeno ya no era vital porque estaba nadando entre nerds y geeks. Al leer las emocionantes aventuras de Dave como un falso gay que intenta obtener la atención de su amada Katie sentí interés y ternura; al mirar a Dave interactuando con otros fans y comparando la maravillosa etapa de Whedon en Astonishing X-Men versus su conocida serie de televisión -Buffy la cazadora de vampiros- me llené de alegría. Después de terminar el # 4 sabía que sería un fan de Kick-Ass de por vida. Pero había algo más, algo muy especial. Había visto a Kick-Ass en las portadas y había leído entrevistas de Millar que explicaban la génesis del personaje así que no me resultaba ajeno, pero nunca había visto a Big Daddy y Hit-Girl. Y creo que sería justo decir que ellos fueron las estrellas.

Cuatro años después sujeto en mis manos el primer número de Hit-Girl, una miniserie enfocada en la única niña de 8 años capaz de decir palabrotas y salirse con la suya. Desde luego, mutilar y matar criminales sin ser capturada tampoco es una tarea fácil. Al final del volumen 1 de Kick-Ass vimos a Mindy McCready (Hit-Girl) en un hogar normal, intentando vivir la infancia que le había sido negado.
My drawing (pencils & inks) /
mi dibujo (lápices y tintas)

Pero aunque intentara ser normal fracasaría. Porque, después de todo, ¿cómo podría un arma letal -una máquina asesina- adaptarse a una vida rutinaria en un colegio anodino? Ni su astucia ni sus incomparables habilidades de combate le servirán para defenderse de las niñas comunes y corrientes. Ellas notan algo extraño en Mindy. No encaja, no usa el tipo de ropa que ellas usan, no escucha música pop, no es una "chica normal". Ella es genuinamente una marginal.

Esta es la premisa del primer número de Hit-Girl, y debo admitir que Millar lo ha logrado nuevamente. Al leer estas páginas me sentí transportado al 2008, y fue como si estuviera leyendo Kick-Ass por primera vez. Todo ese asombro, todos esos sentimientos de algo nuevo y emocionante regresaron a mí. Leo cientos de cómics nuevos cada año y la mayor parte del tiempo encuentra algunas cosas que me gustan y muchas que me disgustan en cada título. Sólo unos pocos autores son capaces de revertir esta ecuación. Leyendo Hit-Girl encontré tantas cosas que me gustaron que, incluso haciendo el esfuerzo, no habría podido encontrar puntos en contra.

Cuando Dave y Mindy están hablando a la hora del almuerzo algo se despertó en mi interior. Así es como deberían ser los cómics. Deberían hacer que los personajes te importen tanto que terminas completamente fascinado por sus vidas, y la emoción es tan fuerte que si algo les pasa te sientes conmovido por ello. No puedes permanecer indiferente cuando Mindy es humillada por un grupito de niñas inmaduras, no puedes dejar de maravillarte ante los maquiavélicos planes de Red Mist y, sobre todo, no puedes evitar la pasión hacia el noveno arte. Así de bueno es este primer número. Todos deberían leerlo. De veras.