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March 3, 2022

Action Comics # 587 & 588 - John Byrne

A year ago I started reviewing Action Comics, and seems like in 2021 I only had time to write about issues 584, 585 and 586. So in case you were impatient to know what else happened in John Byrne’s second monthly title during the 80s, you’ll enjoy reading this post. Let’s start with “Cityscape” (originally published in Action Comics # 587, April 1987), a story that I read for the first time as a kid, and that I always remember fondly. Even the cover, with the melodramatic lines by Etrigan (“you must die, so that millions may live”), is quite striking.


When I first read this story, I had no idea who the Demon Etrigan was. And turns out that, like many other Jack Kirby creations, the Demon had always been one of Byrne’s favorite characters (he’d include the Demon a decade later in his Wonder Woman run, and in the 2000s, he’d write an entire, although short-lived, Demon series). The story begins with Jason Blood (the human form of the Demon) and his friends in an antique store, where they find a peculiar artifact that once it’s opened, it has catastrophic consequences. 
Gotham City, 1987

When the situation is getting out of control, Superman happens to be flying over Gotham City, and intervenes. It’s in that moment that Etrigan fights against the Man of Steel with all his power. Surely, you might think that Superman is invincible, but it was during Byrne’s run that it was clearly stablished that, in addition to kryptonite, the world’s greatest superhero was also vulnerable to magic, and since Demon comes from hell and has magic-based powers, he proves to be a worthy rival. In the end, however, the two of them come to an understanding and it’s decided that nothing can be done in the present, and that the only solution is to send Superman back in time. 
The Demon Etrigan versus Superman

In one of Byrne’s most inspired pages, we see Superman in the middle ages, and while interacting with two men that are picking up dead bodies, they come to the conclusion that this stranger must be “A king, I’ll warrant. Who else could walk abroad with robes untouched by filth”. Indeed, the past that Byrne portrays here isn’t romantic or idealized in any way, people are dying of the plague and those who aren’t live in misery. Visually, this is also a delightful page, with details about how Superman wears his cape to cover his emblem, to avoid unnecessary attention. 
England, 1162

In the end, Superman and the Demon Etrigan fight against Morgan Le Fey, and by destroying her magic spell they save the future (of course, Morgan Le Fey will show up again years later, when Byrne wrote Wonder Woman and The Demon). The last page of this comic is the same as the first one, we’re in modern day Gotham City, except this time Jason Blood’s friends find that the artifact is empty. The threat has been averted. 

In “All Wars Must End” (Action Comics # 588, April 1987) we have John Byrne as writer and penciller, Dick Giordano as inker, Michelle Wolfman as colorist (instead of Tom Ziuco who colored issue # 587 and the previous ones too). Once again, I’ll start with Byrne’s iconic cover, in which Superman flies flanked by Hawkman and Hawkwoman, an elegant composition, full of visual strength, and even the limited color palette adds power to it. 
Gotham City, 1987

When I first read this comic, it was translated into Spanish by Ediciones Zinco. What I remember the most is that this was probably the first time I saw Hawkman and Hawkwoman as main characters in a story, although I had heard about them, or seen them in isolated panels here and there. As a couple of renegades from the planet Thanagar, there was certainly something interested about this winged heroes that, although not nearly as powerful as Superman, still had some very unique abilities and powers. 

Here, Hawkman and Hawkwoman are attempting to prevent an attack by the Thanagarian fleet, which is already in our solar system. Of course, it’s thanks to Superman that they now have a good advantage in a battle that would have been hopeless otherwise. Very quickly, Hawkman and Hawkwoman come up with a plan to deal with the Thanagarian ships (destroying them isn’t an option, since it would take a really long time to accomplish that, even with Superman’s help).

This is also the first time Byrne reminds us that even if Superman is extremely powerful, he still has some limitations, so he can’t fly faster than spaceships that came from a different galaxy, and he can’t survive for more than a couple of hours in outer space without a spacesuit. This is especially interesting since the issue ends in a cliffhanger, as Superman is left stranded in space while Hawkman and Hawkwoman are uncontrollably flying into the sun. 
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Hace un año comencé a reseñar Action Comics, y parece que en el 2021 sólo tuve tiempo para escribir sobre los números 584, 585 y 586. Entonces, en caso de que estuvierais impacientes por saber qué más sucedió en el segundo título mensual de John Byrne durante los 80s, disfrutaréis leyendo este post. Comencemos con “Paisaje urbano” (publicado originalmente en Action Comics # 587, abril de 1987), una historia que leí por primera vez cuando era niño y que siempre recuerdo con cariño. Incluso la portada, con las líneas melodramáticas de Etrigan ("debes morir, para que millones puedan vivir"), es bastante llamativa.


