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March 3, 2022

Action Comics # 587 & 588 - John Byrne

A year ago I started reviewing Action Comics, and seems like in 2021 I only had time to write about issues 584, 585 and 586. So in case you were impatient to know what else happened in John Byrne’s second monthly title during the 80s, you’ll enjoy reading this post. Let’s start with “Cityscape” (originally published in Action Comics # 587, April 1987), a story that I read for the first time as a kid, and that I always remember fondly. Even the cover, with the melodramatic lines by Etrigan (“you must die, so that millions may live”), is quite striking.


When I first read this story, I had no idea who the Demon Etrigan was. And turns out that, like many other Jack Kirby creations, the Demon had always been one of Byrne’s favorite characters (he’d include the Demon a decade later in his Wonder Woman run, and in the 2000s, he’d write an entire, although short-lived, Demon series). The story begins with Jason Blood (the human form of the Demon) and his friends in an antique store, where they find a peculiar artifact that once it’s opened, it has catastrophic consequences. 
Gotham City, 1987

When the situation is getting out of control, Superman happens to be flying over Gotham City, and intervenes. It’s in that moment that Etrigan fights against the Man of Steel with all his power. Surely, you might think that Superman is invincible, but it was during Byrne’s run that it was clearly stablished that, in addition to kryptonite, the world’s greatest superhero was also vulnerable to magic, and since Demon comes from hell and has magic-based powers, he proves to be a worthy rival. In the end, however, the two of them come to an understanding and it’s decided that nothing can be done in the present, and that the only solution is to send Superman back in time. 
The Demon Etrigan versus Superman

In one of Byrne’s most inspired pages, we see Superman in the middle ages, and while interacting with two men that are picking up dead bodies, they come to the conclusion that this stranger must be “A king, I’ll warrant. Who else could walk abroad with robes untouched by filth”. Indeed, the past that Byrne portrays here isn’t romantic or idealized in any way, people are dying of the plague and those who aren’t live in misery. Visually, this is also a delightful page, with details about how Superman wears his cape to cover his emblem, to avoid unnecessary attention. 
England, 1162

In the end, Superman and the Demon Etrigan fight against Morgan Le Fey, and by destroying her magic spell they save the future (of course, Morgan Le Fey will show up again years later, when Byrne wrote Wonder Woman and The Demon). The last page of this comic is the same as the first one, we’re in modern day Gotham City, except this time Jason Blood’s friends find that the artifact is empty. The threat has been averted. 

In “All Wars Must End” (Action Comics # 588, April 1987) we have John Byrne as writer and penciller, Dick Giordano as inker, Michelle Wolfman as colorist (instead of Tom Ziuco who colored issue # 587 and the previous ones too). Once again, I’ll start with Byrne’s iconic cover, in which Superman flies flanked by Hawkman and Hawkwoman, an elegant composition, full of visual strength, and even the limited color palette adds power to it. 
Gotham City, 1987

When I first read this comic, it was translated into Spanish by Ediciones Zinco. What I remember the most is that this was probably the first time I saw Hawkman and Hawkwoman as main characters in a story, although I had heard about them, or seen them in isolated panels here and there. As a couple of renegades from the planet Thanagar, there was certainly something interested about this winged heroes that, although not nearly as powerful as Superman, still had some very unique abilities and powers. 

Here, Hawkman and Hawkwoman are attempting to prevent an attack by the Thanagarian fleet, which is already in our solar system. Of course, it’s thanks to Superman that they now have a good advantage in a battle that would have been hopeless otherwise. Very quickly, Hawkman and Hawkwoman come up with a plan to deal with the Thanagarian ships (destroying them isn’t an option, since it would take a really long time to accomplish that, even with Superman’s help).

