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March 3, 2022

Action Comics # 587 & 588 - John Byrne

A year ago I started reviewing Action Comics, and seems like in 2021 I only had time to write about issues 584, 585 and 586. So in case you were impatient to know what else happened in John Byrne’s second monthly title during the 80s, you’ll enjoy reading this post. Let’s start with “Cityscape” (originally published in Action Comics # 587, April 1987), a story that I read for the first time as a kid, and that I always remember fondly. Even the cover, with the melodramatic lines by Etrigan (“you must die, so that millions may live”), is quite striking.


When I first read this story, I had no idea who the Demon Etrigan was. And turns out that, like many other Jack Kirby creations, the Demon had always been one of Byrne’s favorite characters (he’d include the Demon a decade later in his Wonder Woman run, and in the 2000s, he’d write an entire, although short-lived, Demon series). The story begins with Jason Blood (the human form of the Demon) and his friends in an antique store, where they find a peculiar artifact that once it’s opened, it has catastrophic consequences. 
Gotham City, 1987

When the situation is getting out of control, Superman happens to be flying over Gotham City, and intervenes. It’s in that moment that Etrigan fights against the Man of Steel with all his power. Surely, you might think that Superman is invincible, but it was during Byrne’s run that it was clearly stablished that, in addition to kryptonite, the world’s greatest superhero was also vulnerable to magic, and since Demon comes from hell and has magic-based powers, he proves to be a worthy rival. In the end, however, the two of them come to an understanding and it’s decided that nothing can be done in the present, and that the only solution is to send Superman back in time. 
The Demon Etrigan versus Superman

In one of Byrne’s most inspired pages, we see Superman in the middle ages, and while interacting with two men that are picking up dead bodies, they come to the conclusion that this stranger must be “A king, I’ll warrant. Who else could walk abroad with robes untouched by filth”. Indeed, the past that Byrne portrays here isn’t romantic or idealized in any way, people are dying of the plague and those who aren’t live in misery. Visually, this is also a delightful page, with details about how Superman wears his cape to cover his emblem, to avoid unnecessary attention. 
England, 1162

In the end, Superman and the Demon Etrigan fight against Morgan Le Fey, and by destroying her magic spell they save the future (of course, Morgan Le Fey will show up again years later, when Byrne wrote Wonder Woman and The Demon). The last page of this comic is the same as the first one, we’re in modern day Gotham City, except this time Jason Blood’s friends find that the artifact is empty. The threat has been averted. 

In “All Wars Must End” (Action Comics # 588, April 1987) we have John Byrne as writer and penciller, Dick Giordano as inker, Michelle Wolfman as colorist (instead of Tom Ziuco who colored issue # 587 and the previous ones too). Once again, I’ll start with Byrne’s iconic cover, in which Superman flies flanked by Hawkman and Hawkwoman, an elegant composition, full of visual strength, and even the limited color palette adds power to it. 
Gotham City, 1987

When I first read this comic, it was translated into Spanish by Ediciones Zinco. What I remember the most is that this was probably the first time I saw Hawkman and Hawkwoman as main characters in a story, although I had heard about them, or seen them in isolated panels here and there. As a couple of renegades from the planet Thanagar, there was certainly something interested about this winged heroes that, although not nearly as powerful as Superman, still had some very unique abilities and powers. 

Here, Hawkman and Hawkwoman are attempting to prevent an attack by the Thanagarian fleet, which is already in our solar system. Of course, it’s thanks to Superman that they now have a good advantage in a battle that would have been hopeless otherwise. Very quickly, Hawkman and Hawkwoman come up with a plan to deal with the Thanagarian ships (destroying them isn’t an option, since it would take a really long time to accomplish that, even with Superman’s help).

This is also the first time Byrne reminds us that even if Superman is extremely powerful, he still has some limitations, so he can’t fly faster than spaceships that came from a different galaxy, and he can’t survive for more than a couple of hours in outer space without a spacesuit. This is especially interesting since the issue ends in a cliffhanger, as Superman is left stranded in space while Hawkman and Hawkwoman are uncontrollably flying into the sun. 
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Hace un año comencé a reseñar Action Comics, y parece que en el 2021 sólo tuve tiempo para escribir sobre los números 584, 585 y 586. Entonces, en caso de que estuvierais impacientes por saber qué más sucedió en el segundo título mensual de John Byrne durante los 80s, disfrutaréis leyendo este post. Comencemos con “Paisaje urbano” (publicado originalmente en Action Comics # 587, abril de 1987), una historia que leí por primera vez cuando era niño y que siempre recuerdo con cariño. Incluso la portada, con las líneas melodramáticas de Etrigan ("debes morir, para que millones puedan vivir"), es bastante llamativa.


