“Isn’t it good to be lost in the wood…and isn’t it bad, so quiet there, in the wood?”, is what you get if you combine the titles of the first and second issue of this miniseries (coincidentally, every issue is titled following the lyrics of Syd Barrett’s Octopus, check the 5 splash pages I’ve posted and see for yourselves). And certainly it’s a nice way of helping the reader to get in touch with the protagonists dilemmas.
Smax is a troubled man. He’s lost, but at the same time he cannot reclaim his own identity. He’s Jeff Smax, respected police officer from precinct ten, but he’s also Jaafs, the infamous dragon-slayer. He abandoned his home world for several reasons, chief amongst them the remorse he feels for failing in his most important quest as a dragon-slayer. In world populated by magical creatures, killing dragons can be quite a profitable career. You rescue the princess and you get a percentage of the gold that is found in the dragon’s cave. Again, Alan Moore plays with genre conventions, in such a witty and refreshing way that one can burst into laughter at the turn of the page.
Robyn convinces Smax that in order to vanquish the ghosts from his past, he must go on another quest. Ominous signs are bequeathed, presages are foreseen. He has no choice but to obey the dictations of fate. That’s when Smax decides to go to town and reactivate his license as a dragon-slayer. The town displays many of the typical vices that one would find in any large city. Just like it was seen in the first issue, this is not a ‘happily ever after’ reality. You can see a tooth fairy buying drugs, magical creatures prostituting themselves to earn enough to survive, alcoholism and so on. But Moore only shows us this as peripheral activities.
There are some hilarious scenes there, as Robyn meets one of the many iterations of Death. If anybody has read Terry Pratchett’s book about Death then a lighthearted, humorous and yet enthralling portrayal of Death will be familiar… In Smax’s world, death is a part of the bureaucratic machinery. There is a personification of death for each instance and species, there is a death for animals, another one for elves, another one for dwarves; there is a death for minor characters, there is a death for epic, glorious and larger than life heroes. Robyn meets one of the most insignificant deaths, one that deals only with the most irrelevant demises. Nonetheless, they get along, and thanks to their conversation, Robyn learns that she only has one Death to fear, the dark one called ‘Dennis’.
Once their quest is approved by every office and every functionary, Smax, Robyn and a fellowship of elves, dwarves and others travel across the woods, in search of Morning Bright’s lair. Morning Bright is one of the original dragons, one of the most powerful creatures that planet has ever seen. And although Smax is indestructible he lacks the power to defeat such a powerful foe. And that’s when Robyn offers her help. In a world of magical talismans, secret potions, ancient spells and magical solutions, she offers one whacky alternative: science. Now, for the elves and dwarves, science is as uncanny and incomprehensible as magic to Robyn. And precisely because of that, science is their only alternative, after all that’ the only thing that Morning Bright will find unpredictable.
But despite the results of the battle, there will be one very delicate matter to attend: Smax incestuous relationship with his sister Rexa. He knows once he comes back to Earth he must do that alone, as incest is forbidden by Earthly law. Surviving the monstrosity (literal monstrosity) of his father, a vicious and cruel ogre that would rape his daughter constantly, meant that at a young age Smax had to kill the ogre and run away with Rexa. He has shared a live with her, and it will be difficult to leave her behind once again.
Why is their relationship so important? They seem to surpass the idealized brotherly relationship as seen in Sophocles Antigone. Smax and Rexa are 'autadelphos' (Greek term: autos- "same"; adelphos- "sisterly", related to delphus- "womb"), not only have they shared the mother's womb but they also share every physical trait, except for gender they’re identical to one another in physical appearance and superpowers. According to Saussure's linguistics, brother and sister would only be able to articulate themselves into the symbolic order by functioning as mutually supplementary properties. Here the signifier (the body) is the same, but the signified (the personality) is not. If they see themselves as irreplaceable, if they actually complement each other, what should they do? Live together thus validating incest? Or part ways again, perhaps forever?
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"¿No es bueno estar perdido en el bosque?... ¿y no es malo, estar tan silencioso allí, en el bosque?", es la frase que se obtiene al combinar los títulos del primer y segundo ejemplar de esta miniserie (por cierto, el título de cada capítulo proviene de las letras de Octopus de Syd Barrett, miren las primeras páginas aquí y en el post anterior, y compruébenlo). Y ciertamente, es una manera ingeniosa de acercar al lector a los dilemas de los protagonistas.
