Would it be the same if James Bond started drinking beers instead of his -shaken, not stirred- martinis? Wouldn’t we miss the witty retorts and the bright insights of Agent 007? Gary has none of those attributes, he is an uncouth and ignorant boy who, according to his teachers, “exists in a cultural vacuum with no real knowledge beyond video games and reality television”.
In one brilliant stroke, Mark Millar describes the protagonist of this miniseries but at the same describes the limitations of an entire generation. Now, I won’t say that people are essentially more stupid today than a few centuries ago, but it seems to me that ignorance could somehow be understood in the Middle Age when hardly anyone knew how to read and when books had prohibitive prices. But in this time and era culture is at our fingertips, the internet is a never ending source of information, sites like Wikipedia have redefined the concept of encyclopedic knowledge. Stupidity was understandable in the past, today it’s unforgivable.
I would also say that culture should not be interpreted as merely intellectual references, but also as the link between people and their traditions. Good taste, for instance, is a cultural creation that relies heavily on tradition. When one is oblivious to one’s own culture -in terms of books, music, arts, etc- it is also very easy to ignore social requirements.
As part of his training, Gary goes to an exclusive bar and his mission is to persuade women… either to dance with him or kiss him. Gary’s mates are elegant, well-read and charming, and they do have success. Whereas Gary fails miserably over and over again. It all starts with the simplest of facts: clothing. The others are dressed in sober suits, while Gary is dressed like a hip hop superstar keen on the bling bling. If Gary is ostentatious it is because he needs to fill the void inside of him, the memories of a lifetime of poverty and misery. The same thing happens to everyone who has no money and sees that situation suddenly reversed, and that is why there will always be a certain rejection toward the new rich.
Dave Gibbons gives us a couple of great pages of trepidation and action (uncle Jack against Chinese soldiers), and his depiction of Gary’s normal, day-to-day life, is wonderful. Dave’s cover is also a beautiful and powerful image. I love the concision of his visual proposal and the impact -figurative and graphic- of the bottle crashing against a recruit’s head.
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Gary está siendo entrenado para convertirse en el más grande espía desde James Bond. Y su tío Jack no podría estar más orgulloso de él. El adolescente ha superado las pruebas e incluso ha roto uno o dos records. Su carrera como sirviente de la Corona Británica parece garantizada excepto por un pequeño detalle: carece de la sofisticación y sutileza que todo espía necesita.
¿Sería lo mismo si James Bond empezara a tomar cervezas en lugar de sus -agitados, no revueltos- martinis? ¿No extrañaríamos las respuestas ingeniosas y las intuiciones brillantes del agente 007? Gary no tiene ninguno de estos atributos, es un muchacho vulgar e ignorante que, de acuerdo a sus profesores, "existe en un vacío cultural sin conocimiento real más allá de los juegos de video y los reality de televisión".
De una sola inspirada pincelada, Mark Millar describe al protagonista de esta miniserie pero al mismo tiempo describe las limitaciones de toda una generación. Ahora, no diré que la gente es esencialmente más estúpida hoy en día que hace unos siglos, pero me parece que la ignorancia de algún modo podía ser entendida en la Edad Media, cuando casi nadie sabía leer y los libros tenían precios prohibitivos. Pero en esta época, la cultura está al alcance de nuestros dedos, el internet es una fuente inacabable de información, sitios como Wikipedia redefinido el concepto del conocimiento enciclopédico. La estupidez era comprensible en el pasado, en la actualidad es imperdonable.
my drawing/ mi dibujo |
También diría que la cultura no debería ser interpretada meramente como referencias intelectuales, sino también como el vínculo entre la gente y sus tradiciones. El buen gusto, por ejemplo, es una creación cultural que recae firmemente en la tradición. Cuando uno ignora su propia cultura -en término de libros, música, arte, etc.- será también muy fácil ignorar las exigencias sociales.
Como parte de su entrenamiento, Gary va a un exclusivo bar y su misión persuadir mujeres... o para que bailen con él o para que lo besen. Los compañeros de Gary son elegantes, cultos y encantadores, y tienen éxito. Mientras que Gary fracasa miserablemente una y otra vez. Todo empieza desde lo más simple: la ropa. Los otros visten trajes sobrios, mientras que Gary está vestido como una estrella del hip hop con muchos brillos falsos. Si Gary es ostentoso es porque necesita llenar el vacío en su interior, las memorias de una vida de pobreza y miseria. Lo mismo le sucede a todos los que no tienen dinero y ven esa situación repentinamente revertida, y por ello siempre habrá un cierto rechazo hacia los "nuevos ricos".
Dave Gibbons nos entrega páginas de acción trepidante (el tío Jack contra los soldados chinos) y su forma de retratar a Gary en su vida normal, cotidiana, es maravillosa. La portada de Dave es también una imagen poderosa y hermosa. Adoro la concisión visual de su propuesta y el impacto -figurativo y gráfico- de la botella estrellándose contra la cabeza del recluta.