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April 12, 2012

Campo Ocupado - Esteban Igartua (Galería Revólver)

 Esteban Igartua
Ayer en la noche, no sé cómo, logré asistir al menos a los dos eventos que más me interesaban... En primer lugar estaba la premiación del XXIV Concurso de Acuarela Paisaje Peruano Premio John Constable 2012, que se llevó a cabo en la galería John Harriman (del Británico de Miraflores). Casi no voy porque no tenía invitación, y las pocas tarjetas que tenía John Chauca Laurente fueron distribuidas sin ton ni son la semana pasada, al salir de la muestra de Iván Fernández-Dávila.


Por caballeroso, me quedé sin tarjeta, así que tuve que llegar con las manos vacías hasta la sala del Británico y una señorita se atrevió a pedirme mi invitación… Con una expresión que, creo yo, expresaba un cierto hastío y bastante autosuficiencia, tuve que explicarle que uno de los ganadores del premio, en este caso John Chauca, me había invitado personalmente.
 Esteban Igartua


John Chauca Laurente ha ganado el primer premio del concurso John Constable en el 2007, nuevamente el primer premio en el 2008, y ahora el segundo premio en el mismo concurso. El cuadro de John “Reza por mí San Isidro” se inscribe bien en su temática siempre contestataria y un tanto juguetona, así, es el único de los más de 40 trabajos seleccionados en los que el rostro femenino juega un papel destacado, sin obviar, claro está, la representación del paisaje sanisidrino. Una magnífica acuarela. Un reincidente, como fue calificado durante la premiación, John ha sabido quitarle de las manos el codiciado trofeo a los incontables arequipeños que participan de este concurso. Y es que, hoy por hoy, en ningún lugar del país se hace tanta acuarela como en Arequipa.


De hecho, el primer premio fue para el arequipeño Alexander Sucasaire, con su acuarela titulada “Asiento reservado  - Andrés Avelino Cáceres”. Y el tercer premio, por primera vez en décadas, fue para un japonés residente en Perú , Shigeru Yamamoto (“Entrada resguardada en Uchiza – San Martín”).
John Chauca


my inks / mis tintas
En el transcurso de la noche me encontré con artistas como Julio Garay, la curadora Élida Román, el talentosísimo artista Hugo Salazar y, por supuesto, John Chauca. Yo me tomé cinco vasos de whisky al hilo antes de entrarle al vino, y supongo que eso fue lo que me puso de buen humor, al menos lo suficiente como para decidir asistir a la reinauguración de la galería Revólver en General Recavarren, a muy pocas cuadras del Británico.


Cuando llegué a la cuadra dos de Recavarren, me encontré con mi amigo Ignacio Briceño, músico y literato de la PUCP, y con Roberto Cores, a quien no veía hacía meses y me quedé conversando con él. Roberto recordaba el local como era hacía mucho tiempo, cuando albergaba un restaurante de comida italiana, con cálidos pisos de madera en lugar de los actuales suelos de cemento pulido. También me encontré con Rhony Alhalel, y estuvimos conversando un buen rato sobre mi dedicación a los cómics, y cómo, curiosamente, mi único cómic publicado en Perú había salido este año, editado por la facultad de comunicaciones de la PUCP, mientras que mis cómics para THE GATHERING continuaban saliendo en Estados Unidos de manera continua. También me encontré con amigos de mi colegio, como Mateo Alayza, Andrés Hare y Noah Alhalel, y algunos conocidos como Daniel Barclay y Fátima Rodrigo. Seguí tomando hasta tarde, y por poco confundo a un amigo de la PUCP con un chico de mi colegio, y casi termino metiendo la pata, como ha pasado otras veces.


