“Isn’t it good to be lost in the wood…and isn’t it bad, so quiet there, in the wood?”, is what you get if you combine the titles of the first and second issue of this miniseries (coincidentally, every issue is titled following the lyrics of Syd Barrett’s Octopus, check the 5 splash pages I’ve posted and see for yourselves). And certainly it’s a nice way of helping the reader to get in touch with the protagonists dilemmas.
Smax is a troubled man. He’s lost, but at the same time he cannot reclaim his own identity. He’s Jeff Smax, respected police officer from precinct ten, but he’s also Jaafs, the infamous dragon-slayer. He abandoned his home world for several reasons, chief amongst them the remorse he feels for failing in his most important quest as a dragon-slayer. In world populated by magical creatures, killing dragons can be quite a profitable career. You rescue the princess and you get a percentage of the gold that is found in the dragon’s cave. Again, Alan Moore plays with genre conventions, in such a witty and refreshing way that one can burst into laughter at the turn of the page.
Robyn convinces Smax that in order to vanquish the ghosts from his past, he must go on another quest. Ominous signs are bequeathed, presages are foreseen. He has no choice but to obey the dictations of fate. That’s when Smax decides to go to town and reactivate his license as a dragon-slayer. The town displays many of the typical vices that one would find in any large city. Just like it was seen in the first issue, this is not a ‘happily ever after’ reality. You can see a tooth fairy buying drugs, magical creatures prostituting themselves to earn enough to survive, alcoholism and so on. But Moore only shows us this as peripheral activities.
There are some hilarious scenes there, as Robyn meets one of the many iterations of Death. If anybody has read Terry Pratchett’s book about Death then a lighthearted, humorous and yet enthralling portrayal of Death will be familiar… In Smax’s world, death is a part of the bureaucratic machinery. There is a personification of death for each instance and species, there is a death for animals, another one for elves, another one for dwarves; there is a death for minor characters, there is a death for epic, glorious and larger than life heroes. Robyn meets one of the most insignificant deaths, one that deals only with the most irrelevant demises. Nonetheless, they get along, and thanks to their conversation, Robyn learns that she only has one Death to fear, the dark one called ‘Dennis’.
Once their quest is approved by every office and every functionary, Smax, Robyn and a fellowship of elves, dwarves and others travel across the woods, in search of Morning Bright’s lair. Morning Bright is one of the original dragons, one of the most powerful creatures that planet has ever seen. And although Smax is indestructible he lacks the power to defeat such a powerful foe. And that’s when Robyn offers her help. In a world of magical talismans, secret potions, ancient spells and magical solutions, she offers one whacky alternative: science. Now, for the elves and dwarves, science is as uncanny and incomprehensible as magic to Robyn. And precisely because of that, science is their only alternative, after all that’ the only thing that Morning Bright will find unpredictable.
But despite the results of the battle, there will be one very delicate matter to attend: Smax incestuous relationship with his sister Rexa. He knows once he comes back to Earth he must do that alone, as incest is forbidden by Earthly law. Surviving the monstrosity (literal monstrosity) of his father, a vicious and cruel ogre that would rape his daughter constantly, meant that at a young age Smax had to kill the ogre and run away with Rexa. He has shared a live with her, and it will be difficult to leave her behind once again.
Why is their relationship so important? They seem to surpass the idealized brotherly relationship as seen in Sophocles Antigone. Smax and Rexa are 'autadelphos' (Greek term: autos- "same"; adelphos- "sisterly", related to delphus- "womb"), not only have they shared the mother's womb but they also share every physical trait, except for gender they’re identical to one another in physical appearance and superpowers. According to Saussure's linguistics, brother and sister would only be able to articulate themselves into the symbolic order by functioning as mutually supplementary properties. Here the signifier (the body) is the same, but the signified (the personality) is not. If they see themselves as irreplaceable, if they actually complement each other, what should they do? Live together thus validating incest? Or part ways again, perhaps forever?
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"¿No es bueno estar perdido en el bosque?... ¿y no es malo, estar tan silencioso allí, en el bosque?", es la frase que se obtiene al combinar los títulos del primer y segundo ejemplar de esta miniserie (por cierto, el título de cada capítulo proviene de las letras de Octopus de Syd Barrett, miren las primeras páginas aquí y en el post anterior, y compruébenlo). Y ciertamente, es una manera ingeniosa de acercar al lector a los dilemas de los protagonistas.
Smax es un hombre con problemas. Está perdido, pero al mismo tiempo no puede asumir su propia identidad. Él es Jeff Smax, respetado policía del precinto diez, pero también es Jaafs, el infame verdugo de dragones. Ha abandonado su planeta natal por varias razones, principalmente el remordimiento que siente por haber fallado en su más importante misión como matador de dragones. En un mundo poblado por criaturas mágicas, dedicarse a matar dragones puede ser una carrera bastante lucrativa. Al rescatar a la princesa se obtiene un porcentaje del oro que siempre está escondido en la cueva del dragón. Nuevamente, Alan Moore juega con las convenciones del género, astuta y innovadoramente, provocando carcajadas en cada página.
Robyn sugiere que para derrotar a los fantasmas del pasado, Smax debe emprender una nueva búsqueda. Los signos ominosos se hacen visibles, los presagios son vaticinados. Él no tiene elección, debe obedecer los dictados de su sino. Y es así como decide ir al pueblo y reactivar su licencia como verdugo de dragones. El pueblo encierra muchos de los vicios típicos que uno podría encontrar en una ciudad grande. Ya desde el primer capítulo vimos que esta no es una realidad de "finales felices" Así que es común ver a un hada comprando drogas, criaturas mágicas prostituyéndose, alcoholismo, etc. Aunque Moore solamente muestra estos eventos de refilón.
Hay algunas escenas hilarantes, por ejemplo, cuando Robyn conoce a una de las tantas versiones de la muerte. Si han leído el libro de Terry Pratchett sobre la muerte, entonces una desenfadada, humorística y aún así fascinante representación de la Muerte les resultará familiar... En el mundo de Smax, la muerte es parte de la maquinaria burocrática. Hay una personificación de la muerte para cada instancia y para cada especie, hay una muerte para animales, otra para elfos, otra para enanos; hay una muerte para personajes menores, otra para los héroes épicos y gloriosos. Robyn conoce a una de las muertes más insignificantes, encargada de fallecimientos triviales. No obstante, se llevan muy bien, y es así como Robyn descubre que la única muerte a la que hay que temer responde al nombre de Dennis.
Una vez que su misión es aprobada por todas las oficinas y todos los funcionarios, Smax, Robyn y una comunidad de elfos, enanos y otros viajen en busca de la guarida de Morning Bright. Morning Bright es uno de los dragones originales, una de las criaturas más poderosas que el planeta ha conocido. Y aunque Smax es indestructible carece del poder necesario para derrotar al dragón. Y es allí cuando Robyn ofrece su ayuda. En un mundo de talismanes mágicos, pociones secretas, antiguos hechizos y soluciones mágicas, ella ofrece la alternativa más disparatada: la ciencia. Para los elfos y enanos la ciencia es tan irreal como la magia para Robyn. Y justamente por eso es lo único que Morning Bright no podrá prevenir.
Pero al margen de los resultados de la batalla, hay otro asunto delicado: la relación incestuosa entre Smax y su hermana Rexa. Él sabe que si regresa a la Tierra deberá hacerlo sólo, ya que el incesto está legalmente prohibido. Sobrevivir a un padre monstruoso (literalmente monstruoso), un ogro cruel y vicioso que violaba a su hija constantemente, significó que a una temprana edad él tuviera que matar al ogro y huir con Rexa. Ha compartido una vida con ella, y será difícil dejarla nuevamente.