This is also the first time Byrne reminds us that even if Superman is extremely powerful, he still has some limitations, so he can’t fly faster than spaceships that came from a different galaxy, and he can’t survive for more than a couple of hours in outer space without a spacesuit. This is especially interesting since the issue ends in a cliffhanger, as Superman is left stranded in space while Hawkman and Hawkwoman are uncontrollably flying into the sun. 
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Hace un año comencé a reseñar Action Comics, y parece que en el 2021 sólo tuve tiempo para escribir sobre los números 584, 585 y 586. Entonces, en caso de que estuvierais impacientes por saber qué más sucedió en el segundo título mensual de John Byrne durante los 80s, disfrutaréis leyendo este post. Comencemos con “Paisaje urbano” (publicado originalmente en Action Comics # 587, abril de 1987), una historia que leí por primera vez cuando era niño y que siempre recuerdo con cariño. Incluso la portada, con las líneas melodramáticas de Etrigan ("debes morir, para que millones puedan vivir"), es bastante llamativa.


Cuando leí esta historia por primera vez, no tenía idea de quién era el Demonio Etrigan. Y resulta que, como muchas otras creaciones de Jack Kirby, el Demonio siempre había sido uno de los personajes favoritos de Byrne (él incluiría al Demonio una década más tarde en su etapa en Wonder Woman, y en la década de los 2000, escribiría una completa, aunque efímera, serie sobre Demon). La historia comienza con Jason Blood (la forma humana del Demonio) y sus amigos en una tienda de antigüedades, donde encuentran un peculiar artefacto que una vez abierto tiene consecuencias catastróficas.
Midway City

Cuando la situación se sale de control, Superman está volando sobre Gotham City e interviene. Es en ese momento que Etrigan lucha contra el Hombre de Acero con todo su poder. Seguramente, podrías pensar que Superman es invencible, pero fue durante la etapa de Byrne que quedó claramente establecido que, además de la kryptonita, el superhéroe más grande del mundo también era vulnerable a la magia, y dado que Demon viene del infierno y tiene poderes basados en la magia, demuestra ser un digno rival. Al final, sin embargo, los dos llegan a un entendimiento y se decide que no se puede hacer nada en el presente, y que la única solución es enviar a Superman atrás en el tiempo.

En una de las páginas más inspiradas de Byrne, vemos a Superman en la Edad Media, y mientras interactúa con dos hombres que están recogiendo cadáveres, ellos llegan a la conclusión de que este extraño debe ser “Un rey, lo garantizo. ¿Quién más podría caminar por estos lares con túnicas no tocadas por la suciedad?". De hecho, el pasado que retrata Byrne aquí no es romántico ni idealizado de ninguna manera, la gente se está muriendo de la peste y los que no mueren, viven en la miseria. Visualmente, esta también es una página encantadora, con detalles sobre cómo Superman usa su capa para cubrir su emblema, para evitar atención innecesaria.
Superman, Hawkman & Hawkwoman

Al final, Superman y el Demonio Etrigan luchan contra Morgana Le Fey, y al destruir su hechizo mágico salvan el futuro (por supuesto, Morgana Le Fey volverá a aparecer años después, cuando Byrne escribió Wonder Woman and The Demon). La última página de este cómic es la misma que la primera, estamos en la Gotham City moderna, excepto que esta vez los amigos de Jason Blood descubren que el artefacto está vacío. La amenaza ha sido evitada.

En “Todas las guerras deben terminar” (Action Comics # 588, abril de 1987) tenemos a John Byrne como escritor y dibujante a lápiz, a Dick Giordano como entintador, a Michelle Wolfman como colorista (en lugar de Tom Ziuco que coloreó el número 587 y los anteriores también). Una vez más, comenzaré con la icónica portada de Byrne, en la que Superman vuela flanqueado por Hawkman y Hawkwoman, una composición elegante, llena de fuerza visual, e incluso la limitada paleta de colores le agrega potencia.

Cuando leí este cómic por primera vez, fue traducido al español por Ediciones Zinco. Lo que más recuerdo es que esta fue probablemente la primera vez que vi a Hawkman y Hawkwoman como personajes principales de una historia, aunque había oído hablar de ellos o los había visto en viñetas aisladas por aquí y por allá. Al ser un par de renegados del planeta Thanagar, ciertamente había algo interesante en estos héroes alados que, aunque no tan poderosos como Superman, igual tenían algunas habilidades y poderes únicos.
before the battle / antes de la batalla

Aquí, Hawkman y Hawkwoman intentan evitar un ataque de la flota Thanagariana, que ya se encuentra en nuestro sistema solar. Por supuesto, es gracias a Superman que ahora tienen una buena ventaja en una batalla que, de lo contrario, habría sido fútil. Muy rápidamente, Hawkman y Hawkwoman idean un plan para lidiar con las naves de Thanagar (destruirlas no es una opción, ya que llevaría mucho tiempo lograrlo, incluso con la ayuda de Superman).

