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December 11, 2013

Skin - Peter Milligan & Brendan McCarthy

Milligan's most controversial work / la obra más controversial de Milligan
Sometimes, a work gets published and the controversy begins. Conservative people then propose censorship. Luckily, as readers we still have the chance to read the work and judge it ourselves. But what if something is so polemic that gets cancelled before being printed? That’s exactly what happened with Skin. “Skin was this outré thing that no publisher or printer wanted to touch”. The creators went from one publisher to another, and although some expressed interest, eventually they all backed down. The material was too strong, they would argue. This was, like Mark Kardwell explains an “example of censors going after a work they had failed to understand or even bothered to read”.

“Most people said that Skin was tasteless. In fact, it’s the most controversial story we ever produced and had a long and infamous history, from being banned and repeatedly rejected”. I can only try to imagine the frustration of Milligan and McCarthy, and although I’ve never been “banned” I must admit I’ve never tried to write anything strong enough to awake the beast of censorship.

Both Milligan and McCarthy grew up in an era besieged by political turmoil and new and strange social expressions. “Skinheads were a predominant urban youth culture […] the skins of this period had yet to become politicized as storm troopers of the Right”. The protagonist of this project, as announced by the title, is a skinhead. But he is also a child deformed by thalidomide. Thalidomide was a pill administered to pregnant woman to “cure” their headaches and nausea. This isn’t fiction, this medication actually existed and if you take 5 seconds to Google it you’ll find plenty of visual horror, which I do not plan to include here. The side effect of thalidomide was a congenital deformation of the limbs. The thalidomide children were often called seal boys, because instead of arms they had only hands (as if they were horrendously imitating the appendages of a seal).
A thalidomide product / un producto de la talidomida

Up until now we can understand why Skin wasn’t the typical comic book. In fact, it wasn’t even typical for Milligan and McCarthy. If in previous works they share their love for surrealism and psychedelia here they communicate their concern about an uncontrolled pharmaceutical industry and the very realistic and gruesome consequences of the political system that allowed these companies to destroy the lives of thousands of families. The authors also examine Great Britain’s crumbling social structure, zeroing in on street violence, unemployment and urban misery.

Reading the first page of Skin I understood why it had unnerved and enraged so many people. It’s unapologetic, it’s brutal, is as cruel as life itself: “Martin looked like a wanker but of course he couldn’t even do that. Wank, I mean. Couldn’t shake his own knob, wipe his arse, comb his hair. But he didn’t need to comb his hair […] he was one of us. We called him Martin ‘Atchet. He was a skin”.

Milligan never tries to makes us feel sorry for Martin. Quite the contrary, he shows us the hectic life of this deformed skinhead and the stupid fights he gets into (he specializes in attacking others with his head; it’s the only thing he can do as he has no arms). By showing us life as it is, Milligan quickly generates a connection between the reader and Martin. Because even without deformities, we’ve all had a hard time in our adolescence. Martin is 15 years old and all he thinks about is having sex. Of course, as the monster he is no girl is willing to touch him. Desperate, Martin tries to (unsuccessfully) rape Ruby. She is her only friend, and as a cross-eyed girl she understands a little bit what it feels like to be different. 

Eventually, Martin understands that his irrational hatred towards the world should be focused on those who are responsible for his condition. Ruby explains to him that the men in charge of thalidomide distribution are still free and rich. No one has been punished. And that is the reality of the situation, not only in the comic but in real life as well. No matter how aggressive or destructive skinheads can be, it all pales in comparison with the Machiavellian strategies of the pharmaceutical industry. All this violence, all this hatred, all this rage is perfectly captured by Brandon McCarthy and Carol Swain.

“So, is Skin tasteless? We hope so. A story that deals with a young person whose body and life are deformed by powerful multinational corporations, who is abandoned by governments and ridiculed as a monster by his peers, has an obligation to be tasteless. These things happened to real people in this country. How tasteful can you get?”.
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Martin ‘Atchet & Ruby

A veces, un trabajo se publica y la controversia empieza. Los conservadores proponen la censura. Afortunadamente, como lectores todavía nos queda la oportunidad de leer esa obra y juzgarla por nosotros mismos. Pero ¿qué pasaría si algo es tan polémico que es cancelado antes de ir a la imprenta? Eso es exactamente lo que pasó con Skin. “Skin era esta cosa escandalosa que ninguna editorial o imprenta quería tocar”. Los creadores fueron de una editorial a otra, y aunque algunas expresaron interés, eventualmente todas se echaron para atrás. El material era demasiado fuerte, afirmaban. Este fue, como explica Mark Kardwell, un “ejemplo de los censuradores atacando una obra luego de fracasar en entenderla o sin molestarse en haberla leído”.

