December 1, 2011

Juego - Jaime Liébana (Galería Lucía de la Puente)

my pencils / mis lápices
I didn’t think it would be so much fun to review 7 issues of Conan the Barbarian in a row, your comments have been greatly appreciated, and because of those comments I’ve had enough enthusiasm to keep posting. Thank you guys, I mean it.

But this, however, is still a blog with the word art high up there… and thus I consider it is my duty to get back –temporarily at least- to Peruvian contemporary art. And so I leave you with Juego (Game) by renowned Peruvian artist Jaime Liébana. Rest assured, though, that after two more posts, I’ll keep on reviewing Conan classic issues.

The first image I’m posting here is the penciled version of one of the pages I drew for the sci-fi issue of The Gathering (which will be released in January 2012). As I had some time limitations, I decided to ‘recycle’ drawings that I already had. You can see the original versions here:

http://artbyarion.blogspot.com/2010/11/end-of-era-el-fin-de-una-era.html
http://artbyarion.blogspot.com/2010/10/room-habitacion.html
For royal uses and abuses
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Jaime Liébana

El jueves de la semana pasada hubo dos eventos importantísimos en Barranco. En primer lugar, se inauguró la muestra “Juego” del reconocido artista peruano Jaime Liébana. Decir que la temática de su obra es falocéntrica sería quedarse un poco corto. La propuesta de Jaime celebra la hegemonía del falo en todas sus vertientes, superando con creces los paradigmas psicoanalíticos o sociales.

Para Jaime, todo se reduce a la representación y reinterpretación del órgano sexual masculino. Demostrando su versatilidad, el artista trabaja con fierro, mármol, granito, madera, bronce y pintura, y con cada uno de estos materiales obtiene magníficos y lúdicos resultados. Allí está, por ejemplo, el consolador del rey, una vara dorada en la que se lee “For royal uses and abuses” (“para usos y abusos reales”), o los curiosos cuadros en los que una ciudad es bombardeada no por proyectiles sino por figuras descaradamente fálicas, o en donde los penes forman columnas enhiestas, teniendo a los testículos como base. Finalmente, el órgano viril también encuentra una reinterpretación en materiales como el mármol o el bronce. La muestra se compone de una multitud de objetos y cuadros, en donde lo único presente, reinventado y recreado de formas realmente ingeniosas, es el pene. Sin duda, una vez más, la Galería Lucía de la Puente nos sorprende con esta llamativa muestra.
Jaime Liébana

En la sala de proyectos especiales de la galería, también se exhiben las extraordinarias fotografías de Musuk Nolte, en una muestra titulada “Decierto” (una mezcla entre desierto y de-cierto); todas estas fotos aprovechan el amplio desierto costeño, y son metáforas sobre la precariedad y también lo efímero de la existencia.

Por esas coincidencias curiosas, mi gran amigo Renzo Rey conocía a Joaquín Liébana (escultor que pronto exhibirá sus trabajos en Lucía de la Puente) el hijo de Jaime Liébana, así que los dos habíamos confirmado nuestra presencia a la inauguración. 

A la hora que llegó Renzo yo ya me había tomado un par de vasos de Johnnie Walker Black Label, y con Renzo me tomé una o dos copas del malbec de Navarro Correas, siempre algo que se disfruta bien, y después, fiel a mi promesa anual, los dos nos fuimos a la Exponatale de Dédalo, evento al que asisto desde hace ya varios años.

En Dédalo nos encontramos con  mis amigos españoles Paola Vañó y Julius Mirlo, con el artista especialista en grabados, Julio Garay, con Didi Arteta, con Virginia Lynch, con Rhony Alhalel, Ilse Rehder y Noah Alhalel, a quienes justo habíamos visto exactamente una semana atrás. Saludé a Eduardo Lores y a María Elena Fernández, y a sus hijos, claro; incluso Renzo y yo nos olvidamos por un momento de las dietas veraniegas y comimos un par de helados Häagen Dazs (y es que, cuando hay tantas cosas gratis es difícil resistirse) y aprovechamos la barra de vodka Danzka para seguir tomando, mientras un grupo de jazz tocaba en vivo en el jardín de Dédalo. 
Jaime Liébana

Entre la música, la gente con la que nos íbamos encontrando, y los vodkas con jugo de naranja o de fresa, pasamos una noche realmente inolvidable.   