En fin, anécdotas aparte, considero que ha sido un acierto de parte de la Galería Revólver inaugurar su nuevo espacio con la muestra Campo Ocupado de Esteban Igartua. He quedado particularmente deslumbrado por los personajes casi grotescos que habitan el imaginario del artista y por los escenarios dantescos que, por algún motivo, me remiten a artistas inmortales como Brueghel. A simple vista, las figuras de Igartua parecen anidar en el ámbito de lo caricaturesco pero sin perder un matiz realista, no obstante, creo que son una reinterpretación, consciente o inconsciente, de los fascinantes retratos de Giuseppe Arcimboldo, quizá el primer artista que convirtió lo grotesco en algo sublime. La muestra queda abierta hasta fines de mes, exactamente al lado del famosísimo Café Arábiga (a donde voy siempre con el pianista y compositor Brian Power) en General Recavarren 261, Miraflores. No se la pierdan.


Finalmente, los dejo con una de mis páginas entintada a medias, saldrá a fines de año seguramente, pero como siempre me gusta terminar de dibujar todo antes de la fecha límite; y, también, con un par de minutos del noticiero de FOX11 (Wisconsin, USA) en donde se ve un cómic que incluye una colaboración mía (de hecho, el ejemplar que sale en televisión llegó a mis manos ayer, allí escribo una historia de 3 páginas con dibujos de mi amigo de toda la vida José Antonio Martínez, y dibujo cinco páginas para dos guionistas distintos). 

http://www.fox11online.com/dpp/good_day_wi/calling-all-comic-book-lovers?ref=scroller&categoryId=10021&status=true

April 4, 2012

Los días y la pintura - Iván Fernández-Dávila (Museo Pedro de Osma)

Victim (1961)
Directed by Basil Dearden


Dirk Bogarde (famous for his main role in "Death in Venice") is Melville Farr, a most successful lawyer that has gained acceptance in the Chamber of Lords and is about to become a judge. He's wealthy and famous, he lives more than comfortably and he is married to a beautiful woman. Is he the perfect man? Well, he would be for any open-minded individual, but not for those of more traditional upbringing.
Museo Pedro de Osma

Melville Farr defies law, his acts mock morality, and his thoughts are not of a decent nature. He is, after all, a man doomed to survive in a time in which homosexuality was a crime, a time in which exposing his true nature would have meant being imprisoned.

At the beginning of the movie, a young man nicknamed 'Boy' is searching for him. He calls him constantly but the more desperate he gets in trying to reach him, the more Melville Farr eludes him. Farr has spent time with Boy, perhaps too much, and because of this intimacy he fears that he may be heinously extorted. The truth is, however, that Boy is the one being blackmailed by someone who has discovered his homosexual tendencies and has a compromising photography of the young man and the prestigious and well-respected barrister. Set in the early 60s, this film courageously denounces what could be, perhaps, one of the most unfair rules in Britain: the criminalization of homosexuality.

Judith Butler studied postmodernist and poststructuralist theories to define the "subject" relying in linguistic terminology, not unlike what Jacques Lacan attempted while coming up with terms like the symbolic order (the system of signs and conventions that form our perception, our very reality). Compelled "by social sanction and taboo", society learns to discriminate those who oppose the heterosexual norms. As a result, our belief in "natural" behavior is really the result of a mixture of indirect and flagrant coercions. Repudiation towards gays, lesbians or bisexuals becomes necessary for the standard subject to establish "an identification with the normative phantasm of sex".

For Butler gender is a construction that regularly conceals its genesis. And that genesis is not physical but performative; the body becomes its gender only "through a series of acts which are renewed, revised, and consolidated through time" (through a certain performativity that varies in each culture, one might add). Should we critique the assumptions of normative heterosexuality? Certainly those punitive rules (social, familial, and legal) have forced us to conform to hegemonic, heterosexual standards for identity.
my drawing / mi dibujo

It's only fitting then, that the protagonist of "Victim" is a man of law, and through sheer performativity, in this case the kind of performativity that also sustains and nurtures the law, he will face a most difficult dilemma. After Boy's capture, police officers start investigating the origin of the extortion. As a consequence, Melville will no longer be able to ignore this situation, as he would have preferred to do. Why is this a dilemma? He can't confess to the police the fact that he had a relationship with another man, as that is forbidden. But, at the same time, he cannot let the blackmailers get away unpunished.

