Joel Edgerton directs Boy Erased (2018), based on Garrard Conley's autobiographical book, an insightful and fascinating exploration of the conflicts between traditional religion and alternative forms of sexuality. When a college freshman magnificently played by Lucas Hedges (famous for his role as a gay teenager in Lady Bird) realizes he is gay, he soon understands how difficult it’ll be for his very religious parents, Nicole Kidman (The Others) and Russell Crowe (Noah), to accept him. In college, the protagonist is raped by his only friend Joe Alwyn, and shortly after that, his parents send him to a conversion center, in which he and other young men will be abused and psychologically tortured under the pretext of getting rid of their homosexual inclinations. Boy Erased is especially shocking not only because is a real story but also because of how recent it is (the events take place approximately 15 years ago). Edgerton creates a moving and intense film, in which the only way to survive is to remain true to oneself, even if that is the most challenging and difficult road. The final scene between the protagonist and his father is incredibly moving, and one that I in particular could never forget. The all-star cast includes Xavier Dolan (famous for his role as a gay teenager in Les amours imaginaires) and Troye Sivan (famous gay singer).
Wes Anderson’s Moonrise Kingdom (2012) has a truly extraordinary groups of actors: Bruce Willis (Looper), Edward Norton, Bill Murray (The Dead Don’t Die), Frances McDormand (Burn After Reading), Tilda Swinton (We Need to Talk About Kevin), Jared Gilman, Jason Schwartzman and Lucas Hedges (Ben is Back). The main story follows the misadventures of a 12-year old boy who has fallen in love with a girl of the same age, and so he escapes from his Boy Scouts-like group to be with the girl of his dreams. There are other subplots going on at the same time but don’t add much to the movie. I think Anderson tries to evoke the innocence of the first love and I’d say he succeeds to a certain degree, however, with such formidable actors one would expect a more captivating movie.
When David Fincher adapted Chuck Palahniuk’s novel, Fight Club (1999), it became a modern classic. I had seen it such a long time ago that now I felt like I was watching it again for the first time. Edward Norton is an emotionally numbed man who goes to group therapy events, trying to find a moment that feels real, trying to find in himself an emotional reaction. He and Helena Bonham Carter pretend to be cancer survivors or anything they need to pretend to be, in order to gain access to these safe spaces in which people cry and share their despair. But when the protagonist meets Brad Pitt (Once Upon a Time… in Hollywood), a mysterious man with sketchy businesses, they will be the founders of the Fight Club, an anarchic association of men that start fighting with each other an end up planning terrorist attacks. Between Palahniuk’s dark and bleak thoughts on the human condition, and Fincher’s dense and emotionally charged scenes, all viewers will feel at some point uncomfortable, shocked and even disgusted, but somehow it all works perfectly within the mind frame of the film. Definitely one of Fincher’s best cinematographic accomplishments.
Alejandro Amenábar directs Abre los ojos (1997), a fascinating film and one of the very best I’ve seen in my life. 2 years before The Matrix, this Spanish production was suggesting the possibility of living in a virtual reality without knowing about it, while questioning what it means to be in the right state of mind when the world isn’t quire right. Eduardo Noriega is a wealthy young man who enjoys having sex with beautiful women such as the psychotic Najwa Nimri but also the sweet and adorable Penélope Cruz. After a nearly fatal car accident, the protagonist wakes up in a hospital, his face completely disfigured. Medical science isn’t advanced enough to reconstruct his face, and even if he has all the money in the world, nothing can be done about it, or can it? Without spoiling the plot too much, the protagonist lives in his own nightmare, fearing to even look at himself in the mirror, while his psychiatrist, Chete Lera, tries to convince him that it is all in his mind. This cinematographic masterpiece has some of the most impressive and intense scenes ever, and at the same time the scrip isn’t only mindboggling but also absolutely coherent and riveting. Due to the sci-fi elements, Abre los ojos is the kind of film that will never be old or anachronic, and whoever watches it will remember it forever as the remarkable masterwork it is.
