December 29, 2011

Los Reyes Rojos - Constantino Carvallo Rey

I have no idea if there will be enough time before Saturday, but I still wanted to wish you all a Happy New Year.
Michele Del Campo

my drawing / mi dibujo

There are plenty of comic book reviews scheduled for the next few days which I’m sure you will enjoy. 

And now, without further ado I’ll leave you with a painting by Michele Del Campo. Michele was kind enough to include the text I wrote about his paintings in his page:

http://micheledelcampo.wordpress.com/press/


I still haven’t unwrapped any of the books I got for Christmas, I’ll have plenty of reading in 2012, that’s for sure. 

I’m also including the invitations for October, November and December art exhibits.

Finally, I’m including a drawing that will appear in the sci fi issue of a comic book anthology, scheduled for January 2012. That’s just around the corner, fellas! The one with the astronaut statue (check previous posts) is part of this image, which is larger than usual. 
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La última vez que pasé año nuevo en Lima fue el 2004, en la residencia del embajador Santiago Marcovich (actualmente embajador del Perú en Marruecos), una casona barranquina preciosa, a pocos metros del Puente de los Suspiros (desde que Santiago se fue de Perú alquila la casa y, hoy en día, su casa es Santos, conocido bar que forma parte de la vida nocturna del distrito bohemio por excelencia).

Parece que siete años después vuelvo a quedarme en Lima, y no sería del todo descabellado quedarme en mi propio distrito. En fin, en caso que después no tenga tiempo, quería desearle un feliz año nuevo a todos los que leen el blog. Cuando empecé con esto el 2010, creo que tenía 2 o 3 visitas por día, y ahora es raro que bajen de 200. Además, los comentarios frecuentes me han incentivado a escribir posts más a menudo. Así que, nuevamente, gracias a todos.

Como ya se acerca el verano he decidido empezar con un cuadro de Michele Del Campo que me parece magnífico. Michele ha tenido además la gentileza de cartearse conmigo e, incluso, ha incluido el texto que escribí sobre su muestra al lado de otros textos de mucha mayor difusión, como el artículo de El Comercio: 

http://micheledelcampo.wordpress.com/press/

El último trimestre del año nos trajo muy interesantes muestras de arte, que ya he comentado oportunamente, pero quería mostrarles las invitaciones así como uno de mis dibujos (forma parte de la imagen de la estatua del astronauta que incluí en posts anteriores) que aparecerá en el volumen de ciencia ficción de The Gathering (enero 2012). 

Esta navidad los libros fueron los protagonistas, todavía están todos sellados pero inmediatamente empezaré a leer los dos tomos de Constantino Carvallo Rey, fundador de mi colegio, Los Reyes Rojos. Constantino falleció en agosto de 2008. En ese momento, escribí algo que, al igual que el artículo para Michele Del Campo, bien pudo haber salido publicado hace tres años, acompañando a esa vorágine de notas de prensa y artículos que poblaron las páginas de El Comercio, La República, Perú21, Somos, etc. Ahí va.

Fue el lunes 18 de agosto. Y debió empezar con susurros, con murmullos. Debió empezar, acaso, en una sala de esperas. No lo sé. Lo que único que sé es que era demasiado difícil usar esa palabra. Uno encuentra otras maneras de decirlo, intentando suavizar la contundente verdad, pero hasta el verbo fallecer, dicho en voz baja, se convierte en un estruendo arrollador que ensordece y obliga a aceptar la noticia de la muerte.

Ese mismo lunes empezaban las clases en la Católica. Era la primera clase del ciclo. Fueron tres llamadas, tuve que salir y entrar al salón tres veces. La noticia era demasiado terrible. Me costaba asimilarla. Recuerdo haberme sentado con la sensación de estar en cualquier otro lugar menos en esa aula, donde el segundo profesor más aburrido de la facultad hablaba de los temas claves de crítica textual y de la bibliografía sugerida y de etcétera y de etcétera. Imposible concentrarse. Imposible dejar de pensar en Constantino. No en el Constantino entrevistado en televisión o en los periódicos más importantes del país, sino el Constantino que había estado en nuestro salón, dándonos las mejores clases de filosofía, cancelando la hora de geometría para ir a ver películas excelentes a la biblioteca, o inaugurando, así de la nada, un nuevo curso de fotografía, conversando con nosotros en las clásicas asambleas. Ese es el Constantino que recuerdo. Ese es el Constantino que admiraba, el que actuaba como imagino ningún otro director de colegio se atrevería: siguiendo su intuición, creando y viviendo su propia filosofía.

