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December 5, 2011

Conan the Barbarian # 10 - Thomas & Windsor-Smith

Conan is a wanderer, a mercenary, but he is also a thief. If the character is so fascinating it is because he encompasses a myriad of possibilities that make our interest increase… later on he will become a pirate, and some day he will also be crowned as king.

“Beware the Wrath of Anu!” (October 1971), is a story about thieves but also about treason. When Conan and Jenna visit a Corinthian city, they find out that a group of burglars has managed to escape the city’s guard time and time again. Inspired by the bravery of these delinquents, Conan decides to help them. And so does Jenna.

The most audacious thieves of the city are Igon, a pale, blonde youngster and no other than Burgun, the Gunderman, the man who had helped Conan in issue # 8. Burgun and Igon steal for the priest of Anu, a man who grants them sanctuary in his holy temple as long as they provide him with gold and jewels.

One of the most fascinating aspects of this story is the connection between gold and religion. Indeed, one could argue that there’s no such thing as a religion free of charges, whether it be voluntary donations or a more formal monetary contribution, no religion in the world can exist without money. Even now in the 21st century many religious sects have been created only to take money from those too desperate to find moral support elsewhere… So what Conan learns thanks to this priest, is that piety and salvation come with a cost. Every night, the Cimmerian, the Gunderman and the pale teenager steal gold from the richest houses of the city, and every night, the priest takes his fee.

Amongst the barbarians, there are no traitors. The very concept of treason is alien to Conan, but it is, of course, all too common for civilized people. After weeks of work, Conan and Burgun are ambushed, and as a consequence, the man of Gunderland is captured by the city’s soldiers. Then everything else starts crumbling down. Jenna, who always seemed very fond of young Igon, decides to break up with the barbarian, and of course Igon affirms that rescuing Burgun is a waste of time: “Then, feeling more alone than he has felt since he left the hills of Cimmeria, Conan wanders into crooked, rain-swept streets”.

Instead of granting Burgun three days, as it’s customary in the city, the authorities have decided to execute him before night falls… he’ll be hanged in the public plaza. The death of Burgun is one of the most brilliant and shocking pages I’ve ever seen in my life. Due to the censorship of the Comics Code Authority, death was a ticklish matter… and so, Barry Windsor-Smith circumvents the code by showing us not the face of Burgun, but his legs: in five panels, we first see the legs firmly set on the wooden platform, then a hole opens beneath him and then we see his last spasms until he lies still. We never see his agonizing face, and that’s why we are forced to imagine the horror of his expression as he’s asphyxiated. At the same time, we can witness Conan’s reactions, his sadness, his anger, his impotence. That page alone is more valuable than the entire work of many pencilers of today’s comic book industry.

Roy Thomas makes his best effort as a writer, and Barry Windsor-Smith clearly does his best as an artist, the combination is simply astonishing. Curiously, this is one of the rare cases in which one could say that something good came out of censorship… after all, it forced Barry to come up with such an original graphic solution, which in the end is more powerful than anything else.

In the first issues, Conan’s friends would die rather quickly. This time, however, Burgun was introduced in one issue and his death occurs later on, this gives Roy Thomas enough time to make us care for the character. At the same time, his death is especially relevant as it is the product of the ambitions of the priest and the traitorous ways of the city’s people. Unable to save his friend, the barbarian retrieves the body after slaughtering a few guards: “Yet, no river of blood can wash away the ache, the emptiness which hovers at Conan’s shoulder-- and no dungeon which looms in Conan’s unglimpsed future can ever reave his barbarian’s heart-- like the death of a friend betrayed”.   
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Conan es un trotamundos, un mercenario, pero también es un ladrón. Si el personaje es tan fascinante es porque encarna una miríada de posibilidades que hacen que nuestro interés aumente... ya después será pirata, y algún día incluso será coronado rey.