________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________
Joel Edgerton dirige Boy Erased (2018), basada en el libro autobiográfico de Garrard Conley, una exploración profunda y fascinante de los conflictos entre la religión tradicional y las formas alternativas de sexualidad. Cuando un estudiante universitario de primer año interpretado magníficamente por Lucas Hedges (famoso por su papel como adolescente gay en Lady Bird) se da cuenta de que es gay, pronto comprende lo difícil que será para sus muy religiosos padres, (The Others) y Russell Crowe (Noah), aceptar ese hecho. En la universidad, el protagonista es violado por su único amigo Joe Alwyn, y poco después sus padres lo envían a un centro de conversión, en el que él y otros jóvenes serán abusados y torturados psicológicamente con el pretexto de deshacerse de sus inclinaciones homosexuales. Boy Erased es especialmente impactante no sólo porque es una historia real, sino también por lo reciente que es (los hechos ocurrieron hace aproximadamente 15 años). Edgerton crea una película conmovedora e intensa, en la que la única forma de sobrevivir es permanecer fiel a uno mismo, incluso si ese es el camino más desafiante y difícil. La escena final entre el protagonista y su padre es increíblemente conmovedora, y una que yo en particular jamás podría olvidar. El elenco de estrellas incluye a Xavier Dolan (famoso por su papel como adolescente gay en Les amours imaginaires) y Troye Sivan (famoso cantante gay).
En Moonrise Kingdom (2012), de Wes Anderson, hay un grupo verdaderamente extraordinario de actores: Bruce Willis (Looper), Edward Norton, Bill Murray (The Dead Don’t Die), Frances McDormand (Burn After Reading), Tilda Swinton (We Need to Talk About Kevin), Jared Gilman, Jason Schwartzman y Lucas Hedges (Ben is Back).. La historia principal sigue las desventuras de un chiquillo de 12 años que se ha enamorado de una chica de la misma edad, por ello se escapa de su grupo similar a los Boy Scouts para estar con la muchacha de sus sueños. Hay otras subtramas que se desarrollan al mismo tiempo, pero no aportan mucho a la película. Creo que Anderson intenta evocar la inocencia del primer amor y yo diría que lo logra hasta cierto punto, sin embargo, con actores tan formidables, uno esperaría una película más encantadora.
Cuando David Fincher adaptó la novela de Chuck Palahniuk, Fight Club (1999), se convirtió en un clásico moderno. La había visto hace tanto tiempo que ahora sentía que la estaba viendo de nuevo por primera vez. Edward Norton es un hombre emocionalmente reprimido que va a eventos de terapia grupal, tratando de encontrar un momento que se sienta real, tratando de encontrar en sí mismo una reacción emocional. Él y Helena Bonham Carter fingen ser sobrevivientes de cáncer o cualquier cosa que necesiten fingir para poder acceder a estos espacios seguros en los que la gente llora y comparte su desesperación. Pero cuando el protagonista conoce a Brad Pitt (Once Upon a Time… in Hollywood), un hombre misterioso con negocios dudosos, serán los fundadores del Club de la pelea, una asociación anárquica de hombres que comienzan a pelear entre sí y terminan planeando ataques terroristas. Entre los pensamientos oscuros y sombríos de Palahniuk sobre la condición humana y las escenas densas y cargadas de emoción de Fincher, todos los espectadores se sentirán en algún momento incómodos, conmocionados e incluso disgustados, pero de alguna manera todo funciona perfectamente dentro del esquema mental de la película. Definitivamente uno de los mejores logros cinematográficos de Fincher.
Alejandro Amenábar dirige Abre los ojos (1997), una película fascinante y una de las mejores que he visto en mi vida. 2 años antes de The Matrix, esta producción española sugería la posibilidad de vivir en una realidad virtual sin saberlo, al tiempo que cuestionaba qué significa estar en el estado de ánimo adecuado cuando el mundo no parece ser lo que es. Eduardo Noriega es un joven adinerado que disfruta teniendo sexo con mujeres hermosas como la psicótica Najwa Nimri pero también con la dulce y adorable Penélope Cruz. Después de un accidente automovilístico casi fatal, el protagonista se despierta en un hospital con el rostro completamente desfigurado. La ciencia médica no está lo suficientemente avanzada como para reconstruir su rostro, e incluso si él tiene todo el dinero del mundo, no se puede hacer nada al respecto, ¿o sí? Sin estropear demasiado la trama, el protagonista vive en su propia pesadilla, temiendo incluso mirarse al espejo, mientras su psiquiatra, Chete Lera, intenta convencerlo de que todo está en su mente. Esta obra maestra cinematográfica tiene algunas de las escenas más impresionantes e intensas jamás hechas y, al mismo tiempo, el guión no sólo es alucinante, sino también absolutamente coherente y fascinante. Debido a los elementos de ciencia ficción, Abre los ojos es el tipo de película que nunca será vieja o anacrónica, y quien la vea la recordará para siempre como la notable obra maestra que es.