¿Por qué su relación es tan importante? Ellos parecen sobrepasar la relación fraternal idealizada, tal como se ve en Antígona de Sófocles. Smax y Rexa son 'autadelphos' (término griego: autos- "mismo"; adelphos- "fraternal", relativo a delphus- "útero"), no sólo han compartido el mismo útero materno sino que comparten rasgos físicos y súper poderes. Siguiendo la linguística de Saussure, hermano y hermana solamente serían capaces de articularse en el orden simbólico si funcionan como propiedades mutuamente suplementarias. Aquí el significante (el cuerpo) es el mismo, pero el significado (la personalidad) es otro. Si ellos se ven como irreemplazables, si de hecho se complementan el uno al otro, ¿qué deberían hacer? ¿Vivir juntos y por tanto validar el incesto? ¿O separarse, quizá, para siempre?
September 13, 2011
Smax - Alan Moore & Zander Cannon
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September 12, 2011
SMAX - Alan Moore
So I finally ordered SMAX, a 5 issue miniseries that comes right from the pages of Alan Moore’s Top Ten. I know I should review Top Ten but that will have to be next month. Suffice to say, though, that Top Ten is about Precinct Ten, about a group of police officers that have to deal with an entire world of super-powered beings, a world with aliens with strange powers, ultra-technologically enhanced citizens, magic based creatures and even a few divine pantheons. So, of course, in this planet, and in this city, being a cop is extremely complicated.
chapter one / capítulo uno |
The officers in Top Ten represent a very rich and unique cast of characters, with different powers and very distinct personalities. One of the main characters was Jeff Smax, a tall, blue-skinned alien with super strength, invulnerability and the ‘strong light’, an energy projection ability. In the first issue of Top Ten he’s paired with Robyn, AKA Toybox. She is just a normal girl but she possesses a box filled with super-advanced miniaturized robots, shaped like toys, which function like a small army in battles.
tavern / taberna |
In the first issue Jeff Smax must return to his home planet, to assist to his uncle’s funeral. Robyn, probably his only friend on Earth, decides to tag along. One of the things that I loved the most about Top Ten’s artistic approach was the amount of details and hidden homages / references to comics or movies hidden (or in plain view) in every frame, in every page. Here artist Zander Cannon manages to accomplish the same feat. Take a look at the splash page of the first issue: we have Mick Anglo’s classic British super-hero; an obvious Matrix reference in one of the billboards (‘why didn’t I take the blue pill?’, it’s an ad for a pharmacy); Rorschach from Watchmen talking with Steve Ditko’s The Question from Charleston Comics / DC Comics, and many more (in fact, who else can find other references / homages in this page?).
uncle's funeral / funeral del tío |
death of the father / la muerte del padre |
The folklore and the magical creatures of Smax’s home leave Robyn in awe. But as they seek for a suitable lodging they find themselves trapped in a very peculiar situation. They stay in a tavern that works according to every genre convention of children’s narrative, Robyn is given a bed with dozens of mattresses piled up and a pea underneath them, as if she were the princess from bedtime stories. And Smax finds himself in a typical dungeon with torture instruments. However, it’s the food what shocks them the most: mermaid, unicorn, cherubim, the goose of the golden eggs, the three piggies. Like I said before, the more you remember the stories your parents told you before going to sleep, the more you can laugh about the irony in Smax’s pages.
The evolution of the characters is quite rewarding. The perpetually silent and serious Smax from Top Ten gives way to a more communicative albeit insecure and guilty man. Robyn is stunned as she finds out one revelation after another. Back in Earth, Smax would barely say his full name; in his planet, though, he ends up confessing his innermost secrets.
Guilt, according to Jacques Lacan, disassociates the concept of the self and the superego. Guilt comes when one gives into desire. To give in means not to carry out that which is represented as our desire. Smax feels guilty for his incestuous relationship with his sister. But at the same time, he blames himself for failing miserably as a dragon-slayer.
Top Ten had superb art by Gene Ha, but I think Zander Cannon was just the right artist for such an extravagant and yet funny and fantastic miniseries as Smax. With a very clean, ‘cartoony’ style, Cannon delivers both the horror and the humor, the light and the darkness, the perennial dichotomy inherent to all bedtime stories. At the same time, he also manages to provide the reader with plenty of visual details, insinuations and jokes that make this world of fantasy more cohesive than anything else.
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Así que por fin leí SMAX, la miniserie que deriva de las páginas de Top Ten de Alan Moore. Estoy impaciente por escribir una reseña sobre Top Ten pero eso tendrá que esperar. Pero, a modo de introducción, recordemos que Top Ten se centra en el precinto diez y en varios oficiales de policía que deben lidiar con un planeta lleno de seres súper-poderosos, un mundo con alienígenas de extrañas habilidades, ciudadanos con armamento avanzado ultra tecnológico, criaturas mágicas e incluso unos cuántos panteones divinos. Desde luego, en este planeta, en esta ciudad, ser un policía es extremadamente complicado.
Los policías de Top Ten son un variado y rico elenco de personajes, con diferentes poderes y personalidades muy marcadas. Uno de los protagonistas es Jeff Smax, un extraterrestre alto, de piel azul, con súper fuerza, invulnerabilidad y un poder lumínico de proyección de energía. En el primer número de Top Ten su nueva compañera es Robyn, alias Toybox; ella es una chica normal pero cuenta con una caja repleta de robots miniaturizados en forma de juguetes que funcionan como un ejército ideal.
Quedé maravillado con Top Ten, y quizá pensé que algo que derivaba de esta colección no estaría al mismo nivel. Pero me alegra haberle dado una oportunidad a Smax, se trata de una miniserie brillante, que funciona precisamente porque es distinta a Top Ten: no hace falte haber leído ningún número antes para conectar con los personajes y entender lo que sucede.
Jeff Smax debe regresar a su planeta natal para asistir al funeral de su tío. Robyn, probablemente su única amiga en la Tierra, decide acompañarlo. Una de las cosas que más disfruté del enfoque artístico de Top Ten fue la cantidad de detalles y homenajes / referencias a cómics y películas, a veces escondidos y a veces a plena vista, en todas las viñetas, en todas las páginas. Aquí, el artista Zander Cannon se las arregla para lograr la misma proeza. Basta con un vistazo a la página inicial del primer capítulo: tenemos un clásico súper-héroe británico (creación de Mick Anglo), una obvia referencia a Matrix en una de las pantallas de anuncios ('¿por qué no tomé la pastilla azula?', ideal para un aviso de farmacia); Rorschach de Watchmen charlando con The Question de Steve Ditko (Charleston Comics / DC Comics) y mucho más (de hecho, ¿quién se anima a encontrar otras referencias en esta página?).
Smax se siente avergonzado de su planeta, al que describe como subdesarrollado y fuera de las rutas comerciales interestelares. Es un mundo de magia, lejos de los confines de la ciencia: es un mundo en el que el transporte se consigue gracias a la hechicería o a míticas criaturas voladoras, un mundo habitado por gnomos, elfos, enanos, trols, ogros, hadas, animales que hablan, dragones, etc. Un mundo absolutamente encantador; y como sucedía con Top Ten, hay constantes referencias a la fantasía como género literario y a los cuentos de hadas. Una verdadera delicia metatextual en donde las categorías literarias y sus estructuras inamovibles (y clichés) son una metáfora de la propia necesidad de Smax de encajar en un rol dado, en una clasificación específica. Comprensible si tenemos en cuenta su condición como híbrido: es el hijo de un ogro y de una guerrera con poderes mágicos. Al igual que su hermana.