Esta es también la primera vez que Byrne nos recuerda que incluso si Superman es extremadamente poderoso, todavía tiene algunas limitaciones, por lo que no puede volar más rápido que las naves espaciales que provienen de una galaxia diferente y no puede sobrevivir por más de un par de horas en el espacio exterior sin un traje espacial. Esto es especialmente interesante ya que el número termina en suspenso, y es que que Superman queda varado en el espacio mientras Hawkman y Hawkwoman vuelan sin control hacia el sol.

December 7, 2012

Saga of the Swamp Thing # 31 & Annual # 2 - Moore, Veitch & Bissette

Stephen Bissette & John Totleben

There were dreams, there were warnings, there were omens… all of them announcing the return of Anton Arcane. Now Swamp Thing must fight one last time against his nemesis in “The Brimstone Ballet” (published in Saga of the Swamp Thing # 31 in December 1984). Who will triumph?, the monster with a human soul or the soulless human?

Abigail’s heart has stopped beating. With a delicacy that behooves his gentle soul, although not his monstrous physique, Swamp Thing has removed Abby’s body from Arcane’s house. But he can neither bring her back to life nor rescue her soul. Not content with the physical extermination of Abigail, Arcane has condemned an innocent life to hell. 

And now, Arcane is ready to finally destroy his old rival, Alec Holland. Except, as Swamp Thing explains, he is no longer Alec Holland, in fact, he never was Holland. He is a force of nature, an elemental creature. And the swamp has never been Arcane’s territory, the swamp and every other ecosystem on Earth are now the realm of the Swamp Thing. And thus, Arcane is fiercely attacked. 

In the heat of battle, Matt Cable, Abby’s husband, finally regains control over his body, and decides it’s time to break the deal he made with the devil. In order to win, he must sacrifice himself; because his physical extinction will also mean the dead of Arcane. Guest artist Rick Veitch creates a very strong atmosphere, overflowing with aggressiveness. Veitch’s pencils acquire a unique somberness thanks to John Totleben’s inks. Together, they masterfully deliver this long awaited violent and final confrontation.

Matt’s final words are especially revealing: “There isn’t any evil Alec… no special blackness reserved for demons and monsters. There’s just weakness… I had a choice…” Indeed, Matt always had a choice. Instead of helping Abby he spent the last years of his life drinking. Alcoholism, perhaps, is a form of weakness. And it is that same weakness that forced Matt to accept Arcane’s atrocious proposal.

Not long ago, Swamp Thing had been able to transfer his mind to the Green. He’s part of nature now, and he wonders if he can now transmit his conscious-ness far beyond the Green, into the land of the dead. And that’s how “Down Amongst the Dead Man” (Swamp Thing Annual 1985) commences. The splash page, by Stephen Bissette and John Totleben has a very lyric beauty; the peacefulness of Abby’s body is complemented by the tranquility of the plants and trees that surround her; at the same time, the severe expression of Swamp Thing adds an ominous shadow to an otherwise idyllic landscape. 
The Monitor & Harbinger 

In every culture, in every era, different civilizations have had different visions of the underworld. In recent times, however, the Judeo-Christian vision of hell has prospered and eclipsed all other alternatives. The Nifleheim of the Vikings or the Tartarus of the Greeks have been replaced by the image of demons and everlasting flames.

