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August 13, 2014

Miracleman # 6 & 7 - Alan Moore & Alan Davis

Miracleman attacks! / ¡Miracleman ataca!
While Doctor Gargunza tells Liz Moran the details of his horrid past, Miracleman and Evelyn Cream track down the old villain and find his well-guarded villa. But the security personnel is no match for the invincible Miracleman.

Nevertheless, “…And Every Dog Its Day” (August 1984) shows the defeat of Miracleman, as he is outwitted by his “creator”, Doctor Gargunza. Once again, Alan Moore re-elaborates classic superhero plot twists but in this case he does it so amazingly that the reader is rooting simultaneously for the hero as well as the villain. 


Unfortunately, it is in this chapter that Alan Davis says goodbye to the Northampton writer. And consequently “All Heads Turn as the Hunt Goes By” (February 1986) is illustrated by Chuck Austen (or Chuck Beckum as he was known back in the day). Although Chuck Austen’s abilities aren’t nearly as impressive as the ones we find in Alan Davis or Garry Leach, Chuck still manages to give us a very correct visual interpretation of Moore’s script.


Evelyn Cream, the man with sapphire teeth, England’s most ruthless killer is defenseless against a monstrous creature engineered in the labs of Doctor Gargunza. Using a fascinating game of frames and panels, Moore presents to us the entire persecution as a single moment in time, thus augmenting the suspense and the sense of fear experienced by Michael Moran and Evelyn Cream.

Miracledog

I’ve often wondered, as a writer, when to kill a character. It’s not an easy choice and it becomes even more complicated when we have a fascinating character in mind. If the most appealing, most intriguing and most mysterious hero is on the line, do we let him go or do we retrieve him for future plotlines? 


For example, I wonder how George R.R. Martin manages to create so many fantastic men and women in the pages of his novels and how he gets to decide who lives and who dies. 


Obviously I cannot know the motives behind the writer’s work, but I can see the results. And the result of this chapter is devastating: Evelyn Cream is beheaded with a single movement, and quickly devoured by an alien beast designed to kill Miracleman. 


The last page, pure genius (but then again, we are talking about Alan Moore), shows the green and scaly lizard spitting out some undigested residuals. There is blood and there is, of course, the sapphire teeth of Evelyn Cream.

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Michael Moran & Evelyn Cream

Mientras el doctor Gargunza le cuenta a Liz Moran los detalles de su horrendo pasado,  Miracleman y Evelyn Cream rastrean al viejo villano y encuentran su resguardada villa. Pero el personal de seguridad no es rival para el invencible Miracleman.


No obstante, “…Y cada día de perro” (agosto de 1984) muestra la derrota de Miracleman, que es superado en astucia por su “creador”, el doctor Gargunza. Una vez más, Alan Moore reelabora giros argumentales de superhéroes clásicos pero en este caso lo hace tan asombrosamente que el lector está entusiasmado simultáneamente con el héroe así como con el villano.


Desafortunadamente, es en este capítulo en el que Alan Davis le dice adiós al escritor de Northampton. Y en consecuencia “Todas las cabezas se voltean mientras la cacería continúa” (febrero de 1986) tiene ilustraciones de Chuck Austen (o Chuck Beckum como se le conocía en ese entonces). Aunque las habilidades de Chuck Austen no son para nada tan impresionantes como las de Alan Davis o Garry Leach, Chuck aun así se las arregla para darnos una correcta interpretación visual del guión de Moore.


Evelyn Cream, el hombre de los dientes de zafiro, el más despiadado asesino de Inglaterra, está indefenso frente a una criatura monstruosa creada en los laboratorios del doctor Gargunza. Usando un fascinante juego de encuadres y viñetas, Moore nos presenta toda la persecución como un sólo momento en el tiempo, aumentando así el suspenso y la sensación de miedo experimentada por Michael Moran y Evelyn Cream.

man against beast / el hombre contra la bestia

Como escritor, me he preguntado a menudo cuándo matar a un personaje. No es una alternativa fácil y se vuelve más complicada cuando tenemos en mente a un personaje fascinante. Si el héroes más atractivo, más intrigante y misterioso, está al borde del abismo, ¿lo dejamos caer o lo recuperamos para futuras líneas argumentales? 