Cuando leí esta historia por primera vez, no tenía idea de quién era el Demonio Etrigan. Y resulta que, como muchas otras creaciones de Jack Kirby, el Demonio siempre había sido uno de los personajes favoritos de Byrne (él incluiría al Demonio una década más tarde en su etapa en Wonder Woman, y en la década de los 2000, escribiría una completa, aunque efímera, serie sobre Demon). La historia comienza con Jason Blood (la forma humana del Demonio) y sus amigos en una tienda de antigüedades, donde encuentran un peculiar artefacto que una vez abierto tiene consecuencias catastróficas.
Midway City

Cuando la situación se sale de control, Superman está volando sobre Gotham City e interviene. Es en ese momento que Etrigan lucha contra el Hombre de Acero con todo su poder. Seguramente, podrías pensar que Superman es invencible, pero fue durante la etapa de Byrne que quedó claramente establecido que, además de la kryptonita, el superhéroe más grande del mundo también era vulnerable a la magia, y dado que Demon viene del infierno y tiene poderes basados en la magia, demuestra ser un digno rival. Al final, sin embargo, los dos llegan a un entendimiento y se decide que no se puede hacer nada en el presente, y que la única solución es enviar a Superman atrás en el tiempo.

En una de las páginas más inspiradas de Byrne, vemos a Superman en la Edad Media, y mientras interactúa con dos hombres que están recogiendo cadáveres, ellos llegan a la conclusión de que este extraño debe ser “Un rey, lo garantizo. ¿Quién más podría caminar por estos lares con túnicas no tocadas por la suciedad?". De hecho, el pasado que retrata Byrne aquí no es romántico ni idealizado de ninguna manera, la gente se está muriendo de la peste y los que no mueren, viven en la miseria. Visualmente, esta también es una página encantadora, con detalles sobre cómo Superman usa su capa para cubrir su emblema, para evitar atención innecesaria.
Superman, Hawkman & Hawkwoman

Al final, Superman y el Demonio Etrigan luchan contra Morgana Le Fey, y al destruir su hechizo mágico salvan el futuro (por supuesto, Morgana Le Fey volverá a aparecer años después, cuando Byrne escribió Wonder Woman and The Demon). La última página de este cómic es la misma que la primera, estamos en la Gotham City moderna, excepto que esta vez los amigos de Jason Blood descubren que el artefacto está vacío. La amenaza ha sido evitada.

En “Todas las guerras deben terminar” (Action Comics # 588, abril de 1987) tenemos a John Byrne como escritor y dibujante a lápiz, a Dick Giordano como entintador, a Michelle Wolfman como colorista (en lugar de Tom Ziuco que coloreó el número 587 y los anteriores también). Una vez más, comenzaré con la icónica portada de Byrne, en la que Superman vuela flanqueado por Hawkman y Hawkwoman, una composición elegante, llena de fuerza visual, e incluso la limitada paleta de colores le agrega potencia.

Cuando leí este cómic por primera vez, fue traducido al español por Ediciones Zinco. Lo que más recuerdo es que esta fue probablemente la primera vez que vi a Hawkman y Hawkwoman como personajes principales de una historia, aunque había oído hablar de ellos o los había visto en viñetas aisladas por aquí y por allá. Al ser un par de renegados del planeta Thanagar, ciertamente había algo interesante en estos héroes alados que, aunque no tan poderosos como Superman, igual tenían algunas habilidades y poderes únicos.
before the battle / antes de la batalla

Aquí, Hawkman y Hawkwoman intentan evitar un ataque de la flota Thanagariana, que ya se encuentra en nuestro sistema solar. Por supuesto, es gracias a Superman que ahora tienen una buena ventaja en una batalla que, de lo contrario, habría sido fútil. Muy rápidamente, Hawkman y Hawkwoman idean un plan para lidiar con las naves de Thanagar (destruirlas no es una opción, ya que llevaría mucho tiempo lograrlo, incluso con la ayuda de Superman).

Esta es también la primera vez que Byrne nos recuerda que incluso si Superman es extremadamente poderoso, todavía tiene algunas limitaciones, por lo que no puede volar más rápido que las naves espaciales que provienen de una galaxia diferente y no puede sobrevivir por más de un par de horas en el espacio exterior sin un traje espacial. Esto es especialmente interesante ya que el número termina en suspenso, y es que que Superman queda varado en el espacio mientras Hawkman y Hawkwoman vuelan sin control hacia el sol.

July 16, 2019

Batman: Mask - Bryan Talbot

Since the beginning of this blog, I have talked about the most important British writers in the comics industry, but for some reason, at least until today, the list wasn't really complete. Because no list can be complete without the great Bryan Talbot, one of the most creative and innovative British authors. 

Like Alan Moore and Neil Gaiman, Talbot was a collaborator for 2000AD and then followed the steps of his predecessors and worked for DC Comics, before turning his attention to more experimental and personal projects, winning in the process every major award, including the Eisner (the Oscar of the comic book industry).

Although I've read some of Talbot's more original graphic novels, such as Alice in Sunderland, the first time I encountered his work was in a fascinating 2-issue arc for Legends of the Dark Knight. In those pages, Talbot proved to be an amazing artist and an extraordinary writer. Talbot's visual style pays homage to classic British artists like Brian Bolland while his writing style seems to combine Gaiman's oneiric sensibilities with Moore's wild imagination, and even a bit of Grant Morrison’s early deconstruction approach to superheroes. 

