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October 9, 2014

The Walking Dead # 1-6 - Robert Kirkman & Tony Moore

I grew up reading post-apocalyptical stories. I took a special pleasure in reading sci-fi novels or short stories about life after the great disaster, but I was also tremendously captivated by comic books that would explore this fascinating subject. I’m remembering extraordinary classics such as “Hombre” (which was published in the pages of “Cimoc”), written by Antonio Segura and with art by José Ortiz, or “Survival” (published in “Eagle”), written by Barrie Tomlinson and also illustrated by José Ortiz.

So, at least for me, the concept of a great disaster (a virus, a nuclear war, a zombie apocalypse) has always been a part of my usual readings. Let’s add to that the fact that I absolutely love zombie movies and you might probably be wondering why I wasn’t reading The Walking Dead back in 2003. A decade ago I wasn’t too keen on Image titles, so I totally missed out on the debut of Robert Kirkman’s most successful franchise.

As you can imagine, Kirkman is a zombie movies fan too. So much, in fact, that his initial draft for The Walking Dead was pretty much a remake of George A. Romero’s “Night of the Living Dead” (the original 1968 version). I wonder, sometimes, if the idea of having a series in black and white wasn’t also a homage to the master of horror (but then again, we all know that black and white was a much more affordable option than full color). 

Nevertheless, the first chapter of “Days Gone Bye” (published in October 2003) establishes a post-apocalyptical outcome from the very beginning. Instead of relying on the emotion of starting in media res, as most zombie movies do, we get to see the world as it is after the great tragedy has occurred. Rick Grimes, the protagonist, has been in a comma for weeks. When he wakes up, he finds himself in an abandoned hospital (much like Cillian Murphy in Danny Boyle’s outstanding “28 Days Later”). It doesn’t take him long to realize there is something wrong going on.

Since the series had just started and Kirkman had no idea if sales would be good, he knew he had to tell a story as fast as possible. So it isn’t surprising that Rick finds his wife Lori and his son Carl in the second issue. And what took the TV series almost two seasons, id est, the conflict between Rick and his best friend Shane, who had been taking care of Lori in more than one way, is resolved here in the final pages of the sixth issue. In general, these issues have a lot of action and plot development, clearly, there is nothing here that feels slow or decompressed.

I’ve been reading The Walking Dead on and off for a few years now, and I think one of Kirkman’s greatest accomplishments is the way he makes his characters evolve. In these first issues, Rick is naïve, slightly clumsy, too sensitive. But as things grow darker, he will change considerably. It’s also interesting to see characters like Dale or Andrea who are first presented merely as part of the secondary cast, long before they acquire protagonic roles.

The first six issues of the series were drawn by Tony Moore, a talented artist that captured flawlessly the horror elements of a world conquered by a zombie plague. There are some brilliant pages, especially those showing large agglomerations of zombies. 

In the introduction of the first volume, Kirkman explains his intentions: “I want to explore how people deal with extreme situations and how these events change them”. Perhaps that, in a nutshell, is the essence of The Walking Dead, not the rotten corpses, not the flesh-eating zombies, not the gore, the blood or the guts, but rather the reaction of normal people in completely abnormal circumstances. Furthermore, like the best zombie movies, The Walking Dead makes us question our society. In that regard, Kirkman is faithful to the legacy of Romero and his saga of the living dead. 

There is, however, one point that I’ve never felt too convinced about, and it is the length of the series. “The Walking Dead will be the zombie movie that never ends”, affirms Kirkman. And today, after 130 issues it has become clear for many fans that the comic book is suffering from a certain fatigue, so much in fact that now the TV series is tremendously more intense and provocative than the original material.
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Crecí leyendo historias post-apocalípticas. Para mí era un gran placer leer novelas o cuentos de ciencia ficción sobre la vida después del gran desastre, pero también estaba tremendamente cautivado por los cómics que exploraban este fascinante tema. Recuerdo clásicos extraordinarios como “Hombre” (publicado en las páginas de “Cimoc”), escrito por Antonio Segura y con arte de José Ortiz, o “Survival” ("Superviviente" publicado en “Eagle”), escrita por Barrie Tomlinson y también ilustrada por José Ortiz.

