In January I had the chance to watch a couple of extraordinary films that I had been looking for a long time. Flashbacks of a Fool (2008), written and directed by Baillie Walsh, is a remarkable film that surely made a lot of people uncomfortable, as it undermines the general belief that money and success are everything life. The protagonist, Daniel Craig (Spectre), is a Hollywood actor who has lost his passion for acting and spends every day having sex with expensive prostitutes and taking all sorts of drugs, until he finds out his childhood friend has passed away. Faithful to the title, we see a series of flashbacks in which the protagonist remembers his life as a teenager, magnificently played by Harry Eden (famous for his role as a gay boy in Nightswimming); the boy frequently masturbates with his best friend, Max Deacon, until one of his neighbors, a married woman, becomes interested in him. What follows is a torrid affair in which sex between an adult woman and an underage male teenager is the least of their transgressions. Such situation, of course, is prone to tragedy. This film is quite introspective but also full of moments of intense emotions. The ending, especially, is quite moving.
Based on Tim Sandlin's novel and directed by Tamra Davis, Skipped Parts (2000) is a fascinating coming of age story set in the 60s. The protagonist is a 14-year old kid, Bug Hall (The O.C.), who happens to be deeply in love with the school’s prettiest girl Mischa Barton (The O.C.), who is dating football quarterback Brad Renfro (Apt Pupil). When the boy starts having wet dreams involving Drew Barrymore (Going the Distance), his mother, Jennifer Jason Leigh (The Hateful Eight), explains to him that such dreams are normal, although her unusual behavior (touching and actually trying her son’s semen) proves that she is not a conventional mother. The boy becomes obsessed with sex, with all those skipped parts that his favorite writers seem to constantly omit, and finally, when he gets a chance to have sex he jumps right into it, unaware of the possible consequences. Skipped Parts is a daring and touching film, that explores difficult and controversial issues, while building in the process a unique and quite endearing group of characters that often feel marginalized and discriminated. I really enjoyed the director’s proposal.
Simon Schultz von Dratzig writes and directs Frank (2013), a German short film about a gay couple that, in addition to struggling with age differences, must also come to terms with the fact that one of them will be going to jail in a matter of hours. The young one (Max Schaufuss) tries to prepare a special goodbye for the old one (Robert Zimmermann), but the anxiety and the fear of being imprisoned will ruin what remains of their relationship. Strong, audacious and thought-provoking, Frank is the kind of independent production I value the most.
Matthew Allen’s Sunday Morning (2017) is a story about two high school boys, Tristan McIntyre and Ethan Haslam, who live in a very conservative small town; homosexuality is not OK, and their group of friends constantly make fun of gay people and it is in this scenario that the two kids start a relationship that will never be approved by the people around them. But what seems at first a very romantic story turns out to be a nightmare for the protagonist, who is raped by the other boy, and who is also manipulated to keep the rape as a secret. Allen certainly knows how to tell a story and how to create very dramatic moments, but I still feel as if the ending is way too optimistic keeping in mind all the horrible experiences the protagonist goes through.
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En enero tuve la oportunidad de ver un par de películas extraordinarias que había estado buscando durante mucho tiempo. Flashbacks of a Fool (2008), escrita y dirigida por Baillie Walsh, es un film notable que seguramente incomodó a mucha gente, ya que socava la creencia general de que el dinero y el éxito son todo en la vida. El protagonista, Daniel Craig (Spectre), es un actor de Hollywood que ha perdido su pasión por la actuación y se pasa todos los días follando con prostitutas caras y consumiendo todo tipo de drogas, hasta que descubre que su amigo de la infancia ha fallecido. Fiel al título, vemos una serie de flashbacks en los que el protagonista recuerda su vida de adolescente, interpretado magníficamente por Harry Eden (famoso por su rol como un chico gay en Nightswimming), el muchacho se masturba con frecuencia con su mejor amigo, Max Deacon, hasta que una de sus vecinas, una mujer casada , se interesa por él. Lo que sigue es un romance tórrido en el que el sexo entre una mujer adulta y un adolescente menor de edad es la menor de las trasgresiones. Tal situación, por supuesto, es propensa a la tragedia. Esta película es bastante introspectiva pero también cargada de momentos de emociones intensas. El final, especialmente, es bastante conmovedor.
Basada en la novela de Tim Sandlin y dirigida por Tamra Davis, Skipped Parts (2000) es una fascinante historia sobre los avatares de la adolescencia ambientada en los 60s. El protagonista es un chaval de 14 años, Bug Hall (The O.C.), que está profundamente enamorado de la chica más bonita de la escuela, Mischa Barton (The O.C.), que está saliendo con el campeón de fútbol americano Brad Renfro (Apt Pupil). Cuando el jovencito empieza a tener sueños húmedos que involucran a Drew Barrymore (Going the Distance), su madre, Jennifer Jason Leigh (The Hateful Eight), le explica que tales sueños son normales, aunque su comportamiento inusual (tocar y probar el semen de su hijo) demuestra que ella no es una madre convencional. El chico se obsesiona con el sexo, con todas esas partes censuradas que sus escritores favoritos parecen omitir constantemente, y finalmente, cuando tiene la oportunidad de tener relaciones sexuales, se excita al máximo, sin darse cuenta de las posibles consecuencias. Skipped Parts es una película atrevida y conmovedora, que explora temas difíciles y controversiales, a la vez que crea en el proceso un grupo único y bastante entrañable de personajes que a menudo se sienten marginados y discriminados. Realmente disfruté con la propuesta del director.
Simon Schultz von Dratzig escribe y dirige Frank (2013), un cortometraje alemán sobre una pareja gay que, además de luchar con las diferencias de edad, también debe aceptar el hecho de que uno de ellos irá a la cárcel en cuestión de horas. El más joven (Max Schaufuss) intenta preparar un adiós especial para el mayor (Robert Zimmermann), pero la ansiedad y el miedo a ser encarcelado arruinarán lo que queda de la relación. Fuerte, audaz y estimulante, Frank es el tipo de producción independiente que más valoro.
Sunday Morning (2017), de Matthew Allen, es una historia sobre dos chicos de secundaria, Tristan McIntyre y Ethan Haslam, que viven en un pueblito muy conservador; la homosexualidad no está aceptada, y su grupo de amigos se burla constantemente de los gays, y es en este escenario que los dos muchachos comienzan una relación que nunca será aprobada por las personas que los rodean. Pero lo que parece ser al inicio un historia muy romántica resulta ser una pesadilla para el protagonista, que es violado por el otro chico y que también es manipulado para mantener la violación en secreto. Allen ciertamente sabe cómo narrar una historia y cómo crear momentos muy dramáticos, pero de todos modos siento que el final es demasiado optimista teniendo en cuenta todas las horribles experiencias que atraviesa el protagonista.