As he starts investigating who could be responsible of blackmailing Boy, he digs deeper and deeper into London's gay scene. He meets men that sleep with men, people that forever hide in the shadows, and soon he learns that there are many homosexuals paying money to avoid being exposed.

At the end, he must make a final stand. If his decision is to stop the criminals that threaten to destroy so many lives, he must first collaborate with the police and come forward embracing his true sexuality. That, of course, guarantees the end of his brilliant career, all of his professional ambitions will come to a halt should he decide to tell the truth. But at the same time, and this is most notorious, by playing by the rules, he also has the opportunity to perform in front of a jury, and as the nature of law is similar to the conformation of human habits, id est, it's prone to change and alteration, here performativity can also turn into the necessary coup de etat to vanquish a most ruthless law.

"Victim" was a brave production and a most controversial film in a difficult time, tackling an aspect of British law that would compare the simple fact of being gay to an arm robbery, thus condemning homosexuals to be locked behind bars, no matter how peaceful or harmless they could be. Butler's project has been so far to quote the law in order to reiterate and coopt its power, to expose the heterosexual matrix and to displace the effect of its necessity. If Farr decides to confess he's gay to his wife and to the world, he will have one chance, one shot at exposing the heterosexual normativity and undermine it long enough for people to accept that, perhaps, against everything they have been taught, an option different from heterosexuality might not mean the end of the world.

My review on IMDB.
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Conocí a Iván Fernández-Dávila hace varios años, cuando estábamos en estudios generales letras de la PUCP. Me lo presentó mi amigo de toda la vida, Juan Carlos Gibson, y yo en ese entonces andaba bastante desconectado del entorno universitario, así que nunca supe que Iván y yo teníamos mucho en común. Tuvieron que pasar varios años hasta que nos volvimos a encontrar, en alguna galería de arte del circuito limeño. Sin duda, nuestro interés por la pintura y por las propuestas artísticas nos hicieron coincidir en más de una ocasión, pero yo, tan desmemoriado como siempre, o quizá levemente distraído por la cantidad de copas de vino que suelo tomar, no lograba recordar su nombre. Tuvieron que pasar meses hasta que por fin logré ubicar a Iván, y pude finalmente comentarle a Gibson que ahora, una década más tarde, por fin me había conectado con mi entorno, con el arte y con los viejos amigos.

El artista tuvo la amabilidad de autografiarme el catálogo de la muestra


La muestra individual de Iván se titula “Los días y la pintura” y me ha permitido tener una visión más amplia de su obra. De hecho, debo confesar que hasta el día de ayer solamente había visto un cuadro de mi amigo Iván, en la muestra "El diálogo y la guerra sobre el lienzo". Ahora, en cambio, he podido apreciar la gran sensibilidad de Iván y discernir los fundamentos de su propuesta. Con estos cuadros al óleo, el artista comparte con nosotros sus preocupaciones, y en cierto modo sublima sus demonios internos con un estilo fuerte e indeleble. Si bien Iván se ha inspirado en su entorno, en su propio mundo, no por ello sus cuadros dejan de evidenciar momentos reveladores, casi como los lapsus linguae que Sigmund disfrutaba tanto analizando. Así, en cuadros como “Sábado” o “Pintor y Modelo” vemos los pies del artista irrumpiendo en la sugestiva imagen de la mujer desnuda (más que una donna angelicata una mujer real, de carne y hueso), como si la anatomía del artista invadiera un espacio que no le es propio. Y al fin y al cabo, lo cierto es que los cuerpos dejan de tener de propietarios al momento de ser transfigurados en líneas, en trazos, en color. Iván y Elizabeth dejan de ser los amigos que conozco para formar parte del mundo del arte.
Los griegos