Alan Moore confirms, however that if hell is a state of mind, then there are as many hells as people on Earth, so he combines elements from different legends and traditions and, what’s even more surprising, from DC’s own supernatural mythology. The journey begins in the land of the recently deceased, where a solicitous Deadman (Boston Brand) helps guide people in the right direction. Deadman answers Swamp Thing’s questions and accompanies him to the limits of this region, then and only then does the ever mysterious Phantom Stranger appear. 
Rick Veitch & John Totleben

The Phantom Stranger and Swamp Thing walk through several heavenly regions, and it’s there that they find Alec Holland who informs them that Abby is not in paradise. But before descending to hell, the Phantom Stranger must request an audience with The Spectre, a sentinel of form, reason and logic whose unlimited power has never been fully tested. “The ordered universe is but a microscopic bubble in an ocean of seething madness”, explains the Phantom Stranger. For the Spectre, the law is the law, and Abby’s soul cannot be extracted from hell. Nevertheless, the Phantom Stranger reminds the Spectre that long ago he was a human named Jim Corrigan, and should the rules apply to him then the Spectre wouldn’t exist. Therefore, the Spectre authorizes this journey. Bissette and Totleben draw the Spectre as a larger than life creature, an infinite humanoid form bigger than planets, that defies the “seething madness” and universal chaos with his rictus of sternness and his lifeless paleness.

The Phantom Stranger cannot go through the Gates of Hell. “Each soul must enter alone… otherwise, how could it truly be hell?”. Fortunately for Swamp Thing, the Demon Etrigan is willing to aid him in his search… for a price, of course. The Phantom Stranger worries about breaking the rules, as Swamp Thing should travel unaccompanied. Etrigan, nevertheless, mocks him “The rules? And if I break these rules, pray tell shall I be punished? Sent perhaps to hell?”. Bissette and Totleben design a hell that is both scary and alive, in constant turmoil and change. Bissette’s visual imagination takes us swiftly to a place of putrefaction and atrocity, a place so terrible that even Arcane can’t resist the torment of thousands of insects nesting in his skin. He asks Swamp Thing how many years of torment has he endured, and the answer makes him scream in agony: “since yesterday”. Finally, after struggling with other demons and thanking Etrigan for his help, Swamp Thing rescues the soul of Abigail.

Like Jamie Delano describes in his prolog: “swollen torrents of words have roared under many bridges; oceans of exotic imagery have swirled and risen”. Indeed, Alan Moore writes one the most intense and creative stories I’ve ever read about hell, and he takes advantage of many of DC’s characters. He builds upon every conceivable idea of hell and the truly magnificent art of Bissette and Totleben turn his vision into a masterwork. 
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Hubo sueños, hubo advertencias, hubo presagios... todos anunciaban el retorno de Anton Arcane. Ahora Swamp Thing debe luchar una última vez contra su némesis en "El ballet de azufre" (publicado en "Saga of the Swamp Thing" # 31 en diciembre de 1984). ¿Quién triunfará? ¿El monstruo con alma humana o el humano sin alma?

El corazón de Abigail ha dejado de latir. Con una delicadeza propia de su alma gentil, aunque no de su monstruoso físico, Swamp Thing ha extraído el cuerpo de Abby de la casa de Arcane. Pero no puede ni resucitarla ni rescatar su alma. Insatis-fecho con la extinción de Abigail, Arcane ha condenado una vida inocente al infierno.

Y ahora, Arcane está listo para destruir por fin a su viejo rival, Alec Holland. Excepto que, como explica Swamp Thing, él ya no es Alec Holland, de hecho, nunca lo fue. Él es una fuerza de la naturaleza, una criatura elemental. Y el pantano nunca ha sido territorio de Arcane, el pantano y todos los ecosistemas de la Tierra son ahora el reino de Swamp Thing. Y de este modo, Arcane es atacado con fiereza.
Deadman & Phantom Stranger

En el calor de la batalla, Matt Cable, el esposo de Abby, recupera por fin el control sobre su cuerpo, y decide que es el momento de romper el trato que ha hecho con el diablo. Para ganar, debe sacrificarse a sí mismo; porque su extinción física también significará la muerte de Arcane. El artista invitado Rick Veitch crea una atmósfera muy fuerte, repleta de agresividad. Los lápices de Veitch adquieren un tono sombrío gracias a las tintas de John Totleben. Juntos, entregan con maestría la esperada y violenta confrontación final.