November 30, 2011

Conan the Barbarian # 7 - Thomas & Windsor-Smith

Female beauty is one of Conan’s greatest weaknesses. When the young barbarian saves the life of lady Aztrias she quickly persuades him to do her bidding. Numalia will be the second city visited by Conan and it’s there that he runs into problems that would never exist in the barbaric lands of Cimmeria: traffic is one of such nuisances. Indeed, even eons in the past, the large amount of carriages and horses make it impossible for Conan to drive through a crowded street. Fed up with the sluggishness of the carriages, Conan accelerates and hits another cart, and what follows is not unlike the discussion between two car drivers in today’s world.

Lady Aztrias has accumulated serious debts; and instead of trying to recoup her good credit she decides that the only way to cover her debts is by stealing the precious contents of a mysterious bowl received by Kallian, the richest man of the city. Of course, she cannot simply go into Kallian’s mansion and that’s why she asks Conan to steal for her. And the barbarian accepts her request.

Little do they know, however, that the content of the bowl is not a treasure but a creature spawned from the deepest Stygian catacombs. This story, titled “The Lurker Within” (July 1971), focus on two threats: the first one is the reptilian monster that has a golden mask for a face and the strength to crush the bones of men. The second one, and far more lethal, is Thoth-Amon, the most feared wizard, the one who commands the sons of Set, the serpent god.

Some of the recurring themes in Conan are developed here: the death of Conan’s temporary companions, for example, as most of the guard that enters into Kallian’s residence, along with lady Aztrias, are annihilated by the powerful embrace of the reptilian creature. But there are also new themes, such as the interesting juxtaposition of the vices of civilization and the urban decay, something that reminds us of our reality today, in the 21st century.

The final page also presents an intense moment: after Conan stares into the spectral image of Thoth-Amon that burns inside the bowl, fear overcomes him. Much has been talked about the barbarians fear of supernatural events, but for all of the Cimmerians superstitions, Conan had always been able to hold his ground: “And now, at last, the full horror of it all rushes over Conan--- and he flees--- nor does he slacken his headlong flight--- until the shimmering spires of thrice-cursed Numalia fade into coming dawn behind him”.

Barry Windsor-Smith’s art creates moments of heroic grandeur and unabashed action. The fight between Conan and the monster, which takes several pages, is of epic proportions. The suffering of the hero, the agon as the Greeks would call it, is palpable in each frame. The last page, with 11 panels, presents a cinematographic approach to Conan’s facial expression and then a shocking image of Thoth-Amon, followed by a sequence of pure movement. This proves that one page is enough to create a strikingly beautiful composition, all it requires is an imaginative artist.         
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La belleza femenina es una de las más grandes debilidades de Conan. Cuando el joven bárbaro rescata a la dama Aztrias, ella rápidamente lo convence de seguir sus órdenes. Numalia será la segunda ciudad visitada por Conan y es allí donde encuentra problemas que jamás existirían en las regiones bárbaras de Cimeria: el tráfico, por ejemplo. Efectivamente, incluso eones en el pasado, la abundante cantidad de carruajes y caballos impiden que Conan conduzca a través de una calle abarrotada. Harto de la lentitud de los carruajes, Conan acelera y golpea otro carro, y la discusión que sigue es bastante similar a la que sucedería entre dos choferes en el mundo de hoy.

La noble Aztrias ha acumulado serias deudas; y en vez de recuperar su buen crédito, decide que la única forma de cubrir sus deudas es robando el contenido precioso de una misteriosa urna recibida por Kallian, el hombre más rico de la ciudad. Desde luego, ella no es una ladrona, pero Conan accede a hacer todo el trabajo sucio.

