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February 8, 2015

Miracleman # 12 - Alan Moore & John Totleben

As Zeus loved mortal women in the form of golden sparks, we know humans in a shower of phosphor-dots. As objects of mankind’s desire, both spiritual and carnal, countless solitary climaxes are reached each night, their feverish devotions, eyes clenched tight, a catechism of gasps”, whispers Miracleman in 1987. He is more than a superman, he is a god. And as he seats in his throne on Olympus, in the same way Zeus did, he wonders what he can do to reeducate humanity.

Education videos seem to be the most practical way to modify the behavior of men, to teach them “a new chromatic scale of passion and delights”. The videos are about tantric sex, about ecstasy. Millions of men watch them and masturbate. In Olympus, thousands of screens show the masturbators and their expressions of joy. As Jacques Lacan suggested once “masturbation is the joy of the idiot” but, ultimately, sometimes is the only available joy.

Back in 1982, Miraclewoman confesses the terrible secrets of her past. She spent years in a state of suspended animation, just like Miracleman and his two sidekicks. The difference, however, is that while she was motionless and defenseless, she was raped hundreds of times by Gargunza. For her, Gargunza’s sinful acts are a masturbatory waste of time. It doesn’t matter how many times he forced her body, he never had access to her real self. Miraclewoman sees Gargunza as a ridiculous man, much more moronic than the masturbating idiot Lacan refers to.
 
Onanism and voyeurism in 1987 / onanismo y voyeurismo en 1987

In a very clever way, Alan Moore structures “Aphrodite” (originally published in Miracleman # 12, September 1987) around the notion of self-gratification, of lonely and hidden pleasures. Miraclewoman remembers how impressed Kid Miracleman (Johnny Bates) was when he first laid eyes on her. Of course, in the present, a teenager Johnny Bates is constantly bullied by kids who accuse him of being a wanker. They come up with a nickname for him, a crass game of words: Master Bates, id est, ‘masturbates’. Johnny Bates suffers under the fists of the bullies, but he refuses to pronounce the word that could turn him into a superhuman.

But there is another unconfessed truth from the past. Dickie Dauntless, AKA Young Miracleman, had eyes only for his mentor. Miraclewoman explains how Miracleman was “blind to signs that seemed so obvious to me”, and affirms “he loved you… and you didn’t know”. This is one of the most shocking reveals and also one of the most profound modifications to the traditional and conservative concepts from the 50s, when Miracleman was created. A closeted homosexual, Young Miracleman was condemned to a life of frustration and repressed sexuality.

Once again, John Totleben’s talent shines through. His pages show an impressive attention to details; they are the product of a very imaginative mind. The scene from 1987, that shows a man practicing onanism while he watches a videotape of tantric sex is subtle and at the same time slightly erotic. In a subsequent page, Totleben finds the way to portray the rape of Miraclewoman without exploiting the explicitness of the act. The first meeting between Miraclewoman and Miracleman is bright, luminous, full of life and gracefulness. Nevertheless, one of my favorite pages is the one that shows Johnny Bates being punched in the stomach by three abusive kids. The setting is dark, dirty, depressing even, which only reinforces the psychotic aspects that lurk inside Bates mind. With carefully rendered lines and an amazing level of expressiveness, this is the kind of art that one could never forget.   
The secret past of Miraclewoman / el pasado secreto de Miraclewoman 
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Young Miracleman was secretly in love with Miracleman /
Young Miracleman estaba secretamente enamorado de Miracleman 

Tal como Zeus amó a las mujeres mortales en la forma de gotas doradas, nosotros conocemos a los humanos en una lluvia de puntos fosfóricos. Objetos de deseo de la humanidad, tanto espiritual como carnal, incontables clímax son alcanzados cada noche, sus fervientes devociones, los ojos cerrados fuertemente, un catequismo de jadeos”, susurra Miracleman en 1987. Él es más que un superhombre, es un dios. Y mientras se sienta en el trono del Olimpo, al igual que Zeus, se pregunta qué puede hacer para reeducar a la humanidad.

Videos educativos parecen ser la forma más práctica de modificar la conducta de los hombres, y enseñarles “una nueva escala cromática de pasión y deleites”. Los videos son de sexo tántrico y éxtasis. Millones de hombres los ven y se masturban. En el Olimpo, miles de pantallas muestras a los masturbadores y sus expresiones de goce. Como sugirió Jacques Lacan alguna vez “la masturbación es el goce del idiota” pero, en última instancia, a veces es el único goce disponible. 

En 1982, Miraclewoman confiesa los terribles secretos de su pasado. Ella pasó años en animación suspendida, al igual que Miracleman y sus dos jóvenes aliados. La diferencia, sin embargo, es que mientras ella estaba inmóvil e indefensa, fue violada cientos de veces por Gargunza. Según ella, la pecaminosa conducta de Gargunza es una pérdida de tiempo masturbatoria. No importa cuántas veces forzara el cuerpo de Miraclewoman, él nunca tuvo acceso a su mente. Ella ve a Gargunza como un hombrecillo ridículo, mucho más lamentable que el idiota masturbador al que Lacan hacía referencia.
Johnny Bates: victim of the bullies / Johnny Bates: víctima de los abusivos 

Original cover by Totleben / portada original de Totleben
Astutamente, Alan Moore estructura “Afrodita” (originalmente publicado en Miracleman # 12, setiembre de 1987) alrededor de la noción de la auto-gratificación, de los placeres ocultos y solitarios. Miraclewoman recuerda lo impresionado que estaba Kid Miracleman (Johnny Bates) cuando recién se conocieron. Por supuesto, en el presente, un Johnny Bates adolescente es la víctima de un grupo de abusivos chiquillos que lo acusan de ser un 'pajero'. Ellos inventan un apodo, un vulgar juego de palabras: Amo ('Master') Bates, es decir, ‘masturba’ en inglés. Johnny Bates sufre cuando es golpeado por estos matoncitos, pero se rehúsa a pronunciar la palabra que podría convertirlo en un superhumano.

Pero hay otra verdad no confesada sobre el pasado. Dickie Dauntless, también conocido como Young Miracleman, tenía ojos sólo para su mentor. Miraclewoman explica cómo Miracleman era “ciego a las señales que a mí me parecían tan obvias”, y afirma que “él te amaba… y tú no lo sabías”. Esta es una de las más impactantes revelaciones y también una de las modificaciones más profundas a los tradicionales y conservadores conceptos de los 50s, cuando Miracleman fue creado. Un homosexual en el closet, Young Miracleman estaba condenado a una vida de frustración y sexualidad reprimida.

Una vez más, el talento de John Totleben vuelve a brillar. Sus páginas muestras una impresionante atención por los detalles; son el producto de una mente muy imaginativa. La escena de 1987, que muestra a un hombre practicando el onanismo mientras ve un video de sexo tántrico es sutil y al mismo tiempo con una ligera carga erótica. En otra página, Totleben encuentra el modo de retratar la violación de Miraclewoman sin explotar el lado explícito del acto. El primer encuentro entre Miraclewoman y Miracleman es brillante, luminoso, lleno de vida y gracia. No obstante, una de mis páginas favoritas es la que muestra a Johnny Bates mientras es golpeado en el abdomen por tres chavales abusivos. El escenario es oscuro, sucio, incluso deprimente, lo que refuerza los aspectos psicóticos que se esconden en la mente de Bates. Con líneas cuidadosamente trazadas y un asombroso nivel de expresividad, este es el tipo de arte que uno nunca podría olvidar.