El folklor y las criaturas mágicas sorprenden a Robyn. Y cuando buscan un alojamiento apropiado se encuentran atrapados en una peculiar situación. Llegan a una taberna que funciona de acuerdo a las convenciones literarias de la narrativa infantil clásica; a Robyn le dan una cama con docenas de colchones apilados y debajo de uno de ellos, como si ella fuera la princesa del cuento, hay un guisante. A Smax le toca la típica mazmorra con instrumentos de tortura. No obstante, es la comida lo que los deja anonadados: una sirena, un unicornio, querubines, la gallina de los huevos de oro, los tres chanchitos. Como mencioné antes, mientras más recuerden las historias que les contaban antes de ir a dormir, más podrán reírse con estas páginas.
La evolución de los personajes es extraordinaria. El Smax serio y silencioso de Top Ten se convierte en alguien más comunicativo aunque inseguro y con mucha culpabilidad. Robyn no puede crear lo que él le revela, los secretos oscuros que confiesa.
La culpa, de acuerdo con Jacques Lacan puede verse disasociada del sujeto y del superego. La culpa nace cuando uno cede en su deseo. Ceder, en este caso, significa no cumplir con el deseo. Smax se siente culpable por la relación incestuosa con su hermana, pero sobre todo por haber fracasado miserablemente como verdugo de dragones.
Gene Ha es el genial artista de Top Ten, pero creo que Zander Cannon era el dibujante ideal para un proyecto tan extravagante y divertido como este. Con un estilo limpio, casi caricaturesco, Cannon evoca el horror y el humor, la luz y la oscuridad, la perenne dicotomía inherente a los cuentos para niños. Al mismo tiempo, llena sus páginas con detalles, insinuaciones y bromas que convierten a este mundo de fantasía en una realidad coherente.
September 11, 2011
September 11
I had been there, on the Twin Towers. I had paid around 15 bucks to visit the 110th floor and marvel at the magnificent view of New York. I remember the elevator would take all the tourists to the 108th floor and then we had to go up the stairs. And up the stairs we went.
I watched the tiny Statue of Liberty, I saw the green in Central Park. In a normal building you’d see people as ants, but from thousands of feet you would see cars as ants. I never forgot how exciting it was for me to be there. It was my first visit to New York, to Manhattan. And I was in love with the architecture and the urban landscape and everything.
In 2001 I was in my last year of high school. I was in the middle of some excruciatingly boring trigonometry class and then, all of a sudden, my biology teacher came into the classroom with a portable radio. I only needed a few seconds to know that something very important was happening. This was minutes after the first plane crash, and there was confusion all over the news. Nobody knew for sure what was going on. The whole class ended up in the school’s library, and there, in the big TV we would watch CNN and the same image, displayed over and over again.
I still remember it to this day. It’s been a decade. I’m no longer 17. But watching an airplane crashing into one of the towers, the very same tower I had visited a year ago, shocked me deeply. This was the only time in my life in which I couldn’t believe what I was seeing. I was in Lima, Peru, millions of miles away from Manhattan, and for a few minutes I had doubts. Was this really happening? I can only imagine how New Yorkers felt that day.
I was there on the towers, promising myself that I had to be there again and see the city from high above. And then, one year later, I was in Barranco, in Lima, knowing that the World Trade Center I knew was gone. I traveled again to the US in 2006. I have experienced a flight before 9-11 and after 9-11. I think it’s obvious that the world changed that day. But the time for grieving and revenge has now passed. Now it’s time to rebuild things.
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El día 11 de setiembre de 2001 estuve más de dos horas viendo televisión, y aún después de haber visto las imágenes del avión estrellándose en las torres podía creerlo. Era algo demasiado inverosímil, algo fuera de la realidad. Pensé en las horribles represalias que tomaría el republicano Bush, y me avergüenzo un poco al admitirlo, pero mi reacción fue desear el contraataque.
Yo había pisado el liso asfalto de la Quinta Avenida, paseado por las calles de Manhattan y visitado las fabulosas Torres Gemelas. Había estado allí, había contemplado el paisaje más extraordinario que podía imaginar, no un paisaje natural, indómito y por consiguiente peligroso. No, lo que vi fue una imagen de la mega urbe, algo que juré que tendría que volver a ver, la vista desde la ciudad en una fría noche de marzo, con todas las luces y los sonidos me cautivó profundamente. Ahora, la posibilidad de ver a New York como lo hice había cesado de existir. La existencia de las espléndidas torres residía únicamente en mi memoria.
Con qué derecho, me preguntaba, ese grupo de terroristas había atacado al país de una manera tan intempestiva. Habían destrozado el corazón financiero de aquella nación, eliminando en el acto las vidas de miles de civiles inocentes, rostros con nombre a quien yo inadvertidamente vi pasar en algún momento cuando estuve allí. Incluso yo pude haber estado en ese momento. Me sentí furioso contra los atacantes, ni siquiera pensé en analizar el motivo del ataque, me parecía tan carente de sentido que no pensé en lo que pudo motivar este artero golpe.
Después de un tiempo, y continuando la búsqueda de piezas que completen este rompecabezas vi las cosas de otro modo. Siempre habrá que recordar la ambivalencia moral de la política exterior de Estados Unidos. Y su rol intervencionista habría de traerle complicaciones algún día, aunque quizá nadie imaginó un atentado de esta magnitud. De todos modos, después de una década de la tragedia lo que corresponde ahora es la reconstrucción, en más de un sentido.
I watched the tiny Statue of Liberty, I saw the green in Central Park. In a normal building you’d see people as ants, but from thousands of feet you would see cars as ants. I never forgot how exciting it was for me to be there. It was my first visit to New York, to Manhattan. And I was in love with the architecture and the urban landscape and everything.
In 2001 I was in my last year of high school. I was in the middle of some excruciatingly boring trigonometry class and then, all of a sudden, my biology teacher came into the classroom with a portable radio. I only needed a few seconds to know that something very important was happening. This was minutes after the first plane crash, and there was confusion all over the news. Nobody knew for sure what was going on. The whole class ended up in the school’s library, and there, in the big TV we would watch CNN and the same image, displayed over and over again.
I still remember it to this day. It’s been a decade. I’m no longer 17. But watching an airplane crashing into one of the towers, the very same tower I had visited a year ago, shocked me deeply. This was the only time in my life in which I couldn’t believe what I was seeing. I was in Lima, Peru, millions of miles away from Manhattan, and for a few minutes I had doubts. Was this really happening? I can only imagine how New Yorkers felt that day.
I was there on the towers, promising myself that I had to be there again and see the city from high above. And then, one year later, I was in Barranco, in Lima, knowing that the World Trade Center I knew was gone. I traveled again to the US in 2006. I have experienced a flight before 9-11 and after 9-11. I think it’s obvious that the world changed that day. But the time for grieving and revenge has now passed. Now it’s time to rebuild things.
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El día 11 de setiembre de 2001 estuve más de dos horas viendo televisión, y aún después de haber visto las imágenes del avión estrellándose en las torres podía creerlo. Era algo demasiado inverosímil, algo fuera de la realidad. Pensé en las horribles represalias que tomaría el republicano Bush, y me avergüenzo un poco al admitirlo, pero mi reacción fue desear el contraataque.