Me pregunto, por ejemplo, cómo se las arregla George R.R. Martin para crear tantos hombres y mujeres fantásticos en las páginas de sus novelas y cómo decide quién vive y quién muere.


Obviamente no puedo saber los motivos detrás de la obra del escritor, pero puedo ver los resultados. Y el resultado de este capítulo es devastador: Evelyn Cream es decapitado con un sólo movimiento, y es rápidamente devorado por una bestia alienígena diseñada para matar a Miracleman. 


La última página es una genialidad pura (claro está, hablamos al fin y al cabo de Alan Moore), vemos al lagarto de escamas verdes escupiendo algunos residuos que no han sido digeridos. Ahí está la sangre y también están, por supuesto, los dientes de zafiro de Evelyn Cream.


January 26, 2012

Miracleman # 4 Alan Moore & Alan Davis

Jim Starlin
As Miracleman calms down and enjoys nature, there is a substantial amount of activities he could never predict. For instance, the dual personality of Bates starts to cause commotions inside his mind, will he wake up from the comma? And if he does, how will Miracleman defeat his former sidekick?

In Watchmen or V de Vendetta, Alan Moore usually included interludes, which at first seemed only like brief detours from the main plotline but that would subsequently acquire more relevance. The same happens in this series, in moments such as the conversation Miracleman has with a little kid.

In the 50s, Frederick Wertham said that Batman and Robin were the ultimate gay fantasy, and he also accused Wonder Woman of being a lesbian. Because of their asexuality, superheroes were seen as suspicious characters (although this situation has changed in recent years). When this young boy finds Miracleman, clad in tights, he immediately asks him “Are you a poof?”. Moments like this could easily be seen as inconsequential, but the fact of bringing up subjects that would never be discussed in other comic book in the 80s is, indeed, quite pertinent.

Nonetheless, as Miracleman returns home he realizes Liz has been kidnapped and all hell breaks loose. Miracleman is still the mightiest mortal on Earth, and if his wife doesn’t appear he’s willing to destroy entire cities as long as he finds her. Evelyn Cream talks to his previous employers to make sure they don’t have her.

The fourth issue ends with a tale of the Miracleman Family, in which we see Miracleman, Young Miracleman and Kid Miracleman in one of their common adventures in virtual reality. They cannot know it’s all a dream, but as it’s discovered by the scientists monitoring their process, subconsciously the three supermen are fighting to wake up. “The Red King Syndrome” is a fascinating oneiric voyage, lavishly illustrated by John Ridgway, famous for his run in Hellblazer. Over 20 years later, we can find similar scenes in films such as “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” in which the protagonist gets his past erased, even though he fights in his subconscious, while he’s asleep, to retain the memories most dear to him.

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“Are you a poof?” / "¿eres un maricón?"

Mientras Miracleman disfruta calmadamente de la naturaleza, ocurren hechos relevantes que él nunca podría predecir. Por ejemplo, la personalidad dual de Bates empieza a causar conmociones dentro de su mente, ¿despertará del coma? Y si es así ¿qué podría hacer Miracleman en contra de su antiguo aliado?

En “Watchmen” o “V de Vendetta”, Alan Moore solía incluir interludios, que al inicio parecían solamente breves bifurcaciones de la línea argumental central pero que luego adquirirían gran relevancia. Lo mismo sucede en esta serie, por ejemplo, cuando Miracleman conversa con un chiquillo.

En los años 50, Frederick Wertham dijo que Batman y Robin eran la máxima fantasía gay, y también acusó a Wonder Woman de ser lesbiana. A causa de su asexualidad, los súper-héroes fueron vistos como personajes sospechosos (aunque esta situación ha sido modificada en años recientes). Cuando un muchachito encuentra a Miracleman, en mallas ajustadas, inmediatamente le pregunta "¿eres un maricón?". Momentos así podrían ser vistos como triviales, pero el hecho de traer a colación un tema que nunca se hubiese discutido en otro cómic de los 80 es, de hecho, bastante pertinente.

