Museum |
every chapter begins with a quote in Latin / cada capítulo empieza con una cita en latín |
I guess for me, and for many other comic fans, it's very easy to identify with the leitmotif of “Museum”. These pages have one element in common: the greed of collectors; the obsessive need to complete a collection is something that all comic lovers can recognize. How far can we go to satisfy our insatiable need as collectors?
Fernando de Felipe introduces a group of characters that go beyond our usual collecting activities, thus turning a hobby into a deadly addiction. For instance, let's look at the tragicomic chronicle of Rugiero Pianoforte, who murders all his family members to collect their ashes, in beautiful urns. "Pulvis eris et in pulverem reverteris" is the quote that marks the beginning of this hilarious and yet creepy story. Fernando de Felipe's sense of humor is macabre and insolent, and ultimately absolutely delicious, allowing us to root for this weird character. However, no one can take his collection to the grave; as much as we devote an entire life to gather in one place those objects that we treasure so much, sooner or later we must say goodbye to them and to the world. For the protagonist, the solution is quite simple: after committing suicide, he states in his last will and testament that his ashes have to be placed next to the urns of his relatives. Of course, he is unable to predict what will happen later, when the entire collection falls into the hands of distant cousin; this ignorant man mixes the ashes with his morning coffee, believing this could help him with his bowel movements.
Then we have the case of a famous designer who collects food packaging: cans, bottles, boxes, bags, etc. Although his mistake is to eat the contents of those packages. After a long time, these terrible eating habits have a consequence, and his body finally collapses. Once he gets hospitalized, the man quickly replaces one collection for another one, now focusing on collecting medical products, pill boxes, bottles, boxes, creams, etc. This character is ridiculed by the unusual museum guide, who is the narrator of all the stories.
Rugiero Pianoforte kills himself / Rugiero Pianoforte se suicida |
The most eschatological chapter revolves around a renowned scientist, a single woman with no social life who decides to "file" her body. She begins harmlessly, collecting her hair, but then she starts putting her fingernails in storage, and then she keeps all the wastes and secretions the human body is capable of producing. Finally, with this disgusting collection, she builds a golem of putrefaction and invites the press and all her friends to admire her filthy creation. This particular story left me deeply impressed when I read it the first time, and despite the years, it continues to have the same impact and intensity.
The only section that breaks a little bit the narrative tone is the terrifying testimony of a respected professor, an academic who collects evidence of serial murders, evidence he purchases at exorbitant prices from a corrupt cop. The killings are incredibly violent. The error of this academic is to start investigating who the murderer might be, an initiative that costs him his life.
I have not talked about all the chapters of this delirious “Museum” but I have already shown how irreverent, original, wacky and fun they can be. Fernando de Felipe was undoubtedly one of the most talented authors of the Spanish comic book scene in the early 90s, but he had the bad fortune to start his career at a time when the Spanish publishing industry was in crisis. This is why he only did a couple of graphic novels, and that's a shame, because he was not only a great writer but also a prodigious artist. With clean and firm lines, cartoonish and sinister, quirky and different to his European colleagues, the drawings of F. de Felipe are unique. His characters may not follow the canons of classical anatomy, but they are deeply humanized; similarly, through the use of color, Felipe creates in his men and women impossible skin tones that look extremely well on the page. “Museum” is the magnum opus of an author who abandoned the world of comics after a few years. This is also a lost jewel of the European comic scene, and an unforgettable masterpiece that you will always want to reread, even after 10 or 20 years.
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Si no me falla la memoria, hace casi 20 años leí por primera vez “Comix Internacional”, una magnífica antología que reunía a los mejores creadores europeos del momento, dirigida por Josep Toutain –el Toutain de los cómics–, emblemático editor que catapultó a la fama a innumerables guionistas y artistas, y responsable de revistas como “1984”, “Zona 84”, “Totem”, “Creepy”, etc.
an unusual collection of medications / una inusual colección de medicamentos |
Pese al altísimo nivel de calidad de esta publicación, había historias que destacaban más que otras; entre ellas, claro está, el magistral “Museum” de Fernando de Felipe. Resulta difícil recordar con exactitud qué fue lo que más me atrajo inicialmente, quizá fuera el humor negro, mordaz, ácido y sin piedad que caracterizaba a esta obra.
Supongo que para mí, y para cualquier otro aficionado a los cómics, es muy fácil sentirse identificado con el leit motiv de “Museum”. Estas páginas tienen siempre un elemento en común: la avidez del coleccionista; esa necesidad obsesiva de completar una colección es algo que todos los amantes del cómic pueden reconocer. ¿Hasta qué punto somos capaces de llegar para satisfacer nuestro insaciable apetito de coleccionista?
