Showing posts with label Bruce La Bruce. Show all posts
Showing posts with label Bruce La Bruce. Show all posts

July 8, 2024

June films / películas de junio

June was a special month: my graduation took place and I traveled to Europe again. Of course, June was also Pride month so let’s start with a few LGBT productions: Été 85 (2020) is a unique cinematic masterpiece directed by François Ozon, famous for his prolific gay filmography. When 16-year-old Félix Lefebvre loses control of his boat, he’s quickly rescued by 18-year-old Benjamin Voisin. On the surface, the risk is drowning in the water, however, deep down, the real rescue is drowning in social conventions and denying the heart’s true desire. Soon after this incident, the two teenagers become inseparable, and a strong and very intense friendship begins. Benjamin is two years older than his friend, but he’s had plenty of sexual experiences both with guys and girls. Being younger, Félix is still discovering his sexuality, and after his first gay sexual experience he falls deeply and madly in love with Benjamin. Ozon delves deep into the passion of youth, into the intense, harrowing, heartbreaking and unforgettable power of a first love, and above all, the urgency to experiment and go beyond conventions, something that causes the boys of this film quite a few problems. Of course, happiness never lasts, and when tragedy strikes, Félix will have to do everything he can to survive emotionally. The feeling of drowning is there. Also the pain. The loneliness. The despair. We’ve all felt that before. And Ozon reminds of that in such a fabulous way.

Rialto (2019), directed by Peter Mackie Burns, revolves around the anodyne life of Tom Vaughan-Lawlor, a British man in his 40s who has been married to a woman for years, always denying to himself his true sexuality until he finally decides to have a sexual encounter with Tom Glynn-Carney (The King), an attractive young man willing to masturbate in his car for a price; watching the young man ejaculating gives pleasure to the protagonist who is not yet ready for intercourse. Although at first the young prostitute tries to blackmail the protagonist, and money is exchanged, they soon realize they both have lives defined by emptiness and loneliness. In a very realistic way, the filmmaker portrays the inner conflicts of someone who lives a mediocre life and who has nothing to feel proud about, except the possibility of a romantic adventure with someone who prostitutes himself.  



Francis Lee writes and directs God’s Own Country (2017), a powerful and evocative film that takes place in rural Wales. Josh O'Connor (The Crown) is an only child working at his parents’ farm. Once a week, he leaves the farm, ventures into town, and fucks random guys in dirty restrooms. His way of having sex is always rough, aggressive, even violent, and after finishing he immediately pushes away the other guy. That’s what he always does, physically and emotionally, the protagonist rejects everyone around him and especially himself. Unhappy and bitter, Josh is drinking himself to death and his life is miserable until the arrival of Alec Secareanu, a Romanian immigrant that is going to help in the farm. Although at first the protagonist treats the immigrant with contempt, soon his cold façade starts to melt down. Isolated and far away from prying eyes, the two men will end up having sex, it’s again an encounter that seems almost like a physical confrontation, each one of them competing to dominate and penetrate the other, but it’s also the first time in which the protagonist wants to remain next to his lover. A relationship begins between them, but the protagonist’s insecurities and his fear of commitment will ruin everything. Francis Lee creates a gripping tale of self-discovery and acceptance, full of emotion and heartbreaking moments, in which tears, whether of joy or sadness, are abundant. 

Controversial as always, Bruce La Bruce decides to tackle an almost unknown form of sexual attraction: Gerontophilia (2013), as announced by the title, analyzes a particular expression of sexuality in which a young person only feels attraction towards very old people. Pier-Gabriel Lajoie is a young man who loves to work in a recreational facility that caters to retired people and he gets aroused by being in contact with the saggy and wrinkled skin of old people. Such is his enthusiasm that he cannot prevent an erection after touching an old man, and thus is fired. Soon he finds another job, this time in a retirement home, and he befriends Walter Borden, an openly gay septuagenarian man who, of course, finds the attention from the young man quite flattering. Eventually, they run away from the retirement home, chasing in vain a way of life that simply isn’t possible. It isn’t just a question of whether or not a 70-year-old can still perform sexually and satisfy the demands of a young man, it’s also a question of how long, or short, can this relationship be. Love to the death, in this case, is quite literally around the corner, as the elderly gentleman doesn’t have that many days left. La Bruce creates a fascinating scenario of transgression and redefines the limits of love.  
________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________