“Muchos dijeron que Skin era de mal gusto. De hecho, es el relato más controversial que hemos producido y tuvo una larga e infame historia, al ser prohibida y repetidamente rechazada”. Sólo puedo imaginar la frustración de Milligan y McCarthy, y aunque yo nunca he sido “prohibido” debo admitir que nunca he intentado escribir algo lo suficientemente fuerte para despertar a la bestia de la censura.

Milligan y McCarthy crecieron en una era asediada por trifulcas políticas y nuevas y extrañas expresiones sociales. “Los skinheads eran una cultura juvenil predominantemente urbana […] los skins de este periodo todavía no se convertían en las tropas de asalto politizadas de la Derecha”. El protagonista de este proyecto, tal como el título anuncia, es un skinhead. Pero también es un niño deformado por la talidomida. La talidomida era una píldora administrada a las mujeres embarazadas para “curar” los dolores de cabeza y náuseas. Esto no es ficción, este medicamento de hecho existió y si se toman 5 segundos para buscarlo en Google encontrarán bastantes horrores, que no planeo incluir aquí. El efecto secundario de la talidomida era una deformación congénita de las extremidades. Los niños de la talidomida a menudo fueron llamados chicos foca, porque en vez de brazos sólo tenían manos (como si estuvieran imitando horrendamente los apéndices de una foca).
Martin's first sexual experience / la primera experiencia sexual de Martin

Con esto podemos entender por qué "Skin" no era un cómic típico. De hecho, ni siquiera era típico para Milligan y McCarthy. Si en trabajos previos ellos compartían su amor por el surrealismo y la psicodelia, aquí comunican su preocupación por una industria farmacéutica descontrolada y las muy realísticas y grotescas consecuencias del sistema político que le permitió a estas compañías destruir las vidas de miles de familias. Los autores también examinan la estructura social desmoronada de Gran Bretaña, enfocándose en la violencia callejera, el desempleo y la miseria urbana.

Al leer la primera página de Skin, entendí por qué había alterado y enfurecido a tanta gente. Es brutal, no pide disculpas, es tan cruel como la vida misma: “Martin se veía como un pajero pero por supuesto ni siquiera eso podía hacer. O sea, pajearse. No podía sacudir su propia polla, limpiarse el culo o peinarse. Pero no necesitaba peinarse […] él era uno de nosotros. Lo llamábamos Martin ‘Atchet. Era un cabeza rapada”.

Milligan nunca intenta hacernos sentir tristes por Martin. Al contrario, nos muestra la vida desordenada de este skinhead deforme y las estúpidas peleas en las que se mete (al no tener brazos se especializa en dar cabezazos). Al mostrarnos la vida tal como es, Milligan rápidamente genera una conexión entre el lector y Martin. Porque incluso sin las deformidades, todos hemos sufrido en la adolescencia. Martin tiene 15 años y lo único en lo que piensa es en follar. Por supuesto, al ser un monstruo ninguna chica está dispuesta a tocarlo. Desesperado, Martin intenta violar (sin éxito) a Ruby. Ella es su única amiga, y al ser virola entiende un poco cómo se siente ser diferente.

Eventualmente, Martin comprende que su odio irracional hacia el mundo debería estar enfocado en aquellos que son responsables por su condición. Ruby le explica que los hombres a cargo de la distribución de la talidomida siguen siendo ricos y libres. Nadie ha sido castigado. Y esa es la realidad de la situación, no sólo en el cómic sino también en la vida real. No importa lo agresivos o destructivos que puedan ser los skinheads, todo palidece en comparación a las maquiavélicas estrategias de la industria farmacéutica. Toda esta violencia, todo este odio, toda esta rabia es perfectamente capturada por Brandon McCarthy y Carol Swain.

“Así que, ¿es Skin de mal gusto? Esperamos que así sea. Una historia que trata de una persona joven cuyo cuerpo y vida han sido deformados por poderosas corporaciones multinacionales, alguien abandonado por los gobiernos y ridiculizado como un monstruo por sus compañeros, tiene la obligación de ser de mal gusto. Estas cosas les pasaron a personas reales en este país. ¿Puede eso ser de buen gusto?”.

June 15, 2012

Flex Mentallo # 4 - Grant Morrison & Frank Quitely

Dig the Vacuum / el vacío gusta
Once upon a time, superheroes walked amongst us. Respected and cherished, they were our protectors. Nevertheless, they were erased from reality. In order to avoid complete extinction, the Legion of Legions finds a way to survive: “It’s not death. Prepare to become fictional”. Inhabiting the pages of comic books, they become characters that people read about, they exist in our minds, perhaps in our hearts, but they no longer live as they once did.

