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El jueves, visité la muestra “LA PINTURA, el diálogo y la guerra sobre el lienzo” en el Centro Cultural Ccori Wasi. Esta iniciativa reúne el trabajo de artistas peruanos jóvenes como Luis Castellanos, Akira Chinen, Fernando Otero, Franco Domenak, Alejandro Jaime, Jairo Robinson, Alejandro Saavedra, Mako Moya, Edison Lisarazo, Jack Caballero, Iván Fernández-Dávila, José Luis Carranza, José Ignacio Iturburu, Rember Yahuarcani, Eduardo Deza, Giancarlo León Waller y Juan Luis San Miguel. Efectivamente, la pintura está hoy más viva que nunca, y la amplia gama de estilos y escuelas sintetizados y reinventados en estas obras da buena cuenta de ello.
En esta ocasión me encontré con mi amigo, el artista Asad López del Castillo, y nuevamente con Roberto Cores. A Asad le debo una segunda visita a su taller en Barranco para llevarles a él y a Renzo Núñez un ejemplar de The Gathering Vol. 2. Le estuve explicando que me había resultado imposible ir a visitarlos porque la campaña de Tenemos Ganas me ha tenido ocupado, pero probablemente la próxima semana volveremos a tomarnos un vino en ese espacio extraordinario que es más que un taller.
El viernes, desafiando la ley seca, invité a almorzar a mi amiga María Fe que Acababa de llegar de Londres; cociné para ella tartare de atún de entrada, y de plato de fondo capelletis en salsa de almendras con lomo de cerdo al romero. Por supuesto, nos tomamos un cabernet sauvignon, un Norton del 2006. Y en la noche, desafiando nuevamente las restricciones, le llevé un vino Etchart a mi amiga Paola, que tuvo la delicadeza de invitarme a su cumpleaños. Fue una noche muy agradable y conocí a una de sus amigas que resultó ser una fan de mis cómics. No es que sea vanidoso, pero me sentí como un autor famosísimo.
A continuación, algunas fotos del almuerzo y un dibujo mío.