Junio fue un mes atareado: además de mi graduación, viajé nuevamente a Europa. Por supuesto, junio también fue el mes del orgullo, así que comencemos con algunas producciones LGBT: Été 85 (2020) es una singular obra maestra cinematográfica dirigida por François Ozon, famoso por su prolífica filmografía gay. Cuando Félix Lefebvre, de 16 años, pierde el control de su bote, Benjamin Voisin, de 18 años, lo rescata rápidamente. Desde la superficie, el riesgo es ahogarse, sin embargo, en el fondo, el verdadero rescate consiste en asfixiarse en las convenciones sociales, negando el verdadero deseo del corazón. Poco después de este incidente, los dos adolescentes se vuelven inseparables y comienza una amistad fuerte y muy intensa. Benjamin es dos años mayor que su amigo, pero ha tenido muchas experiencias sexuales tanto con chicos como con chicas. Siendo más joven, Félix todavía está descubriendo su sexualidad, y tras su primera experiencia sexual gay se enamora profunda y perdidamente de Benjamin. Ozon profundiza en la pasión de la juventud, en el poder intenso, desgarrador, doloroso e inolvidable de un primer amor y, sobre todo, en la urgencia de experimentar e ir más allá de lo convencional, algo que causa bastantes problemas a los chicos de esta película. Por supuesto, la felicidad nunca dura, y cuando ocurre la tragedia, Félix tendrá que hacer todo lo posible para sobrevivir emocionalmente. La sensación de ahogarse está ahí. También el dolor. La soledad. La desesperación. Todos hemos sentido eso antes. Y Ozon nos lo recuerda de una manera fabulosa.

Rialto (2019), dirigida por Peter Mackie Burns, gira en torno a la anodina vida de Tom Vaughan-Lawlor, un británico de unos 40 años que lleva años casado con una mujer, negándose siempre a sí mismo su verdadera sexualidad hasta que finalmente decide tener un encuentro sexual con Tom Glynn-Carney (The King), un atractivo joven dispuesto a masturbarse en su coche por un precio; ver al joven eyaculando le da placer al protagonista, quien aún no está preparado para el coito. Aunque al principio el joven que se prostituye intenta chantajear al protagonista y pese a que hay intercambio de dinero, pronto se dan cuenta de que ambos tienen vidas definidas por el vacío y la soledad. De forma muy realista, el cineasta retrata los conflictos internos de alguien que vive una vida mediocre y que no tiene nada de qué enorgullecerse, excepto la posibilidad de una aventura romántica con alguien que subsiste prostituyéndose.



Francis Lee escribe y dirige God's Own Country (2017), una película poderosa y evocadora que tiene lugar en la zona rural de Gales. Josh O'Connor (The Crown) es hijo único y trabaja en la granja de sus padres. Una vez a la semana, sale de la granja, se aventura en la ciudad y folla a muchachos anónimos en baños sucios. Su forma de tener sexo es siempre ruda, agresiva, incluso violenta, y al terminar inmediatamente empuja al otro chico. Eso es lo que siempre hace, física y emocionalmente, el protagonista rechaza a todos los que lo rodean y en especial a sí mismo. Infeliz y amargado, Josh se está matando lentamente con la bebida y su vida es miserable hasta la llegada de Alec Secareanu, un inmigrante rumano que va a ayudar en la granja. Aunque al principio el protagonista trata al inmigrante con desprecio, pronto su fría fachada empieza a derretirse. Aislados y lejos de miradas indiscretas, los dos hombres terminarán teniendo sexo, es nuevamente un encuentro que parece casi una confrontación física, cada uno de ellos compitiendo para dominar y penetrar al otro, pero también es la primera vez en la que el protagonista quiere permanecer al lado de su amante. Comienza una relación entre ellos, pero las inseguridades del protagonista y su miedo al compromiso lo arruinarán todo. Francis Lee crea una apasionante historia de autodescubrimiento y aceptación, llena de emoción y momentos desgarradores, en la que las lágrimas, ya sean de alegría o de tristeza, abundan.