La palabra confirma el hecho, obliga a aceptar la dolorosa verdad; qué complicado incluso susurrar lo que hoy puedo escribir. En ese momento me sentía desubicado, tal vez hasta desamparado. ¿Debía ser absurdamente responsable y quedarme hasta el final de la clase o largarme de inmediato?

Solamente podía pensar en que había visto a Constantino apenas un par de semanas atrás. Vivir a doce cuadras del colegio implica pasar, de vez en cuando, por esa puerta. Había pasado por allí hace poco, había visto a Constantino por última vez, ya él tenía que irse y yo estaba ocupado con alguna de esas insignificantes tareas cotidianas que siempre nos quitan tiempo. Para mí, como para muchos otros compañeros, Constantino Carvallo Rey siempre estaría ahí, tal como explica el poema que da nombre a mi colegio, como uno de los firmes reyes que combaten foscos en lejanías de oro azulinas. Tal vez, a veces, lo veía como uno ve a sus padres, seres siempre presentes que ni conflictos de adolescencia o divorcios lograrán hacer desaparecer, porque ellos no pueden, jamás deben desaparecer de nuestras vidas antes de tiempo.

Y eso pasaba con Constantino. No había ese sentido de urgencia. Él siempre estaría ahí, en esa hermosa casona barranquina, esforzándose al máximo para educarnos, para hacer de nosotros mejores personas. Recuerdo, por ejemplo, que en la presentación de su libro había tanta gente pidiéndole que les dedicara un ejemplar de “Diario Educar” que pensé que lo mejor era no molestarlo en ese momento. Ya iría al colegio “cualquier día de estos”. Al final conseguí su firma ahí mismo, en Dédalo, y ahora ese libro es para mí, mucho más que antes, un tesoro imprescindible. Como ex-alumno lo veía poco pero todos los años me encontraba con él, en los lugares más inesperados, ya fuese en el Wong del bulevar Asia, o en la librería Crisol comprando algún libro. Siempre hablábamos algunos minutos y luego uno de los dos tenía que irse. Pero yo siempre me iba tranquilo, muy tranquilo, sabía que si quería lo podía encontrar en el colegio.

Lamento haber creído en la difícil noción de la presencia eterna. No había forma de anticipar lo que sucedería ese lunes de agosto, pero sé que yo, y muchos otros, nos quedamos sin decirle muchas cosas, nos faltó esa gran conversación que siempre postergábamos. Ahora que ya no está, no importa lo que dejamos de hacer. Al menos me queda la satisfacción de haberlo conocido, de haber sido alumno de los Reyes Rojos.

Después de un lunes, un martes. Y ese martes fue el entierro. No pienso describir aquí los pormenores de ese día. Hubo mucho de murmullos esa tarde, a veces uno se sentía envuelto en un cuidadoso mar de frases apenas susurradas. Ignoro si la presencia de centenares de alumnos, ex-alumnos, profesores, padres de familia y amigos del colegio habrá aliviado en algo el dolor. Pero si de algo estoy seguro es que esa tarde demostramos que Constantino Carvallo estaba presente en todos nosotros y que nunca lo olvidaríamos. Yo, por ejemplo, nunca olvidaré que él siempre tuvo el acierto de obligarnos a hacer lo que no podíamos, me tardó años, pero descubrí lo que estaba detrás de esa exigencia: no existen límites, solamente los que nosotros mismos nos imponemos. Ha pasado poco tiempo. Pero se acabaron ya los murmullos y los susurros. Me  corresponde ahora en voz alta reafirmar mi pertenencia a los Reyes Rojos, a mi colegio.

Arcadio Bolaños.

December 26, 2011

Caligula # 5 - Lapham & Nobile

“If it’s possible for an insane man to go insane, then that’s what happened to Caligula”. As it has been chronicled, Caligula committed outrageous crimes in his last years of government, writer David Lapham takes this to his advantage and provides us, along with artist German Nobile, with a very graphic depiction of the emperor’s viciousness and cruelty.

emperor's madness / la locura del emperador
When Caligula’s sexual depravity gets on a whole new level, Felix (AKA Junius) realizes he can no longer remain as the emperor’s pet. Perhaps Felix’s tolerance would seem unexplainable for today’s readers, but we do not understand sexuality as the Romans did.

