October 27, 2014

Planetary # 7 - Warren Ellis & John Cassaday

A funeral is the perfect opportunity to say goodbye. However you do not say goodbye to a person that is already gone, you simply bid farewell to the idea and the memories of the deceased. A funeral can also be the last chance you have to try to understand who that person was and why did their life mattered.

“To Be In England, In the Summertime” (published in January 2000) begins with the funeral of Jack Carter. A British bloke, an unrelenting smoker, a manipulative magician well versed in the dark arts. Certainly, Jack Carter is a reinterpretation of Alan Moore’s creation John Constantine. However his funeral is not about coming to terms with his death, but rather a meaningful way to reexamine the narrative of the 80s, to ascertain if it still remains valid or it needs updating.

When Elijah Snow, Jakita Wagner and Drummer walk into the cemetery, they immediately stumble upon some of the 80s vestiges. Sitting on a bench, we can clearly see Death of the Endless, and a peculiar amalgamation of Sandman with his own author Neil Gaiman. 

Of course, there are many other refugees from the 80s attending the funeral. Perhaps the most prominent would be an alternative version of Grant Morrison’s Animal Man and a fusion between Alan Moore’s Swamp Thing and Poison Ivy. If you think clearly and objectively about the 80s, you will realize very quickly that it was a glorious decade for the 9th art. The American comic book industry blossomed thanks to the presence of British writers that revolutionized the superhero genre. 
the cemetery / el cementerio

I’ve often wondered what was it about the 80s that inspired so many writers. For Warren Ellis, the political scenario provides more than enough enlightenment. The United States had substantial problems, but England was facing a serious debacle. In real life, Margaret Thatcher alienated England’s brightest writers. Alan Moore, Grant Morrison and Neil Gaiman publicly expressed their disappointment in the Iron Lady. Warren Ellis also shares his point of view: “She wanted concentration camps for AIDS victims, wanted to eradicate homosexuality even as an abstract concept, made poor people choose between eating and keeping their vote […] England was a scary place. No wonder it produced a scary culture”.

Time has passed and the question remains. Have these characters adapted to the new era or are they still stuck in the 80s? They are like an uncomfortable testimony that corroborates the ugliness of the past. A past that is still as mysterious as ever. So much, in fact, that Elijah Snow and the rest of the group decide to investigate Carter’s death, suspecting that he might have faked his own demise. 


During their forensic procedure, they run into a strange superhero, perhaps the quintessential American superhero: a square-jawed adventurer, a traditional do-gooder… until the arrival of the 80s. Because if we pause for a moment to remember what the 80s meant for most superheroes, then we will realize that important changes were happening in that era. British authors transformed one-dimensional characters into complex individuals, with rich personalities; they eliminated the concept of purity and undisputed goodness, and added a much necessary darkness to balance things out. Obviously, many readers complained about it. They wanted their heroes to return to the idealistic although childish standards of the past. 

Dream (Sandman) & Death

The anonymous superhero of this tale is an enraged man, someone who misses the clean and simple years of decades long gone. Instead of a classic superhero, in the 80s he was turned into something else. His history was rewritten and as a consequence his origin was modified: “I liked my life! There was nothing wrong with me! I wasn’t hip, I wasn’t trendy, I wasn’t edgy, and you know what? That was okay! I didn’t need the split personalities, the nervous breakdown, the shift in sexual orientation, my life being a lie”, he yells at Snow. It’s revealed that he had been photographed with underage male prostitutes by Jack Carter. Revenge, of course, was inevitable. 

In the final pages Jack Carter reappears and kills this nameless superhero in cold blood. Although Carter has changed. Like he says, the 80s are dead. It’s time to embrace the future. And he erases those aspects that made him similar to John Constantine, and adopts a new look, almost identical to Spider Jerusalem, the protagonist of Warren Ellis impressive “Transmetropolitan” series.


John Cassaday’s art is absolutely amazing. We have dark and ominous moments, like the page that shows the protagonists entering into the cemetery; and we also have brighter and more powerful scenes, like the page that includes the sons and daughters of the 80s (I must highlight the fantastic design of the Swamp Thing / Poison Ivy hybrid and the alternative Animal Man). One of the best artists of the industry leaves his mark in a very creative story about the impact the 80s “British invasion” had on the superhero genre.

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Un funeral es la oportunidad perfecta para decir adiós. Sin embargo, no le dices adiós a la persona que ya no existe, simplemente te despides de la idea y las memorias del fallecido. Un funeral también puede ser la última oportunidad para tratar de entender quién era esa persona y por qué su vida era importante.

Alternative versions of Animal Man and Swamp Thing / versiones alternativas de Animal Man y Swamp Thing

“Estar en Inglaterra, en el verano” (publicado en enero del 2000) empieza con el funeral de Jack Carter. Un sujeto británico, un fumador empedernido, un mago manipulador inmerso en las artes oscuras. Ciertamente, Jack Carter es una reinterpretación de la creación de Alan Moore, John Constantine. Sin embargo su funeral no tiene como objetivo aceptar su muerte, sino más bien reexaminar de manera significativa la narrativa de los 80s, para determinar si aún es válida o si necesita actualizarse.