Las palabras finales de Matt son más que reveladoras: "No existe la maldad Alec... no hay una negrura especial reservada para los demonios y los monstruos. Sólo hay debilidad... Yo tuve una opción..." De hecho, Matt siempre tuvo una opción. En vez de ayudar a Abby gastó sus últimos años tomando. El alcoholismo, tal vez, es una forma de debilidad. Y es esta misma debilidad la que obligó a Matt a aceptar la atroz propuesta de Arcane.
The Spectre

No hace mucho, Swamp Thing había sido capaz de transferir su mente al Verde. Él es parte de la naturaleza ahora, y se pregunta si puede transmitir su conciencia más allá del verde, hacia la tierra de los muertos. Y así es como comienza "Abajo entre los hombres muertos" (del anual de Swamp Thing de 1985). La página inicial de Stephen Bissette y John Totleben tiene una belleza lírica; el pacífico cuerpo de Abby es complementado por la tranquilidad de las plantas y los árboles que la rodean; al mismo tiempo, el gesto adusto de Swamp Thing añade una sombra ominosa a un paisaje que, de otro modo, sería idílico.

En cada cultura, en cada era, diferentes civilizaciones han tenido visiones distintas del inframundo. En épocas recientes, sin embargo, la visión judeo-cristiana del infierno ha prosperado y ha eclipsado a todas las otras alternativas. El Nifleheim de los vikingos o el Tártaro de los griegos han sido reemplazados por imágenes de demonios y de candela eterna.

Sin embargo, Alan Moore confirma que si el infierno es un estado mental, entonces hay tantos infiernos como personas en la Tierra, así que combina elementos de las diferentes leyendas y tradiciones y, más sorprendente aún, de la propia mitologías sobrenatural de DC. La travesía empieza en la tierra de los recién fallecidos, en donde un solícito Deadman (Boston Brand)  ayuda a guiar a la gente en la dirección correcta. Deadman responde las preguntas de Swamp Thing y lo acompaña a los límites de esta región, entonces y sólo entonces, aparece el misterioso Phantom Stranger.
Etrigan

Phantom Stranger y Swamp Thing caminan por varias regiones celes-tiales, y es allí en donde encuentran a Alec Holland quien les informa que Abby no está en el paraíso. Pero antes de descender al infierno, Phantom Stranger debe solicitar una audiencia con Spectre, un centinela de la forma, la razón y la lógica con poder ilimitado. "El universo ordenado no es más que una burbuja microscópica en un océano de calcinante locura", explica Phantom Stranger. Para Spectre, la ley es la ley, y el alma de Abby no puede ser sustraída del infierno. No obstante, Phantom Stranger le recuerda a Spectre que en el pasado él fue un humano llamado  Jim Corrigan, y si acaso las reglas se aplicasen a él, entonces Spectre no existiría. Por lo tanto, Spectre autoriza este viaje. Bissette y Totleben dibujan a un Spectre más grande que la vida, un humanoide infinito más grande que los planetas, que desafía la "calcinante locura" y el caos universal con su rictus de severidad y su palidez sin vida.

Phantom Stranger no puede cruzar las puertas del infierno. "Cada alma debe entrar sola... de otro modo, ¿cómo podría ser el infierno de verdad?". Por fortuna para Swamp Thing, el demonio Etrigan está dispuesto a ayudarlo en su búsqueda... por un precio, desde luego. Phantom Stranger se preocupa por romper las reglas, ya que Swamp Thing debería viajar sin compañía. Etrigan, no obstante, se mofa de él "¿Las reglas? Y si rompiese aquellas reglas, decidme, ¿sería castigado? ¿Enviado, quizás, al infierno?". Bissette y Totleben diseñan un infierno con vida y que asusta, en constante turbulencia y cambio. La imaginación visual de Bissette nos lleva con velocidad a un lugar de putrefacción y atrocidad, un lugar tan terrible que ni siquiera Arcane puede resistir el tormento de miles de insectos incubando en su piel. Él le pregunta a Swamp Thing cuántos siglos de tortura ha soportado, y la respuesta lo hace gritar en agonía: "desde ayer". Por fin, luego de luchar con otros demonios y agradecer a Etrigan por su ayuda, Swamp Thing rescata el alma de Abigail.