Yo había pisado el liso asfalto de la Quinta Avenida, paseado por las calles de Manhattan y visitado las fabulosas Torres Gemelas. Había estado allí, había contemplado el paisaje más extraordinario que podía imaginar, no un paisaje natural, indómito y por consiguiente peligroso. No, lo que vi fue una imagen de la mega urbe, algo que juré que tendría que volver a ver, la vista desde la ciudad en una fría noche de marzo, con todas las luces y los sonidos me cautivó profundamente. Ahora, la posibilidad de ver a New York como lo hice había cesado de existir. La existencia de las espléndidas torres residía únicamente en mi memoria.
Con qué derecho, me preguntaba, ese grupo de terroristas había atacado al país de una manera tan intempestiva. Habían destrozado el corazón financiero de aquella nación, eliminando en el acto las vidas de miles de civiles inocentes, rostros con nombre a quien yo inadvertidamente vi pasar en algún momento cuando estuve allí. Incluso yo pude haber estado en ese momento. Me sentí furioso contra los atacantes, ni siquiera pensé en analizar el motivo del ataque, me parecía tan carente de sentido que no pensé en lo que pudo motivar este artero golpe.
Después de un tiempo, y continuando la búsqueda de piezas que completen este rompecabezas vi las cosas de otro modo. Siempre habrá que recordar la ambivalencia moral de la política exterior de Estados Unidos. Y su rol intervencionista habría de traerle complicaciones algún día, aunque quizá nadie imaginó un atentado de esta magnitud. De todos modos, después de una década de la tragedia lo que corresponde ahora es la reconstrucción, en más de un sentido.
September 10, 2011
First Horror Comic by Arcadio Bolaños
Our 52 page special is everything a horror fan could possibly want. And ‘variety’ should be the key word here. Whether you are a fan of psychological thrillers, an old reader of classic Creepy / Eerie comics, a zombie-obsessed or a vampire lover, there is something for you here.
I want to talk about every story but I think I’ll focus on a few now and I’ll review the rest next time. So let’s start with Bloodless by newcomers Joey Cruz and Matthew Schultz, I think these guys have really taken advantage of the two page format, creating a scary story that reminded me of “Daybreakers”, a movie in which the whole world is inhabited by vampires and humans are ‘farmed’ so that blood will always be available, but the thing is once blood becomes scarce then the bloodsuckers devolve and become very savage and brutal creatures that terrorize the more civilized vampires. So can a vampire live in fear? Oh yes, and these creative team tells us how.
“…In the end we all burn out” by Lang and Lapinski is a very well crafted psychological thriller that plays with children’s innocence, pyromania and loss. 18 panels are enough to make us experience what the protagonist, a child, is going through. Lapinski’s gorgeous art provide us with an extraordinary imagery; I particularly enjoyed the ‘dotted’ gray tones that take me back to the 80s (way before computer coloring!), a time in which comic books were colored by superimposing different hues to come up with one in particular.
I remember when Roman Harrington (also known as Roman in the Outhouse and Black Roman in Jinxworld), was boasting about Christopher Chamberlain, this great artist that was going to illustrate his story titled My Hero. I almost felt jealous of Chamberlain because that was the kind of horror story I would have enjoyed drawing. But turns out, in the end, that Christopher did a much better job than I could. What at first seems a lonely little girl frightened in her bedroom, soon gives way to a more complex narrative. Her dog has died recently and she holds his pet’s leash close, very close, as if it were a special amulet. And it’s like so, because when a supernatural creature breaks into her room, the leash summons the dog’s ghost, and once again the heroic canine defends her. She’s safe now. But what could happen if she accidentally gets rid off the leash? No good ghosts would be there to protect her.
The Tipper Ripper is one of the best stories in this volume, writer Alex De-Gruchy and artist extraordinaire Michael Montenat introduce a haunting and sinister character: a waiter with a vendetta. Or rather, a waiter that feels compelled to kill especially annoying costumers or costumers who ‘had it coming’. Imagine a Hannibal Lecter murdering the mediocre musician that ruins the symphonic orchestra and considers that an act of divine justice. The Tipper Ripper is just like that, he finds a justification for his acts, and thus, his cruel killings acquire a more perverse tone. I should emphasize the quality and professionalism in Montenat’s art, shadows, facial expressions, characters movement, it all flows so wonderfully. Excellent work! I would kill to have him drawing one of my stories.
The End of an Afternoon’s Street Fighting is a magnificent homage to the EC Comics of yore. In WWII a group of American soldiers take refuge in a Sicilian village. Tired after so many gruesome battles, they feel sympathy for the wounded Italians, but there is not much they can do to save their lives. They finally decide to rest in an abandoned house, with a large wine cellar. Unbeknownst to them, and just like in Poe’s “The Cask of Amontillado”, something putrid lies within the enormous casks. Camille Dewing proves to be an outstanding writer, able to create a dense atmosphere with only 2 pages, and Leigh Walls art is exceptionally beautiful (the last panel is truly a masterpiece). His pages are like a combination of Alex Toth and Milton Caniff; what a talented artist! This story could compete with any Creepy classic and win. I want to see more from this creative team. And pronto!
I still remember Brian Defferding’s first story. It was very experimental and unusual. This time, he comes back with two stories: Near Miss, written and drawn by Mr. Defferding, is an enthralling and deeply emotional story about a sadistic psychopath that kidnaps men, undresses them and slowly slices them into pieces. Five pages filled with desperation and anguish. Five pages with a very refreshing take on frames. Because, after all, a comic book is all about the frames, isn’t it? The Tree by Brian Defferding & Travis W. Howard gives us 24 panels with a constant element, a very uncanny tree that looms over people and survives over the decades. From 1911 to 2011 we see all sort of crimes committed right below its branches. Is the tree infecting men with evil or is it simply summoning something that’s already there? Travis Howard does an amazing job in portraying so many actions in such minuscule panels. Top notch, really.
Of course, we shouldn’t forget chapter four of the Zipper Club by Len N Wallace & Brenda Lopez. I really like the way Len has come up with distinct personalities for each one of his characters. The story is evolving constantly, and the characters are sweet and funny, the way they should be. In part four of the Zipper Club an old story about Phineas P Blackheart scares the children, but it’s only a story, or isn’t it?
Now, due to technical difficulties and other reasons that are hard to explain, this volume includes two incomplete stories: His Grandmother’s Eyes and Threnos. Both have been cut in half, so they don’t really make sense to the reader. Sadly, one of them is my own story. So unfortunately if you read it and you think the end is a bit abrupt there’s a reason: there are 2 pages missing. Bear that in mind, please, so you won’t think I’m one of those bad writers that can’t finish a tale properly.
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Este especial de 52 páginas tiene todo lo que un fan del terror podría desear. En la variedad está el gusto, al fin y al cabo. Si eres un seguidor de los thrillers psicológicos, un viejo lector de clásicos como Creepy / Eerie, un obsesionado por los zombis o un amante de los vampiros, encontrarás algo a tu medida en este volumen.
Revisaré la mitad de las historias ahora, y la otra mitad la próxima vez. Empecemos con Bloodless de Joey Cruz y Matthew Schultz: además de aprovechar el formato de dos páginas, logran crear una historia que me recordó a “Daybreakers”, una película en donde los vampiros dominan el mundo y los seres humanos son criados en cautiverio, mismo ganado, para que siempre haya sangre disponible, pero cuando todo se derrumba, la falta de sangre convierte a los chupasangres en seres muchos más bestiales y brutales que los vampiros civilizados. Así es que ante la pregunta ¿puede un vampiro vivir con miedo?, la respuesta es sí. Y este equipo creativo se encarga de mostrarnos cómo.