Polémico como siempre, Bruce La Bruce decide abordar una forma casi desconocida de atracción sexual: Gerontophilia (2013), como anuncia el título, analiza una particular expresión de la sexualidad en la que un joven sólo siente atracción hacia personas muy mayores. Pier-Gabriel Lajoie es un muchacho al que le encanta trabajar en un centro recreativo que atiende a jubilados y le excita el contacto con la piel flácida y arrugada de las personas mayores. Su entusiasmo es tal que no puede evitar una erección después de tocar a un anciano y, por lo tanto, es despedido. Pronto encuentra otro trabajo, esta vez en un asilo de ancianos, y se hace amigo de Walter Borden, un septuagenario abiertamente gay que, por supuesto, encuentra bastante halagadora la atención del jovencito. Al final, huyen de la residencia de ancianos, persiguiendo en vano una forma de vida que simplemente no es posible. No es sólo una cuestión de si una persona de 70 años todavía puede desempeñarse sexualmente y satisfacer las demandas de un hombre joven, sino también de qué tan larga o corta puede ser esta relación. El amor hasta la muerte, en este caso, está literalmente a la vuelta de la esquina, ya que al anciano no le quedan muchos días. La Bruce crea un fascinante escenario de transgresión y redefine los límites del amor.

March 21, 2012

I don’t believe - Abel Bentín (Galería Lucía de la Puente)

Otto; or, Up With Dead People (2008)
Directed by Bruce La Bruce

Bruce La Bruce's film is a brilliant analysis of contemporary displaced people, individuals who live on the margins of society, groups that struggle to obtain validation of either legal or social nature.

"Otto" is the story of an outcast teenager. Now, there would be nothing original about this except for one detail: In a world in which the living dead are humanity's recurrent plague, Otto is a boy that defines himself as a non flesh-eating zombie with an identity crisis.

From the very beginning, the viewer is aware of a narration inside a narration, in a way that would be comparable to Propst literary models. "Up with Dead People" is the movie that lesbian intellectual Medea is filming, with references to Hélène Cixous views on the essential bisexuality of L'ecriture femenine, as well as Irigaray's Speculum of the other Woman (the mirroring of the female body surmounts feminist theory in this film as Hella, Medea's girlfriend, can only appear on screen as a black and white image from old reels of 1910-1920 movies, thus enabling a parallel between these two women and even classic and contemporary cinema).

In the first scene Otto rises from the grave, a classic image that has transcended the 7th art and has forever become part of popular culture. Ever since Romero's "Night of the Living Dead" (1968) filmmakers have toyed with one of humanity's most fierily rooted fears: death or rather the question "what happens after Death?". Romero and others have also explored the living dead as a metaphor of social marginality and the reification of the subaltern thus creating one of the most fascinating sub-genres in film's history.
my sketch / mi boceto

This film proudly assumes this cultural heritage and builds upon it. As the narrator's voice tell us in the first scenes, these dead people have little or nothing to do with the classic flesh-eating, brain-devouring zombie. Those who are alive judge them as "An echo of their own somnambulistic conformist behavior". Normal society is exposed as a tyrannical Lacanian "Great Other", a Great Other that demands adaptation or extinction. Insofar heterosexual normative is carried out the Great Other is satisfied. The symbolic order, that which constitutes what one would perceive as "reality", can never suppress the "real" (id est, the obstacle of the symbolic order). But the real can only exist after the symbolic order (which relies greatly on language, the widest symbolization process known) has been fully inserted in everyone's mind. Then, it's only logical that zombies are finally able to reclaim language and reasoning. If zombies were the outsiders of past decades, they are now entities that can never fit in and that are constantly aware of their own situation. What can be more destabilizing for the heterosexual normative than homosexuality taken to the extreme?, in this case, a new wave of gay zombies that prey upon male flesh, in a very carnal and literal way.

Otto lives, or unlives, eating animals instead of humans. He runs away from those who would seek to harm him. And he finds a way to define himself thanks to Medea and her movie which is full of theory references. As Medea's brother so aptly confirms, here the subject is "the empty signifier upon which you could project any particular gender".