Historically, there have been two ways of viewing sexuality, according to Michele Foucault: China, Japan, India, Ancient Greece and the Roman Empire have seen it as an "Ars erotica" ("erotic art"), where sex is as much an art as it is a special experience, and it’s never something dirty or shameful. When Caligula forces Felix to kill and maim an innocent man, he wants Felix to create ‘art’ with the dismembered body, and so he does, but in doing it they both betray the sexual dogma of their time, replacing the ‘special experience’ with death.

In Western society, on the other hand, something completely different has been created, what Foucault calls "scientia sexualis", the science of sexuality. The origin of this science can be tracked all the way to the 17th century; it’s a phenomenon diametrically opposed to Ars erotica: the confession. It is not just a question of the Christian confession, but more generally the urge to talk about it. A fixation with finding out the "truth" about sexuality arises, a truth that is to be confessed. It is as if sexuality did not exist unless it is confessed. In a violent sexual encounter, Caligula forces Felix to confess. The emperor accuses the boy of using his sexual attributes to deceive him, and he also accuses him of conspiring against his life, like so many men have done in the past few months. Once again, as Foucault suggested, we cannot disassociate sexuality and confession.

Lapham and Nobile create a horror story plagued with violence, sex and shocking scenes, but it’s thanks to their cleverness that, as readers, we feel so spellbound by this saga. In January, the final issue of the miniseries will be released. Personally, I can’t wait to see how the story ends.
Felix is punished / Felix es castigado

If you want to read my reviews for issues 1-4, click on the following links:

Caligula # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/05/caligula-by-lapham-nobile.html
Caligula # 2:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/07/caligula-david-lapham-german-nobile.html
Caligula # 3:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/caligula-3-by-david-lapham.html
Caligula # 4:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/caligula-4-german-nobile.html
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sexuality & confession / sexualidad y confesión

"Si es posible que un loco enloquezca, entonces eso es lo que le sucedió a Calígula". Las crónicas narran los crímenes terribles que cometió Calígula en sus últimos años de gobierno, y el escritor David Lapham aprovecha estos hechos para proporcionarnos, junto con el artista German Nobile, una descripción bastante gráfica de los vicios y la crueldad del emperador.

Cuando la depravación de Calígula sobrepasa lo imaginado, Félix (antes conocido como Junius), se da cuenta que no puede seguir siendo la mascota del emperador. Tal vez la tolerancia de Félix parecería inexplicable para el lector contemporáneo, pero nosotros no entendemos la sexualidad como lo hacían los romanos.

Históricamente existieron dos modos de ver la sexualidad, de acuerdo con Michele Foucault. China, Japón, India, la antigua Grecia y el imperio romano veían todo como un 'arte erótica', en donde el sexo era tanto un arte como una experiencia especial, y nunca algo sucio o vergonzoso. Cuando Calígula obliga a Félix a asesinar y mutilar a un hombre inocente, él quiere que Félix cree 'arte' al desmembrar un cuerpo, y al hacerlo ambos traicionan el dogma sexual de la época reemplazando la 'experiencia especial' con la muerte.

En la sociedad occidental, por otro lado, ocurre algo completamente distinto, algo que Foucault llama "ciencia de la sexualidad". El origen de esta ciencia se remonta al siglo XVII; es un fenómeno diametralmente opuesto al arte erótica: la confesión. Más que un asunto de confesión religiosa, es una urgencia de hablar sobre el tema. Una fijación con encontrar la 'verdad' sobre la sexualidad, una verdad que debe ser confesada. Es como si la sexualidad no existiese a menos que sea confesada. En un violento encuentro, Calígula obliga a Félix a confesar. El emperador acusa al joven de usar sus atributos sexuales para engañarlo, y también lo acusa de conspirar contra él, como tantos hombres han hecho. Nuevamente, como sugería Foucault, no podemos disociar la sexualidad de la confesión.
Caligula & Felix

Lapham y Nobile crean una historia de terror plagada de violencia, sexo y escenas impactantes, pero es gracias a la astucia de los autores que nos sentimos tan hipnotizados por esta saga. En enero llega el último número de esta miniserie. Personalmente, estoy impaciente por saber cómo termina todo.