Lo que ellos ignoran, sin embargo, es que el contenido de la urna no es un tesoro sino una criatura engendrada en las más recónditas catacumbas estigias. Esta historia, titulada "El que acecha desde dentro" (julio 1971), se enfoca en dos amenazas: la primera es un monstruo reptil que tiene una máscara de oro y la fuerza suficiente para destrozar los huesos de los hombres. La segunda, y mucho más letal, es Thoth-Amon, el hechicero más temido, el que comanda a los hijos de Set, el dios serpiente.

Algunos de los temas recurrentes de Conan se desarrollan aquí: la muerte de los compañeros temporales de Conan. Cuando la guardia y la noble Aztrias entran a la residencia de Kallian, son aniquilados por esta criatura reptil. Pero también hay  nuevos temas, tales como la interesante yuxtaposición de los vicios de la civilización y la decadencia urbana, algo que nos recuerda a la realidad de hoy, al siglo XXI.

La página final presenta un momento intenso: Cuando Conan observa la imagen espectral de Thoth-Amon que arde al interior de la urna, el miedo lo domina. Mucho se ha hablado sobre el miedo que tienen los bárbaros a lo sobrenatural, pero a pesar de todas las supersticiones de los cimerios, Conan nunca había retrocedido: "Y ahora, por fin, todo el horror se apodera de Conan--- y huye--- y no aminora la velocidad de su fuga--- hasta que las destellantes cúpulas de la tres veces condenada Numalia se desvanecen detrás de él, en el alba venidera".

Barry Windsor-Smith crea momentos de grandeza heroica y acción sin límites. La lucha entre Conan y el monstruo es de proporciones épicas. El sufrimiento del héroe -el 'agon' griego- es palpable en cada viñeta. La última página, con 11 paneles, es un acercamiento cinematográfico a las expresiones faciales de Conan, y luego está la impactante imagen de Thoth-Amon, seguida por una secuencia de movimiento puro. Queda demostrado que una página es suficiente para crear una bella composición, todo lo que hace falta es un artista imaginativo.

Conan the Barbarian # 6 - Thomas & Windsor-Smith

Robert E. Howard created a continent, not only in words but also in thoroughly designed maps. Roy Thomas relies on this rich and vast geography to flesh out Conan’s exploits. As we’ve seen before, the barbarian is in constant movement, and he travels from one region to another, from the snowy lands of Asgard and Vanaheim in issues 1 and 2, to Hyperborea and Brythunia in issue 3, and then to Zamora in issues 4 and 5.

But his first experience in the ‘big’ city takes place on Shadizar the Wicked. For the first time, Conan will pay the price for his youthfulness and naiveté. The ways of the city are not the ways of his barbaric home: within the bejeweled gates of Shadizar, the Cimmerian’s skill with the sword and his enormous strength will barely save his life.

“Devil-Wings Over Shadizar” (published in June 1971) begins with Conan overhearing a couple of thieves who cannot agree on how to divide their loot: 3 objects of gold; in his young mind, the answer is obvious… as 3 cannot be divided in 2, he will take the remaining gold artifact. Of course, the thieves don’t take kindly to his suggestions, and in a quick scuffle Conan defeats them and takes it all. What’s most interesting about this scene, is that it is the first apparition of Fafnir, a redhaired Vaenir that will later on become Conan’s ally in one of the most important wars of the Hyborean age.

As it has been stated on previous posts, Conan is a hotheaded young male that cannot overcome the temptation of having a wench between his arms. When Conan asks a bartender for a drink, his pouch filled with gold is quickly noticed by an attractive blonde girl that immediately attempts to seduce the Cimmerian. Evidently, she doesn’t have to make much of an effort, as the barbarian’s thirst cannot be quenched only with a flagon of wine.

