The war in Makkalet is epic. Epic is the right term, because it derives from the Greek epos (story, poem), and because it entails the notion of an event of such magnitude that it changes history, forming or destroying civilizations. Epic was the Greek triumph over the Persians or the conquering wars of the Roman Empire.
Conan the barbarian has already changed the course of history, inadvertently perhaps, but the aftermath of this holy war will have repercussion in every corner of the Hyborean world. “On this morn, after a disastrous reliance upon sea and soldiery to protect them, the subjects of this Hyrkanian city-state begin at last to build makeshift barricades to keep out the besieging Turanians…”, and so begins Monster of the Monoliths! (December 1972).
Conan has barely managed to escape from prince Yezdigerd, and now wounded and tired, he arrives to beleaguered Makkalet. After a quick skirmish, the young barbarian is taken into custody and eventually decides to help the king of Makkalet, his former enemy.
Perhaps one of the most fascinating aspects of this saga is that Conan fights in both sides, and understands all aspects of the warfare. Queen Melissandra asks Conan to ride east, to the city of Pah-Dishah and ask assistance of her father’s army. The Cimmerian agrees, but on his way he’s ambushed and attacked by a monstrous creature with ghastly eyes. “In those grisly eyes are mirrored all the unholy things and vile secrets that sleep in the cities under the sea, and that skulk from the light of the day in the blackness of primordial caverns”.
Barry Windsor-Smith is a master of architecture, and that is made obvious in the splash page. The solemnity of the city is confronted with the slow movement of the young barbarian. The struggle between Conan and the people of the city is violent and yet graceful. In subsequent pages, the ambush and the appearance of the monster simply takes our breath away.
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La guerra en Makkalet es épica. Épico es el término correcto porque deriva del griego epos (historia, poema), y porque involucra la noción de un evento de tal magnitud que cambia la historia, al formar o destruir civilizaciones. El triunfo griego sobre los persas fue épico, al igual que las guerras de conquista del imperio romano.
Conan el bárbaro ya ha cambiado el rumbo de la historia, quizá inadvertidamente, pero las consecuencias de esta guerra santa estarán en cada rincón del mundo Hibóreo. "Al alba, tras una desastrosa dependencia en el mar y en la soldadesca para protegerlos, los súbditos de esta ciudad-estado hirkaniana comienzan por fin a construir barricadas improvisadamente para mantener alejados a los turanios al acecho...", y así empieza el Monstruo de los Monolitos (diciembre 1972).
Conan ha escapado con las justas del príncipe Yezdigerd, y ahora herido y cansado, llega a la asediada Makkalet. Luego de un breve combate, el joven bárbaro es capturado y eventualmente decide ayudar al rey de Makkalet, quien fuese su enemigo días atrás.
Tal vez uno de los aspectos más fascinantes de esta saga es que Conan pelea en ambos lados, y entiende todos los aspectos del conflicto bélico. La reina Melissandra le pide a Conan que cabalgue hacia el este, hacia la ciudad de Pah-Dishah y que solicite la ayuda del ejército de su padre. El cimerio acepta, pero en el camino es emboscado y atacado por una monstruosa criatura de ojos fantasmales. "En esos ojos acuosos se reflejan todas las cosas profanas y los secretos viles que duermen en las ciudad bajo el mar, y que se sepultan en la oscuridad de las cavernas primordiales para huir de la luz del día".
Barry Windsor-Smith domina la arquitectura y eso es algo obvio en la primera página. La solemnidad de la ciudad es enfrentada al movimiento lento del joven bárbaro. La lucha entre Conan y la gente de la ciudad es violenta, pero grácil. En páginas subsiguientes, la emboscada y la aparición del monstruo nos deja sin aliento.