The world is on the brink of chaos, and Flex Mentallo is neither strong nor fast enough to save the entire planet. Meanwhile, Wallace ‘Wally’ Sage has realized that living or dying is his decision. If he has taken painkillers he will surely die of an overdose, but if he has instead swallowed M&M’s then he will live. And he remembers, deep inside his mind, that when he was a child a superhero from the past visited him and installed in his memory the souls of hundreds of noble warriors. In order for them to return to life, to abandon the pages of old comic books and reappear as living entities to save the world once again, Wally must believe. Except that he can’t. It’s too difficult: caped crusaders and masked vigilantes are childish, unreal, and the adult thing to do is to let go of all that.
We Are All UFOs / todos somos OVNIS


But what is all that? Writer Grant Morrison was interested in the Sekhmet Hypothesis, a curious theory that tried to explain youthful cultural movements. Superheroes are evolutionary allegories that were aimed at children in the 50s, teens in the 80s and adults nowadays. There could be a correlation with the Sekhmet Hypothesis: flower children of the 60s which are thought to present a collective mood of 'friendly weakness' (“I'm not okay, you're okay”); while punk culture and certain aspects of rap culture present an archetype of 'hostile weakness' (“I'm not okay, you're not okay”). In the late eighties and nineties, rave culture would present a mood based mainly on 'friendly strength' (I'm okay, you're okay). Superhero comic books have transited through all these stages. And Flex Mentallo is the sum of it all. He encompasses the friendly and hostile weaknesses, and the friendly strength too. He was created as comic book hero for children, he later gained acceptance into the adolescent inner world of his creator and at last he was catapulted into our world, into reality and adulthood.

When Flex Mentallo faces the ultimate menace, Wally insults him and the juvenile concept of heroism: “Pathetic fucking power fantasies for lonely wankers” […] “Look at you! A half-naked muscleman in trunks. What’s that supposed to signify?”. Of course, Flex Mentallo remains as a symbol of kindness and goodness, and with a smile he replies: “sometimes a boy just needs to get out of the house and meet some girls”.

Wallace ‘Wally’ Sage

Wally had spent countless afternoons masturbating over comic book heroines, and now he must finally confront his life. He’s not a scruffy kid anymore: “only a little adolescent boy could confuse realism with pessimism”. And just like that, hope is recovered. And with hope also comes an endless army of superheroes, ready to save the world and protect humanity. Wally had been living what he thought was his real life, the adult life; he had tried to do what society expected of him. But it was all a dream. And, in the words of Lacan “If the function of the dream is to prolong sleep, if the dream, after all, may come so near to the reality that causes it, can we not say that it might correspond to this reality without emerging from sleep?”.

Morrison has created a truly moving love-song to the superhero genre, accepting the beauty of the heroic archetype, embracing the absurdity inherent in a world populated by caped superheroes and above all proving that reality is nothing else but a shared fantasy. So what is fantasy at its most elementary? The ontological paradox -scandal even- of fantasy resides in the fact that it subverts the standard opposition of "subjective" and "objective", just like Morrison has done on the first pages, the real, the imaginary and the symbolic become interchangeable. The real world becomes the world of the superheroes, the past of Wally Sage becomes his present, the ridiculous hero that no one could take seriously is humanity’s last hope.

Finally, Frank Quitely proves why he is one of the best artists in the comic book industry. Quite often I have praised the work of hyper-realistic artists such as John Cassaday, Barry Windsor-Smith, Michael Zulli, Stephen Bissette, Alex Ross or Phil Jimenez, but I would like to clarify that Quitely has the best of two worlds: realism in details (every building, every person, every texture is penciled with exquisite patience), but also a certain cartoonish approach that confers to his illustrations a vivid and intense look. These are pictures in motion, alive, almost ready to jump out of the page, just like Flex Mentallo did once, much to his chagrin.

The four issue miniseries has finally being collected in a hardcover titled Flex Mentallo: Man of Muscle Mystery. It is simply put the best comic book I have read in 2012. A masterwork. I recommend it.
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Superheroes: real or fictional? / súper-héroes: ¿reales o ficticios?

En tiempos lejanos, los súper-héroes caminaban entre nosotros. Respetados y queridos, ellos eran nuestros protectores. No obstante, fueron eliminados de la realidad. Para impedir ser extinguidos por completo, la Legión de Legiones encuentra un modo de sobrevivir: "No es la muerte. Prepárense para ser ficticios". Habitando las páginas de los cómics, se convierten en personajes sobre los que leemos, existen en nuestras mentes, tal vez en nuestros corazones, pero ya no están vivos como antes.