Jenna, is the name of this seductive young woman, and she persuades Conan to have all his gold together so that he can carry it more easily. And after their first date, she’s kidnapped by a group of men in red robes, religious zealots that make human sacrifices in honor of their unnatural god, a creature that lives only in the night and consumes the body of a virgin every full moon.

Although he barely knows her, Conan risks his life entering into the temple and attacking this dark creature which is, in fact, a monstrous, giant bat. After a savage fight, Conan saves Jenna’s life and manages to kill the beast just outside the city, but he’s left unconscious. When he wakes up he makes a startling discovery: “Dream golden dreams, she whispered. But I got the dreams--- and she, the gold. So fare thee well, ancient city. At last I know why they named thee Shadizar the Wicked. I shall pass again thru your great bejeweled gates--- when next I have gold that can spare the losing”. Injured, without sword or horse, and robbed of his gold, Conan continues his journey, even if he has to do so on foot.

Barry Windsor-Smith provides us with stunning images from the get go. The first page alone is a wonderful exercise of perspective, architecture and urban texture. The scene in the bar is yet another instance of Barry’s detailed background: people talking, or dancing or even wrestling give a very naturalistic atmosphere to this sequence. The last page is a fine example of visual poetry, composed entirely by wide frames: the first one is a establishing shot; the next ones are close ups that brings us closer to Conan’s face, and then, the focus slowly moves away from the character, giving us a final frame that resembles the first one. Barry’s style in this last page is completely different from his work in the first couple of issues. Everything, from the anatomic features of Conan’s face to the rendering of the hair (completely black before and here with a more exhaustive consistency), has changed. But this is nothing yet, as Barry will literally leave us in awe in upcoming issues. 
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Robert E. Howard creó un continente, no sólo con palabras sino con mapas minuciosamente diseñados. Roy Thomas se apoya en esta vasta geografía para guiar los pasos de Conan. Como hemos visto antes, el bárbaro están en constante movimiento, viajando de una región a otra, desde las tierras nevadas de Asgard y Vanaheim, en los primeros dos números, hasta Hiperbórea y Britunia en el tercero, y luego Zamora en los números 4 y 5.

Pero su primera experiencia en la 'gran' ciudad sucede en Shadizar la Perversa. Por primera vez, Conan pagará el precio de su juventud y su inocencia. Las costumbres de la ciudad son distintas a las del mundo bárbaro: pasando las enjoyadas puertas de Shadizar, la hablidad con la espada y la enorme fuerza del cimerio apenas bastarán para salvarle la vida.

"Alas demoníacas sobre Shadizar" (junio de 1971) empieza con Conan escuchando a dos ladrones que discuten cómo dividir su botín: tres piezas de oro. En la mente del bárbaro, la respuesta es obvia, como 3 no puede dividirse entre 2, él tomará el tercer objeto de oro. Por supuesto, los ladrones no aceptan su sugerencia ni en broma, y en una breve contienda Conan los derrota y se lleva todo. Lo más importante de esta escena es la primera aparición de Fafnir, pelirrojo vanir que después se convertirá en un aliado de Conan, en una de las guerras más importantes de la edad hibórea.

Como ha sido señalado oportunamente, Conan es un joven impulsivo que difícilmente puede resistir la tentación de los encantos femeninos. Cuando Conan pide una bebida, su bolsa llena de oro es notada rápidamente por una atractiva rubia que inmediatamente seduce al cimerio. Evidentemente, ella no tiene que esforzarse mucho, ya que la sed del bárbaro no puede ser saciada solamente con una garrafa de vino.

Esta seductora jovencita se llama Jenna, y persuade a Conan de tener su oro en el mismo lugar, para que sea más fácil de transportar. Luego de esta primera cita, ella es secuestrada por un grupo de hombres en hábitos rojos, fanáticos religiosos que hacen sacrificios humanos en honor a un dios monstruoso, una criatura que vive sólo de noche y que consume cuerpos de vírgenes cada luna llena.

