And the journey sure takes a toll on them. Watching a destroyed Earth, turned into the capital of the Kree Empire is terrifying. Observing the dry skeletons of Thor, Loki and the rest of the Nordic pantheon can be depressing. And reaching to one post-apocalyptic future after another is equally discouraging. “We’ve seen astounding sights that catch my breath and will haunt me for life”, says Kate Bishop.
Just like in the previous issue, Kieron Gillen manages to tell not one but many stories in only 22 pages. He juggles multiple plots and subplots and he provides the necessary intensity to specific moments that stay with us long after we’re finished reading. We know that all of these multiple Earths exist only as fiction inside the already fictional universe of Marvel Comics, but we get to see them and understand what they are about. And that is more than enough to electrify us. That’s good writing.
Earth: capital of the Kree Empire and home of the dead gods / La Tierra: capital del Imperio Kree y hogar de los dioses muertos |
Of course, the Young Avengers must keep on searching for Speed. And thus they arrive to another Earth subjugated by the Kree’s Supreme Intelligence, conquered by Noh Varr. Certainly, Marvel Boy hasn’t been idle in these alternate realities. There they find Oubliette, the Exterminatrix, a crazy Grant Morrison’s creation that appeared on the original Marvel Boy miniseries. Here, the leather costume, reminiscent to certain bondage and sadomasochist practices hides something very dangerous, and that’s revealed when Exerminatrix removes her mask.
After the battle with Exerminatrix, the Young Avengers are separated. Hulkling (Teddy Altman) and Prodigy (David Alleyne) land on a place that defies all physical laws, a white zone that coincidentally allows Jamie McKelvie to explore visual composition, the boundaries of the panel and the two-dimensional reality of a comic book page in the most imaginative way I’ve seen in a long time.
McKelvie’s creativity is also made evident in the credits page. “Earth-616” takes the form of Loki’s impossible passport. And it has the most funny visa stamps on it, from “I survived Earth Z” (a clever World War Z reference), to the exclusive Earth 54 Club (a homage to the famous 54 disco), and many more hilarious entries and departures. The British artist captures the essence of the god of mischief, by showing us Loki’s naughty expression. In these pages, McKelvie is free to be willful, untrammelled by rule or precedent.
A very effective page design / un diseño de página muy efectivo |
But I digress. Teddy and David are trapped in this weird dimension while the rest of the Young Avengers are trying to rescue them. What can two boys do in a place defined by emptiness and timelessness? Wait. And so they wait to be rescued. And they talk. Because that’s what young boys do. They confide to their peers information or secrets that they would never share with their parents.
Teddy Altman affirms that he has no regrets: he has lived a good life and his relationship with Billy brings joy to his heart. David Alleyne, on the contrary, does have regrets.
There are certain common traits that teens share. I started this review talking about the need, at that age, of getting away from parental figures. But there is more: confusion, insecurity, sexuality. And –luckily this time I do not digress– the young Prodigy, David Alleyne, is experiencing all of this. Sexual confusion, affective insecurity and (homo)sexuality (or, perhaps, bisexuality). Purely driven by hormones and teenaged horniness, David kisses Teddy.
And that, my friends, is one of the best cliffhangers I’ve seen in 2013.
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Using panels with imagination / usando las viñetas con imaginación |
Si recuerdan las cosas que hacían de adolescentes, seguramente recordarán la necesidad de salir. No importaba dónde o por cuánto tiempo. Afuera se estaba bien; dentro de la casa -con mami y papi- no tanto. Obviamente, los Jóvenes Vengadores también comparten esa necesidad. ¡Pero la llevan al extremo al viajar a través de dimensiones paralelas y realidades alternativas!
Y el viaje sin duda los desgasta. Mirar una Tierra destruida, convertida en la capital del Imperio Kree es aterrador, observar los esqueletos resecos de Thor, Loki y el resto del panteón nórdico puede ser deprimente. Y llegar a un futuro post-apocalíptico tras otro es igualmente desalentador. "Hemos visto paisajes sobrecogedores que me dejan sin aliento y que me acosarán de por vida", dice Kate Bishop.
Al igual que en números anteriores, Kieron Gillen se las arregla para contar no una sino muchas historian en tan sólo 22 páginas. Hace malabares con los argumentos principales y secundarios, y proporciona la intensidad necesaria a momentos específicos que se quedan con nosotros mucho después de terminada la lectura. Sabemos que todas estas Tierras múltiples existen sólo como ficción en un universo ya de por sí ficticio –el de los cómics de Marvel–, pero logramos verlos y entender de qué se tratan. Y eso es más que suficiente para electrificarnos. Eso sí que es escribir bien.
Desde luego, los Jóvenes Vengadores deben seguir buscando a Speed. Y es así como llegan a otra Tierra subyugada por la Inteligencia Suprema de los Kree, conquistada por Noh Varr. Ciertamente, Marvel Boy no ha sido ocioso en estas realidades alternativas. Allí encuentran a Oubliette, la Exterminatrix, una loca creación de Grant Morrison que apareció en la miniserie original de Marvel Boy. Aquí, el traje de cuero, que nos remite a ciertas prácticas sadomasoquistas y de dominación, esconde algo muy peligroso, que será revelado cuando Exterminatrix se saque la máscara.
David kisses Teddy / David besa a Teddy |
Después de la batalla con Exterminatrix, los Jóvenes Vengadores son separados. Hulkling (Teddy Altman) y Prodigy (David Alleyne) aterrizan en un lugar que desafía las leyes de la física, una zona blanca que, da la casualidad, le permite a Jamie McKelvie explorar de la manera más imaginativa que he visto en mucho tiempo la composición visual, los límites de la viñeta y la realidad bi-dimensional de una página de cómic.
La creatividad de McKelvie también es evidente en la página de los créditos. “Tierra-616” toma la forma del imposible pasaporte de Loki. Y tiene los sellos de visas más divertidos, desde "Yo sobreviví a la Tierra Z" (una astuta referencia a Guerra Mundial Z), hasta la exclusiva Tierra Club 54 (un homenaje a la famosa discoteca 54), y muchas más entradas y salidas hilarantes. El artista británico captura la esencia del dios de la travesura, al mostrarnos la pícara expresión de Loki. En estas páginas, McKelvie es libre en su determinación, sin las restricciones de reglas o precedentes.
Pero me estoy yendo por las ramas. Teddy y David están atrapados en esta rara dimensión mientras que los otros Jóvenes Vengadores intentan rescatarlos. ¿Qué pueden hacer dos chicos en un lugar definido por el vacío y la ausencia del tiempo? Esperar. Así que esperan a ser rescatados. Y hablan. Porque eso es lo que hacen los jóvenes. Confían a sus coetáneos la información o secretos que nunca compartirían con sus padres.
Teddy Altman afirma que no se arrepiente de nada: ha tenido una buena vida y su relación con Billy ha traído alegría a su corazón. David Alleyne, por el contrario, sí tiene arrepentimientos.
Hay algunos elementos comunes que los adolescentes comparten. Empecé esta reseña hablando sobre la necesidad, a esa edad, de alejarse de las figuras paternas. Pero hay más: confusión, inseguridad, sexualidad. Y –por suerte esta vez no me estoy yendo por las ramas– el joven Prodigy, David Alleyne, está experimentando todo esto. Confusión sexual, inseguridad afectiva y (homo)sexualidad (o, tal vez, bisexualidad). Impulsado enteramente por las hormonas y la excitación adolescente, David besa a Teddy.
Y eso, amigos míos, es uno de los mejores "continuará" que he visto en el 2013.