“…In the end we all burn out” de Lang y Lapinski es un thriller psicológico que juega con la inocencia infantil, la piromanía y la pérdida. 18 viñetas con suficientes para hacernos experimentar lo que vive el protagonista, un niño. El maravilloso arte de Lapinski hace referencia a técnicas de impresión rudimentarias, como las que se usaban para colorear los cómics hasta la década del ochenta (muchísimo antes de la llegada del color por computadora), me refiero a los entrañables puntitos superpuestos que generaban un tono en particular.
No hace mucho Roman Harrington (alias Roman o Black Roman en Outhouse y Jinxworld respectivamente) estaba presumiendo de contar con Christopher Chamberlain para ilustrar su historia titulada My Hero. Por supuesto, se trataba de una histora que a mí me hubiese gustado dibujar, pero Chamberlain hace un buen trabajo. La historia empieza una noche con una niña que está sola en casa y asustada. Su mascota, un perro, ha muerto y ella atesora su correa como si se tratara de un amuleto mágico; y de hecho, cuando una criatura sobrenatural irrumpe en su habitación, la correa conjura al fantasma del perro, que heroicamente ataca al ser del averno y protege a su dueña. Pero cuando ella accidentalmente pierde la correa, ya no hay más heroicos fantasmas caninos que la salven.
The Tipper Ripper es una de las mejores historias en este volumen, el escritor Alex De-Gruchy y el extraordinario artista Michael Montenat presentan un impactante y siniestro personaje: un mecero vengativo. O más bien, un mecero que siente la obligación de asesinar a sus clientes más fastidiosos. Piensen en un Hannibal Lecter masacrando al músico que desentona en la orquesta filarmónica y calificando su acción como un acto de justicia. Tipper Ripper es alguien así, y por ello sus crímenes tienen un tono más perverso de lo usual. Debería enfatizar la calidad y profesionalismo del arte de Montenat. Excelente. Me encantaría que dibuje algunas de mis historias.
The End of an Afternoon’s Street Fighting es un magnífico homenaje a los EC Comics de antaño. En la Segunda Guerra Mundial, un grupo de soldados americanos se refugian en una villa siciliana. Cansados después de una sangrienta batalla, sienten compasión por los italianos heridos pero no hay mucho que puedan hacer para salvar sus vidas. Finalmente, deciden descansar en una casa abandonada, en donde hay una bien provista bodega de vino. Ellos lo ignoran, pero al igual que en el relato de Poe, “El tonel de amontillado”, algo pútrido está sumergido en los inmensos toneles. Camille Dewing demuestra ser una estupenda escritora capaz de crear una densa atmósfera con sólo dos páginas, y las ilustraciones de Leigh Walls son de una belleza excepcional (el último panel es una obra maestra). Sus páginas son como una combinación de Alex Toth y Milton Caniff; vaya talento. Esta historia podría competir con cualquier clásico de Creepy. Espero ver más de este equipo creativo.
Todavía recuerdo la primera historia de Brian Defferding; era experimental e inusual. Esta vez, Defferding, regresa con dos entregas: Near Miss escrita y dibujada por él mismo, es una interesante historia sobre un sádico psicópata que secuestra hombres, los desnuda y los corta en pedazos con calma y lentitud. Cinco páginas llenas de desesperación y angustia. Nuevamente, el autor experimenta con el uso de las viñetas. Y es que, después de todo, ¿no son las viñetas esenciales en todo cómic? Precisamente ese el enfoque de The Tree con guión de Brian Defferding y lápices de Travis W. Howard; hay 24 paneles y un sólo elemento constante: un ominoso árbol que es testigo de los actos viles y violentos que realiza la gente durante un siglo. La historia empieza en 1911 y termina el 2011, pero ¿el árbol contagia maldad o simplemente la saca a flota? Travis Howard hace un trabajo loable al desarrollar acciones concretas en estos paneles minúsculos. De primera.
Por supuesto, no deberíamos olvidar el cuarto capítulo de 'The Zipper Club' (algo así como el Club de la Cremallera) de Len N Wallace & Brenda Lopez. Len ha logrado desarrollar bien sus personajes, y en esta ocasión, el grupo de niños está escuchando historias de fantasmas. Cuando escuchan hablar sobre Phineas P Blackheart se asustan, pero se trata solamente de una historia, ¿o de un hecho real?
A causa de cierta dificultades técnicas y motivos difíciles de explicar, este volumen incluye dos historias incompletas: His Grandmother’s Eyes y Threnos. Ambas están partidas por la mitad, así que al ser leídas no tienen mucho sentido. Lamentablemente, una de ellas es mi propia historia. Si alguien la lee y piensa que el final es un tanto abrupto es porque faltan dos páginas. Tengan eso en cuenta y no crean que soy uno de esos escritores que no son capaces de idear un buen final.
Los dejo con una página que dibujé para el próximo volumen y un recuento sobre mis actividades de la semana: El día martes se llevó a cabo la ceremonia de premiación del 5º Concurso de diseño organizado por la embajada de Brasil y Dédalo. Como en años anteriores, la muestra consistía en una variada gama de productos que destacan por sus diseños únicos y delicados. Desde mesas, sillas y lámparas, todo expresa la conjunción de las sensibilidades de Perú y Brasil, explorando la herencia cultural africana en ambos países.
Como siempre, saludé a Eduardo Lores y a María Elena Fernández, y también me encontré con algunos reyrrojinos como Sebastián Verau. Además de los sabrosos bocaditos y los postres de chocolate, hubo una barra especialmente dedicada a las caipiriñas, tanto las clásicas de limón como una interesante variación con fresas frescas machacadas y espolvoreadas con azúcar al momento por los escrupulosos barmen.
Al final de la noche, me quedé conversando con Sebastián Lores, que también estudió literatura en la Católica, y además de recordar a algunos de nuestros tan peculiares profesores (no hay profesores más extravagantes que aquellos que pretenden ser ajenos a los fines de lucro, id est, los literatos) estuvimos conversando de diversas cosas. Nos quedamos hasta que ya casi todo el mundo se había ido.
El miércoles también fue un día animado. Fui a la muestra en homenaje de los cuarenta años del grupo teatral Yuyachkani (palabra quechua que significa “estoy pensando” / “estoy recordando”). Desde hace casi treinta años mi papá es amigo de Miguel Rubio. Teresa Ralli y su hermana Rebecca Ralli, los fundadores de este grupo de teatro, aunque en esta ocasión no solamente él se encontró con un montón de gente.
Además de saludar a Lorenzo Osores y otros artistas, también me encontré con Adriana Urrutia, y nos quedamos conversando un buen rato; durante los últimos seis años Adriana vive y estudia en Francia, pero siempre viene para la época del festival de cine de Lima, y de hecho es ella la que me ha presentado a varios actores, actrices y directores latinoamericanos. Resulta que ahora sí ya está nuevamente en Lima. También me encontré con Alberto Schroth, y nos quedamos conversando mucho rato. Alberto terminó conociendo a mis padres y a mi hermano, que también había ido a la Casa O’Higgins.
Storm by Brian Bolland |
I want to talk about every story but I think I’ll focus on a few now and I’ll review the rest next time. So let’s start with Bloodless by newcomers Joey Cruz and Matthew Schultz, I think these guys have really taken advantage of the two page format, creating a scary story that reminded me of “Daybreakers”, a movie in which the whole world is inhabited by vampires and humans are ‘farmed’ so that blood will always be available, but the thing is once blood becomes scarce then the bloodsuckers devolve and become very savage and brutal creatures that terrorize the more civilized vampires. So can a vampire live in fear? Oh yes, and these creative team tells us how.