“Mask”, originally published in Batman: Legends of the Dark Knight # 39 and 40 (November and December 1992), has a pretty unique premise: “A decrepit Bruce Wayne lands in a detox ward of a Gotham City hospital where's he's forced to face the pathetic truth that his career as the Dark Knight was nothing but the delirious dream of a lifelong alcoholic”. Bruce Wayne wakes up in a hospital bed, and realizes he’s deeply malnourished, he has no muscular tone, and his breath stinks of alcohol. He fights and tries to escape, but he isn’t strong enough, and when a psychiatrist confronts him with the harsh reality, Bruce Wayne starts having doubts about his life as Batman: “I can perfectly understand why you have these delusions of being a millionaire by day and a costumed vigilante by night […] You never recovered from seeing your folks gunned down. And they left huge debts, you inherited nothing […] became an alcoholic”. 
Gotham City
Of course, this is very different from the Batman origin we’re all familiar with. Batman is defined by the murder of his parents when he is still a young boy. But what might have happened under different circumstances? If instead of training for years and using the family fortune to become the world’s greatest detective, what would’ve happened if this boy, this orphan, had no money, and no way of coping with the loss of his parents? Then surely becoming an alcoholic and wasting away his life wearing a badly sewn mask and worn off rubber gloves and trash plastic bags seems like something within the realm of possibility. 
Bruce Wayne: unmasked / Bruce Wayne: desenmascarado
The word ‘persona’, in Latin was directly connected to a theatrical mask and therefore to actors, and we all certainly act in society, in different ways, adopting different faces depending on the circumstances. Batman’s mask serves not only to cover his alter ego, but mainly to confer upon this man unparalleled strength. Many other writers have suggested that Bruce Wayne is merely a mask, and that what is real is Batman. But here the question is reversed. When Bruce Wayne puts on a mask “a different personality takes over. Powerful. Dominant”, but he’s still a real person, someone dealing with the trauma of losing his parents.
Trauma
With “Mask”, Talbot peels away all the unnecessary layers and gets to the core of the character. And through this fascinating psychological journey, the readers get to see Bruce Wayne / Batman under a new light, more human than ever, and also more vulnerable. Here Bruce Wayne has no access to any allies, any gadgets, any technology or any of the classic tricks we’ve all become used to. All he has is pain and the memory of a trauma that has never left him, and even in a weakened state, drugged and subjugated, he is absolutely sure of one thing: his parents were killed in front of him, and his life was never the same again. 

In the end, it all ends up being an elaborate scheme put together by an obsessed psychiatrist that, ironically, blames the Dark Knight for the death of his parents. During a fascinating nightmarish sequence masterfully illustrated by Talbot, the protagonist understands that he is Batman, he’s always been Batman, and nobody can take that away from him. Definitely one of my all-time favorite Batman stories!
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Desde el inicio de este blog, he hablado de los escritores británicos más importantes en la industria del cómic, pero por alguna razón, al menos hasta hoy, la lista no estaba realmente completa. Porque ninguna lista puede estar completa sin el gran Bryan Talbot, uno de los autores británicos más creativos e innovadores.
Catwoman
Al igual que Alan Moore y Neil Gaiman, Talbot fue un colaborador de 2000AD y luego siguió los pasos de sus predecesores y trabajó para DC Comics, antes de centrar su atención en proyectos más experimentales y personales, ganando en el proceso todos los premios principales, incluido el Eisner (el Oscar de la industria del cómic).

Aunque he leído algunas de las novelas gráficas más originales de Talbot, como “Alice in Sunderland”, la primera vez que encontré su trabajo fue en un fascinante arco argumental de 2 números para Legends of the Dark Knight. En esas páginas, Talbot demostró ser un artista asombroso y un escritor extraordinario. El estilo visual de Talbot rinde homenaje a los artistas británicos clásicos como Brian Bolland, mientras que su estilo de escritura parece combinar la sensibilidad onírica de Gaiman con la salvaje imaginación de Moore, e incluso un poco del enfoque temprano de deconstrucción de los superhéroes de Grant Morrison.
What is real and what isn't? / ¿Qué es real y qué no lo es?
“Máscara”, originalmente publicado en Batman: Legends of the Dark Knight # 39 y 40 (noviembre y diciembre de 1992), tiene una premisa bastante única: “un decrépito Bruce Wayne termina en una sala de desintoxicación de un hospital de Gotham City, donde se ve obligado a enfrentar la patética verdad de que su carrera como el Caballero Oscuro no fue más que el delirante sueño de un alcohólico”. Bruce Wayne se despierta en una cama de hospital y se da cuenta de que está profundamente desnutrido, no ha perdido su tono muscular y su aliento apesta a alcohol. Lucha y trata de escapar, pero no es lo suficientemente fuerte, y cuando un psiquiatra lo enfrenta con la dura realidad, Bruce Wayne comienza a tener dudas sobre su vida como Batman: “Puedo entender perfectamente por qué tienes estas ilusiones de ser un millonario de día y un vigilante disfrazado de noche [...] Nunca te recuperaste de ver a tus padres asesinados a tiros. Y dejaron enormes deudas, no heredaste nada […] te convertiste en un alcohólico”.