Así que, al menos para mí, el concepto de un gran desastre (un virus, una guerra nuclear, un apocalipsis zombi) siempre ha sido parte de mis lecturas habituales. Añadamos a eso el hecho de que las películas de zombis me encantan y ustedes probablemente se preguntarían por qué no estaba leyendo "The Walking Dead" en el 2003. Hace una década no valoraba mucho los títulos de Image, así que me perdí por completo el debut de la franquicia más exitosa de Robert Kirkman.

Como pueden imaginarse, Kirkman también es fan de las películas de zombis. Tanto, de hecho, que su borrador inicial para “The Walking Dead” era básicamente un remake de “La noche de los muertos vivientes” de George A. Romero (la versión original de 1968). A veces me pregunto si la idea de realizar una serie a blanco y negro no fue también un homenaje al maestro del terror (claro que todos sabemos que el blanco y negro era una opción mucha más económica que el color). 

No obstante, el primer capítulo de “Días pasados” (publicado en octubre de 2003) establece un desenlace post-apocalíptico desde el comiendo. En vez de apoyarse en la emoción de comenzar en media res, como sucede con la mayoría de películas de zombis, vemos al mundo tal como es después de que ha ocurrido la gran tragedia. Rick Grimes, el protagonista, ha estado en coma por semanas. Cuando despierta, descubre que está abandonado en un hospital (al igual que Cillian Murphy en la sobresaliente “28 Days Later” de Danny Boyle). No le toma mucho tiempo darse cuenta de que algo malo está sucediendo. 

Como la colección recién empezaba y Kirkman no tenía cómo adivinar si es que las ventas iban a ser buenas, él sabía que tenía que contar la historia lo más rápido posible. Así que no es sorprendente que Rick encuentra a su esposa Lori y a su hijo Carl en el segundo número. Y lo que le tomó a la serie de televisión casi dos temporadas, es decir, el conflicto entre Rick y su mejor amigo Shane, quien se había estado encargando de Lori en más de un sentido, se resuelve aquí en las páginas finales del sexto número. En general, estos números tienen un montón de acción y desarrollo argumental, claramente, no hay nada aquí que se sienta lento o descomprimido.

He estado leyendo "The Walking Dead", con interrupciones, por algunos años, y creo que uno de los grandes logros de Kirkman es la forma en la que hace evolucionar a sus personajes. En estos primeros números, Rick es ingenuo, ligeramente torpe, demasiado sensible. Pero cuando todo se torna más oscuro, él cambiará considerablemente. También es interesante ver a personajes como Dale o Andrea quienes al principio son presentados meramente como parte del elenco secundario, mucho antes de que adquieran roles protagónicos.

Los primeros seis números de la colección fueron dibujados por Tony Moore, un talentoso artista que capturó impecablemente los elementos de terror de un mundo conquistado por una plaga zombi. Hay algunas páginas brillantes, especialmente aquellas que muestran grandes aglomeraciones de zombis. 

En la introducción del primer volumen, Kirkman explica sus intenciones: “Quiero explorar cómo la gente lidia con situaciones extremas y cómo estos eventos los cambian”. Tal vez eso, en resumidas cuentas, es la esencia de "The Walking Dead", no los cuerpos podridos, ni los zombis devoradores de carne, ni la violencia, la sangre o las tripas, sino más bien la reacción de la gente normal en circunstancias completamente anormales. Más aún, como las mejores películas de zombis, "The Walking Dead" nos hace cuestionar nuestra sociedad. En ese aspecto, Kirkman es fiel al legado de Romero y su saga de los muertos vivientes.

Hay, sin embargo, un punto que nunca me ha convencido del todo, y es la extensión de la colección. “The Walking Dead será la película de zombis que nunca termina”, afirma Kirkman. Y hoy en día, después de 130 números es evidente para muchos fans que el cómic está sufriendo una cierta fatiga, tanto así que de hecho ahora la serie de televisión es tremendamente más intensa y provocadora que el material original.

July 12, 2012

New Deadwardians # 3 - Dan Abnett


Chief inspector George Suttle has to resolve the strangest mystery he has ever faced: the inexplicable death of a vampire that, by all means, should not be dead. But what is the nature of life and death when we’re talking about immortal creatures that feed on human blood and cannot survive the sunlight? 