Smax es un hombre con problemas. Está perdido, pero al mismo tiempo no puede asumir su propia identidad. Él es Jeff Smax, respetado policía del precinto diez, pero también es Jaafs, el infame verdugo de dragones. Ha abandonado su planeta natal por varias razones, principalmente el remordimiento que siente por haber fallado en su más importante misión como matador de dragones. En un mundo poblado por criaturas mágicas, dedicarse a matar dragones puede ser una carrera bastante lucrativa. Al rescatar a la princesa se obtiene un porcentaje del oro que siempre está escondido en la cueva del dragón. Nuevamente, Alan Moore juega con las convenciones del género, astuta y innovadoramente, provocando carcajadas en cada página.
Robyn sugiere que para derrotar a los fantasmas del pasado, Smax debe emprender una nueva búsqueda. Los signos ominosos se hacen visibles, los presagios son vaticinados. Él no tiene elección, debe obedecer los dictados de su sino. Y es así como decide ir al pueblo y reactivar su licencia como verdugo de dragones. El pueblo encierra muchos de los vicios típicos que uno podría encontrar en una ciudad grande. Ya desde el primer capítulo vimos que esta no es una realidad de "finales felices" Así que es común ver a un hada comprando drogas, criaturas mágicas prostituyéndose, alcoholismo, etc. Aunque Moore solamente muestra estos eventos de refilón.
Hay algunas escenas hilarantes, por ejemplo, cuando Robyn conoce a una de las tantas versiones de la muerte. Si han leído el libro de Terry Pratchett sobre la muerte, entonces una desenfadada, humorística y aún así fascinante representación de la Muerte les resultará familiar... En el mundo de Smax, la muerte es parte de la maquinaria burocrática. Hay una personificación de la muerte para cada instancia y para cada especie, hay una muerte para animales, otra para elfos, otra para enanos; hay una muerte para personajes menores, otra para los héroes épicos y gloriosos. Robyn conoce a una de las muertes más insignificantes, encargada de fallecimientos triviales. No obstante, se llevan muy bien, y es así como Robyn descubre que la única muerte a la que hay que temer responde al nombre de Dennis.
Una vez que su misión es aprobada por todas las oficinas y todos los funcionarios, Smax, Robyn y una comunidad de elfos, enanos y otros viajen en busca de la guarida de Morning Bright. Morning Bright es uno de los dragones originales, una de las criaturas más poderosas que el planeta ha conocido. Y aunque Smax es indestructible carece del poder necesario para derrotar al dragón. Y es allí cuando Robyn ofrece su ayuda. En un mundo de talismanes mágicos, pociones secretas, antiguos hechizos y soluciones mágicas, ella ofrece la alternativa más disparatada: la ciencia. Para los elfos y enanos la ciencia es tan irreal como la magia para Robyn. Y justamente por eso es lo único que Morning Bright no podrá prevenir.
Pero al margen de los resultados de la batalla, hay otro asunto delicado: la relación incestuosa entre Smax y su hermana Rexa. Él sabe que si regresa a la Tierra deberá hacerlo sólo, ya que el incesto está legalmente prohibido. Sobrevivir a un padre monstruoso (literalmente monstruoso), un ogro cruel y vicioso que violaba a su hija constantemente, significó que a una temprana edad él tuviera que matar al ogro y huir con Rexa. Ha compartido una vida con ella, y será difícil dejarla nuevamente.
¿Por qué su relación es tan importante? Ellos parecen sobrepasar la relación fraternal idealizada, tal como se ve en Antígona de Sófocles. Smax y Rexa son 'autadelphos' (término griego: autos- "mismo"; adelphos- "fraternal", relativo a delphus- "útero"), no sólo han compartido el mismo útero materno sino que comparten rasgos físicos y súper poderes. Siguiendo la linguística de Saussure, hermano y hermana solamente serían capaces de articularse en el orden simbólico si funcionan como propiedades mutuamente suplementarias. Aquí el significante (el cuerpo) es el mismo, pero el significado (la personalidad) es otro. Si ellos se ven como irreemplazables, si de hecho se complementan el uno al otro, ¿qué deberían hacer? ¿Vivir juntos y por tanto validar el incesto? ¿O separarse, quizá, para siempre?