No obstante, al regresar a casa Miracleman descubre que Liz ha sido raptada y eso lo enloquece. Es el mortal más poderoso del mundo y si su esposa no aparece está dispuesto a destruir ciudades enteras hasta encontrarla. Evelyn Cream habla con sus antiguos jefes para asegurarse que ellos no son los responsables.
John Ridgway

Este cuarto ejemplar termina con un relato de la familia Miracleman, en donde vemos a Miracleman, Young Miracleman y Kid Miracleman en una de sus aventuras típicas en la realidad virtual. Ellos no pueden saber que se trata de un sueño, pero los científicos que los monitorean se dan cuenta que, a nivel inconsciente, los tres superhombres están luchando por despertar. "El síndrome del rey rojo" es una fascinante travesía onírica, ilustrada creativamente por John Ridgway, famoso por su etapa en Hellblazer. Más de 20 años después podemos encontrar escenas similares en películas como “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” en donde el protagonista borra su pasado al tiempo que lucha en su inconsciente, mientras duerme, por retener sus más queridos recuerdos.

January 18, 2012

Miracleman # 2 Alan Moore & Garry Leach

“With great power there must also come great responsibility”. If you have read Spider-Man’s comic books or seen the movies, then these words are familiar to you. But the antithesis of this phrase is “power corrupts, and absolute power corrupts absolutely”.

Imagine that you are the most powerful creature in the world. What would you do? Would you uphold the law? Or would you change the rules of the world for your own benefit? Johnny Bates had to answer those questions over 20 years ago. After the demise of Young Miracleman and the disappearance of Miracleman, he was the only one left.  Kid Miracleman had it all: he was indestructible, strong, powerful… and he decided to stay that way. Bates never returned to being human, he stayed as a superman and he grew old as a superman. Using his superhuman abilities he built the world’s greatest technological corporation, and he soon became one of the most influential men of the 20th century. That is until the day he saw on the news that Miracleman was back. Now his old ally had become the one and only possible threat to his ambitions. Moore continues to reinvent the traditional superhero rules, and instead of using an established villain he uses the hero’s sidekick, this as unexpected as seeing Robin turning against Batman and overpowering his former mentor.

When Moran realizes that his old sidekick is now a psychopathic monster, he utters the word kimota and becomes Miracleman once again. But Kid Miracleman has had over two decades to hone his skills, to increase his powers, and Miracleman soon realizes he is no match for Bates. As two titanic forces unleash their full power, everyone in England realizes that the flying man in the news was no hoax at all. Overwhelmed by the attack, Miracleman cannot defeat his opponent, and yet giving up is not an option. Injured and barely able to stand up, Miracleman finally understands that for all his power, his final hour has come. And then, in a moment of indescribable pride, Bates pronounces the name of the hero ‘Miracleman’, which happened to be the word he had to say in the past to revert to human form.

Johnny Bates is once again an innocent and sweet child, but guilt for all his actions as Kid Miracleman is too much for his mind to bear and he crumbles into a catatonic state. A few days later, Moran thinks about his life: as Miracleman he is young and handsome, and much smarter than most men, as Moran, he’s just an ordinary, out of shape guy. To make matters worse, Liz is now pregnant. Moran’s infertility had prevented pregnancy for years, but one sexual encounter between Liz and Miracleman was more than enough. Justifiably, Moran starts feeling like a useless man, will he feel tempted to live his life as a superhuman, just like Bates did? In the 50s, Moran and Miracleman were quite interchangeable characters, but not here. Moore creates two very different individuals, and thus strengthens the exscinded nature of an already troubled protagonist. This is the true postmodern subject, so it’s no surprise to read critics labeling this series as deconstructionist.