Por supuesto, esto es muy diferente del origen de Batman con el que todos estamos familiarizados. Batman es definido por el asesinato de sus padres cuando aún es un niño. Pero, ¿qué podría haber ocurrido en diferentes circunstancias? Si en lugar de entrenar durante años y usar la fortuna familiar para convertirse en el mejor detective del mundo, ¿qué hubiera pasado si este niño, este huérfano, no tuviera dinero y no pudiera afrontar la pérdida de sus padres? Entonces, seguramente convertirse en un alcohólico y desperdiciar su vida llevando una máscara mal cosida, guantes de goma y bolsas de plástico de basura parece algo más que posible.
The nightmare begins / la pesadilla comienza
La palabra “persona”, en latín, estaba directamente relacionada con una máscara teatral y, por lo tanto, con actores, y ciertamente todos actuamos en la sociedad, de diferentes maneras, adoptando diferentes caras según las circunstancias. La máscara de Batman sirve no sólo para ocultar su alter ego, sino principalmente para conferirle a este hombre una fuerza sin igual. Muchos otros escritores han sugerido que Bruce Wayne es simplemente una máscara, y que lo que es real es Batman. Pero aquí se invierte la pregunta. Cuando Bruce Wayne se pone una máscara, “una personalidad diferente se hace cargo. Es poderoso. Dominante”, pero sigue siendo una persona real, alguien que se enfrenta al trauma de perder a sus padres.
Mask / Máscara
Con “Máscara”, Talbot pela todas las capas innecesarias y llega al núcleo del personaje. Y a través de este fascinante viaje psicológico, los lectores pueden ver a Bruce Wayne / Batman bajo una nueva perspectiva, más humana que nunca y también más vulnerable. Aquí Bruce Wayne no tiene acceso a ningún aliado, ningún dispositivo, ninguna tecnología ni ninguno de los trucos clásicos a los que todos nos hemos acostumbrado. Todo lo que tiene es dolor y el recuerdo de un trauma que nunca lo ha dejado, e incluso en un estado debilitado, drogado y subyugado, está absolutamente seguro de una cosa: sus padres fueron asesinados frente a él, y su vida nunca más fue igual.

Al final, todo termina siendo un complicado plan de venganza de un psiquiatra obsesionado que, irónicamente, culpa al Caballero Oscuro por la muerte de sus padres. Durante una fascinante secuencia de pesadilla ilustrada magistralmente por Talbot, el protagonista entiende que él es Batman, que siempre ha sido Batman, y nadie puede quitarle esa parte de su vida. ¡Definitivamente una de mis historias favoritas de Batman!

January 26, 2014

Swamp Thing # 53 - Alan Moore & John Totleben

The delicate veil of civilization cannot resist the temptation of nature. As soon as the gardens explode, as the trees break their way into the structural fissures of the urban landscape, as Eden falls upon the land of men, human culture surrenders itself to a primordial and wild calling. The time of man will soon be over, the hour of the Green has just begun.

Swamp Thing’s vengeance is swift, and Gotham City –now transformed into a jungle– seems to be unable to react. “The Garden of Earthly Delights” (published in Swamp Thing # 53, October 1986) marks the confrontation between Swamp Thing and Batman, between chaos and order, between the prevalence of justice and the obedience of law, between the natural world and the artificial creation. Alan Moore describes this fundamental conflict in a rhythmic narrative of poetic heights. 


Simultaneously, the British writer reunites dozens of key figures under the same sky. Batman and his technology are no match against the elemental powers of his rival. But Lex Luthor’s criminal mind is a threat unlike any other. Indeed, Superman’s nemesis charges 1 million dollars for a 10 minute consulting on ‘indestructible creatures’. After years of experience trying to annihilate the Man of Steel, Luthor considers that the swamp freak can be easily destroyed. He just needs to find a way to prevent the monster from relocating his consciousness from one place to the next. 10 minutes and 1 million dollars later, he has it all figured out. 


Now that Gotham is a gigantic garden, hundreds of pilgrims wish to visit this paradise. Amongst them we can find Chester, the well-intentioned hippy that discovered the hallucinogenic properties of Swamp Thing’s fruits, and also Wallace Monroe, a devastated man –still mourning for his wife– who had a catastrophic meeting with Nukeface, back in the swamps of Louisiana. 

Gotham succumbs to nature / Gotham sucumbe ante la naturaleza

“You thought… that it could not… get worse. You imagined… that things… had reached their limits. Do not… delude yourselves... There are… no limits”. Although the Dark Knight is a formidable opponent, he is vanquished by Swamp Thing. Perhaps, his defeat can be a manifestation of the caped crusader’s doubts. After all, what laws did Abby break? Why is the Louisiana police department after her? And why can’t Gotham deliver this woman into the arms of the creature she loves? 