Cuando leí esta historia por primera vez, no tenía idea de quién era el Demonio Etrigan. Y resulta que, como muchas otras creaciones de Jack Kirby, el Demonio siempre había sido uno de los personajes favoritos de Byrne (él incluiría al Demonio una década más tarde en su etapa en Wonder Woman, y en la década de los 2000, escribiría una completa, aunque efímera, serie sobre Demon). La historia comienza con Jason Blood (la forma humana del Demonio) y sus amigos en una tienda de antigüedades, donde encuentran un peculiar artefacto que una vez abierto tiene consecuencias catastróficas.
Midway City

Cuando la situación se sale de control, Superman está volando sobre Gotham City e interviene. Es en ese momento que Etrigan lucha contra el Hombre de Acero con todo su poder. Seguramente, podrías pensar que Superman es invencible, pero fue durante la etapa de Byrne que quedó claramente establecido que, además de la kryptonita, el superhéroe más grande del mundo también era vulnerable a la magia, y dado que Demon viene del infierno y tiene poderes basados en la magia, demuestra ser un digno rival. Al final, sin embargo, los dos llegan a un entendimiento y se decide que no se puede hacer nada en el presente, y que la única solución es enviar a Superman atrás en el tiempo.

En una de las páginas más inspiradas de Byrne, vemos a Superman en la Edad Media, y mientras interactúa con dos hombres que están recogiendo cadáveres, ellos llegan a la conclusión de que este extraño debe ser “Un rey, lo garantizo. ¿Quién más podría caminar por estos lares con túnicas no tocadas por la suciedad?". De hecho, el pasado que retrata Byrne aquí no es romántico ni idealizado de ninguna manera, la gente se está muriendo de la peste y los que no mueren, viven en la miseria. Visualmente, esta también es una página encantadora, con detalles sobre cómo Superman usa su capa para cubrir su emblema, para evitar atención innecesaria.
Superman, Hawkman & Hawkwoman

Al final, Superman y el Demonio Etrigan luchan contra Morgana Le Fey, y al destruir su hechizo mágico salvan el futuro (por supuesto, Morgana Le Fey volverá a aparecer años después, cuando Byrne escribió Wonder Woman and The Demon). La última página de este cómic es la misma que la primera, estamos en la Gotham City moderna, excepto que esta vez los amigos de Jason Blood descubren que el artefacto está vacío. La amenaza ha sido evitada.

En “Todas las guerras deben terminar” (Action Comics # 588, abril de 1987) tenemos a John Byrne como escritor y dibujante a lápiz, a Dick Giordano como entintador, a Michelle Wolfman como colorista (en lugar de Tom Ziuco que coloreó el número 587 y los anteriores también). Una vez más, comenzaré con la icónica portada de Byrne, en la que Superman vuela flanqueado por Hawkman y Hawkwoman, una composición elegante, llena de fuerza visual, e incluso la limitada paleta de colores le agrega potencia.

Cuando leí este cómic por primera vez, fue traducido al español por Ediciones Zinco. Lo que más recuerdo es que esta fue probablemente la primera vez que vi a Hawkman y Hawkwoman como personajes principales de una historia, aunque había oído hablar de ellos o los había visto en viñetas aisladas por aquí y por allá. Al ser un par de renegados del planeta Thanagar, ciertamente había algo interesante en estos héroes alados que, aunque no tan poderosos como Superman, igual tenían algunas habilidades y poderes únicos.
before the battle / antes de la batalla

Aquí, Hawkman y Hawkwoman intentan evitar un ataque de la flota Thanagariana, que ya se encuentra en nuestro sistema solar. Por supuesto, es gracias a Superman que ahora tienen una buena ventaja en una batalla que, de lo contrario, habría sido fútil. Muy rápidamente, Hawkman y Hawkwoman idean un plan para lidiar con las naves de Thanagar (destruirlas no es una opción, ya que llevaría mucho tiempo lograrlo, incluso con la ayuda de Superman).

