Alice Wagner |
Jorge Tacla presentó “Doble vida”, una serie de cuadros que muestran grandes edificaciones signadas con un tono lúgubre y sombrío. Utilizando óleo y polvo de mármol, Jorge consigue recrear de manera casi fantasmagórica pero no por ello menos intensa, un conjunto de recintos deshabitados. Destaca, sobre todo su “Identidad oculta 37”.
Jorge Tacla |
En esta ocasión me acompañó mi gran amigo Max Maradiegue, y mientras él tomaba una copa de vino, yo desafiaba la suerte tomando no solamente vino, sino también whisky y pisco. Nos encontramos con Jorge Cabieses, Mariella Agois, Hugo Alegre, Julio Garay e Irene Tomatis; y también conversé con el jovencísimo y talentosísimo artista Tomás Prochazka, quien este año ha participado en dos muestras (una individual en el Bisetti de Barranco y otra colectiva en su álma máter, Corriente Alterna). Luego de ver ambas muestras, Max y yo caminamos unos pocos metros para ir a la Noche de pizzas en Dédalo, donde la buena comida dio lugar a una muy buena conversación.
Hoy en la noche, hace apenas una hora, se inauguró en Dédalo la muestra de Gabriel Villarán que consiste en tablas de surf pintadas con mucha exquisitez y finura por Gabriel Mujica. Conversé brevemente con Eduardo Lores y María Elena Fernández, y también saludé a Pedro Casusol quien me presentó a Sheila Alvarado, la genial artista que seguramente debe ser ampliamente conocida y reconocida por sus ilustraciones en la columna de sexo de Perú21.
También fue una magnífica oportunidad para reencontrarme con compañeros de oficina –como Sandra Roncagliolo que hasta hace poco trabajaba en COSAS, literalmente a dos metros de distancia de mi oficina– y, desde luego, con amigos del colegio como Arturo José Valdés Hamann y Matías Ballón Córdova. Aunque, sin duda, lo mejor del evento fue ver a mi gran amigo Augusto Rey y a Lucía Ginocchio, con quienes conversé un rato.
my drawing (pencils and then inks) / mi dibujo (lápices y luego tintas) |
En el transcurso de la noche también me encontré con José Medina, y vi de lejos a Manuel Bruce (también de mi colegio) y al famoso Jason Day. En las tres horas que estuve en Dédalo me tomé más de diez chilcanos, cortesía de pisco Larroca, y comí tequeños, camarones fritos de una textura crujiente y con una deliciosa salsa agridulce, y mini causas con pulpo al olivo (un pulpo estupendo, en su punto, ni muy chicloso ni muy suave). Ojalá todas las muestras fuesen así de buenas y divertidas, en todo caso, otras galerías limeñas deberían tomar a Dédalo como ejemplo. En esta ocasión, sin ir muy lejos, la velada estuvo amenizada por el grupo de música de Jean Pierre Magnet.
De todos modos, me despedí temprano de mis amigos (o relativamente temprano) y antes de la medianoche ya estaba en Domingo Laboratorio Creativo, y luego de un último traguito me fui derechito a casa.