Leinil Francis Yu |
In fact, as we learn in the opening chapter, a man like Salamander basically owns Vegas, the west coast and a few other areas. He has a vast empire of seemingly legitimate business, and thus by being a part of the system he can earn millions of dollars. There are others, however, that are not a part of the system, save for the penitentiary system. Johnny is one of such marginalized adventurers. In a city teeming with superheroes, even a simple robbery can go wrong in so many ways. Johnny has learned that the hard way, after all, he’s been arrested more times that he can remember. In the initial pages, he gets arrested by a superhero and ends up behind bars, again; there’s such a sense of familiarity when he returns to jail, even the prison’s guards treat him like an old friend. Johnny Bolt and his fellow villains are characters doomed to failure, just like any other villain in New York (this would also be especially true in the regular Marvel Universe… if it’s already hard to rob a bank in real life, just try to imagine how hard would it be in a city populated by Spider-Man, The Avengers, The Fantastic Four, etc.).
Johnny Bolt back in prison / Johnny Bolt de vuelta en la prisión |
A few years after Johnny’s incarceration, Carmine, an old bank robber who should have retired by now, is apprehended by Salamander. In order to save Carmine’s life, Johnny, his ex-wife and the ‘old gang’ must pull off one last, great heist. Small time crooks can’t really affect the system, personified here by Salamander. There is a systematic criminality engendered by the economic activity sustaining our system. The real violence here derives from the ceaseless economic expansion of capital -id est, Salamander’s goal- not from the activities of Johnny and his colleagues; after all, they may be thieves but -as it’s made evident in the first pages- they are not coldblooded murderers.
They can no longer commit crimes in a city inhabited by hundreds of powerful and heroic vigilantes. So what can they do? Move to Spain, of course; travel to a country that has no superheroes. Will they be able to accomplish their mission and get 100 million dollars in order to save Carmine, the old man who mentored them in the arts of larceny? Only time will tell.
I found a number of posts in Mark Millar’s message board praising Leinil Francis Yu’s art. I had been pleasantly surprised with Yu’s work in Millar’s Superior, but I think he does even a more brilliant job here. His sequences are loaded with movement and action, and a certain grace too; furthermore the design of the characters outfit is quite appealing to the eye. Can’t wait to read the second issue, and I’m glad I’ve already preordered it.
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Carmine & Salamander |
Johnny Bolt tal vez no es tan heroico como Robin Hood, pero sí tiene el suficiente encanto como para hacernos olvidar que es un ladrón. Johnny vive en New York, una ciudad que padece rutinariamente actos de violencia por agentes del estado (Salamandra) y otros (como el pillaje y la delincuencia de Johnny y sus camaradas). Tal como explicaría el filósofo Slavoj Žižek, esta violencia no puede ser vista como una mera irrupción contingente en el idílico mundo del capitalismo liberal; de hecho, la violencia tan visible del pillaje y la criminalidad reflejan una violencia aún mayor inherente al sistema en sí.
En este capítulo inaugural, averiguamos que un hombre como Salamandra es prácticamente el dueño de Las Vegas, la costa oeste y algunas otras áreas. Tiene un vasto imperio de negocios aparentemente legítimos, y así, al ser parte del sistema puede ganar millones de dólares. Hay otros, sin embargo, que no forman parte del sistema, con la excepción del sistema penitenciario. Johnny es uno de estos aventureros marginales. En una ciudad rebosante de súper-héroes, incluso un simple asalto puede salir mal. Johnny ha aprendido la lección, después de todo, ha sido arrestado incontables veces. En las páginas iniciales, un súper-héroe lo arresta y termina tras las rejas una vez más; hay un sentido de familiaridad cuando regresa a prisión, incluso los guardias lo tratan como a un viejo amigo. Johnny Bolt y sus aliados villanos son personajes condenados al fracaso, como cualquier otro villano en New York (esto sería especialmente cierto en el universo Marvel... si ya es difícil asaltar un banco en la vida real, imaginemos lo difícil que sería en la ciudad donde viven los Cuatro Fantásticos, lo Vengadores, el Hombre Araña, etc.).
the old gang / la vieja pandilla |
my pencils / mis lápices |
Ellos ya no pueden cometer crímenes en una ciudad habitada por cientos de poderosos y heroicos vigilantes. ¿Qué pueden hacer? Mudarse a España, por supuesto; viajar a un país que no tiene súper-héroes. ¿Serán capaces de cumplir su misión y conseguir 100 millones de dólares para salvar a Carmine, el anciano que fue su mentor en las artes del hurto? Sólo el tiempo lo dirá.
Leí en el foro de Mark Millar bastantes comentarios elogiando el arte de Leinil Francis Yu. Ya había quedado gratamente sorprendido con el trabajo de Yu en “Superior” de Millar, pero creo que aquí está incluso mejor. Sus secuencias están cargadas de acción y movimiento, y una cierta gracia también; más aún, el diseño de los trajes de los personajes es muy atractivo. No puedo esperar a leer el segundo número, y me alegra haberlo comprado por adelantado.