Me encantan los trazos fuertes, sentir cómo el óleo ha sido aplicado con fuerza, quizá con fiereza, y al mismo tiempo siento que hay un equilibrio con las pinceladas más tenues, más ligeras. La paleta de colores de Iván tiene predilecciones por los tonos rojizos, y de hecho, su cuadro “El sueño” es uno de los que más impresionó a los que asistieron a la inauguración de la muestra. Allí impera el rojo pero también la sensualidad, la promesa del goce aún en estado soñoliento. Otro cuadro que llamó mucho mi atención fue “Los griegos”, en donde la figura del cuerpo masculino guarda cierta semejanza con las posiciones que podemos ver en las esculturas post-micénicas y helénicas, y sin embargo esta forma de la disposición del cuerpo se adapta, se doblega ante el estilo propio del artista.
El sueño

En el transcurso de la noche me encontré con amigos como Asad López de Castilla y Renzo Núñez Melgar Vega. Hace poco los visité en su taller y he quedado maravillado con los cuadros que están preparando para futuras muestras, además, como ambos son fans acérrimos de The Walking Dead siempre nos quedamos hablando sobre el tema. Conversé brevemente con Julio Garay, Eduardo Deza y José Medina (editor de Art Motiv). También saludé a Saúl Peña Kolenkaustky que seguramente comprará uno de los cuadros de Iván, demostrando una vez más que siempre ha tenido buen ojo para el arte (no en vano la colección de arte que tiene en su casa es realmente extraordinaria).

Juan Carlos Gibson también estuvo presente, por supuesto, como debe ser. Y al final de la muestra, dejamos el museo Pedro de Osma y nos dirigimos a Mochileros, para terminar la noche con algunos tragos más, que nunca están de más. Nos acompañó el multipremiado artista John Chauca, que según Gibson es una buena influencia para mí porque es una de las pocas personas que logra persuadirme para tomar cerveza. Y también Hugo Salazar, uno de mis artistas favoritos. De Chauca ya he comentado un par de muestras aquí y aquí, y también la última de Hugo. Creo que estuvimos conversando por casi tres horas, entre las anécdotas gibsonianas del patio de letras de la PUCP, los chistes de Chauca y las bromas de Iván, el tiempo pasó volando.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el 26 de abril en el museo Pedro de Osma (avenida Pedro de Osma 423, Barranco). Les recomiendo que se den una vuelta y la visiten.

Arcadio B.

December 20, 2010

Galería Shock - Barranco / Shock Gallery

I guess this time of year forces us to quick meetings, hastened dates and catching-ups with the help of either coffee or a couple of drinks. In that regard, December is always a month of social turmoil and activities. This week has set the bar for it. Friday, for instance, I had to choose between a get-together with my friends from Viceversa Consulting or the inauguration of Shock Gallery, in Barranco. Of course, the same night my good friend Pamela Campos had invited me to her party, she had just graduated from college and that was merit enough for a big celebration.



But there are only so many hours in the night… so I went to the inauguration and I had a lot of fun. Besides running into school friends, I idly chatted with artists like John Chauca, Asad Celux and Renzo Núñez. It’s always fun to look at a painting or sculpture and then to talk with the artist / creator, not directly about their work but rather about whatever seems to pick our interest at that moment. My experience tells me that, thanks to good wine, truth will unduly emerge. I had my first glass of red wine while talking with David Rejas. He had two magnificent paintings in the erotic room, a place which would cause many men and women to break their glasses, perhaps as a faint reference to sexual tension being released. Which brings me to my next drawing. Chinese ink and nib over a penciled sketch.
David Rejas
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Supongo que el fin de año nos obliga a apurar encuentros, a realizar citas, a ponernos al día con un café de por medio… o un par de tragos. En ese aspecto, diciembre es siempre un mes de compromisos y actividades. Esta semana ha sido un buen ejemplo de ello. El viernes tuve que elegir entre una reunión con mis amigos de Viceversa Consulting o la inauguración de la galería Shock, en Barranco. Por supuesto, esa misma noche mi gran amiga Pamela Campos me había invitado a su fiesta, se acababa de graduar de la universidad y eso merecía una celebración.