Jacques Lacan's psychoanalytic theory derives from Levi-Strauss structuralism (after Saussure and Jacobson linguistic studies). They would affirm that certain structures have invariably persisted in humanity's development. One of such structures is the dual nature of language. When Saussure defined langue and parole he decided that the entire language was nothing more than a system of signs, signs that had arbitrary value and that would only have meaning in their relation with other signs. If so, the human language can only exist in a dual system of opposition (signifier / signified: signifier as the acoustic image generated by an idea or object and signified as the word in any given language that is utilized to retrieve that acoustic image from our memory). This fundamental duality has its first manifestation in sexual gender (males versus females). And as Lacan explains, the first structure one encounters as one enters into the world is that of sex, one is either a man or a woman, no one can be both or neither. Or at least that's what heterosexual normative would have us believe. There is no place for a third sex and has never been one, hermaphrodites and other variants have been utterly discarded by psychoanalytic theory.
John Chauca Laurente

Lacan, nonetheless, accepts in his sexuation graphic that being a woman doesn't necessarily mean to occupy the female position or that being a man doesn't necessarily mean to occupy the male position. He also accepts that the male and female positions have evolved through history and adapted to social requirements, being a man or being a woman, as gender affiliated roles, is a sign of arbitrariness, in the sense that there is nothing human that can be defined as a masculine or feminine behavior. Everything is a social construction. And as such is an empty signifier. Gender roles are different now compared to recent centuries, or even decades, and they keep changing. Nothing is set in stone.

Does "Otto" attempt to disrupt the Lacanian structure? Otto has experienced idealized love (indisputably visible in his flashbacks as a living boy), savage and destructive sex with a costumed gay that thinks Otto is disguised as a zombie, and the possibility of a more complete relationship with Fritz, the movie star. He deals with the masculine position in his first love, he assumes sex as the ultimate manifestation of a consumer-based capitalist world (to consume and cannibalize are here synonyms), and finally accepts the failure to insert himself into society (after his brief relationship with Fritz) and wanders towards the north, hoping to find people like him, hoping to find, perhaps, a Utopian gay civilization in which the living and non-living can finally divert their basic and seemingly irreconcilable natures.
______________________________________________________________________________________
Abel Bentín

El día de ayer se inauguraron cinco interesantísimas muestras de arte en Barranco. Abel Bentín, un artista joven y sumamente talentoso, presentó “I don’t believe” en la Galería Lucía de la Puente. En una muestra anterior, “Candyvore”, Abel había trabajado con figuras como los cráneos de caramelo o la violencia casi sangrienta del fudge con chispitas de caramelo, y se trataba de piezas tan apetecibles que provocaba devorarlas. Ahora, no obstante, las esculturas de Abel nos traen rezagos de la ternura de los animales y la inocencia de los dibujos animados; tenemos, entonces, las manos de Mickey Mouse o el imposible cráneo del Pato Donald.

Simultáneamente, también en Lucía de la Puente, la artista Sandra Gamarra presentó una serie de cuadros que juegan con ciertas estructuras, o desestructuras (también podríamos hablar de deconstrucción aunque la propia artista utiliza el término destrucción), y por ejemplo utiliza el lugar de enunciamiento del artista o juega con originales combinaciones de imágenes realistas en situaciones totalmente irrealistas o hasta surrealistas. Dos muestras maravillosas y dos artistas extraordinarios, aunque lo mejor de la noche, indudablemente, fue la presencia de mi amigo Max, que por fin se animó a asistir a uno de estos eventos.
Abel Bentín

En el transcurso de la noche nos encontramos con bastante gente, varios visitantes asiduos de la galería como Christian Fuchs, Hugo Alegría, Carmen Alegría y José Medina (editor de ArtMotiv) además de artistas como Dare Dovidjenko y Mariella Agois. Luego de las copas de malbec de Navarro Correas y los vasos de Johnnie Walker Black Label, me di cuenta que el sempiterno pisco Ferreyros había sido reemplazado por el nuevo pisco Portón, que por supuesto me animé a probar. También, desde luego, me encontré con amigos de mi colegio como José Aturo Lugón y Rafael Velásquez. Fiel a las siempre atinadas recomendaciones de Rafael, Max y yo decidimos ir a Domingo Laboratorio Creativo, aunque pasamos antes por la Galería Yvonne Sanguineti.