Si quieren saber qué pasó en los números anteriores (1-4), hagan click aquí:

Caligula # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/05/caligula-by-lapham-nobile.html
Caligula # 2:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/07/caligula-david-lapham-german-nobile.html
Caligula # 3:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/caligula-3-by-david-lapham.html
Caligula # 4:
http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/caligula-4-german-nobile.html

December 23, 2011

Mudman # 1 - Paul Grist


Last month I decided to review Grant Morrison’s St. Swithin’s Day, a strong allegory about the Thatcher era illustrated by Paul Grist. Paul is not only an inimitable artist, but he’s also a writer in his own right. Mudman is his newest foray into the world of superheroes and comic books but, of course, since it’s Paul’s book you already know that this is not your typical superpowered crime-fighter. Not by a long shot.

The protagonist of Mudman is Owen Craig, a somewhat gawky teenager that is infuriated by the thought that summer is over and he has to go back to classes. After some juvenile pranks in an abandoned house, something strange happens to Owen, or rather to his body.

And then comes morning and regular routine… except that contact with water turns Owen’s skin into mud. Or is he just imagining all of this? So life goes on as usual, including masturbation jokes courtesy of Owen’s father: “Teen age boys, eh? You’re worse than Emily! I don’t understand how you can manage to spend so long in the bathroom… and yet still have mud behind your ears”.

First day at school is as bad as school usually gets, but Owen seems very concerned about returning to the abandoned house to find out what happened to him. He feels odd, and he starts fearing that perhaps he’s not merely imagining things, changes are indeed occurring in his body.

I have no intentions of spoiling this funny and enticing first issue, suffice to say that it ends on a rather powerful cliffhanger which seems to me like a lost art in most of today’s comic books. I’ve often talked about current writers’ obsession with 6-issue arcs that can fit in nicely in a hardcover and then a trade paperback, many famous scripters seem to have forgotten that every issue can be somebody’s first issue. If you happen to pick up a random title and it doesn’t draw you into a new world, or it doesn’t make you care about the characters, then chances are you won’t be getting back to it. The comic book industry just lost a new customer, and since everyone now writes 6-issue arcs, it’s very hard for new readers to get interested in all these titles that have ‘part 1 of 6’ printed somewhere in the cover.

“But I’m not ‘Writing for the Trade’, I’m writing for the comic. The single issue”, affirms Paul in his introduction. And I couldn’t applaud him more for his decision. Congratulations Paul, for not following the trends and for giving us a very promising and unique title. I recommend Mudman to everyone who’s willing to try something new and especially to those who do not profess that rare dogma of ‘waiting for the trade’.
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El mes pasado decidí comentar "St. Swithin’s Day" de Grant Morrison, una fuerte alegoría sobre la era de Thatcher ilustrada por Paul Grist. Paul no sólo es un artista inimitable, sino también un escritor por derecho propio. "Mudman" es su más reciente incursión en el mundo de los cómics de súper-héroes pero, desde luego, como esta colección es de Paul, ya imaginarán que aquí no verán a los típicos justicieros enmascarados.

El protagonista de "Mudman" es Owen Craig, un adolescente torpe que está furioso ante la perspectiva del fin de las vacaciones y el inicio de clases. Luego de algunas bromas juveniles en una casa abandonada, algo extraño le sucede a Owen, o más bien, a su cuerpo.

Al día siguiente todo es como siempre... excepto que el contacto con el agua convierte la piel de Owen en lodo. ¿O es solamente su imaginación? La rutina diaria continúa, incluyendo algunos chistes sobre masturbación cortesía del padre de Owen: "Chicos adolescentes, ¿eh? ¡Eres peor que Emily! No entiendo cómo te las arreglas para pasar tanto tiempo en el baño... y aún así tener lodo detrás de tus orejas".

El primer día de colegio es tan malo como se pueden imaginar, pero Owen parece estar muy preocupado por regresar a la casa abandonada para averiguar qué fue lo que le sucedió. Se siente extraño, y empieza a temer que algunos de los cambios que ocurren en su cuerpo tal vez no sean productos de su imaginación.