Aunque apenas la conoce, Conan arriesga su vida entrando al templo y atacando a esta criatura de la oscuridad que, en realidad, es un murciélago gigantesco. Luego de una salvaje pelea, Conan salva la vida de Jenna y logra matar a la bestia en las afueras de la ciudad, pero queda inconsciente. Cuando se despierta descubre algo inesperado: "Sueña sueños de oro, susurró ella. Pero yo me quedé con los sueños--- y ella, con el oro. Así sea, que os vaya bien, antigua ciudad. Al fin entiendo por qué habéis sido nombrada Shadizar la Perversa. Atravesaré nuevamente tus umbrales enjoyados--- cuando nuevamente posea oro y pueda resistir su pérdida". Herido, sin espada ni montura, y sin oro, Conan continúa su viaje, aunque sea a pie.

Barry Windsor-Smith nos entrega imágenes extraordinarias desde el inicio. Sólo la primera página constituye un maravilloso ejercicio de perspectiva, arquitectura y textura urbana. La escena en el bar demuestra los detallados fondos de Barry: gente charlando, o bailando, o incluso forcejeando, le otorgan una atmósfera naturalista a esta secuencia. La última página es pura poesía visual, compuesta por viñetas largas: la primera es una toma panorámica; las siguientes nos acercan al rostro de Conan, y luego, la cámara se aleja poco a poco del personaje, dándonos una viñeta final que se asemeja a la primera. El estilo de Barry en esta última página es completamente distinto de su trabajo en los primeros números. Todo, desde las características anatómicas de la cara de Conan hasta la forma de dibujar su pelo (antes completamente negro y aquí con una consistencia más exhaustiva), ha cambiado. Pero esto no es nada, porque Barry nos dejará literalmente sin aliento en futuros números.

November 29, 2011

Conan the Barbarian # 5 - Thomas & Windsor-Smith

The tragic hero is always a man of virtue, and because of that he is vulnerable. Conan, despite his berserk rage, his incommensurable strength and his barbarism, is a noble young man, someone who –unlike civilized people- will be true to his word, even if that brings him closer to his death.

In the Books of History, Herodotus describes the first encounter between Solon, the Wise, and Croesus, the Lydian King. Upon his arrival, Solon explains that a day can never be repeated, all days are different… man is fragile, and so is happiness. Croesus was considered the wealthiest man in ancient times, and as a powerful king he considered his happiness to be eternal. Solon warns him: only a man in his deathbed can declare to have lived happily, and never before that. Prophetic words, as the beginning of the Persian Wars brought about the downfall of Croesus: he lost his empire, his riches and he even ended up as a slave. Only then did he understand the words of Solon.

Robert E. Howard’s characters are, sometimes, of a tragic nature. We’ve seen before how all of Conan’s friends die. But in this fifth issue, titled “Zukala’s Daughter” and published in May 1971, the true nature of Greek tragedy finds its place amidst an unnamed town: “Furtive peasants seem to quicken their pace, and fearful glances are cast backward over hunched shoulders--- Or is it only a barbarian’s rampant imagination that senses an almost visible shudder rippling the backbone of this remote Zamorian village”.

This village must pay tribute to a powerful wizard named Zukala, and as Conan learns, Zephra -Zukala’s daughter- can transform herself into a tigress. The villagers ask Conan to defeat the wizard, and offer him the gold that was originally intended for Zukala. The Cimmerian, of course, agrees. But as he reaches Zukala’s castle, he feels deeply attracted to Zephra. 

Zukala is prouder than Croesus: he’s immortal and powerful, he has more gold and jewels than anyone in Zamora, and he lives happily with his daughter Zephra. But pride, again, will turn into his doom. As Conan fights valiantly against the demon Jaggta-Noga and then against Zukala himself. The brutality of the Cimmerian’s attack overwhelms the immortal man, and when Zephra reveals his father’s weakness Conan strikes savagely.

