August 18, 2014

The Pro - Garth Ennis & Amanda Conner

Most superheroes have secret identities and a civilian life. Clark Kent, for instance, is a journalist. Hawkman is an archeologist. Daredevil is a lawyer. Hulk is a scientist. Doctor Strange is a surgeon. And so on. Throughout many decades, we’ve become familiar with the fact that superheroes have normal, decent jobs. But isn’t it slightly baffling that out of the thousands of characters from Marvel or DC none of them has a controversial career, so to speak? 

Well, Irish writer Garth Ennis probably asked himself the same question. Why do all superheroes must have a decent and respectable job? Why can’t they be something else? The answer comes unapologetically in the pages of “The Pro”, a tale about “a superpowered prostitute with a lousy attitude”.

The story begins with a street whore, a woman who tries to make a few bucks to feed her baby and pay the rent. A woman without hope, without joy, with nothing but the searing certainty that all she can do in life is suck cocks or bend down to get penetrated by stingy men who always try to pay her less than they should.

That’s how her life goes until the Viewer (AKA the Voyeur), a merciless parody of Marvel’s the Watcher, decides to intervene and grants her amazing superpowers. Suddenly she can fly, she has super-strength and superhuman endurance.
The Pro punishes the enemy / la Pro castiga al enemigo

Of course, even with powers she is still a bitch. She swears, she smokes and she has no problems in accusing the members of the League of Honor of being the greatest perverts she’s ever met. Even so, she’s welcomed into the ranks of the world’s premiere superhero team. Once again, Ennis satirical approach dissects the classic superhero archetypes and turns the Justice League of America into a group of do-gooders with a holier-than-thou behavior. Although their perversions are hidden under this peaceful and respectable façade.

When the League tries to save the UN, The Pro points out how all those ambassadors pay for the weirdest and kinkiest sexual encounters one could possibly imagine. Her “golden shower” moment can’t compare with the depravities she has seen in the past. Obviously, the vulgarity, the wild sexuality and profanity of The Pro scandalizes all members of the League. Especially the Saint, a Superman parody, who eventually is seduced by the prostitute and agrees to a blow job proposal that will have major repercussions for his sanctimonious reputation.

The Lady, a Wonder Woman parody, exhibits certain lesbian tendencies, while Speedo, a Flash parody, can’t stop masturbating in the presence of the Pro. At super-speed, of course, he’s able to ejaculate and wipe out his dick without anyone taking notice of his actions… 


The Saint gets a blow job / el Santo recibe sexo oral
Of course, no satire would be complete without rubbing in a little bit of Wertham’s fears. As suggested by the psychiatrist, Batman and Robin are the ultimate gay couple, although they’ve never been as obviously out of the closet as Knight and Squire (parodies of the Dynamic Duo). 

Finally, the Lime is the typical black character that exists only to act like a black man, in the most stereotyped manner (similar, certainly, to the way in which minorities were inappropriately portrayed in the 50s and 60s), reaffirming the inherent racism in a world populated by white superheroes. 

Surely, as a reader you won’t be able to stop laughing as the absurd adventures of the Pro go on, but the humor doesn’t take away the social criticism. In the end, there is a bitter affirmation about this wonderful and colorful universe of escapism. Superheroes don’t matter, nothing they do has real consequences, they claim to save humanity but they are unable help regular people, they can’t change our society so that impoverished women like the Pro won’t have to sell their bodies in order to survive. 

Perhaps, for Ennis, the real prostitution lies in corporate trademarks and franchises disguised as cultural icons, and in the greedy nature of editors and businessmen who want only to squeeze every dollar out of the pockets of mindless fanboys that will endlessly consume the latest iteration of their favorite childhood heroes.
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Speedo masturbates at superspeed / Speedo se masturba a súpervelocidad

Casi todos los superhéroes tienen identidades secretas y una vida como civiles. Clark Kent, por ejemplo, es periodista. Hawkman es arqueólogo. Daredevil es abogado. Hulk es científico. Doctor Strange es un cirujano. Y así sucesivamente. A lo largo de las décadas, nos hemos familiarizado con el hecho de que los superhéroes tienen trabajos normales y decentes. Pero ¿no es ligeramente sorprendente que de los miles de personajes de Marvel o DC, ninguno de ellos tenga una carrera controversial, por así decirlo? 

Bueno, el escritor irlandés Garth Ennis probablemente se hizo esa misma pregunta. ¿Por qué todos los superhéroes deben tener empleos decentes y respetables? ¿Por qué no pueden ser algo distinto? La respuesta llega, sin pedir disculpas, en las páginas de “The Pro”, un relato sobre “una prostituta superpoderosa con una muy mala actitud”.

La historia empieza con una ramera callejera, una mujer que intenta ganar algunos dólares para alimentar a su bebé y pagar el alquiler. Una mujer sin esperanza, sin alegría, con la certeza demoledora de que lo único que puede hacer en la vida es chupar penes o agacharse para ser penetrada por hombres tacaños que siempre intentan pagarle menos de lo que deberían.