“…In the end we all burn out” by Lang and Lapinski is a very well crafted psychological thriller that plays with children’s innocence, pyromania and loss. 18 panels are enough to make us experience what the protagonist, a child, is going through. Lapinski’s gorgeous art provide us with an extraordinary imagery; I particularly enjoyed the ‘dotted’ gray tones that take me back to the 80s (way before computer coloring!), a time in which comic books were colored by superimposing different hues to come up with one in particular.
I remember when Roman Harrington (also known as Roman in the Outhouse and Black Roman in Jinxworld), was boasting about Christopher Chamberlain, this great artist that was going to illustrate his story titled My Hero. I almost felt jealous of Chamberlain because that was the kind of horror story I would have enjoyed drawing. But turns out, in the end, that Christopher did a much better job than I could. What at first seems a lonely little girl frightened in her bedroom, soon gives way to a more complex narrative. Her dog has died recently and she holds his pet’s leash close, very close, as if it were a special amulet. And it’s like so, because when a supernatural creature breaks into her room, the leash summons the dog’s ghost, and once again the heroic canine defends her. She’s safe now. But what could happen if she accidentally gets rid off the leash? No good ghosts would be there to protect her.
The Tipper Ripper is one of the best stories in this volume, writer Alex De-Gruchy and artist extraordinaire Michael Montenat introduce a haunting and sinister character: a waiter with a vendetta. Or rather, a waiter that feels compelled to kill especially annoying costumers or costumers who ‘had it coming’. Imagine a Hannibal Lecter murdering the mediocre musician that ruins the symphonic orchestra and considers that an act of divine justice. The Tipper Ripper is just like that, he finds a justification for his acts, and thus, his cruel killings acquire a more perverse tone. I should emphasize the quality and professionalism in Montenat’s art, shadows, facial expressions, characters movement, it all flows so wonderfully. Excellent work! I would kill to have him drawing one of my stories.
The End of an Afternoon’s Street Fighting is a magnificent homage to the EC Comics of yore. In WWII a group of American soldiers take refuge in a Sicilian village. Tired after so many gruesome battles, they feel sympathy for the wounded Italians, but there is not much they can do to save their lives. They finally decide to rest in an abandoned house, with a large wine cellar. Unbeknownst to them, and just like in Poe’s “The Cask of Amontillado”, something putrid lies within the enormous casks. Camille Dewing proves to be an outstanding writer, able to create a dense atmosphere with only 2 pages, and Leigh Walls art is exceptionally beautiful (the last panel is truly a masterpiece). His pages are like a combination of Alex Toth and Milton Caniff; what a talented artist! This story could compete with any Creepy classic and win. I want to see more from this creative team. And pronto!
One of my shelfs / una de mis repisas |
I still remember Brian Defferding’s first story. It was very experimental and unusual. This time, he comes back with two stories: Near Miss, written and drawn by Mr. Defferding, is an enthralling and deeply emotional story about a sadistic psychopath that kidnaps men, undresses them and slowly slices them into pieces. Five pages filled with desperation and anguish. Five pages with a very refreshing take on frames. Because, after all, a comic book is all about the frames, isn’t it? The Tree by Brian Defferding & Travis W. Howard gives us 24 panels with a constant element, a very uncanny tree that looms over people and survives over the decades. From 1911 to 2011 we see all sort of crimes committed right below its branches. Is the tree infecting men with evil or is it simply summoning something that’s already there? Travis Howard does an amazing job in portraying so many actions in such minuscule panels. Top notch, really.
Of course, we shouldn’t forget chapter four of the Zipper Club by Len N Wallace & Brenda Lopez. I really like the way Len has come up with distinct personalities for each one of his characters. The story is evolving constantly, and the characters are sweet and funny, the way they should be. In part four of the Zipper Club an old story about Phineas P Blackheart scares the children, but it’s only a story, or isn’t it?
Now, due to technical difficulties and other reasons that are hard to explain, this volume includes two incomplete stories: His Grandmother’s Eyes and Threnos. Both have been cut in half, so they don’t really make sense to the reader. Sadly, one of them is my own story. So unfortunately if you read it and you think the end is a bit abrupt there’s a reason: there are 2 pages missing. Bear that in mind, please, so you won’t think I’m one of those bad writers that can’t finish a tale properly.
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Este especial de 52 páginas tiene todo lo que un fan del terror podría desear. En la variedad está el gusto, al fin y al cabo. Si eres un seguidor de los thrillers psicológicos, un viejo lector de clásicos como Creepy / Eerie, un obsesionado por los zombis o un amante de los vampiros, encontrarás algo a tu medida en este volumen.
Revisaré la mitad de las historias ahora, y la otra mitad la próxima vez. Empecemos con Bloodless de Joey Cruz y Matthew Schultz: además de aprovechar el formato de dos páginas, logran crear una historia que me recordó a “Daybreakers”, una película en donde los vampiros dominan el mundo y los seres humanos son criados en cautiverio, mismo ganado, para que siempre haya sangre disponible, pero cuando todo se derrumba, la falta de sangre convierte a los chupasangres en seres muchos más bestiales y brutales que los vampiros civilizados. Así es que ante la pregunta ¿puede un vampiro vivir con miedo?, la respuesta es sí. Y este equipo creativo se encarga de mostrarnos cómo.
My preliminary versions / mis versiones preliminares |
“…In the end we all burn out” de Lang y Lapinski es un thriller psicológico que juega con la inocencia infantil, la piromanía y la pérdida. 18 viñetas con suficientes para hacernos experimentar lo que vive el protagonista, un niño. El maravilloso arte de Lapinski hace referencia a técnicas de impresión rudimentarias, como las que se usaban para colorear los cómics hasta la década del ochenta (muchísimo antes de la llegada del color por computadora), me refiero a los entrañables puntitos superpuestos que generaban un tono en particular.
No hace mucho Roman Harrington (alias Roman o Black Roman en Outhouse y Jinxworld respectivamente) estaba presumiendo de contar con Christopher Chamberlain para ilustrar su historia titulada My Hero. Por supuesto, se trataba de una histora que a mí me hubiese gustado dibujar, pero Chamberlain hace un buen trabajo. La historia empieza una noche con una niña que está sola en casa y asustada. Su mascota, un perro, ha muerto y ella atesora su correa como si se tratara de un amuleto mágico; y de hecho, cuando una criatura sobrenatural irrumpe en su habitación, la correa conjura al fantasma del perro, que heroicamente ataca al ser del averno y protege a su dueña. Pero cuando ella accidentalmente pierde la correa, ya no hay más heroicos fantasmas caninos que la salven.
The Tipper Ripper es una de las mejores historias en este volumen, el escritor Alex De-Gruchy y el extraordinario artista Michael Montenat presentan un impactante y siniestro personaje: un mecero vengativo. O más bien, un mecero que siente la obligación de asesinar a sus clientes más fastidiosos. Piensen en un Hannibal Lecter masacrando al músico que desentona en la orquesta filarmónica y calificando su acción como un acto de justicia. Tipper Ripper es alguien así, y por ello sus crímenes tienen un tono más perverso de lo usual. Debería enfatizar la calidad y profesionalismo del arte de Montenat. Excelente. Me encantaría que dibuje algunas de mis historias.