No tengo intenciones de arruinar las sorpresas de este divertido y simpático primer número, basta con decir que termina con un 'continuará' de los que ya casi no se usan. Y es que la obsesión de los escritores actuales es completar arcos argumentales de 6 ejemplares que sean recopilados rápidamente en un tomo de tapa dura (o blanda), muchos guionistas famosos parecen haber olvidado que cualquier número puede ser el primer número de alguien. Si de casualidad compras un cómic y no sientes que te sumerges en un nuevo mundo ni te interesan los personajes, entonces lo más probable es que no regreses. Es decir, la industria del cómic acaba de perder un nuevo cliente, y como ahora todos escriben historias de 6 números, es muy difícil que un nuevo lector se sienta interesado por este títulos que llevan el letrerito de "parte 1 de 6" en alguna esquina de la portada.

"Pero no estoy 'escribiendo para el tomo recopilatorio', estoy escribiendo para el cómic. El número suelto", afirma Paul en su introducción. Y no podría aplaudirlo más por esa decisión. Felicitaciones Paul, por no seguir la moda y por darnos un título único y prometedor. Recomiendo "Mudman" a todos los que estén deseosos de probar algo nuevo y en especial para aquellos que no profesan el raro dogma de 'esperar por el tomo recopilatorio'.

December 21, 2011

Severed # 4 - Snyder, Tuft & Futaki

One way or another we’re all performers. Besides our attire, we also select a certain attitude to go with it, we act differently in front of our parents, our friends, our work colleagues. We’re actors, we’re performers.

We have already seen a travelling salesman, with sharp teeth and a hunger for the innocent, killing young boys and assuming new identities. Lately, he pretends to be a music entrepreneur, and although his performance completely fools 12-year-old boy Jack Garron, it does not convince Sam.
cover / portada

It’s all a matter of trust. Jack confides in this sinister salesman, and Sam doesn’t know how to open Jack’s eyes. “Guy invites us over, gives us beers and you call his boss about it? He’s just a harmless old man”, says Jack, almost oblivious to the fact that another seemingly anodyne man tried to rape him in the train before getting to Chicago. Sam has saved Jack many times, and it’s especially difficult for her to deal with Jack’s stubbornness. After a heated discussion, they end up forgetting the barriers that have kept them apart: Sam has always dressed up as a boy, but now that doesn’t matter anymore, as the two youngsters start kissing.

The salesman is a resourceful man, and posing as his own boss manages to lure Sam into a deathly trap. The salesman is the quintessential actor, but he’s also a man of deception, an evil force in human shape. It’s only fitting, then, to realize that only one clever performer can unmask another one.  
"He’s just a harmless old man" /
 "Es sólo un viejo inofensivo"

Sam, AKA Samantha, has long assumed the outfit and manners of a boy. When Judith Butler wrote “Bodies That Matter: On the Discursive Limits of Sex” she came to a conclusion: sexuality is not only about how the human body performs certain acts; rather, it’s about bodies understood as always already gender indeterminate; consequently bodies are marked by gender, as well as race, sexuality, etc., and these categories are also destabilized within the perfomative. Sam has destabilized Jack’s world, not because of the kiss, but because of the fact that she came to him in the first place as a masculine individual, as a male friend, and suddenly, this girl who pretends to be a boy is kissing another boy, effectively disrupting the carefully orchestrated mise-en-scène.

Scott Snyder & Scott Tuft manage to combine horror elements with an interesting take on such complex issues as sexuality and performativity. Attila Futaki’s art is consistently good, although producing over 20 pages of gorgeous images each month seems to be a bit taxing, that’s why a couple of panels in this issue look slightly rushed. I have no obsession with punctuality, and if it takes Futaki an extra month or two to finish his work calmly I’d gladly wait for it. I’ve already pre-ordered everything so I know I’ll get it sooner or later.

If you want to read my reviews for issues 1-3, click on the following links:

Severed # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/severed-1-scott-snyder.html
Severed # 2: http://artbyarion.blogspot.com/2011/10/severed-2-snyder-tuft-futaki.html
Severed # 3: http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/severed-3-snyder-tuft-futaki.html

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the fight / la pelea

De un modo u otro, todos somos actores. Además de nuestro atuendo, elegimos una cierta actitud, actuamos diferente frente a nuestros padres, a nuestros amigos o a nuestros colegas de trabajo. Y actuamos bien.