Dan Abnett has created a truly complex and surprising world. This is London in 1900, and royalty has recurred to vampirism in order to trample the endless hordes of living dead that were about to overrun the capital of the British Empire. These zombies, these ‘restless’ are now outside the fences of the city, and the normal human beings are the working class that must pay obedience to a vampiric aristocracy.

Suttle is a competent detective and so he has found a clue about the murder he is keen on resolving: a brothel in Zone B, the urban ghetto populated entirely by normal human beings. After talking to a prostitute Suttle shares with her a rather odd confession about his past, before he turned into a vampire: “I was a healthy young man. I had desires. Passions. I had what I believe is known as a libido”. It has been decades since the last time George Suttle experienced sexual arousal, it has been decades since the last time he tasted a meal or had a dream. It has been so long that sometimes he can’t even remember the pleasure of dreaming or eating. The life of a vampire has deprived him of many of the things human beings take for granted. 

“You miss life”, explains the prostitute, the human life, that is. George Suttle and the rest of the noble men and women of London are now undead creatures. Does this mean they are no longer human? They have immortality and consciousness while the restless have endurance and insatiable hunger. Perhaps, in order to define inhumanity we should read Kant's Critique of Pure Reason, there the philosopher introduced a rather revealing distinction between negative and indefinite judgment: if we want to negate a statement such as 'the soul is mortal' we have two options. We can either deny the predicate ('the soul is not mortal'), or affirm the non-predicate ('the soul is non-mortal'). A simple linguistic difference? It might look trivial unless you’ve seen a horror movie and you know that to affirm that someone 'is not dead' or 'is undead' are two entirely different situations. 

The protagonist of New Deadwardians is not dead, he is undead. But there is also an indefinite judgment, a third domain which undermines the distinction between dead and non-dead: the 'undead' (vampires in this comic book) are neither alive nor dead, and in this in-between places George Suttle finds only suffering. The monstrous 'living dead', the restless, are very much like him, not entirely dead, but not entirely alive either.

After three issues we finally see the main character as a man with weaknesses, as a man who was once human and can’t stop thinking about humanity. Here, there is also a difference between 'he is not human' and 'he is inhuman'. 'He is not human' would mean that he is an animal or an extraterrestrial creature, while 'he is inhuman' means something strongly dissimilar. The chief inspector doesn’t seem to be as inhuman as other British vampires, but he isn’t human anymore. He is marked by a terrifying excess which, although it negates what we understand as humanity, is inherent to human beings. And perhaps, precisely because of that, George Suttle is transfigured into a very tragic hero, someone that we can relate to, despite the unnatural condition of his existence.

The New Deadwardians # 1 The New Deadwardians # 2  
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El inspector en jefe George Suttle debe resolver el más extraño misterio que ha encontrado: la inexplicable muerte de un vampiro que debería seguir vivo.  Pero, ¿cuál es la naturaleza de la vida y la muerte cuando estamos hablando de criaturas inmortales que se alimentan de sangre humana y no pueden sobrevivir a la luz del sol? 

Dan Abnett ha creado un mundo verdaderamente complejo y sorprendente. En este Londres de 1900, la realeza ha recurrido al vampirismo para aplastar a las inacabables hordas de muertos vivientes que están a punto de asolar la capital del imperio británico. Estos zombis, estos 'seres que no descansan', están ahora al otro lado de las rejas de la ciudad, y los seres humanos normales son la clase obrera que debe obedecer a la aristocracia vampírica.

Suttle es un detective competente y ha encontrado una pista sobre el asesinato: un burdel en la Zona B, el gueto urbano poblado enteramente por seres humanos normales. Luego de conversar con una prostituta, Suttle comparte con ella una confesión sobre su pasado, antes de convertirse en un vampiro: "Yo era un joven saludable. Tenía deseos. Pasiones. Tenía lo que creo que es conocido como libido". Han pasado décadas desde la última vez que George Suttle se excitó sexualmente, han pasado décadas desde la última vez que saboreó una comida o logró soñar. Ha pasado tanto tiempo que a veces ya no puede recordar el placer de soñar o comer. La vida del vampiro lo ha privado de muchas de las cosas que los seres humanos consideramos como constantes.
my sketch / mi boceto