En Yvonne Sanguineti se inauguraban dos muestras, “Al fondo… ¿hay sitio?” de John Chauca Laurente, y Les fleurs du bien de Estrella Levy Gazit. Los cuadros de Chauca, siempre irreverentes, subvierten imágenes icónicas tanto de la historia peruana como del arte universal, así, tenemos a un conocido prócer de la patria saltando de un acantilado, no en el caballo emblemático con el que aparece en todos los libros escolares, sino con una moto; de igual modo, la Mona Lisa tiene el rostro cubierto con el sticker de una carita feliz, y el Hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci aparece reinventado.
Sandra Gamarra

En palabras del propio Chauca: “Se dice que la práctica hace al maestro. Yo agregaría: la práctica y mucha observación. Porque: ¿Qué es uno? ¿Un interdenominacional predicador del “Malogrando se Aprende” en cinco lecciones y por correspondencia?,  ¿Un insípido degustador de ideas almacenadas en las papeleras de reciclaje de las memorias del Señor Peter Kam Troupus y para colmo Erectus?, o acaso ¿Un enredador de historias incivilizadas con final feliz, más IGV y romance incluidos? A lo mejor, un sumo pontífice de lo absurdo que reclama para sí los restos fósiles y mancillados de La Oreja de Van Gogh, masterizado en disco de vinilo de 45 R.P.M., o simple y llanamente, un aprendiz de artista -en pleno estado de ebullición- cuya efervescencia rebalsa, incluso, los límites de lo que hasta ahora  ha conocido,  y quien harto de enmudecer ante tanto cuestionamiento irrefutable, solo se permite balbucear: ¡Qué fácil es pintar difícil y qué difícil es pintar fácil!”. Las fotos de Estrella Levy Gazit son, como explica el conocido fotógrafo Piero Pereira “objetos que reflejan o traslucen otros objetos que además se reflejan entre sí”.

En Domingo, Max y yo pudimos pintar con crayolas las innumerables fotocopias de los trabajos de Abel Bentín, y es que como parte de la muestra Sketch, podíamos intervenir libremente un largo corredor completamente tapizado de imágenes de Abel. Mientras pintábamos con la crayolas, como niños chiquitos, Max y yo nos tomamos un par de vasos de vodka, ahí sí como niños grandes, ofrecidos gentilmente tanto por mi amigo Rafael como por Gabriel Lama (Rafael me lo presentó hace años y desde entonces somos amigos), director y promotor de esta innovador espacio cultural. Fue una noche realmente divertida.

November 15, 2010

Bruce La Bruce banned in Australia / Bruce La Bruce prohibido en Australia

A couple of days ago freedom of expression was no longer present in Australia... the Australian government banned Bruce La Bruce's work. I find it particularly odd that these people would authorize a search on the director's house... don't they have more serious crimes to take care of? It doesn't matter if La Bruce is considered a goor or bad director, no one is entitled to ban his movies.


I'm sure the Australian police must be thinking that all artists are crazy and should be locked up somewhere... just like the guy in the following drawing.


If someone wants to check one of my reviews about Bruce La Bruce in IMDB here's a link:

http://www.imdb.com/title/tt1151384/usercomments
___________________________________________________________________


Hace un par de días Australia ha cometido un atentado contra la libertad de expresión prohibiendo la difusión de la obra del polémico director Bruce La Bruce. Me llama la atención que el gobierno australiano autorice que se registre la casa del director para encontrar una copia de su película... ¿No tienen crímenes más apremiantes de los que ocuparse? Al margen de la calidad de La Bruce como director, calidad que muchos querrían cuestionar, nadie tiene derecho a prohibir su obra arbitrariamente.


Seguramente la policía Australiana pensará que todos los artistas son locos que deberían estar encerrados... como el sujeto de mi siguiente dibujo.


Si alguien quiere leer una de mis reseñas sobre Bruce La Bruce en IMDB puede hacer click aquí:


http://www.imdb.com/title/tt1151384/usercomments