Swamp Thing versus Batman

Batman finally intercedes in the dispute with his keen analytical mind. If Abby’s crime was to be in contact with an inhuman being, then isn’t the entire Justice League guilty of the same charges? And what about the citizens of Metropolis? For all his might and nobility, Superman is still an alien creature. Finally Gotham’s authorities understand that in this instance they must reinterpret the law and grant Abby her freedom. 


“Amidst the fierce joy of victory… something dark flutters across my mind”. And Swamp Thing is right, because before he can hug Abby, the weapon created by Lex Luthor annihilates him. In a burst of flames, Abby’s hopes are all consumed.


John Totleben pencils and inks the entire issue, a 38 page giant-sized spectacular! And his art is so magnificent that I just had to dedicate an entire post about it. Stephen Bissette explains in the prolog the importance of Totleben’s contribution: “John’s exquisite pen and brush work not only delivers on that title’s Boschian promise of delirious visions, but also meshes the artistic sensibilities of Virgil Finlay (one of John’s artist heroes) with the giant monster fever dreams of Jack Kirby and Steve Ditko”. Indeed, Totleben’s evocative images preserve the beauty of nature and at the same time exacerbate the horrifying aspects of the creature of the swamp. And the confrontation with the Dark Knight gives Totleben “the opportunity to delineate one of his favorite comic book characters – his Batman is as much a creature of the night as that drawn by Bernie Wrightson […] John’s sinewy shadow-being captures an essential aspect of the Batman”. Certainly, Totleben’s version of the caped crusader is superior to the poor and unimaginative representations that were so abundant in the 80s. “‘The Garden of Earthly Delights’ represents the ultimate Totleben Swamp Thing […] smelling of earth, rippling with vine and lichen and moss, and moving with the grace of an elemental dancer”. A classic masterwork. 

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Batman: a creature of the night / Batman: una criatura de la noche

El delicado velo de la civilización no puede resistir la tentación de la naturaleza. Apenas brotan los jardines, y los árboles irrumpen entre las fisuras estructurales del paisaje urbano, el edén se precipita sobre la tierra del hombre, y la cultura humana se rinde ante un llamado salvaje y primordial. La hora del hombre está por terminar, la hora de lo Verde acaba de empezar. 


La venganza de la Cosa del pantano es rápida, y Gotham City –ahora transformada en una jungla– parece incapaz de reaccionar. “El jardín de las delicias terrenales” (publicado en Swamp Thing # 53, octubre de 1986) marca la confrontación entre la Cosa del pantano y Batman, entre el caos y el orden, entre la prevalencia de la justicia y la obediencia de la ley, entre el mundo natural y la creación artificial. Alan Moore describe este conflicto fundamental en una rítmica narrativa de vuelo poético.


Simultáneamente, el escritor británico reúne docenas de figuras claves bajo el mismo cielo. Batman y su tecnología no son una amenaza frente a los poderes elementales de su rival. Pero la mente criminal de Lex Luthor sí representa un peligro singular. De hecho, el némesis de Superman cobra 1 millón de dólares por una consultoría de 10 minutos sobre ‘criaturas indestructibles’. Después de años de experiencia intentando aniquilar al Hombre de Acero, Luthor considera que el fenómeno de los pantanos puede ser fácilmente destruido. Lo único que necesita es encontrar la manera de impedir que el monstruo reubique su conciencia de un lugar a otro. 10 minutos y 1 millón de dólares después, ya lo tiene todo resuelto.

A giant threat against the city / una amenaza gigante contra la ciudad

Ahora que Gotham es un gigantesco jardín, cientos de peregrinos desean visitar este paraíso. Entre ellos encontramos a Chester, el hippy bien intencionado que descubrió las propiedades alucinógenas de los frutos de la Cosa del pantano, y también Wallace Monroe, un hombre devastado –de luto por la muerte de su esposa– quien tuvo un catastrófico encuentro con Cara-Nuclear, en los pantanos de Luisiana.

Batman & Abby. Background: Chester, Wallace Monroe,
Commissioner Gordon & Harvey Bullock

“Pensabais... que no podría... empeorar. Imaginabais... que las cosas... habían llegado al límite. No os... engañéis... No hay límites”. Aunque el Señor de la Noche es un oponente formidable, es vencido por la Cosa del pantano. Tal vez su derrota puede ser una manifestación de las dudas del cruzado enmascarado. Después de todo, ¿qué ley infringió Abby? ¿Por qué la policía de Luisiana la persigue? ¿Y por qué Gotham no puede dejar que esta mujer regrese a los brazos de la criatura que ama? 