"Extrañas la vida", le explica la prostituta, y se refiere a la vida humana. George Suttle y el resto de los nobles londinenses son ahora criaturas no-muertas. ¿Significa que ya no son humanos? Tienen inmortalidad y consciencia mientras que los 'seres que no descansan' tienen resistencia y un hambre insaciable. Tal vez, para definir la inhumanidad deberíamos leer la "Crítica de la razón pura" de Kant, allí el filósofo hace una distinción entre un juicio negativo y uno indefinido: si queremos negar una afirmación como "el alma es mortal", tenemos dos opciones. Podemos negar el predicado (el alma no es mortal) o afirmar el no-predicado (el alma es no-mortal). ¿Una simple diferencia linguística? Podría parecer trivial a menos que hayan visto películas de terror y sepan que afirmar que alguien 'no está muerto' o 'es un no-muerto' son dos situaciones del todo distintas.

El protagonista de "New Deadwardians" no está muerto, es un no-muerto. Pero también hay un juicio indefinido, un tercer dominio que subvierte la relación entre muertos y no-muertos: los no-muertos (en este cómic los vampiros) no están ni vivos ni muertos, sino en un 'entre dos mundos' que hace sufrir a Suttle. Los monstruosos muertos vivientes, los 'seres que no descansan', son parecidos a él, no están enteramente muertos pero tampoco enteramente vivos.

Después de tres capítulos finalmente vemos al personaje central como un hombre con debilidades, como un hombre que fue humano alguna vez y que no puede dejar de pensar en la humanidad. Aquí, también hay una diferencia entre 'él no es humano' y 'él es inhumano'. 'Él no es humano' significaría que es un animal o un extraterrestre, mientras que 'él es inhumano' significa algo muy distinto. El inspector en jefe no parece ser tan inhumano como otros vampiros, pero ya no es humano. Está marcado por un aterrador exceso que, aunque niega lo que entendemos como humanidad, es inherente al ser humano. Y tal vez, precisamente por eso, George Suttle es transfigurado en un héroe trágico, alguien con quien nos identificamos, a pesar de la condición nada natural de su existencia.

April 26, 2012

The New Deadwardians # 1 - Dan Abnett


Without a shadow of a doubt, Dan Abnett’s The New Deadwardians is the best new title from Vertigo. This miniseries takes place in London, in 1901. As we all know, the Edwardian era (aptly named after King Edward VII) lasted a decade -from 1901 to 1910- and Dan has clearly referenced this particular moment in time in which the British Empire reigned supreme, but this is also an epoch of rigid class systems and the consolidation of industrialization.


The story begins with a ‘restless’ breaking into the house of Chief Inspector George Suttle. The restless are the living dead, mindless and lifeless creatures that prey and feed upon the living. The zombies have long invaded England and to avoid all possible risks of getting contaminated by this plague, the upper-class has made a most questionable decision. All men and women of fortune have voluntarily accepted to be turned into vampires. There are still normal human beings in London, which are literally trapped between the endless hordes of flesh-eating zombies and the unquenchable thirst for blood of the nobility.
a restless / un "ser que no descansa"

I’m not usually a fan of combining one subgenre with another, but Dan has created an enthralling first chapter that has already captured my attention. The living dead, in Freudian terms, might very well be the "return of the repressed" -those sublimated aspects of ourselves that must remain hidden from public scrutiny. Let’s keep in mind, however, that zombies can also allegorize the ugliest side of society, namely, the homeless, the sick or any other marginalized group. The British class system was quite rigid in the past, so it would be perfectly logic for the living dead to occupy the position of the outcasts, but also of the commoners.


Nonetheless, the heirs of Dracula are not nearly as liberal as one might consider. According to Slavoj Žižek, vampires could exemplify that which Lacan called extimate objects: they are manifestly ex-ternal or ‘out there’ (they are not ghostly presences or immaterial remains of evil). But despite their monstrosity, they condense everything that is intimate within ourselves. For Žižek vampires are one of the privileged cultural mythemes in which the West has distilled the repressed, allowing it to return in a metaphorical form.
Chief Inspector George Suttle / inspector en jefe George Suttle


When the restless breaks into Suttle’s home, he (or it) devours the housekeeper. Indeed, though the Chief Inspector is a vampire, all his servants remain human. As the restless disembowels the poor woman, Suttle’s reaction is cold, inhuman even. He’s uncertain about how to react in front of such awful spectacle. The origin of his doubt is quite understandable, after all, as a fanged creature of the night, Suttle cannot feel revolted by the sight of blood and guts, hence his emotional detachment...