Y esa es su vida hasta que el Observador (también conocido como el Voyeur), una despiadada parodia de Watcher, de Marvel, decide intervenir y otorgarle asombrosos superpoderes. Repentinamente, ella puede volar, tiene súper fuerza y resistencia sobrehumana. 
The League of Honor / la Liga del Honor

Desde luego, incluso con poderes sigue siendo una puta. Maldice, fuma y no tiene empacho en acusar a los miembros de la Liga del Honor de ser los más grandes pervertidos que ha conocido. Aun así, ella es aceptada en las filas del primer equipo de superhéroes del mundo. Una vez más, el enfoque satírico de Ennis disecciona los clásicos arquetipo heroicos y convierte a la Liga de la Justicia de América en un grupo de bienhechores con comportamiento de santurrones. Aunque sus perversiones se ocultan bajo esta respetable y pacífica fachada. 

Cuando la Liga intenta salvar a la ONU, la Pro señala que estos embajadores pagan por los más extraños y degenerados encuentros sexuales que uno podría imaginar. Su “lluvia dorada” no se puede comparar con las depravaciones que ha visto en el pasado. Obviamente, la vulgaridad, sexualidad salvaje y la profanidad de la Pro escandalizan a todos los integrantes de la Liga. Especialmente al Santo, una parodia de Superman, quien eventualmente es seducido por la prostituta y accede a una propuesta de sexo oral que tendrá graves repercusiones para su sacrosanta reputación.

La dama, una parodia de Wonder Woman, exhibe ciertas tendencias lésbicas, mientras que Speedo, una parodia de Flash, no puede parar de masturbarse en presencia de la Pro. A súper velocidad, por supuesto, es capaz de eyacular y limpiarse el pene sin que nadie se pueda dar cuenta de sus actividades... 
The Pro uses her powers to make a few bucks /
la Pro usa sus poderes para ganar algunos dólares

Por supuesto, ninguna sátira estaría completa sin frotar un poco los miedos de Wertham. Como sugirió el psiquiatra, Batman y Robin son la pareja gay definitiva, aunque ellos nunca han estado tan obviamente fuera del closet como Caballero y Escudero (parodias del Dúo Dinámico).

Finalmente, Lima es el típico personaje negro que existe únicamente para actuar como un hombre negro, de la manera más estereotipada (similar, ciertamente, a la forma en la que las minorías eran inadecuadamente retratadas en los 50s y 60s), reafirmando el racismo inherente en un mundo poblado por superhéroes blancos. 

Seguramente, como lectores no serán capaces de dejar de reír con las absurdas aventuras de la Pro, pero el humor no quita la crítica social. Al final, hay una amarga afirmación sobre este maravilloso y colorido universo de escapismo. Los superhéroes no importan, nada de lo que hacen tiene consecuencias reales, ellos profesan haber salvado a la humanidad pero no son capaces de ayudar a la gente común y corriente, ellos no pueden cambiar nuestra sociedad para que mujeres empobrecidas como la Pro no tengan que vender sus cuerpos para lograr sobrevivir. 

Tal vez, para Ennis, la verdadera prostitución yace en las marcas registradas corporativas y en las franquicias disfrazadas de íconos culturales, y en la naturaleza avariciosa de editores y empresarios que únicamente quieren exprimir cada dólar de los bolsillos de fans insensatos que consumirán sin fin la más moderna versión de sus héroes favoritos de la infancia.

4 comments:

  1. Excelente reseña Arcadio. Disfruté mucho de este cómic, como de todo lo que leo de Garth Ennis, además de contar con el plus de un gran dibujo de Amanda Conner.

    Me parece curioso que tratándose de un tema que mezcla prostitutas, sexo y superhéroes, sea el cómic más vendido de Garth Ennis (según me parece haber leído en la introducción, se reimprime y agota todos los años).

    Supongo que entre esos lectores no se encuentra la masa de consumidores de Marvel/DC siempre tan absorvidos dentro de su canon y su absurda continuidad y su visión ética y moral de tercer grado de primaria (por eso me sorprende que sea un cómic que se vende tanto dentro de los USA).
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    1. Gracias por tus palabras Guido.

      Es una verdadera sorpresa que The Pro haya tenido tanto éxito entre el público estadounidense que, como bien señalas, a veces es demasiado conservador y puritano.

      Aunque algo me hace imaginar que muchos de los lectores que compran la obra de Ennis son como nosotros: familiarizados con los personajes clásicos de Marvel y DC (a quienes Ennis parodia) pero al mismo tiempo abiertos a obras rompedoras, que vayan más allá de lo políticamente correcto.

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  2. jajaja esta no la conocía, aunque de algún modo me la esperaba en cierto modo

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    1. Hasta el año pasado yo tampoco la conocía, pero fue un buen hallazgo. Es una historia totalmente divertida.

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