El mundo está al borde del caos, y Flex Mentallo no es ni tan fuerte ni tan rápido como para salvar al planeta entero. Mientras tanto, Wallace ‘Wally’ Sage ha descubierto que vivir o morir es su decisión. Si es que ha tomado analgésicos seguramente morirá de una sobredosis, pero si en vez de esto se ha tragado M&M’s, entonces vivirá. Y él recuerda, en lo profundo de su mente, que cuando era un niño un súper-héroe del pasado lo visitó e instaló en su memoria las almas de cientos de nobles guerreros. Para que ellos regresen a la vida, para abandonar las páginas de los cómics y reaparecer como entidades vivientes y salvar el mundo una vez más, Wally debe creer. Excepto que no puede. Es demasiado difícil: justicieros con capas y vigilantes enmascarados son infantiles, irreales, y lo adulto es dejar todo esto atrás.
Amazing perspective and composition / asombrosa perspectiva y composición

¿Pero qué es todo esto? El escritor Grant Morrison estaba interesado en la hipótesis Sekhmet, una curiosa teoría que pretende explicar los movimientos culturales juveniles. Los súper-héroes son alegorías evolucionarias que fueron dirigidas a los niños, en los 50, a los adolescentes, en los 80 y a los adultos, en la actualidad. Podría haber una correlación con la hipótesis Sekhmet: los hijos de las flores de los 60 que representarían un ánimo colectivo de "debilidad amigable" ("yo no estoy bien, tú estás bien"); mientras que la cultura punk y ciertos aspectos del rap presentan un arquetipo de "debilidad hostil" ("yo no estoy bien, tú no estás bien"). A fines de los 80 y los 90, la cultura rave representaría un ánimo basado principalmente en la "fuerza amigable" ("yo estoy bien, tú estás bien"). Los cómics de súper-héroes han transitado por todas estas etapas. Y Flex Mentallo es la suma de todo. Él es la síntesis de las debilidades amigables y hostiles, y de la fuerza amigable también. Él fue creado como el héroe de un cómic para niños, después logró ingresar al mundo interno adolescente de su creador y finamente fue catapultado hacia nuestro mundo, hacia la realidad y la adultez.

Cuando Flex Mentallo enfrenta a la amenaza definitiva, Wally lo insulta y denigra el concepto del heroísmo: "Patéticas y jodidas fantasías de poder para pajeros solitarios" [...] "¡Mírate! Un hombre musculoso medio desnudo en calzoncillos. ¿Qué se supone que significa eso?". Por supuesto, Flex Mentallo permanece como un símbolo de la bondad y la amabilidad, y con una sonrisa responde: "a veces un chico sólo necesita salir de casa y conocer a algunas chicas".

Wally había pasado incontables tardes masturbándose mirando a las heroínas de los cómics, y ahora finalmente debe confrontar su vida. Ya no es un muchachito desaliñado: "sólo un pequeño chico adolescente podría confundir el realismo con el pesimismo". Y de pronto, la esperanza es recuperada. Y con la esperanza también llega un ilimitado ejército de súper-héroes, listos para salvar el mundo y proteger la humanidad. Wally había estado viviendo en lo que él consideraba la vida real, la vida adulta; había intentado cumplir con las demandas de la sociedad. Pero todo fue un sueño. Y, en las palabras de Lacan "si la función del sueño es prolongar el dormir, si el sueño, después de todo, puede estar tan cerca a la realidad que la causa, ¿no podemos decir que puede corresponder a esta realidad sin emerger del dormir?".
New cover by Frank Quitely / nueva portada de Frank Quitely

Morrison ha creado una canción de amor al género de los súper-héroes auténticamente conmovedora, aceptando la belleza del arquetipo heroico, abrazando el absurdo inherente en un mundo poblado por súper-héroes con capas y por encima de todo demostrando que la realidad no es nada más que una fantasía compartida. ¿Qué es la fantasía en lo más elemental? La paradoja ontológica -el escándalo incluso- de la fantasía reside en el hecho de que subvierte la oposición estándar de "subjetivo" y "objetivo", tal como hace Morrison en las primeras páginas, lo real, lo imaginario y lo simbólico se vuelven intercambiables. El mundo real se convierte en el mundo de los súper-héroes, el pasado de Wally Sage se convierte en el presente, el héroe ridículo a quien nadie toma en serio es la última esperanza de la humanidad.

Finalmente, Frank Quitely confirma por qué es uno de los mejores artistas de la industria. A menudo, he elogiado el trabajo de artistas híper-realistas como John Cassaday, Barry Windsor-Smith, Michael Zulli, Stephen Bissette, Alex Ross o Phil Jimenez, pero me gustaría aclarar que Quitely tiene lo mejor de dos mundos: realismo en los detalles (cada edificio, cada persona, cada textura es dibujada con una paciencia exquisita), pero también un cierto enfoque caricaturesco que confiere a sus ilustraciones un tono vívido e intenso. Estas son imágenes en movimiento, vivas, casi listas para saltar de la página, tal como hizo Flex Mentallo alguna vez, para su mala suerte.

La miniserie de cuatro números ha sido finalmente recopilada en un tomo de tapa dura titulado "Flex Mentallo: Man of Muscle Mystery". Es simplemente el mejor cómic que he leído en el 2012. Una obra maestra. La recomiendo.