I’ll quote Žižek once again “In the texts of popular culture, the uncanny creatures which are neither alive nor dead (vampires, etc.) are referred to as ‘the undead’ : although they are not dead, they are clearly not alive like us, ordinary mortals … In short, the difference between the vampire and the living person is the difference between indefinite judgment and negative judgment: a dead person loses the predicates of a living being, yet he or she remains the same person; an undead, on the contrary, retains all the predicates of a living being without being one …”. This is what happens to Suttle most of the time, he feels overwhelmed by the weight of an endless future, adrift in a confused state of mind that prevents him from remembering how things really were, decades ago, before he became a vampire.


But what happens then when a noble is murdered? Suttle was the last homicide detective in a city inhabited by the undead. Now, suddenly, the mutilated corpse of a vampire is found in front of the parliament building. For the undead to die, there must be an impalement of the heart, a decapitation or an incineration (produced by sunlight). However, none of that has occurred in this case, as the chief inspector utters worriedly “Somehow, someone has managed to murder that which was not alive”.

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Sin la menor duda, "The New Deadwardians" de Dan Abnett es la mejor de las nuevas colecciones de Vertigo. Esta miniserie ocurre en Londres, en 1901. Como todos sabemos, la era del Rey Edward VII duró una década -de 1901 a 1910- y Dan se ha referido claramente a esta época de rígidos sistemas de clase y la consolidación de la industrialización.

La historia empieza con un "ser que no descansa" que irrumpe en la casa del inspector en jefe George Suttle. Los "seres que no descansan" son muertos vivientes, criaturas sin mente y sin vida que se alimentan de los vivos. Los zombis hace mucho que han invadido Inglaterra, y para evitar posibles riesgos de contaminación, la clase alta ha tomado una decisión bastante cuestionable. Todos los hombres y mujeres de fortuna han aceptado convertirse en vampiros voluntariamente. Todavía quedan seres humanos normales en Londres, y están literalmente atrapados entre las interminables hordas de zombis devoradores de carne y la insaciable sed de sangre de la nobleza.
the first murder in years / el primer asesinato en años

Usualmente no me gusta combinar un subgénero con otro, pero Dan ha creado un fascinante primer capítulo que ya capturó mi atención. Los muertos vivientes, en términos freudianos, podrían ser el "regreso de lo reprimido" -aquellos aspectos sublimados de nosotros mismos que deben ocultarse del escrutinio público. Mantengamos en mente, no obstante, que los zombis también pueden ser una alegoría del lado desagradable de la sociedad, es decir, los mendigos, los enfermos o cualquier otro grupo marginal. El sistema de clases británico era bastante rígido en el pasado, así que sería perfectamente lógico que lo muertos vivientes ocupen la posición de los marginados pero también de los plebeyos.

No obstante, los herederos de Drácula no son tan liberales como uno podría pensar. De acuerdo a Slavoj Žižek, los vampiros podría ejemplificar aquello que Lacan llamaba objetos éxtimos: ellos son manifiestamente ex-ternos, están 'allí afuera' (no son presencias fantasmales ni restos inmateriales de la maldad). Pero a pesar de su monstruosidad, condensan todo lo que es íntimo dentro de nosotros mismos. Para Žižek, los vampiros constituyen uno de los mitemas culturales privilegiados en los que occidente ha destilado lo reprimido, permitiendo su regreso en forma metafórica.
"to murder that which was not alive” / "asesinar aquello que no estaba vivo"

Cuando el "ser que no descansa" entra en la casa de Suttle, él (o eso) devora a la ama de llaves. De hecho, aunque el inspector en jefe es un vampiro, todos sus sirvientes siguen siendo humanos. Cuando el "ser que no descansa" destripa a la pobre mujer, la reacción de Suttle es fría, incluso inhumana. Él no decide cuál debe ser su reacción frente a un espectáculo tan horrendo. El origen de su duda es bastante comprensible, después de todo, como una criatura de la noche, Suttle no puede sentir asco al ver sangre y tripas, de allí su distanciamiento emocional...