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September 13, 2011
Smax - Alan Moore & Zander Cannon
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September 12, 2011
SMAX - Alan Moore
So I finally ordered SMAX, a 5 issue miniseries that comes right from the pages of Alan Moore’s Top Ten. I know I should review Top Ten but that will have to be next month. Suffice to say, though, that Top Ten is about Precinct Ten, about a group of police officers that have to deal with an entire world of super-powered beings, a world with aliens with strange powers, ultra-technologically enhanced citizens, magic based creatures and even a few divine pantheons. So, of course, in this planet, and in this city, being a cop is extremely complicated.
chapter one / capítulo uno |
The officers in Top Ten represent a very rich and unique cast of characters, with different powers and very distinct personalities. One of the main characters was Jeff Smax, a tall, blue-skinned alien with super strength, invulnerability and the ‘strong light’, an energy projection ability. In the first issue of Top Ten he’s paired with Robyn, AKA Toybox. She is just a normal girl but she possesses a box filled with super-advanced miniaturized robots, shaped like toys, which function like a small army in battles.
tavern / taberna |
In the first issue Jeff Smax must return to his home planet, to assist to his uncle’s funeral. Robyn, probably his only friend on Earth, decides to tag along. One of the things that I loved the most about Top Ten’s artistic approach was the amount of details and hidden homages / references to comics or movies hidden (or in plain view) in every frame, in every page. Here artist Zander Cannon manages to accomplish the same feat. Take a look at the splash page of the first issue: we have Mick Anglo’s classic British super-hero; an obvious Matrix reference in one of the billboards (‘why didn’t I take the blue pill?’, it’s an ad for a pharmacy); Rorschach from Watchmen talking with Steve Ditko’s The Question from Charleston Comics / DC Comics, and many more (in fact, who else can find other references / homages in this page?).
uncle's funeral / funeral del tío |
death of the father / la muerte del padre |
The folklore and the magical creatures of Smax’s home leave Robyn in awe. But as they seek for a suitable lodging they find themselves trapped in a very peculiar situation. They stay in a tavern that works according to every genre convention of children’s narrative, Robyn is given a bed with dozens of mattresses piled up and a pea underneath them, as if she were the princess from bedtime stories. And Smax finds himself in a typical dungeon with torture instruments. However, it’s the food what shocks them the most: mermaid, unicorn, cherubim, the goose of the golden eggs, the three piggies. Like I said before, the more you remember the stories your parents told you before going to sleep, the more you can laugh about the irony in Smax’s pages.
The evolution of the characters is quite rewarding. The perpetually silent and serious Smax from Top Ten gives way to a more communicative albeit insecure and guilty man. Robyn is stunned as she finds out one revelation after another. Back in Earth, Smax would barely say his full name; in his planet, though, he ends up confessing his innermost secrets.
Guilt, according to Jacques Lacan, disassociates the concept of the self and the superego. Guilt comes when one gives into desire. To give in means not to carry out that which is represented as our desire. Smax feels guilty for his incestuous relationship with his sister. But at the same time, he blames himself for failing miserably as a dragon-slayer.
Top Ten had superb art by Gene Ha, but I think Zander Cannon was just the right artist for such an extravagant and yet funny and fantastic miniseries as Smax. With a very clean, ‘cartoony’ style, Cannon delivers both the horror and the humor, the light and the darkness, the perennial dichotomy inherent to all bedtime stories. At the same time, he also manages to provide the reader with plenty of visual details, insinuations and jokes that make this world of fantasy more cohesive than anything else.
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Así que por fin leí SMAX, la miniserie que deriva de las páginas de Top Ten de Alan Moore. Estoy impaciente por escribir una reseña sobre Top Ten pero eso tendrá que esperar. Pero, a modo de introducción, recordemos que Top Ten se centra en el precinto diez y en varios oficiales de policía que deben lidiar con un planeta lleno de seres súper-poderosos, un mundo con alienígenas de extrañas habilidades, ciudadanos con armamento avanzado ultra tecnológico, criaturas mágicas e incluso unos cuántos panteones divinos. Desde luego, en este planeta, en esta ciudad, ser un policía es extremadamente complicado.