Ya hemos visto a un vendedor viajante, con dientes afilados, asesinar jovencitos inocentes y asumir nuevas identidades. Últimamente, finge ser un empresario relacionado a la música, y aunque su actuación encandila por completa a Jack Garron, un chico de 12 años, no es convincente para Sam.

Es un asunto de confianza. Jack confía en este siniestro viajante, y Sam intenta hacerlo recapacitar. "El tipo nos invita a su casa, nos da cervezas ¿y tú llamas a su jefe? Es sólo un viejo inofensivo", afirma Jack, olvidando por completo que otro sujeto aparentemente anodino intentó violarlo en el tren hasta Chicago. Sam ha salvado a Jack muchas veces, y ahora le resulta difícil lidiar con la terquedad de su amigo. Luego de una acalorada discusión, terminan olvidando las barreras que los han mantenido aparte: Sam siempre se ha vestido como un muchacho, pero eso ya no importa cuando los dos jovencitos empiezan a besarse.

El viajante es recursivo, y finge ser su propio jefe para tenderle una emboscada mortal a Sam. El viajante es la quintaesencia del actor, pero también es un hombre de mentiras, una fuerza maligna con forma humana. Tiene sentido, entonces, descubrir que sólo un actor astuto puede desenmascarar a otro.
the kiss / el beso

Sam (es decir, Samantha) ha asumido por mucho tiempo la vestimenta y los gestos de un muchacho. Cuando Judith Butler escribió "Cuerpos que importan: los límites discursivos del sexo" llegó a una conclusión: la sexualidad no es solamente sobre cómo un cuerpo humano realiza ciertos actos; más bien, se trata de cuerpos entendidos como algo que ya tiene un género siempre indeterminado; en consecuencia, los cuerpos están marcados por el género, así como por la raza, la sexualidad, etc., y estas categorías se desestabilizan en lo performativo. Sam ha desestabilizado el mundo de Jack, no a causa del beso sino por el hecho de llegar a él, en primer lugar, como un sujeto masculino, un amigo, y de pronto, esta chica que finge ser un chico está besando a otro chico, erosionando la hasta ahora tan cuidadosa puesta en escena.
the salesman / el viajante

Scott Snyder & Scott Tuft combinan elementos de terror con una interesante exploración de temas complejos como la sexualidad y la performatividad. El arte de Attila Futaki sigue siendo bueno, aunque producir 20 páginas maravillosas cada mes debe ser agotador, quizá por ello algunas de las viñetas parecen ligeramente apresuradas. No estoy obsesionado con la puntualidad, y si Futaki necesita uno o dos meses extra para terminar su trabajo con calma, que así sea.

Si se animan a leer mis reseñas de los números 1-3, hagan click en estos links:

Severed # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/severed-1-scott-snyder.html
Severed # 2: http://artbyarion.blogspot.com/2011/10/severed-2-snyder-tuft-futaki.html
Severed # 3: http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/severed-3-snyder-tuft-futaki.html

December 19, 2011

The Strange Talent of Luther Strode # 2 - Jordan & Moore


Ah, to be a teenager and fantasize about women or power… how could we not relate to that? When I reviewed the first issue of Strange Talent of Luther Strode I made a special emphasis on teenage fantasies versus adult fantasies, and now in the second issue, Justin Jordan shares his opinions about power fantasies (which means I either did a good job on my review or we planned this together).

Luther Strode is no longer a vulnerable nerd. He is no longer afraid of bullies, but his greatest fear now is to become as abusive as the kids that used to belittle him and harass him. Might makes right, goes an old saying, and as the school respects (and fears) Luther, he starts noticing the downside of power.

However, not all is bleak in high school life, and when Petra, arguably the hottest girl in town, starts seducing the shy teenager, we’re confronted with a different kind of female character. As Justin Jordan reminds us, in the old Atlas advertising, women were pretty vain and flimsy creatures that would only pay attention to guys with big muscles. That’s why the protagonist of those ads had to practice the Atlas method in order to be as muscled as a Greek titan.