Citaré a Žižek nuevamente "Los textos de cultura popular se refieren a las insólitas criaturas que no están ni vivas ni muertas (vampiros, etc.) como los 'no-muertos': aunque no están muertos, claramente no están vivos como nosotros, mortales ordinarios... En breve, la diferencia entre el vampiro y la persona viva es la diferencia entre el juicio indefinido y el juicio negativo: una persona muerta pierde los predicados de un ser vivo, sin embargo él o ella siguen siendo la misma persona; un no-muerto, por el contrario, conserva todos los predicados de un ser vivo sin serlo...". Esto es lo que le sucede a Suttle la mayoría de las veces, se siente abrumado por el peso de un futuro sin fin, varado en un estado mental que le impide recordar cómo eran las cosas, hace décadas, antes de convertirse en un vampiro.

Pero, ¿qué sucede cuando un noble es asesinado? Suttle era el último detective de homicidios en una ciudad habitada por los no-muertos. Ahora, repentinamente, el cuerpo mutilado de un vampiro es encontrado frente al parlamento. Para que un no-muerto muera, una estaca debe atravesarle el corazón, o puede haber decapitación o incineración (producida por la luz solar). Sin embargo, nada de esto ha ocurrido en este caso, como afirma preocupadamente el inspector en jefe "de algún modo, alguien se las ha ingeniado para asesinar aquello que no estaba vivo".

January 13, 2012

Another Horror Comic by Arcadio Bolaños

Vol. 8
This second horror issue has been the most successful so far. In fact, it actually sold out in New York Comic Con (October 2011), probalby all thanks to Sterling Gates. Gates is famous for his work in titles like Supergirl, Kid Flash and more recently Hawk and Dove for DC Comics. He wrote for us The Mistress a very interesting story about an unfaithful woman and a man obsessed with hunting wild animals; these pages have a level of female nudity that you wouldn’t see on a regular DC title. Cassandra James, a very talented artist, depicts a very sexy femme fatale, and gives us enough details to know exactly what’s going on in the woman’s house.

Evan Valentine returns with the artist Sam Tung, and they build upon the premises of their first, foundational, tale. Life in hell it's not all it's cracked up to be… especially if you are a low level demon bored with a lousy daily routine. When this demon suddenly finds an exceptional human soul he decides to leave hell and visit Earth for the first time. 

The Station, written by Glenn Matchett is probably my favorite this time. Glenn worked last time with Brent Peeples (currently working for Image Comics) but this time he has another extraordinary artist, David Aspmo who, I’m sure, will be working professionally quite soon; when I saw his pages 4 months ago I couldn’t wait to read this story, hopefully he’ll be back before he becomes famous (make it so, Glenn!). The Station reminds me a bit of Ridley Scott’s Alien, but it also has a nice sci-fi feeling that makes me think of classic British publications like 2000AD (for instance, THE POSSESSED by Peter Milligan). When the captain of a spaceship and his crew visit a seemingly abandoned space station to investigate some strange disappearances they start dying one by one… what kind of evil force lurks within the shadows of this floating graveyard? In 5 pages Glenn creates suspense and lots of scary moments. This is the kind of horror stories I want to read!
interior pages

Ye of Little Faith, was written by Douglas Hahner and illustrated by me. About that, Glenn Matchett wrote this: “Arcadio's art is more minimalist in this story but I think it adds to the solitude of the two main characters and is an effective way to tell the story”. I feel very proud of my 4 page story, titled Threnos with art by the talented Irapuan Luiz. Since it’d be kind of tacky to review my own story I’ll leave it to Mr. Matchett: “The story is a creepy event following a really gruesome car accident. It's very well told in its completion and gives horror a very human and all too familiar face. In this story Arcadio shows that not only is he a good artist but he knows how to tell a great story. The art is really good and Arcadio seems to be bagging a lot of talented artist, I'm hoping to see more of this guy in future volumes”. What can I say?, only British guys understand my work! Nah, just kidding, everyone loves me.

And at last, but certainly not least, we have Travis M. Holyfield (and penciler / inker Chris Page). In this issue we have zombies, vampires, werewolves, demons, etc. But Travis gives us a very original horror story. Told from the perspective of a child’s toy, this is a story about primal fears and constant confrontations with  dark and destructive creatures. As an immobile toy that can only see the daylight under special circumstances, we can appreciate vulnerability and fragility under a whole new light. Jack, Unblinking deserves all the accolades it’ll surely get. I really enjoyed it.