The End of an Afternoon’s Street Fighting es un magnífico homenaje a los EC Comics de antaño. En la Segunda Guerra Mundial, un grupo de soldados americanos se refugian en una villa siciliana. Cansados después de una sangrienta batalla, sienten compasión por los italianos heridos pero no hay mucho que puedan hacer para salvar sus vidas. Finalmente, deciden descansar en una casa abandonada, en donde hay una bien provista bodega de vino. Ellos lo ignoran, pero al igual que en el relato de Poe, “El tonel de amontillado”, algo pútrido está sumergido en los inmensos toneles. Camille Dewing demuestra ser una estupenda escritora capaz de crear una densa atmósfera con sólo dos páginas, y las ilustraciones de Leigh Walls son de una belleza excepcional (el último panel es una obra maestra). Sus páginas son como una combinación de Alex Toth y Milton Caniff; vaya talento. Esta historia podría competir con cualquier clásico de Creepy. Espero ver más de este equipo creativo.
Todavía recuerdo la primera historia de Brian Defferding; era experimental e inusual. Esta vez, Defferding, regresa con dos entregas: Near Miss escrita y dibujada por él mismo, es una interesante historia sobre un sádico psicópata que secuestra hombres, los desnuda y los corta en pedazos con calma y lentitud. Cinco páginas llenas de desesperación y angustia. Nuevamente, el autor experimenta con el uso de las viñetas. Y es que, después de todo, ¿no son las viñetas esenciales en todo cómic? Precisamente ese el enfoque de The Tree con guión de Brian Defferding y lápices de Travis W. Howard; hay 24 paneles y un sólo elemento constante: un ominoso árbol que es testigo de los actos viles y violentos que realiza la gente durante un siglo. La historia empieza en 1911 y termina el 2011, pero ¿el árbol contagia maldad o simplemente la saca a flota? Travis Howard hace un trabajo loable al desarrollar acciones concretas en estos paneles minúsculos. De primera.
Por supuesto, no deberíamos olvidar el cuarto capítulo de 'The Zipper Club' (algo así como el Club de la Cremallera) de Len N Wallace & Brenda Lopez. Len ha logrado desarrollar bien sus personajes, y en esta ocasión, el grupo de niños está escuchando historias de fantasmas. Cuando escuchan hablar sobre Phineas P Blackheart se asustan, pero se trata solamente de una historia, ¿o de un hecho real?
A causa de cierta dificultades técnicas y motivos difíciles de explicar, este volumen incluye dos historias incompletas: His Grandmother’s Eyes y Threnos. Ambas están partidas por la mitad, así que al ser leídas no tienen mucho sentido. Lamentablemente, una de ellas es mi propia historia. Si alguien la lee y piensa que el final es un tanto abrupto es porque faltan dos páginas. Tengan eso en cuenta y no crean que soy uno de esos escritores que no son capaces de idear un buen final.
My final page / mi página final |
Los dejo con una página que dibujé para el próximo volumen y un recuento sobre mis actividades de la semana: El día martes se llevó a cabo la ceremonia de premiación del 5º Concurso de diseño organizado por la embajada de Brasil y Dédalo. Como en años anteriores, la muestra consistía en una variada gama de productos que destacan por sus diseños únicos y delicados. Desde mesas, sillas y lámparas, todo expresa la conjunción de las sensibilidades de Perú y Brasil, explorando la herencia cultural africana en ambos países.
Como siempre, saludé a Eduardo Lores y a María Elena Fernández, y también me encontré con algunos reyrrojinos como Sebastián Verau. Además de los sabrosos bocaditos y los postres de chocolate, hubo una barra especialmente dedicada a las caipiriñas, tanto las clásicas de limón como una interesante variación con fresas frescas machacadas y espolvoreadas con azúcar al momento por los escrupulosos barmen.
Al final de la noche, me quedé conversando con Sebastián Lores, que también estudió literatura en la Católica, y además de recordar a algunos de nuestros tan peculiares profesores (no hay profesores más extravagantes que aquellos que pretenden ser ajenos a los fines de lucro, id est, los literatos) estuvimos conversando de diversas cosas. Nos quedamos hasta que ya casi todo el mundo se había ido.
El miércoles también fue un día animado. Fui a la muestra en homenaje de los cuarenta años del grupo teatral Yuyachkani (palabra quechua que significa “estoy pensando” / “estoy recordando”). Desde hace casi treinta años mi papá es amigo de Miguel Rubio. Teresa Ralli y su hermana Rebecca Ralli, los fundadores de este grupo de teatro, aunque en esta ocasión no solamente él se encontró con un montón de gente.
Además de saludar a Lorenzo Osores y otros artistas, también me encontré con Adriana Urrutia, y nos quedamos conversando un buen rato; durante los últimos seis años Adriana vive y estudia en Francia, pero siempre viene para la época del festival de cine de Lima, y de hecho es ella la que me ha presentado a varios actores, actrices y directores latinoamericanos. Resulta que ahora sí ya está nuevamente en Lima. También me encontré con Alberto Schroth, y nos quedamos conversando mucho rato. Alberto terminó conociendo a mis padres y a mi hermano, que también había ido a la Casa O’Higgins.
September 6, 2011
Mujer Renacer - Bettina Villena (Centro Colich)
And it’s finally here! In this issue you have the beginning of Threnos, my horror epic that will have a sequel in an upcoming horror installment; this time I’m only the writer, though, as I was lucky enough to have superstar Brazilian artist Irapuan Luiz penciling and inking some really amazing pages. We have plenty of talented creators here, including Marvel Comics writer Glenn Greenberg (famous for his Hob Goblin saga in “Spectacular Spider-Man”).
By the way, here I’m also posting a couple of pages of DEcomPRESSIONism, a weekly web comic created by board member John M. Coker. The title alludes to depression and decompression, a popular term used for comic fans to refer to excessively long stories in which nothing important really happens (a tendency quite common in DC or Marvel nowadays, as everything has to be at least a 6 issue arc so that it’ll fit in nicely in a Hardcover or trade paperback afterwards…).
John uses one primary color for each page, taking advantage of all the hues of the chosen color and at the same time achieving a very graceful final design. He usually works with a couple of panels that are tweaked here and there, to obtain the maximum level of “decompression”. Everything happens in seconds, and except for the facial expressions of his characters sometimes there is not much of a difference between one panel and the next one. And precisely that’s what’s so charming about this project. It truly obeys Coker’s guidelines “the nothing that happens is everything”. It has some of the best and funniest dialogues I’ve read, and with just one page a week it creates a world that it’s all too real, all too bittersweet, but nonetheless tender and hysterically hilarious at moments.
___________________________________________________________
De día había pasado muchas veces por la puerta de una simpática casona barranquina construida en 1907. De hecho, hace nueve años cuando era el asesor de la Empresa Chambi (un premio especial a quién recuerde de qué empresa estoy hablando), nuestro local funcionaba precisamente en la casa de al lado, tan cerca de Los Reyes Rojos y, por cierto, nada lejos de mi casa.
La casona de 1907 alberga hoy al Centro Colich, una suerte de Dédalo en donde además de venta de objetos de diseño también hay exposiciones y muestras de arte. El jueves de la semana pasada estuve por primera vez en una de las inauguraciones, en este caso, de dos artistas talentosas y sumamente creadoras: Bettina Villena e Iris Díaz Tapia.
La obra de Iris Díaz Tapia “Home Edition ᵀᴹ” es un balanceado pero no por ello menos exquisito trabajo de diseño, que alude a la industrialización y a la estética de la década del cincuenta, creando imágenes impecables y objetos que parecen productos verídicos (la caja de cartón, por ejemplo). Bettina Villena, por otro lado, deposita todo su empuje creativo en el cuerpo de la mujer; más concretamente, de su pasión por la maternidad y la fotografía nace esta muestra titulada “Mujer Renace”, hay un cuidado trabajo de iluminación y ambientación en estas fotografías de gran formato, que apasionarán por igual a hombres y mujeres.