Los policías de Top Ten son un variado y rico elenco de personajes, con diferentes poderes y personalidades muy marcadas. Uno de los protagonistas es Jeff Smax, un extraterrestre alto, de piel azul, con súper fuerza, invulnerabilidad y un poder lumínico de proyección de energía. En el primer número de Top Ten su nueva compañera es Robyn, alias Toybox; ella es una chica normal pero cuenta con una caja repleta de robots miniaturizados en forma de juguetes que funcionan como un ejército ideal.
Quedé maravillado con Top Ten, y quizá pensé que algo que derivaba de esta colección no estaría al mismo nivel. Pero me alegra haberle dado una oportunidad a Smax, se trata de una miniserie brillante, que funciona precisamente porque es distinta a Top Ten: no hace falte haber leído ningún número antes para conectar con los personajes y entender lo que sucede.
Jeff Smax debe regresar a su planeta natal para asistir al funeral de su tío. Robyn, probablemente su única amiga en la Tierra, decide acompañarlo. Una de las cosas que más disfruté del enfoque artístico de Top Ten fue la cantidad de detalles y homenajes / referencias a cómics y películas, a veces escondidos y a veces a plena vista, en todas las viñetas, en todas las páginas. Aquí, el artista Zander Cannon se las arregla para lograr la misma proeza. Basta con un vistazo a la página inicial del primer capítulo: tenemos un clásico súper-héroe británico (creación de Mick Anglo), una obvia referencia a Matrix en una de las pantallas de anuncios ('¿por qué no tomé la pastilla azula?', ideal para un aviso de farmacia); Rorschach de Watchmen charlando con The Question de Steve Ditko (Charleston Comics / DC Comics) y mucho más (de hecho, ¿quién se anima a encontrar otras referencias en esta página?).
Smax se siente avergonzado de su planeta, al que describe como subdesarrollado y fuera de las rutas comerciales interestelares. Es un mundo de magia, lejos de los confines de la ciencia: es un mundo en el que el transporte se consigue gracias a la hechicería o a míticas criaturas voladoras, un mundo habitado por gnomos, elfos, enanos, trols, ogros, hadas, animales que hablan, dragones, etc. Un mundo absolutamente encantador; y como sucedía con Top Ten, hay constantes referencias a la fantasía como género literario y a los cuentos de hadas. Una verdadera delicia metatextual en donde las categorías literarias y sus estructuras inamovibles (y clichés) son una metáfora de la propia necesidad de Smax de encajar en un rol dado, en una clasificación específica. Comprensible si tenemos en cuenta su condición como híbrido: es el hijo de un ogro y de una guerrera con poderes mágicos. Al igual que su hermana.
El folklor y las criaturas mágicas sorprenden a Robyn. Y cuando buscan un alojamiento apropiado se encuentran atrapados en una peculiar situación. Llegan a una taberna que funciona de acuerdo a las convenciones literarias de la narrativa infantil clásica; a Robyn le dan una cama con docenas de colchones apilados y debajo de uno de ellos, como si ella fuera la princesa del cuento, hay un guisante. A Smax le toca la típica mazmorra con instrumentos de tortura. No obstante, es la comida lo que los deja anonadados: una sirena, un unicornio, querubines, la gallina de los huevos de oro, los tres chanchitos. Como mencioné antes, mientras más recuerden las historias que les contaban antes de ir a dormir, más podrán reírse con estas páginas.
La evolución de los personajes es extraordinaria. El Smax serio y silencioso de Top Ten se convierte en alguien más comunicativo aunque inseguro y con mucha culpabilidad. Robyn no puede crear lo que él le revela, los secretos oscuros que confiesa.
La culpa, de acuerdo con Jacques Lacan puede verse disasociada del sujeto y del superego. La culpa nace cuando uno cede en su deseo. Ceder, en este caso, significa no cumplir con el deseo. Smax se siente culpable por la relación incestuosa con su hermana, pero sobre todo por haber fracasado miserablemente como verdugo de dragones.
Gene Ha es el genial artista de Top Ten, pero creo que Zander Cannon era el dibujante ideal para un proyecto tan extravagante y divertido como este. Con un estilo limpio, casi caricaturesco, Cannon evoca el horror y el humor, la luz y la oscuridad, la perenne dicotomía inherente a los cuentos para niños. Al mismo tiempo, llena sus páginas con detalles, insinuaciones y bromas que convierten a este mundo de fantasía en una realidad coherente.
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