In one day, just like Croesus, Zukala loses his power. He will no longer be immortal, now his happiness has been ruined. And what’s worse, Zephra will be forever in love with the young barbarian. Based on the poem “Zukala’s hour” by Robert E. Howard, Roy Thomas fittingly introduces a set of characters that will reappear later on; and what’s most important, breaks the tradition of the death of a friend. Barry Windsor-Smith elaborates vibrant pages, still heavily influenced by Kirby’s dynamism. The splash page is one of my favorites, as it depicts Conan’s moodiness in a calm and yet tense environment. Chronologically, this issue was illustrated before number 4, so that’s why it has such a strong Kirby vibe.  
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El héroe trágico es siempre virtuoso, y por ello es vulnerable. A pesar de su ira de berserker, su inconmensurable fuerza y su barbarismo, Conan es un joven noble, alguien que -a diferencia de la gente civilizada- cumple su palabra aunque eso signifique arriesgar su propia vida.

Herodoto, en sus libros de la guerra, relata el encuentro entre el sabio Solón y el rey de los lidios, Creso. Solón afirmaba que un día nunca es idéntico a otro, que el hombre era frágil y la felicidad también; Creso exhibía orgulloso sus inmensas riquezas, demostraba su poder, y declaraba que su felicidad era eterna. Solón le dio una advertencia: sólo un hombre en su lecho de muerte puede afirmar que ha tenido una buena vida, y nunca antes de ese momento. Y en efecto, poco antes del inicio de las Guerras Médicas, Creso perdió todo su imperio y todas sus riquezas a manos de los medos, él que creía que nada podía pasarle, dejó de estar en la cima de la gloria para precipitarse al aciago destino de la esclavitud. Sólo entonces, comprendió las palabras de Solón.

Los personajes de Robert E. Howard son, a veces, de una naturaleza trágica. Ya hemos visto como todos los amigos de Conan mueren. Pero en este quinto número, titulado "La hija de Zukala" y publicado en mayo de 1971, la verdadera naturaleza de la tragedia griega se desarrolla en un pueblo innombrado: "campesinos furtivos parecen apresurar el paso, y miradas temerosas acompañan a hombros encogidos--- O sólo es la desatada imaginación de un bárbaro que percibe un estremecimiento casi visible que atraviesa la médula de esta remota villa zamorana".

Esta villa debe pagar tributo al poderoso hechicero llamado Zukala, y Conan se entera que Zephra -la hija de Zukala- puede transformarse en una tigresa. Los aldeanos le piden a Conan que derrote al mago, y le ofrecen el oro originalmente destinado para Zukala. El cimerio, por supuesto, acepta. Pero al llegar al castillo de Zukala se siente profundamente atraido por Zephra.

Zukala es más orgulloso que Creso: es inmortal y poderoso, y tiene más oro y joyas que ningún otro en Zamora, vive feliz con su hija Zephra. Pero el orgullo, de nuevo, se convertirá en su perdición. Conan combate valientemente en contra del demonio  Jaggta-Noga y luego contra el propio Zukala. La brutalidad del cimerio abruma al inmortal, y cuando Zephra revela el punto débil de su padre, Conan ataca salvajemente.

En un día, al igual que Creso, Zukala pierde su poder. Ya no podrá ser inmortal, y ahora su felicidad está arruinada. Peor aún, Zephra amará por siempre al joven bárbaro. Basado en el poema "La hora de Zukala" de Robert E. Howard, Roy Thomas presenta hábilmente a dos personajes que reaparecerán en el futuro; y lo más importante es que rompe la tradición de la muerte de un amigo. Barry Windsor-Smith elabora páginas vibrantes, fuertemente influenciadas por el dinamismo de Kirby. La página inicial es una de mis favoritas, ya que muestra la expresión sombría de Conan en un ambiente tenso y en calma. Cronológicamente, este número fue ilustrado antes que el 4, y por eso se siente tanto la 'vibra' de Kirby.