Esta es también la primera vez que Byrne nos recuerda que incluso si Superman es extremadamente poderoso, todavía tiene algunas limitaciones, por lo que no puede volar más rápido que las naves espaciales que provienen de una galaxia diferente y no puede sobrevivir por más de un par de horas en el espacio exterior sin un traje espacial. Esto es especialmente interesante ya que el número termina en suspenso, y es que que Superman queda varado en el espacio mientras Hawkman y Hawkwoman vuelan sin control hacia el sol.

July 23, 2014

Swamp Thing # 57, 58, 59 & 60 - Moore, Veitch & Totleben

Sometimes it’s quite difficult for me to imagine how DC Comics survived. As most of you might know, DC went through a rough patch in the 80s, the so-called “implosion”, instead of launching new titles each month they had to cancel them due to low sales and the readership’s absence.
Adam Strange attacks Swamp Thing /
Adam Strange ataca a la Cosa del Pantano

And I say it is hard to envision such moment because DC, just like Marvel, has a rich legacy of heroes and characters that defy our imagination. The problem, as usual, comes from shortsighted editors, from censorship and from lack of innovation. In other words, a fruitful land had become a barren and deserted wasteland.


And that is exactly what we can observe in “Mysteries in Space” (published in Swamp Thing # 57, February 1987). Swamp Thing arrives to Rann, a planet plagued by famine, by the extinction of vegetation and all life forms, not only the world is sterile but also the people who live in it. This is why, years ago, earthman Adam Strange was regarded as a hero and as the savior of this alien civilization. 


Adam Strange naively thought that his contribution was limited to wearing a jet pack and shooting down monsters with his laser gun. He was wrong. His first and foremost duty was to impregnate princess Alanna, in order to give millions hope. Because if only one child was to be born, then all the people of Rann would understand that the situation wasn’t so desperate.


Adam Strange was the kind of hero that I never considered exciting. And he wasn’t interesting because most writers would only see him as the classic sci-fi hero that could solve the galaxy’s problems with laser rays. Alan Moore proves that the gaudy costume and accessories were only that, an ancillary aspect of this unassuming champion.

The betrayal of Thanagar / la traición de Thanagar

In “Exiles” (Swamp Thing # 58, March 1987), an amazing parallelism takes place between Rann and Alanna, heir of the throne. Authorized by Sardath, the most respected scientist, Swamp Thing decides to get in touch with this strange planet, and while doing that he resuscitates biological life forms; he turns dusty deserts into lush forests. Even though, in the process, Swamp Thing and Adam Strange must fight to the death with their former allies: two agents from Thanagar, home planet of Hawkman and Hawkwoman from the Justice League of America. 


Rann is made fertile again and Alanna discovers that she is at last pregnant: “She’ll return to her chambers through spotless, childless palace halls, maybe considering what to tell our offspring, if it should ask, about its father, so far away… who visits only sometimes”. And, in a way, DC learns how important it is to let the garden grow free of editorial intervention or censorship. And thus one of the most fruitful eras for DC is consolidated in this two-part story.


Parental issues are still present in the following two issues. Certainly, in “Reunion” (Swamp Thing # 59, April 1987), Abigail must deal with old men and women in a retirement home; she feels compassion towards them but at the same time she feels scared, scared of death, scared of the impending disappearance of her own father. It’s only at the end of this chapter, when she finds the putrefied remnants of his progenitor that she understands her fear. “Reunion” was written by Stephen Bissette, who proves to be not only an amazing artist but also a wonderful and very gifted storyteller.


Finally, “Loving the Alien” is the strangest love story I’ve read. Swamp Thing lands in a living spaceship, a spaceship bigger than a planetoid, with enough life and energy to sustain countless species. This entity doesn’t want to die alone, it wants children, and it seems only a creature like Swamp Thing can survive the brutal mating process. Alan Moore creates a story that truly feels like something out of this world. And the extraordinary art comes from John Totleben, his visual experimentation and unconventional graphics are the fundamental key of this episode.

