Phil Hale |
Jim Lee |
I’ll go in the order the stories are presented in the comic book. The first one is “Rocket-Man”, written by Richard Bruning and illustrated by Jim Lee. Famous for his 1990 Adam Strange miniseries, Bruning curiously decides to write about another man obsessed with flying with a rocket-backpack. Although the premise of the story seems promising, the execution could’ve been better. At the same time, Jim Lee was experimenting with a very peculiar art style, completely different to the one that turned him into a superstar in the 90s and that solidified his fame in the next decade. So even the biggest Jim Lee fans would agree that this might not be the best example of his work.
Frank Quitely |
And at last but not least, “Wolf Girl Eats” by Bruce Jones and Richard Corben is by far my favorite. Frequent collaborators of Creepy, perhaps it isn’t that surprising that this particular creative team was better suited for the unique challenges of an anthology. However, “Wolf Girl Eats” isn’t the typical Creepy story, as it introduces an element that had remained unseen in most horror publications: a homoerotic subtext. The story is well paced, it’s unsettling and scary in its own right, and Corben’s art is as good as ever (no wonder why he was so famous back the in the 80s).
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Como he mencionado en varias ocasiones, crecí leyendo antologías de terror como Creepy, y aunque extraño ese tipo de publicaciones, me pregunto por qué, en general, han tenido poco éxito en el mercado estadounidense, al menos en las últimas 4 décadas. Ciertamente, el horror como género no tiene ningún problema, y en los últimos años hemos visto cómics de terror como The Walking Dead que tienen un gran éxito incluso más allá del medio impreso. El problema, entonces, no parece provenir del género sino de la presentación, en este caso, una antología.
Frank Quitely |
Había visto esa portada antes y siempre había querido comprar el cómic y leerlo. Con una portada como esa, uno lógicamente esperaría historias realmente horribles y aterradoras. Sin embargo, después de leer el primer número, recordé por qué, en general, las antologías son difíciles de vender: no importa cuántas personas talentosas participen en el proyecto, algunas de las historias serán mejores que otras y, al final, el lector puede sentir que sólo una historia fue buena y el resto no estuvo a la altura. Por alguna razón, eso nunca parece suceder con la antología británica de ciencia ficción 2000 AD, en la que todas las historias en general parecen ser igualmente buenas. Quizás los escritores británicos tienen un secreto que los estadounidenses desconocen, pero la verdad es que después de leer las 3 historias que forman parte del primer número, inmediatamente tuve una favorita y las otras dos se quedaron muy atrás.
Richard Corben |
Richard Corben |
Jen van Meter escribe la próxima historia, "Buen vecindario", y aunque hay algunas ideas interesantes, al final se siente más como la presentación de una historia más larga que nunca veremos. Sin embargo, el elemento más fuerte aquí es el fascinante arte de Frank Quitely. En ese momento, Quitely todavía no era la mega estrella que es ahora, pero ya era famoso y ya había establecido un estilo único que sigue siendo tan impresionante como lo es hoy. Cada página de esta historia es una magnífica obra de arte, y Quitely crea algunas imágenes muy inquietantes.
Y por último, pero no menos importante, "Wolf Girl Eats" de Bruce Jones y Richard Corben es, sin duda alguna, mi favorita. Colaboradores frecuentes de Creepy, tal vez no sea tan sorprendente que este equipo creativo en particular estuviese más preparado para los desafíos únicos de una antología. Sin embargo, "Wolf Girl Eats" no es la típica historia de Creepy, ya que introduce un elemento que no se había visto en la mayoría de las publicaciones de terror: un subtexto homoerótico. La historia está bien desarrollada, es inquietante y aterradora por derecho propio, y el arte de Corben es tan bueno como siempre (no es de extrañar por qué era tan famoso en los 80s).