Batman finalmente intercede en la disputa con su mente lúcida y analítica. Si el crimen de Abby fue estar en contacto con un ser inhumano, entonces ¿no es la Liga de la Justicia culpable de los mismos cargos? ¿Y qué hay de los ciudadanos de Metrópolis? A pesar de todo su poder y nobleza, Superman sigue siendo un extraterrestre. Finalmente, las autoridades de Gotham entienden que en esta instancia deben reinterpretar la ley y concederle a Abby su libertad.


“Entre el fiero goce de la victoria... algo oscuro revolotea en mi mente”. Y la Cosa del pantano tiene razón, porque antes de poder abrazar a Abby, el arma creada por Lex Luthor lo aniquila. En un estallido de llamas, las esperanzas de Abby se consumen.


John Totleben dibuja y entinta todo el número, un gigantesco especial de 38 páginas. Y su arte es tan magnífico que tenía que dedicarle un post completo. Stephen Bissette explica en el prólogo la importancia de la contribución de Totleben: “Las exquisitas tintas de John y su trabajo con los pinceles no sólo otorga al título la promesa de Bosch de visiones delirantes, sino que también fusiona las sensibilidades artísticas de Virgil Finlay (uno de los héroes artistas de John) con la fiebre por los monstruos gigantes de Jack Kirby y Steve Ditko”. De hecho, las evocadoras imágenes de Totleben preservan la belleza de la naturaleza y al mismo tiempo exacerban los aspectos terroríficos de la criatura del pantano. Y la confrontación con el Caballero Oscuro le brinda a Totleben “la oportunidad de delinear uno de sus personajes favoritos de los cómics – su Batman es tanto una criatura de la noche como aquel dibujado por Bernie Wrightson […] El vigoroso ser de sombra de John captura un aspecto esencial de Batman”. Ciertamente, la versión de Totleben del cruzado enmascarado es superior a las pobres y convencionales representaciones que eran tan abundantes en los 80s. “‘El jardín de las delicias terrenales’ representa al Swamp Thing definitivo de Totleben […] oliendo a tierra, ondulando sabia, ramas y musgo, y moviéndose con las gracia de un danzante de los elementos”. Una obra maestra clásica.


January 20, 2014

Swamp Thing # 51 & 52 - Moore, Veitch & Alcalá

We have all known the horrors of civilization, the revolting nature of human culture: prejudice, injustice, discrimination. All these elements are as much part of our DNA as our capacity for language. Alan Moore acknowledges that, and in “Home Free” (published in Swamp Thing # 51, August 1986), he reminds us that after the war in hell, after the ultimate supernatural battle, peace is not guaranteed. On the contrary, after saying goodbye to his allies (Deadman, The Phantom Stranger and John Constantine), Swamp Thing will discover what has transpired in his absence.

For months Abigail had been visiting the swamps, without ever realizing that she had been followed by an amateur photographer who takes a few compromising snapshots. He takes those pics to the local newspapers, and the images that show intimacy between this white-haired woman and this creature of the swamp enrage the public. Quickly, Abby is accused of having carnal knowledge with a monster, and she’s brought to court under charges of bestiality and crimes against nature.


Humiliated and harassed by every man and woman in Houma, Abby decides to escape. To flee to the big city. But she makes one mistake: she goes to Gotham City. Trying to find solace, she falls into an urban sewer, filled with human putrefaction. Crime runs rampant, moral and physical decay seem to prey upon her, and when she’s captured by the police –mistaken as a hooker– an extradition order is announced. 


Swamp Thing was able to control his anger in the past. Peace is the way of the wood. He had learned as much from the Parliament of Trees. But this time, he cannot contain his fury. “And out in the swamp the monster raged, and trampled… and roared his lover’s name… and promised war”.


A war against civilization and a confrontation against Gotham’s authorities are “Natural Consequences” (Swamp Thing # 52) of Abby’s unfair apprehension. In Arkham Asylum, Swamp Thing meets Batman’s greatest foes but only one of them captures his attention. Jason Woodrue –the Floronic Man– has been incarcerated along the criminally insane, losing whatever was left of his feeble mind to the demented hollering of the Joker, Two Face and the others. Finally, Swamp Thing forgives Woodrue’s trespasses against nature and tells him that no one else in Gotham deserves his forgiveness.


And so Swamp Thing gives the city an ultimatum. He will recover Abby or the gothic metropolis will succumb to nature. “All over town, from sudden cracks and fissures, the sidewalks begin to bleed emerald […] Eden comes to the city”. Concrete and steel cannot resist the unstoppable power of life. Plants, trees and flowers invade Gotham’s monotonous landscape. Artificial structures are replaced by vibrant botanical designs. 


But Swamp Thing has strayed far from the bogs of Louisiana. Gotham isn’t his turf. Gotham is Batman’s city. And the inevitable confrontation between the Dark Knight and the creature of the swamps will only be the preamble of Lex Luthor’s sinister intervention. 

Swamp Thing, Deadman & Phantom Stranger 

Although Stephen Bissette quit as the main artist of the series, he was still drawing the covers. They look slightly more rasping than previous covers, mainly because Totleben is no longer inking them. The artistic team of the title has also suffered an important modification. The penciler is now Rick Veitch and Alfredo Alcalá, the inker. Together, they bring about a much needed sense of emotional weight and earthly anguish to Abby’s conundrum.   