This is one of the best horror anthologies you could possibly ask for (besides, Amanda Rachels’ cover is just awesome). There are several other good stories here which I’ll try to review later on, but like I’ve said before, it doesn’t matter what kind of horror subgenre you are into, you’re bound to find something you’ll like here. I promise.  

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my sketch / mi boceto
Esta segunda entrega de terror ha sido la más exitosa hasta ahora. De hecho, se agotó en la convención de cómics de New York (octubre 2011). Desde luego, tenemos que agradecer a Sterling Gates. Gates es famoso por su trabajo en Supergirl, Kid Flash y Hawk and Dove para DC Comics. Aquí escribió "The Mistress", una interesante historia sobre una mujer infiel y un obsesivo cazador de animales; estas páginas tienen un nivel de desnudez femenina que no verían en un cómic de DC. Cassandra Jame, una muy talentosa artista, presenta una femme fatale muy sensual, y nos da suficientes detalles para saber exactamente qué es lo que sucede en la casa de la mujer.

Evan Valentine regresa con el artista Sam Tung, y ambos expanden las premisas de su historia fundacional. La vida en el infierno no es nada agradable... especialmente si eres un demonio de poca monta aburrido con tu rutina diaria. Cuando este demonio encuentra a un alma humana excepcional, decide dejar el infierno y visitar la Tierra por primera vez. 
my final version / mi versión final

"The Station", escrita por Glenn Matchett es probablemente mi historia favorita. Glenn trabajó la última vez con el artista Brent Peeples (quien actualmente trabaja en Image Comics) pero ahora tiene otro extraordinario artista, David Aspmo, quien sin duda estará en las grandes ligas muy pronto; cuando vi sus páginas hace 4 meses quedé encantado, espero que vuelva antes de que se haga famoso (eso ya dependerá de Glenn). "The Station" me recuerda un poco a Alien de Ridley Scott pero también tiene un poco de las publicaciones británicas clásicas como 2000AD (en concreto, THE POSSESSED de Peter Milligan). Cuando el capitán de una nave espacial y su tripulación visitan una estación espacial aparentemente abandonada para investigar unas extrañas desapariciones empiezan a morir uno por uno... ¿qué tipo de fuerzas malignas acechan en las sombras de esta tumba flotante? En 5 páginas, Glenn crea suspenso y momentos que asustan. Esta es el tipo de terror que quiero leer.


Vol. 6
"Ye of Little Faith", fue escrita por Douglas Hahner e ilustrada por mí. Al respecto, Glenn Matchett escribió lo siguiente: "El arte de Arcadio es más minimalista en esta historia pero creo que se suma bien a la soledad de los dos protagonistas y es una manera efectiva de contar la historia". Me siento muy orgulloso de mis historia de 4 páginas ilustrada por el talentoso Irapuan Luiz. Sería un poco de mal gusto criticar mi propio relato así que le paso la tarea al señor Matchett: "La historia es un evento macabro que sigue a un accidente de carros realmente sangriento. Está muy bien contada en su totalidad y le da al terror un rostro muy humano y familiar. En esta historia Arcadio demuestra que no sólo es un buen artista sino que también sabe cómo contar una gran historia. El arte es realmente bueno y Arcadio parece tener bajo la manga a muchos artistas talentosos, espero ver más de este tipo en futuros volúmenes". ¿Qué puedo decir?, sólo los británicos entienden mi trabajo. ¡Es una broma, todos me adoran!

Y por fin, tenemos a Travis M. Holyfield (y al dibujante Chris Page). En este número tenemos zombis, vampiros, hombres lobos, demonios, etc. Pero Travis presenta un relato de terror muy original. Contado desde la perspectiva del juguete de un niño, esta historia es sobre miedos elementales y confrontaciones constantes con criaturas oscuras y destructivas. Un juguete inmóvil que sólo ve la luz del sol en circunstancias especiales nos permite apreciar la vulnerabilidad y la fragilidad de una nueva manera. "Jack, Unblinking" merece todos los aplausos que seguramente recibirá. Realmente disfrutable.

Esta es una muy buena antología de terror (además, la portada de Amanda Rachels es asombrosa). Hay otras historias que revisaré oportunamente, pero como dije antes, no importa qué clase de subgénero de terror te gusta más, seguro encontrarás algo de tu agrado aquí. Lo prometo.