Como Jamie Delano describe en su prólogo: "torrentes hinchados de palabras han rugido bajo muchos puentes; océanos de imaginería exótica se han arremolinado y alzado". De hecho, Alan Moore escribe una de las historias más intensas y creativas que he leído sobre el infierno, y además aprovecha muchos de los personajes de DC. Desarrolla todas las ideas concebidas acerca del infierno y al arte magnífico de Bissette y Totleben hacen de esta visión una obra maestra.

August 27, 2012

Saga of the Swamp Thing # 25, 26 & 27 - Moore, Bissette & Totleben


Stephen R. Bissette & John Totleben
Too often we overlook how extraordinary some of DC’s characters could be. In order for us to surmise the formidable features of someone like Jason Blood, we must first understand him as a human. Because demons cannot exist in a world deprived of humanity, like symbiotic creatures, without human souls the devil would die of starvation. 

Jason Blood has been portrayed before as a mere man who dabbles with occultism, but here he’s so much more. Alan Moore gives us a glimpse of Blood’s attitude and that’s more than enough to fear him almost as much as we would fear a demon such as Etrigan -Blood’s alter ego.


Abigail has just started working in an institution specialized in autistic children. She’s excited about her new job, she longs for at least a resemblance of her old, normal life. And then Blood appears and she knows that for her normality has forever been forfeit.


“The Sleep of Reason” (June 1984) is a beautifully crafted tale that encompasses a rich and complex cast of characters; in its polyphonic approach lies its greatest narrative strength. We have Jason Blood admiring Goya’s famous painting and remembering how he met the artist centuries ago, we have Abby and her compassion towards children, we have Paul, the autistic child that dreams of the Monkey King, a white creature of fear, we have Matt Cable, Abby’s unapologetically alcoholic husband and, of course, we have Alec Holland too.


“Yes, for every child, rich or poor… there’s a time of running through a dark place; and there’s no word for a child’s fear”; in “A Time of Running” (July 1984) Alan Moore quotes “Night of the Hunter” by James Agee, and we understand that, indeed, infantile fears are unnamed; they’re dark things that can barely be comprehended.


As we had seen before, Paul had witnessed the arrival of the Monkey King, a creature capable of awakening people’s deepest fears, and so long as fear prevails, this nightmarish monster will become stronger. When a naked teenager named Vince attacks Abby, she understands that something wrong is going on in Elysium Lawns. As Abigail concludes: “I used to think I knew from fear… I didn’t. All I knew were the suburbs of fear… and now here I am, in the big city”. 


“By Demons Driven” (August 1984) takes us right into the heart of the conflict, as both the Swamp Thing and the Demon Etrigan battle against the Monkey King. The devil’s herald is no match against a monster that is nurtured by fear, and the Swamp Thing, although immune to the powers of the white beast, can’t do anything to deter him. In the end, only Paul’s childish innocence can defeat the Monkey King. 

In every page, we have Moore’s poetry. He’s a master of both, content and style. His complex vocabulary complements the rhythm of his phrases; his unusual synecdoches and his incredibly creative metaphors, add meaning and depth to an already fascinating saga. 


Therefore, only a creative team as talented as the one formed by Stephen R. Bissette and John Totleben could do any justice to Moore’s script. Their technique is akin to Francisco de Goya’s style and other Romanticism artists as well. Whenever the characters run for their lives, we have a ragged surface, without smooth finishes, and at the same time we also have exquisitely painted details. 

Tatjana Wood’s coloring also helps Bissette and Totleben, the red in the victims’ blood is like a dark alizarin crimson smeared on thick inks, it looks crusty and scratchy, just like real blood would. With a few gestures of the brush, Totleben transforms Bissette’s pencils into the most sublime expression of art. Time and time again, both artists provide us with moments of unassuageable pathos.