Pero la noche y la madrugada sólo tienen tantas horas… así es que fui a la inauguración de Shock. Me divertí muchísimo. Además de encontrarme con amigos del colegio, conversé con artistas como John Chauca, Asad Celux y Renzo Núñez. Siempre es divertido observar un cuadro, una escultura o una instalación y luego conversar con el artista / creador, no sobre su obra directamente, pero sí sobre cualquier tema que pueda parecer interesante en ese momento. Allí, me parece, y si el buen vino lo permite, alguna verdad sale a flote. Mi primera copa de vino de la noche fue con David Rejas, que presentaba dos magníficos cuadros en la atrevida y simpatiquísima sala erótica de la galería; su conclusión, que comparto, es que siempre se agradece la aparición de un nuevo espacio cultural en Lima. Después me encontré con Paola Tejada y le comenté que la noche anterior había estado con Marcos Palacios en Corriente Alterna, y como siempre Paola tuve la amabilidad de enseñarme dónde estaban los cuadros de Marcos, y por fin pude comprobar por qué él me había insistido para que fuera a la inauguración; simplemente no me podía perder la oportunidad de ver su obra. Había una inmensa cantidad de obras, de estilos muy distintos, cuadros con influencia figurativa, abstractos, semi-expresionistas, extraordinarios dibujos, esculturas de diversos materiales, había algo para todo los gustos. Como suele ocurrir, terminé conversando con muchas otras personas que no conocía o que solamente ubicaba de vista; y todos nos terminamos riendo al observar la desmedida frecuencia con la que alguien rompía una copa en la sala erótica. Tanta tensión sexual tenía que encontrar una vía de escape… lástima que fuera a costa tanto de las copas de vino tinto como de espumante.


Y con tanto erotismo en mente, quisiera pensar que mi siguiente dibujo conserva algo de interés en ese aspecto. También fue realizado a pedido, y es parte de la serie dedicada a las obras de misericordia. Si el primero se trataba de “darle de beber al sediento”, este busca “redimir al cautivo”. Tinta china y plumilla sobre un esbozo inicial a lápiz (que también adjunto aunque en baja resolución).
 


December 2, 2010

The Caveman and the Astronaut

Yesterday a very interesting inauguration took place in Yvonne Sanguineti Gallery. Several paintings and sculptures captured my attention, but the work of Rhony Alhalel was particularly appealing: a figure that would elicit a certain stylized fragility built with the strongest of metals; which means it wasn't fragile at all.


Another example of duality could be found in my next drawing. The first image is inspired in 80s comic books by Igor Kordey, and the second one takes Fernando Fernández as reference.


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El día de ayer se inauguró la muestra colectiva de fin de año de la galería Yvonne Sanguineti. Obras como las de Hernán Sosa, Mónica Cuba, Rhony Alhalel, Patricia Eyzaguirre, José Luis Carranza y John Chauca adquirían en conjunto una inusitada fuerza visual. Una de las piezas que me llamó la atención fue la escultura de Alhalel, diferente a trabajos anteriores. En esta ocasión se trataba de una figura que se plegaba sobre sí misma, creando una sensación de fragilidad sumamente estilizada. No obstante, como me comentaba Paola Tejada, la escultura está construida con el mismo metal que se utilizaría para la fabricación de barcos; un material para nada frágil.


Otro ejemplo de dualidad, aunque menos elaborado, estaría presente en el siguiente dibujo. La primera imagen está inspirada en los cómics de la década del 80 de Igor Kordey, mientras que la segunda es una referencia a Fernando Fernández. Hice el entintado con estilógrafo.