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Gotham's urban misery / la miseria urbana de Gotham

Todos hemos conocido los horrores de la civilización, la repugnante naturaleza de la cultura humana: prejuicio, injusticia, discriminación. Todos estos elementos son tan parte de nuestro ADN como nuestra capacidad para el lenguaje. Así lo reconoce Alan Moore y en “Hogar libre” (publicado en Swamp Thing # 51, agosto de 1986), nos recuerda que después de la guerra en el infierno, después de la batalla sobrenatural definitiva, la paz no está garantizada. Por el contrario, luego de decirle adiós a sus aliados (Deadman, Phantom Stranger y John Constantine), Swamp Thing descubrirá lo que ha sucedido en su ausencia.


Durante meses, Abigail había estado visitando los pantanos, sin darse cuenta que había sido seguida por un fotógrafo amateur que obtiene algunas instantáneas comprometedoras. Él lleva estas fotos a los periódicos locales, y estas imágenes que muestran intimidad entre la mujer de pelo blanco y la criatura del pantano enfurecen al público. Rápidamente, Abby es acusada de tener conocimiento carnal con un monstruo, y es llevada a juicio bajo cargos de bestialismo y crímenes contra la naturaleza. 


Humillada y acosada por todos los hombres y mujeres de Houma, Abby decide escapar. Huir a la gran ciudad. Pero comete un error: ella va a Gotham City. Intentando encontrar algo de calma, cae en este desagüe urbano, lleno de putrefacción humana. El crimen impera, la decadencia moral y física la rodean, y cuando es capturada por la policía -la confunden con una prostituta- la orden de extradición es anunciada. 


La Cosa del pantano fue capaz de controlar su ira en el pasado. La paz es la táctica de la madera. Él había aprendido esto con el Parlamento de los Árboles. Pero esta vez, no puede contener la furia. “Y afuera, en el pantano, el monstruo iracundo ataca... y ruje el nombre de su amante... y promete la guerra”.

Batman's greatest foes / los principales enemigos de Batman

Una guerra contra la civilización y una confrontación contra las autoridades de Gotham son las “Consecuencias naturales” (Swamp Thing # 52) del injusto apresamiento de Abby. En Arkham Asylum, La Cosa del pantano conoce a los principales enemigos de Batman pero sólo uno llama su atención. Jason Woodrue –el hombre florónico– ha estado encarcelado junto con los criminales dementes, perdiendo lo poco que le quedaba de sensatez con los aullidos desquiciados del Joker, Two Face y los demás. Finalmente, La Cosa del pantano perdona las trasgresiones en contra de la naturaleza de Woodrue y le dice que nadie más en Gotham merece su perdón. 


Y la Cosa del pantano le da un ultimátum a la ciudad. Recuperará a Abby o la metrópolis gótica sucumbirá ante la naturaleza. “Por todas partes, a través de repentinas grietas y fisuras, las veredas empiezan a sangrar esmeralda […] El Edén llega a la ciudad”. El concreto y el acero no pueden resistir el imparable poder de la vida. Las plantas, los árboles y las flores invaden el monótono paisaje de Gotham. Las estructuras artificiales son reemplazadas por vibrantes diseños botánicos. 


Pero la Cosa del pantano se ha alejado demasiado de las ciénagas de Luisiana. Gotham no es su territorio. Gotham es la ciudad de Batman. Y la inevitable confrontación entre el Caballero de la Noche y la criatura de los pantanos será sólo un preámbulo para la siniestra intervención de Lex Luthor.

Lex Luthor

Aunque Stephen Bissette renunció como el artista principal de la serie, todavía seguía dibujando las portadas. Ahora se ven ligeramente más ásperas que antes, sobre todo porque Totleben ya no las entinta. El equipo artístico también ha sufrido una importante modificación. El dibujante ahora es Rick Veitch y Alfredo Alcalá es el entintador. Juntos, aportan una muy necesaria sensación de peso emocional y angustia terrenal al conflicto de Abby.


November 13, 2011

Whatever Happened to the Caped Crusader? - Neil Gaiman

“Whatever Happened to the Man of Tomorrow?” is the title of the 2-part story written by Alan Moore that put an end to the Silver Age and, consequently, to the pre-COIE (Crisis on Infinite Earths) version of Superman. It’s not easy to get to the core of one of DC’s most fundamental heroes, let alone summarizing the entire history of the Man of Steel, the supporting cast, the well-known icons of half a century of Superman’s comic books. And achieving all that in only a couple of issues is even harder. But then again, Moore does it splendidly.
covers / portadas

So, many years later, another great British writer decided to do pretty much the same; this time, with Batman, a fascinating, extremely popular character. Just like in Moore’s story, this is also about endings. And so it’s only fitting that the opening scene for Neil Gaiman’s “Whatever Happened to the Caped Crusader?” is a funeral; the Dark Knight’s funeral.
Selina Kyle

Two-Face & Joker
In 2009, Batman died. Of course, just like it happens with most superhero demises, eventually the Protector of Gotham returned to life. Everyone knew he wouldn’t stay buried for long, and perhaps that’s why every time it’s harder to take the death of main characters seriously. Which reminds me of Stephen King’s short story titled “Sometimes They Come Back”, he sure wasn’t talking about DC or Marvel or else he would have titled it “They Always Come Back”.