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The Sleep of Reason / El sueño de la razón
A menudo olvidamos lo formidables que pueden ser algunos de los personajes de DC. Para conjeturar las misteriosas razones de alguien como Jason Blood, primero debemos entenderlo como humano. Porque los demonios no podrían existir en un mundo desprovisto de humanidad. Como criaturas simbióticas, sin almas humanas, los demonios morirían de hambre.

Matt Cable
Jason Blood ha sido retratado antes como un simple sujeto que experimentaba con el ocultismo, pero aquí es mucho más que eso. Alan Moore nos permite ver la actitud de Blood, y eso es más que suficiente para temerle casi tanto como al demonio Etrigan -el otro yo de Blood.

Abigail ha empezado a trabajar en una institución especializada en niños autistas. Está emocionada con su nuevo trabajo, busca algo que al menos se parezca un poco a su antigua vida normal. Y entonces Blood aparece y ella comprende que ya no podrá alcanzar esa normalidad. 

“El sueño de la razón” (junio de 1984) es un relato hermosamente diseñado que engloba un rico y complejo elenco de personajes; en su enfoque polifónico yace su mayor fortaleza narrativa. Tenemos a Jason Blood admirando la famosa pintura de Goya y recordando cómo conoció al artista hace siglos, tenemos a Abby y su compasión por los niños, tenemos a Paul, el niño autista que sueña con el Rey Mono, una criatura blanca del miedo, tenemos a Matt Cable, el inexcusablemente alcohólico esposo de Abby y, por supuesto, también tenemos a Alec Holland.


"Sí, para cada niño, rico o pobre... llega la hora de correr a través de un lugar oscuro; y no existen palabras para el miedo de un niño"; en "La hora de correr" (julio de 1984) Alan Moore cita "La noche del cazador" de James Agee, y entendemos que, de hecho, los miedos infantiles son innombrables, son cosas oscuras que apenas pueden ser entendidas.
Monkey King / Rey Mono
Como habíamos visto antes, Paul había sido testigo de la llegada del Rey Mono, una criatura capaz de despertar los miedos más profundos de la gente, mientras el miedo prevalezca, este monstruo de pesadilla se hará más fuerte. Cuando Vince, un adolescente desnudo, ataca a Abby, ella entiende que algo terrible está sucediendo en los Jardines Elíseos. Tal como concluye Abigail: "Solía pensar que conocía el miedo... No era así. Todo lo que conocía eran los suburbios del miedo... y ahora aquí estoy, en la gran ciudad". 
from man to monster / de hombre a monstruo
"Conducido por demonios" (agosto de 1984) nos lleva directamente al corazón del conflicto, mientras Swamp Thing y el demonio Etrigan batallan contra el Rey Mono. El heraldo del diablo no es rival contra un monstruo que se nutre del miedo, y Swamp Thing, aunque inmune a los poderes de la bestia blanca, no puede hacer nada para detenerlo. Al final, sólo la inocencia infantil de Paul podrá derrotar al Rey Mono.
psychotic outbreak / crisis psicótica
La poesía de Moore está en cada página. Es un maestro tanto del contenido como del estilo. Su vocabulario complejo complementa el ritmo de sus frases; sus inusuales sinécdoques y sus metáforas increíblemente creativas agregan significado y profundidad a una saga ya de por sí fascinante. 
the Demon Etrigan / el demonio Etrigan
Por lo tanto, solamente un equipo creativo tan talentoso como el formado por Stephen R. Bissette y John Totleben podía hacerle justicia al guión de Moore. Sus técnicas son similares al estilo de Francisco de Goya y otros artistas del romanticismo. Cuando los personajes corren por sus vidas, tenemos una superficie ajada, sin acabados suaves, y al mismo tiempo tenemos detalles exquisitamente pintados.
By Demons Driven / Conducido por demonios
Los colores de Tatjana Wood también ayudan a Bissette y Totleben, el rojo en la sangre de las víctimas es como púrpura oscura, escarlata embarrada en tinta espesa, se ve quebradiza y con relieves, tal como se vería la sangre de verdad. Con unos cuantos gestos del pincel, Totleben transforma los lápices de Bissette en la más sublime expresión de arte. Una y otra vez, ambos artistas nos regalan momentos de inconsolable pathos.