Aunque empecé con vino tinto, terminé la noche con varias copas de vino blanco, sentado en una de las mesas del patio interior de la casa, conversando con Paola Vañó y Julius, una pareja de españoles afincados en Perú, que además de ser amantes del arte son también divertidísimos. Nos conocimos en Dédalo hace meses y desde ahí siempre nos encontramos en las galerías de Barranco, distrito en el que vivimos los tres. Entre los champiñones con queso crema, los bocatas rellenos de nueces y otros canapés, se nos fueron pasando las horas; además de charlas y risas, hubo anuncios importantes. Paola, por ejemplo, como gestora cultural y directora general de la Asociación Peruano-Española se encargará el próximo año de organizar la primera muestra en el país de SALVADOR DALÍ que se presentará en coordinación con el Centro Cultural de España y el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Cuando terminaron de pasar las últimas trufas de chocolate y los mazapanes nos despedimos, convencidos de volver a encontrarnos en una semana o dos como máximo, siempre en este, nuestro distrito bohemio por excelencia.
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¡Y finalmente ya está aquí! Sí, este es el tan esperado volumen de terror del que había estado hablando. En este número podrán leer el inicio de THRENOS, mi saga de terror que continuará en una próxima edición. El guión es mío pero el arte es del maravilloso artista Irapuan Luiz, de Brasil. De hecho, hay cantidad de creadores talentosos en esta cuarta entrega, incluyendo al escritor de Marvel Comics Glenn Greenberg (famoso por su saga del Hob Goblin en “Spectacular Spider-Man”).
Por cierto, también estoy incluyendo un par de páginas de DEcomPRESSIONism, un web cómic semanal creado por John M. Coker. El título alude a la depresión y a la descomprensión, un término popular entre los lectores de cómics que se refiere a historias excesivamente alargadas en donde nada importante sucede (una tendencia habitual en la actualidad, tanto en DC como en Marvel).
John utiliza solamente un color para sus páginas, pero le saca el jugo al utilizar distintos tonos de ese mismo color, creando un diseño atractivo visualmente y sin mayores alardes de complejidad. Sus viñetas son usualmente las mismas, aunque el artista hace cambios minúsculos en las expresiones faciales de sus personajes. Y justamente allí radica su mayor encanto. Aquí, de hecho, “la nada que sucede lo es todo”. Con diálogos ingeniosos, John crea un mundo que se siente real, amargo y dulce, y siempre con toques de ternura y momentos hilarantes.
By the way, here I’m also posting a couple of pages of DEcomPRESSIONism, a weekly web comic created by board member John M. Coker. The title alludes to depression and decompression, a popular term used for comic fans to refer to excessively long stories in which nothing important really happens (a tendency quite common in DC or Marvel nowadays, as everything has to be at least a 6 issue arc so that it’ll fit in nicely in a Hardcover or trade paperback afterwards…).
John uses one primary color for each page, taking advantage of all the hues of the chosen color and at the same time achieving a very graceful final design. He usually works with a couple of panels that are tweaked here and there, to obtain the maximum level of “decompression”. Everything happens in seconds, and except for the facial expressions of his characters sometimes there is not much of a difference between one panel and the next one. And precisely that’s what’s so charming about this project. It truly obeys Coker’s guidelines “the nothing that happens is everything”. It has some of the best and funniest dialogues I’ve read, and with just one page a week it creates a world that it’s all too real, all too bittersweet, but nonetheless tender and hysterically hilarious at moments.
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De día había pasado muchas veces por la puerta de una simpática casona barranquina construida en 1907. De hecho, hace nueve años cuando era el asesor de la Empresa Chambi (un premio especial a quién recuerde de qué empresa estoy hablando), nuestro local funcionaba precisamente en la casa de al lado, tan cerca de Los Reyes Rojos y, por cierto, nada lejos de mi casa.
La casona de 1907 alberga hoy al Centro Colich, una suerte de Dédalo en donde además de venta de objetos de diseño también hay exposiciones y muestras de arte. El jueves de la semana pasada estuve por primera vez en una de las inauguraciones, en este caso, de dos artistas talentosas y sumamente creadoras: Bettina Villena e Iris Díaz Tapia.
La obra de Iris Díaz Tapia “Home Edition ᵀᴹ” es un balanceado pero no por ello menos exquisito trabajo de diseño, que alude a la industrialización y a la estética de la década del cincuenta, creando imágenes impecables y objetos que parecen productos verídicos (la caja de cartón, por ejemplo). Bettina Villena, por otro lado, deposita todo su empuje creativo en el cuerpo de la mujer; más concretamente, de su pasión por la maternidad y la fotografía nace esta muestra titulada “Mujer Renace”, hay un cuidado trabajo de iluminación y ambientación en estas fotografías de gran formato, que apasionarán por igual a hombres y mujeres.
Aunque empecé con vino tinto, terminé la noche con varias copas de vino blanco, sentado en una de las mesas del patio interior de la casa, conversando con Paola Vañó y Julius, una pareja de españoles afincados en Perú, que además de ser amantes del arte son también divertidísimos. Nos conocimos en Dédalo hace meses y desde ahí siempre nos encontramos en las galerías de Barranco, distrito en el que vivimos los tres. Entre los champiñones con queso crema, los bocatas rellenos de nueces y otros canapés, se nos fueron pasando las horas; además de charlas y risas, hubo anuncios importantes. Paola, por ejemplo, como gestora cultural y directora general de la Asociación Peruano-Española se encargará el próximo año de organizar la primera muestra en el país de SALVADOR DALÍ que se presentará en coordinación con el Centro Cultural de España y el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Cuando terminaron de pasar las últimas trufas de chocolate y los mazapanes nos despedimos, convencidos de volver a encontrarnos en una semana o dos como máximo, siempre en este, nuestro distrito bohemio por excelencia.
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My first version / mi primera versión |
¡Y finalmente ya está aquí! Sí, este es el tan esperado volumen de terror del que había estado hablando. En este número podrán leer el inicio de THRENOS, mi saga de terror que continuará en una próxima edición. El guión es mío pero el arte es del maravilloso artista Irapuan Luiz, de Brasil. De hecho, hay cantidad de creadores talentosos en esta cuarta entrega, incluyendo al escritor de Marvel Comics Glenn Greenberg (famoso por su saga del Hob Goblin en “Spectacular Spider-Man”).
My final version / mi versión final |
Por cierto, también estoy incluyendo un par de páginas de DEcomPRESSIONism, un web cómic semanal creado por John M. Coker. El título alude a la depresión y a la descomprensión, un término popular entre los lectores de cómics que se refiere a historias excesivamente alargadas en donde nada importante sucede (una tendencia habitual en la actualidad, tanto en DC como en Marvel).
John utiliza solamente un color para sus páginas, pero le saca el jugo al utilizar distintos tonos de ese mismo color, creando un diseño atractivo visualmente y sin mayores alardes de complejidad. Sus viñetas son usualmente las mismas, aunque el artista hace cambios minúsculos en las expresiones faciales de sus personajes. Y justamente allí radica su mayor encanto. Aquí, de hecho, “la nada que sucede lo es todo”. Con diálogos ingeniosos, John crea un mundo que se siente real, amargo y dulce, y siempre con toques de ternura y momentos hilarantes.
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