Times have changed of course, and women can no longer be portrayed in such inconsequential fashion. Petra is a very strong and determined girl, and she’s completely the opposite of a damsel in distress. Luther’s clumsiness with girls doesn’t prevent her from taking the initiative. And that’s why she pays him a visit. Now, this is one of the funniest sequences I’ve read in a long time. Not only does she find Luther wearing nothing but (unconventional) underwear, but also teases him with a couple of really great jokes: “Well, I’m more a backdoor kind of girl”, Luther’s reaction to this witty anal sex reference is simply hilarious.

Strange Talent of Luther Strode magnificently recreates the awkwardness of high school, while maintaining a brilliant analysis on male fantasies and the dynamics of (super) powers. This original concept shines even more thanks to the fantastic work of Tradd Moore and Felipe Sobreiro, Moore’s pages are delightful and charming, combining a certain cartoonish vibe with highly detailed backgrounds and references to pop culture (check out Luther’s bedroom, it’s full of Superman posters, Star Wars memorabilia, etc.), and the dismemberment scenes are truly awesome… only a clever artist can make blood and guts look so gorgeous. Seems to me like the cover is a great homage to Byrne’s Superman # 10 (a story in which Superman loses control over his powers, starting with his x-ray visions and as a result he can’t stop seeing everyone in different levels of nakedness… why don’t they write stories like that anymore?). Once again, I’m thrilled to read such a wonderful miniseries. You should all give it a try. You really, really should. 

First issue: http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/strange-talent-of-luther-strode-1.html
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Adolescentes que fantasean con conseguir mujeres o poderes... ¿Cómo no sentirnos identificados con algo así? Cuando comenté el primer número de “Strange Talent of Luther Strode” hice énfasis en las fantasías adolescentes versus las fantasías adultas, y ahora, Justin Jordan comparte sus opiniones sobre las fantasías de poder (eso quiere decir que, o bien hice un óptimo trabajo con mi reseña, o él y yo nos pusimos de acuerdo).

Luther Strode ya no es un nerd vulnerable. Tampoco lo asustan los abusivos, ahora su miedo es convertirse en alguien tan agresivo como los chicos que solían despreciarlo y humillarlo. El poder te permite hacer lo que te da la gana, y ese es justamente uno de los problemas más serios.

Sin embargo, no todo es sombrío en la secundaria, y es así como Petra, quizá la chica más atractiva de la ciudad, empieza a seducir al tímido adolescente. Justin Jordan nos recuerda que en los viejos avisos publicitarios de Atlas, las mujeres eran criaturas vanas y antojadizas que sólo prestaban atención a los hombres grandes y musculosos. Por ello, el protagonista de estos avisos debía practicar el método Atlas hasta ser tan musculoso como un titán griego.

Los tiempos han cambiado, por supuesto, y las mujeres ya no son retratadas de manera tan inconsecuente. Petra es una chica muy fuerte y segura, y es completamente lo opuesto a una damisela que debe ser rescatada. La torpeza de Luther con las chicas no la desanima. Y ella decide aparecerse en su casa. Por cierto, esta es una de las secuencias más divertidas que he leído en mucho tiempo. Luther está semidesnudo, usando apenas una ropa interior poco convencional, además, Petra le hace un par de bromas de primera: "Bueno, soy más una chica de puertas traseras", la reacción de Luther a esta ingeniosa referencia al sexo anal es simplemente hilarante.

"Strange Talent of Luther Strode" recrea magníficamente la inseguridad juvenil, mientras que analiza brillantemente las fantasías masculinas y las dinámicas de los (súper) poderes. Este concepto original brilla aún más gracias al fantástico trabajo de Tradd Moore y Felipe Sobreiro, las páginas de Moore son deliciosas y encantadoras, con un cierto aire caricaturesco pero con fondos sumamente detallados y referencias a la cultura pop (fíjense en la habitación de Luther, está llena de afiches de Superman, objetos de Star Wars, etc.), y las escenas de desmembramientos son asombrosas... sólo un artista astuto puede lograr que la sangre y los intestinos sean tan llamativos. Me parece que la portada es un homenaje al Superman # 10 de Byrne (una historia en la que Superman pierde el control sobre sus poderes, empezando por su visión de rayos x, y como resultado ve a todo el mundo en distintos grados de desnudez... ¿por qué ya no escriben historias así?). Me entusiasma esta nueva miniserie. Deberían leerla. Realmente deberían leerla.

Primer número: http://artbyarion.blogspot.com/2011/11/strange-talent-of-luther-strode-1.html