Garry Leach had masterfully balanced his groundbreaking visual efforts with his insuperable storytelling approach, there were no random fragments or loose lines in his panels, everything was so carefully orchestrated that it soon became obvious for him that he needed more time to finish his pages. Because of this, another well-known British artist, Alan Davis, started penciling the pages that would be later inked by Garry Leach. Unfortunately, Garry’s perfectionism would require more time than usual, and so Alan Davis became the sole artist of the title.  
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"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Si has leído cómics de Spider-Man o has visto las películas, entonces estas palabras te resultarán familiares. Pero la antítesis de esta frase es "el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente".

Imagina que eres la criatura más poderosa del mundo. ¿Qué harías? ¿Defenderías la ley? ¿O cambiarías las reglas del mundo para tu propio beneficio? Johnny Bates tuvo que responder estas preguntas hace 20 años. Luego del fallecimiento de Young Miracleman y la desaparición de Miracleman, él fue el único que quedó. Kid Miracleman lo tenía todo: era indestructible, fuerte, poderoso... y decidió seguir así. Bates nunca regresó a su forma humana, continuó siendo un superhombre y envejeció como un superhombre. Usando sus habilidades sobrehumanas construyó la corporación tecnológica más grande del mundo, y se convirtió en uno de los hombres más influyentes del siglo XX. Hasta el día en que vio en las noticias que Miracleman había regresado. Ahora, su viejo aliado se había convertido en la única amenaza posible a sus ambiciones. Moore continúa reinventando las reglas súper-heroicas tradicionales, y en vez de usar un villano tradicional utiliza al aliado del héroe, esto es tan inesperado como ver a Robin luchando contra Batman y derrotando a su antiguo mentor.

Cuando Moran descubre que su viejo aliado es ahora un monstruo psicótico, susurra la palabra kimota y se convierte en Miracleman nuevamente. Pero Kid Miracleman ha tenido dos décadas para perfeccionar sus habilidades e incrementar sus poderes, y Miracleman se da cuenta que no está a la altura de Bates. Cuando estas dos fuerzas titánicas desatan todo su poder, la gente comprueba que el hombre volador no era ninguna farsa. Abrumado por el ataque, Miracleman no puede derrotar a su oponente, aunque rendirse tampoco es una opción. Herido y apenas capaz de ponerse en pie, Miracleman finalmente comprende que su hora final ha llegado. Y entonces, en un momento de indescriptible orgullo, Bates pronuncia el nombre del héroe 'Miracleman', es decir, la palabra que en el pasado lo revertía a su forma humana.

Johnny Bates vuelve a ser el niño dulce e inocente de antaño, pero la culpa por sus acciones como Kid Miracleman es más de lo que su mente puede soportar y cae en un estado catatónico. Algunos días después, Moran reflexiona sobre su vida: como Miracleman es joven y guapo, y mucho más inteligente que los hombres normales, como Moran es un sujeto ordinario, fuera de forma. Para empeorar las cosas, Liz está ahora embarazada. La infertilidad de Moran había evitado este suceso por años, pero un encuentro sexual entre Liz y Miracleman fue más que suficiente. Justificadamente, Moran empieza a sentirse como un hombre inservible, ¿se sentirá tentado a vivir su vida como un superhombre, al igual que Bates? En los años 50, Moran y Miracleman eran personajes bastante intercambiables, pero ya no. Moore crea dos individuos diferentes, y fortalece la naturaleza escindida de un protagonista conflictuado desde un inicio. Este es el verdadero sujeto postmoderno, así que no me sorprende que los críticos consideren esta serie como deconstruccionista.

Garry Leach combina sus innovadores esfuerzos visuales con un insuperable manejo de las secuencias, no hay fragmentos al azar ni líneas sueltas en sus paneles, todo es cuidadosamente organizado y por ello empezó a necesitar más tiempo para terminar sus páginas. A causa de esto, otro reconocido artista británico, Alan Davis, empezó a dibujar a lápiz mientras Garry Leach se encargaba del entintado. Desafortunadamente, el perfeccionismo de Garry requería cada vez más tiempo, y fue así como Alan se convirtió en el único artista del título.

Art by Alan Davis