“¡Cuidaos de la ira de Anu!” (octubre 1971), es una historia sobre ladrones pero también sobre la traición. Cuando Conan y Jenna visitan una ciudad corintia, encuentran a unos forajidos capaces de burlar la guardia citadina. Inspirados por la valentía de estos delincuentes, Conan y Jenna deciden ayudarlos.

Los más audaces ladrones de la ciudad son Igon, un jovencito pálido y rubio y Burgun, el hombre de Gunderland, el mismo que ayudó a Conan en el # 8. Burgun e Igon roban para el sacerdote de Anu, un sujeto que les concede santuario en el templo sagrado, siempre y cuando ellos le entreguen oro y joyas.

Uno de los aspectos más fascinantes de esta historia es la conexión entre el oro y la religión. De hecho, podría afirmarse que no existen religiones gratuitas, ya sea con donaciones voluntarias o aportes monetarios más formales, ninguna religión en el mundo puede existir sin dinero. Incluso ahora en el siglo XXI, se crean sectas religiosas exclusivamente para esquilmar a personas que no encuentran un soporte emocional en ningún lado... Así que gracias a este sacerdote Conan aprende que la piedad y la salvación tienen un precio. Cada noche, el cimerio, el hombre de Gunderland y el pálido adolescente roban en las casas más ricas de la urbe, y cada noche, el sacerdote se lleva una buena tajada.

Entre los bárbaros no hay traidores. El concepto mismo de la traición es desconocido para Conan, pero es, desde luego, muy común entre la gente civilizada. Tras varias semanas, Conan y Burgun son emboscados, y el hombre de Gunderland es capturado por los soldados de la ciudad. Entonces todo se desmorona. Jenna, quien desde un inicio se sintió atraída por Igon, rechaza al bárbaro, y por supuesto Igon se niega a rescatar a Burgun: "Entonces, sintiéndose más solo que nunca desde que abandonó las colinas de Cimeria, Conan vaga por laberínticas calles, bañadas por la lluvia".

La costumbre es esperar tres días antes de una ejecución, pero las autoridades han decidido ahorcar a Burgun en la plaza pública antes que anochezca. La muerte de Burgun es una de las más brillantes e impactantes páginas que he visto en mi vida. A causa de la censura de la autoridad del código del cómic, la muerte era un tema espinosa... así que Barry Windsor-Smith evade al código mostrándonos no el rostro de Burgun sino sus piernas: en cinco paneles vemos las piernas firmemente asentadas en la superficie de madera, luego un agujero se abre bajo ellas y vemos sus últimos espasmos hasta que todo queda inmóvil. Jamás vemos su rostro agonizante, y eso nos obliga a imaginar el horror de su expresión al morir asfixiado. Al mismo tiempo, somos testigos de las reacciones de Conan, de su tristeza, su rabia, su impotencia. Sólo con esta página Barry supera a la mayoría de dibujantes de la industria del cómic de hoy en día.

Roy Thomas hace su mejor esfuerzo como guionista, y Barry Windsor-Smith se supera como artista, la combinación es simplemente extraordinaria. Curiosamente, este es uno de los raros casos en los que se puede decir que la censura tuvo algo de bueno... después de todo, motivó a Barry a encontrar una solución gráfica tan original.

En los primeros números, los amigos de Conan mueren rápidamente. Esta vez, no obstante, hay un lapso de tiempo entre la presentación de Burgun y su muerte, de este modo Roy Thomas logra que nos preocupemos por este personaje. Además, su muerte es especialmente relevante ya que es el resultado de las ambiciones del sacerdote y de los usos traicioneros de la ciudad. Incapaz de salvar a su amigo, el bárbaro recupera el cuerpo después de masacrar a varios guardias: "Sin embargo, ningún río de sangre podrá lavar el dolor, el vacío que se cierne sobre los hombros de Conan-- y ningún calabozo que acecha en el futuro apenas vislumbrado de Conan podrá romper su corazón bárbaro-- como la muerte de un amigo traicionado".