Cuando Elijah Snow, Jakita Wagner y Drummer caminan por el cementerio, inmediatamente encuentran algunos vestigios de los 80s. Sentados en una banca, podemos ver claramente a Muerte, de los Eternos, y una peculiar amalgama de Sandman con su propio autor Neil Gaiman. 


Desde luego, hay muchos otros refugiados de los 80s que asisten al funeral. Tal vez los más prominentes serían la versión alternativa del Animal Man de Grant Morrison y una fusión entre el Swamp Thing de Alan Moore y Poison Ivy. Si piensan clara y objetivamente sobre los 80s, se darán cuenta muy rápidamente de que fue una década gloriosa para el noveno arte. La industria estadounidense del cómic floreció gracias a la presencia de escritores británicos que revolucionaron el género de los superhéroes.
Jack Carter = John Constantine

Me he preguntado a menudo por qué los 80s inspiraron a tantos escritores. Para Warren Ellis, el escenario político proporciona una aclaración más que suficiente. Los Estados Unidos tenían problemas sustanciales, pero Inglaterra estaba enfrentando una seria debacle. En la vida real, Margaret Thatcher alienó a los más brillantes escritores ingleses. Alan Moore, Grant Morrison y Neil Gaiman expresaron públicamente lo decepcionados que estaban con la Dama de Hierro. Warren Ellis también comparte su punto de vista: “Ella quería campos de concentración para las víctimas del SIDA, quería erradicar la homosexualidad incluso como un concepto abstracto, hizo que la gente pobre eligiera entre comer y seguir votando […] Inglaterra era un lugar que daba miedo. No es extraño que produjera una cultura que daba miedo”.


El tiempo ha transcurrido y la pregunta permanece. ¿Estos personajes se han adaptado a la nueva era o aún siguen atascados en los 80s? Ellos son como un incómodo testimonio que corrobora la fealdad del pasado. Un pasado que aún es tan misterioso como antes. Tanto que, de hecho, Elijah Snow y el resto del grupo deciden investigar la muerte de Carter, sospechando que él podría haber fingido su deceso.


Durante este procedimiento forénsico, ellos encuentran a un extraño superhéroe, tal vez la quintaesencia del superhéroe norteamericano: un aventurero de quijada cuadrada, un bienhechor tradicional... hasta la llegada de los 80s. Porque si nos detenemos por un momento para recordar lo que los 80s significaron para la mayoría de los superhéroes, entonces nos daremos cuenta de los importantes cambios que ocurrieron en esa era. Los autores británicos transformaron personajes unidimensionales en individuos complejos, con personalidades ricas; eliminaron el concepto de la pureza y la bondad indiscutible, y añadieron una muy necesaria oscuridad para equilibrar las cosas. Obviamente, muchos lectores se quejaron al respecto. Ellos querían que sus héroes regresen a los estándares idealistas aunque infantiloides del pasado. 


El superhéroe anónimo de este relato es un hombre enfurecido, alguien que añora los años limpios y simples de décadas pasadas. En vez de un superhéroe clásico, en los 80s él fue convertido en algo distinto. Su historia fue rescrita y como consecuencia su origen fue modificado: “¡Me gustaba mi vida! ¡No tenía nada de malo! Yo no estaba a la moda, ni marcaba tendencias, no era innovador, ¿y saben qué? ¡Así estaba bien! No necesitaba una personalidad dividida, la crisis nerviosa, el cambio de orientación sexual, mi vida convertida en una mentira”, le grita a Snow. Se ha revelado que Jack Carter lo había fotografiado con chicos prostitutos menores de edad. La venganza, por supuesto, era inevitable. 

En las páginas finales, Jack Carter reaparece y mata a sangre fría a este superhéroe sin nombre. Aunque Carter ha cambiado. Como él dice, los 80s han muerto. Es momento de aceptar el futuro. Y él borra aquellos aspectos que lo asemejaban a John Constantine, y adopta una nueva apariencia, casi idéntica a la de Spider Jerusalem, el protagonista de la impresionante serie de Warren Ellis “Transmetropolitan”.


El arte de John Cassaday es absolutamente asombroso. Tenemos momentos oscuros y ominosos, como la página que muestra a los protagonistas entrando en el cementerio; y también tenemos escenas más luminosas y poderosas, como la página que incluye a los hijos e hijas de los 80s (debo resaltar el fantástico diseño del híbrido Swamp Thing / Poison Ivy y el Animal Man alternativo). Uno de los mejores artistas de la industria deja su huella en una historia muy creativa sobre el impacto que tuvo la “invasión británica” de los 80s en el género superheroico.


6 comments:

  1. Ni siquiera sabía que Hitler tenía enanos sexuales!

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    1. Esa frase es memorable. ¡Demonios, creo que olvidé incluirla en la reseña!

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    1. Sí es excelente, una de las mejores colecciones de la década pasada.

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  3. No he leído de planetary más alla de 2 números, no encontre más. Pero por lo que veo en la imagen, que gran homenaje a Vertigo jeje.

    Esa Margaret dió muchas ideas para los comics.

    Saludos.

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    1. Al menos parece que de algo sirvió el gobierno de la Thatcher.

      A mí también me encanta ver cómo se rinde homenaje a Vertigo. ¿Cuáles son los 2 números de Planetary que has leído?

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