Conan the Barbarian # 4 - Thomas & Windsor-Smith

One of my favorite fantasy subgenres is ‘sword-and-sorcery’, and Robert E. Howard ascribed to this subgenre with his Conan saga. “The Tower of the Elephant” (published in April 1971) exemplifies the fertility of the ‘sword-and-sorcery’ frame, whilst including an unforgettable combination of fantasy and science fiction.

“Torches flare murkily in the maul this night… where certain denizens of Arenjun, thief-city of Zamora, hold their roaring revels”, that’s how the fourth issue of Conan begins. The Cimmerian is now in a city inhabited mostly by thieves, kidnappers and delinquents of all sorts. They all brag about their crimes, but for all their accomplishments, none has attempted to enter the Tower of the Elephant.

As a foreign visitant, Conan does not understand why all men and women in Arenjun are so afraid of Yara, the powerful wizard that dwells within the tower. But the barbarian as any other young man is full of vigor, enthusiasm and overconfidence. That’s why without any sort of planning, he ventures into the tower.

All barbarians are well known for their ability to climb, and so Conan has no problems escalating the walls of the tower, and in the gardens of Yara’s residence, he comes face to face with Taurus, a haughty Nemedian that has bestowed upon himself the sobriquet of ‘Prince of the Thieves’.

Unlike Conan, Taurus has prepared himself for this mission months in advance. He exterminates the mute lions of the garden with a powder made of the black lotus, a venomous plant of the exotic eastern regions; he also has enough tools to escalate the towers. Conan and Taurus decide that the best option for them is to work together, and since there will be more than enough gold and jewels for an entire army they won’t have problems in sharing the loot.

Of course, besides the guards and the lions in the garden, the tower has its fair share of defenses… and that’s why in one of the upper chambers, Taurus loses his life, poisoned by a gigantic black spider which Conan manages to drive away. Now, as I’ve pointed out before, the demise of Conan’s companions is one of the constants in Roy Thomas’ inaugural installments: Olav dies in the first issue, Kiord in the second, Dunlang in the third, and now Taurus in the fourth…

The darkest secret of the Tower of the Elephant is soon revealed to the young barbarian, as he beholds an uncanny figure, unlike anything he has ever seen in his life (there were no elephants in Cimmeria). This creature is alive and answers to the name of Yag Kosha, blindness prevents him from seeing the barbarian, but understands that behind Conan’s words there is not treachery but bravery.

During their conversation, Conan finds out that Yag Kosha comes from another planet, another galaxy, although because of Earth’s gravity he has been stuck on our planet for centuries. Yara has stolen the powers of Yag Kosha except for one last enchantment. It’s that enchantment which brings about Yara’s doom and the complete destruction of the tower. Once again, Conan escapes unscathed but without a single coin of gold, thus forced to keep on the run until new opportunities arise.

Barry Windsor-Smith’s first issues had an unmistakable Kirby influence. That no longer seems to be the case, as he starts applying cross hatching techniques (which I’m personally very fond of) to create textures and define volumes. His love for details it’s also evident in the first page: in the lower frame we see around twenty men and women, all in different positions, all with different attitudes, and we can observe what’s going on with them: some are drunk, one in particular (the one closest to the reader) is smoking in a pipe some sort of antediluvian opium and numbed by the drug, he doesn’t realize the woman sitting next to him is stealing his gold.

The page with the lions is pure movement and action, whereas the page with Yag Kosha is like the calm before the storm. There is the stillness of the monster and then one or two movements are enough to surprise the reader; with only eight panels this British artist manages to create an eerie atmosphere that captures our attention.
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Uno de mis subgéneros fantásticos preferidos es el de 'espada y hechicería', y Robert E. Howard explotó este subgénero con la saga de Conan. "La torre del elefante" (publicada en abril de 1971) ejemplifica la fertilidad de este tipo de relatos, al mismo tiempo que incluye una inolvidable combinación de fantasía y ciencia ficción.