Fernando de Felipe nos presenta a un grupo de personajes que llevan el coleccionismo al extremo, convirtiendo una apasionada afición en una terrible adicción. Ahí está, por ejemplo, la tragicómica crónica de Rugiero Pianoforte, quien asesina uno por uno a todos los miembros de su familia para poder coleccionar, en bellas urnas, sus cenizas. “Pulvis eris et in pulverem reverteris”, es la cita que da inicio a esta desternillante y a la vez espeluznante historia. Fernando de Felipe hace gala de un humor macabro e insolente, pero absolutamente delicioso que permite que nos hagamos cómplices de un personaje tan extraño. Sin embargo, y he aquí el quid de la cuestión, nadie puede llevarse su colección a la tumba; por más que nos dediquemos una vida entera a reunir en un solo lugar aquellos objetos que tanto atesoramos, tarde o temprano tendremos que despedirnos de ellos y del mundo. Para el protagonista la solución es sencilla: luego de suicidarse, exige en su testamento que sus cenizas sean colocadas al lado de las urnas de los familiares que él mismo mató a lo largo de los años. Aunque, claro está, él es incapaz de prever qué es lo que sucederá después, cuando la colección íntegra pase a manos de un primo lejano de pocas luces que, buscando alivio para su estreñimiento, mezcla las cenizas junto con su café matutino.
Golem |
Luego tenemos el caso de un reconocido diseñador que colecciona envases de alimentos: latas, botellas, cajas, bolsas, etc. Aunque su grave error es comerse el contenido de esos envases. Tras mucho tiempo de tener pésimos hábitos alimenticios, su cuerpo finalmente colapsa y termina hospitalizado. Rápidamente, este hombre reemplaza una colección por otra, dedicándose ahora a coleccionar envases de productos médicos, cajas de pastillas, frascos de píldoras, chisguetes, goteros, etc. Este tipo de personajes patéticos son ridiculizados en las descripciones que de ellos hace el guía de este insólito museo, incapaz de compadecerse de ellos.
El capítulo más escatológico corresponde al de una renombrada científica, una solterona sin vida social que decide “archivar” su cuerpo. Empieza de manera inofensiva, coleccionado el pelo que ella misma se corta, pero luego pasa a guardar sus uñas, y de ahí a almacenar todos los residuos que el cuerpo humano es capaz de producir: desde caspa y mugre, hasta la piel que ella misma se arranca, pasando por todo tipo de excrementos y secreciones. Al final, con esta repugnante colección, ella arma un golem putrefacto e invita a la prensa y a todas sus amistades para que admiren su inmunda creación. Esta historia en particular me dejó profundamente impresionado cuando la leí originalmente, y pese a los años sigue teniendo el mismo impacto e intensidad.
a professor obsessed with serial killers / un profesor obsesionado con los asesinos en serie |
El único capítulo que rompe un poco el tono narrativo es el terrorífico testimonio de un respetado catedrático, un académico que colecciona evidencias de asesinatos en serie, evidencias que compra a precios exorbitantes a un policía corrupto. Los asesinatos son cruentos, retorcidos y violentos. El error de este académico es empezar a investigar los asesinatos, iniciativa que le cuesta la vida.
No he mencionado todos los capítulos que componen este delirante “Museum”, pero ya he demostrado lo irreverentes, originales, desquiciados y divertidos que pueden ser. Fernando de Felipe era, sin duda, uno de los autores más talentosos del panorama del cómic español a inicios de los 90s, pero tuvo la mala suerte de empezar su carrera en una época en la que la industria editorial española entraba en franco declive. Es por ello que existen relativamente pocas obras realizadas por él, y es una lástima, porque no solamente era un guionista excelente sino también un artista prodigioso. De trazos limpios y firmes, caricaturesco pero siniestro, extravagante y diferente a sus colegas europeos, el dibujo que F. de Felipe nos ofrece es inconfundible. Sus personajes, pese a desafiar los cánones de la anatomía clásica, están profundamente humanizados; del mismo modo, mediante el empleo del color, de Felipe crea en sus hombres y mujeres tonos de piel imposibles en la vida real pero que funcionan extremadamente bien en la página. “Museum” es el magnum opus de un autor que a los pocos años abandonó el mundo del cómic. Es, también, una joya perdida del cómic europeo, y una de esas obras inolvidables que uno siempre quiere releer, así pasen 10 o 20 años.