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A veces es bastante difícil imaginar cómo DC Comics logró sobrevivir. Como muchos de ustedes sabrán, DC pasó por una etapa difícil en los 80, la denominada “implosión”, en vez de lanzar títulos nuevos cada mes, tuvieron que cancelarlos a causa de las bajas ventas y la ausencia de lectoría.

Abigail and her father / Abigail y su padre

Y digo que es difícil visualizar semejante momento porque DC, al igual que Marvel, tiene un rico legado de héroes y personajes que desafían nuestra imaginación. El problema, como siempre, viene de editores cegatones, de la censura y de la falta de innovación. En otras palabras, una tierra fructífera se había convertido en un terreno baldío y desértico. 


Y eso es exactamente lo que podemos observar en “Misterios en el espacio” (publicado en "Swamp Thing" # 57, febrero de 1987). La Cosa del Pantano llega a Rann, un planeta plagado por la hambruna, por la extinción de la vegetación y todas las formas de vida, no sólo el mundo es estéril sino también la gente que vive en él. Es por ello que, hace años, el terrícola Adam Strange fue glorificado como un héroe y como el salvador de esta civilización alienígena. 


Adam Strange pensaba inocentemente que su contribución se limitaba a usar una mochila propulsora y a disparar monstruos con su pistola láser. Él estaba equivocado. Su primer y más importante deber era embarazar a la princesa Alanna, para así darle esperanza a millones. Porque si tan sólo un niño llegase a nacer, entonces toda la gente de Rann entendería que la situación no era tan desesperada. 


Adam Strange era el tipo de héroe que nunca me pareció interesante. Y no era lo era porque la mayoría de escritores sólo lo veían como el clásico héroe de ciencia ficción que podía resolver los problemas de la galaxia con rayos laser. Alan Moore demuestra que su vistoso traje y sus accesorios con sólo eso, un aspecto secundario de este modesto campeón. 

Inside the alien spaceship / al interior de la nave alienígena

En “Exilios” ("Swamp Thing" # 58, marzo de 1987), hay un asombroso paralelo entre Rann y Alanna, heredera del trono. Con la autorización de Sardath, el científico más respetado, la Cosa del Pantano decide entrar en contacto con este extraño planeta, y mientras lo hace resucita las formas de vida biológicas; convierte un desierto polvoriento en bosques tropicales. Aunque, en el proceso, la Cosa del Pantano y Adam Strange deben pelear hasta la muerte con sus antiguos aliados: dos agentes de Thanagar, mundo hogar de Hawkman y Hawkwoman de la Liga de la Justicia de América. 


Rann es fértil de nuevo y Alanna descubre que por fin está embarazada: “Ella regresará a su recámara, a través de pasillos sin manchas, sin niños, quizás considerando qué debería decirle a sus hijos, si acaso llegasen a preguntarle, sobre su padre, que está tan lejos... que sólo los visita de vez en cuando”. Y, en cierto modo, DC aprende lo importante que es dejar que el jardín crezca libre de intervención editorial o censura. Y por lo tanto una de las eras más fructíferas de DC se consolida en esta historia de dos partes.


El tema paterno sigue estando presente en los dos números siguientes. Ciertamente, en “Reunión” ("Swamp Thing" # 59, abril de 1987), Abigail debe lidiar con ancianos en un asilo; ella siente compasión por ellos pero al mismo tiempo se siente asustada, le teme a la muerte, le tema a la pronta desaparición de su propio padre. Es sólo al final de este capítulo, cuando encuentra los restos putrefactos de su progenitor que ella entiende ese miedo. “Reunión” fue escrita por Stephen Bissette, quien prueba ser no sólo un asombroso artista sino también un narrador maravilloso y lleno de talento.


Finalmente, “Amando al alien” es la historia de amor más extraña que he leído. La Cosa del Pantano aterriza en una nave viviente, una nave más grande que un planetoide, con suficiente vida y energía para nutrir a incontables especies. Esta entidad no quiere morir en soledad, quiere hijos. Y parece que solamente una criatura como la Cosa del Pantano puede sobrevivir al brutal proceso de apareamiento. Alan Moore crea una historia que se siente de veras como algo fuera de nuestro mundo. Y el extraordinario arte es de John Totleben, su experimentación visual y sus gráficos poco convencionales son la clave fundamental de este episodio.