"Las antorchas destellan lóbregamente al acecho de la noche... ciertos ciudadanos de Arenjun, la ciudad-ladrona de Zamora, celebran sus rugienten celebraciones", así es como inicia el cuarto número de Conan. El cimerio está en una ciudad habitada principalmente por ladrones, secuestradores y delincuentes de toda clase. Todos presumen de sus crímenes, pero a pesar de sus proezas, ninguno se ha atrevido a entrar a la torre del elefante.

Conan es un visitante extranjero y no entiende por qué todos los hombres y mujeres de Arenjun le tiene tanto miedo a Yara, el poderoso hechicero que reside en la torre. Pero el bárbaro, como cualquier otro joven, está lleno de vigor, entusiasmo y confianza excesiva. Es por eso que, sin haberlo planeado, se aventura a visitar la torre.

Los bárbaros son bien conocidos por su habilidad para trepar, así es que Conan no tiene problemas escalando los muros de la torre, y en los jardines de Yara, se encuentra cara a cara con Taurus, un arrogante nemedio que se ha otorgado así mismo el sobrenombre de 'príncipe de los ladrones'.

A diferencia de Conan, Taurus se ha preparado para esta misión con meses de anticipación. Extermina a los leones mudos del jardín con un polvo hecho de loto negro, una planta venenosa de las exóticas regiones de oriente; además, tiene herramientas para escalar la torre. Conan y Taurus deciden que la mejor opción es trabajar junsto, después de todo, habrá más que suficiente oro y joyas para un ejército entero, así que no habrá difucultad al repartir el botín.
my page / mi página

Desde luego, además de los guardias y los leones del jardín, la torre tiene otras defensas... y, de hecho, en una de las cámaras superiores, Taurus pierde la vida, envenenado por una gigantesca araña negra que Conan logra abatir. Tal como he señalado antes, el fallecimiento de los compañeros de Conan es una de las constantes de los relatos inaugurales de Roy Thomas: Olav muere en el primer número, Kiord en el segundo, Dunlang en el tercero y ahora Taurus en el cuarto...

El secreto más oscuro de la torre del elefante es revelado cuando el joven bárbaro contempla a una singular figura, distinta a todo lo que ha visto antes en su vida (no existen elefantes en Cimeria). Esta criatura está viva y responde al nombre de Yag Kosha, la ceguera le impide ver al bárbaro, pero entiende que detrás de las palabras de Conan no hay traición sino valentía.

Durante su conversación, Conan descubre que Yag Kosha viene de otro planeta, de otra galaxia, aunque a causa de la gravedad terráquea ha estado atrapado en nuestro mundo por siglos. Yara ha robado los poderes de Yag Kosha, excepto un último encantamiento. Y es este postrer encantamiento el que provocará el fin de Yara y la destrucción de la torre. Nuevamente, Conan escapa ileso pero sin una sola moneda de oro, su única opción es seguir viajando, a la espera de nuevas oportunidades.

Los primeros números de Barry Windsor-Smith tienen una clara influencia de Kirby. Este ya no es el caso aquí, ya que el artista aplica técnicas de entramado doble (que personalmente hago de vez en cuando) para crear texturas y definir volúmenes. Su amor por los detalles también es evidente desde la primera hoja: en la viñeta inferior vemos alrededor de veinte hombres y mujeres, todos en posiciones diferentes y con actitudes distintas, podemos observar lo que están haciendo: algunos están borrachos, uno en particular (el que está más cerca al lector) fuma en una pipa un opio antidiluviano y, entumecido por la droga, no se da cuenta que la mujer a su costado le está robando su oro.

La página con los leones es puro movimiento y acción, mientras que la página con Yag Kosha es como la calma antes de la tormenta. Hay inmovilidad en el monstruo, y luego un par de movimientos son suficientes para sorprender al lector; con sólo ocho viñetas, el artista británico crea una atmósfera siniestra que captura nuestra atención.