Only the best writers, in any medium, can tell the shortest stories and shock or move their audience. Short stories, short films, or comic book one-shots can be seen as an example of narrative efficiency. If British writers are so consistently brilliant is because before lengthy tales they first perfected brevity in the pages of 2000AD or similar publications. You could see Neil Gaiman writing a very original and unique two page story for 2000AD, or Alan Moore crafting a deliriously imaginative narration in only one page. Grant Morrison, Peter Milligan, John Wagner, Alan Grant and many others would have only 6 or 7 pages to write a complete story; and not once would they forget the three Aristotelian principles of literary excellence or Edgar Allan Poe’s ‘unity of effect’. This is no easy feat, and I’m saying it as a guy that has experienced the 2 page limit while writing comic books. Nowadays, people in the comic book industry seem able to produce only six-issue arcs (132 pages); all you need now is a couple of ideas and a good artist that will provide you with a mute double page spread or a silent pin-up pose page, and so son. Some of my favorite Batman stories are below the six issue count: Miller’s Batman Year One (4 issues), Brian Talbot’s Batman: Mask (2 issues), Alan Moore’s The Killing Joke (one extra-sized issue), Grant Morrison’s Arkham Asylum (one extra-sized issue).

Allowing enough room for a story to be developed is essential, but this generation of writers is taking that to the extreme. Nothing happens in their pages, and if you take away the superstar artists from most of today’s titles you would find only a very dull product. Or in the words of Bilbo Baggins in J.R.R. Tolkien’s Lord of the Rings: this is “sort of stretched, like butter scraped over too much bread”. That’s the feeling I get today with most comic books. Perhaps I’m overreacting, perhaps not.
Catwoman

Every now and then, of course, something reconciles me with the ‘big two’. “Whatever Happened to the Caped Crusader?” is simply the best Batman story I’ve read in over ten years. If someone finds anything better published between 2001 and 2010, please, let me know, I’ll be quite grateful. But what’s so great about a funeral issue?

For starters, Gaiman is well aware of how truly meaningless is the death of one of the world’s most iconic fictional figures. That’s why he plays outside the boundaries of DC’s continuity and creates a very personal, nostalgic, sweet, sad, funny and thought-provoking narrative that owes little to the company’s editorial line and much to the nature of Bob Kane’s creation. This is Neil’s Batman, but it’s also a homage to every major creator that has helped bringing the Dark Knight to life.

In the first pages we see Selina Kyle AKA Catwoman, depicted as a femme fatale from a 40s noir film. She looks sophisticated and ravishing. As she parks her ‘Catcar’ (let’s call it that for lack of a better term) a guy offers to take care of it. That’s the beginning of a hilarious sequence in which we see her, and two of the most famous villains ever: Two Face, who of course flips a coin to decide if he kills the guy or lets him take care of his car; and the Joker, who is the craziest, most dangerous criminal of Gotham’s underworld, of course, he’s also quite a generous tipper provided he’s in the right mood.

Slowly but surely, heroes and villains meet in Crime Alley, and enter into this seemingly ordinary and decadent parlor to attend Batman’s funeral. We’re confronted with Catwoman’s exscinded nature, as she plays the role of heroine and villainess to capture the Dark Knight’s attention.
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Bruce Wayne

“Whatever Happened to the Man of Tomorrow?” es el título de una historia en dos partes escrita por Alan Moore que ponía fin a la Edad de Plata y, en consecuencia, a la continuidad pre-Crisis original de Superman. No es fácil llegar a las raíces de uno de los héroes más fundamentales de DC, sintetizar la historia entera del Hombre de Acero, los personajes secundarios, los íconos bien conocidos de medio siglo de cómics del personaje. Y lograr todo esto en tan sólo un par de ejemplares es mucho más difícil. Desde luego, Moore lo consigue espléndidamente.

Así, muchos años después, otro gran escritor británico decidió hacer básicamente lo mismo; esta vez con Batman, un personaje fascinante y extremadamente popular. Tal como sucedió con Moore, la historia es sobre momentos finales. Por tanto, tiene mucho sentido que la escena inicial de “Whatever Happened to the Caped Crusader?” de Neil Gaiman sea un funeral, el funeral del Señor de la Noche.

El 2009 Batman murió. Por supuesto, como sucede con las muertes de los súper héroes, estaba cantado que el protector de Gotham regresaría a la vida. Todos sabían que no se quedaría enterrado por mucho tiempo, y tal vez por eso cada vez es más difícil tomarse en serio la muerte de un personaje conocido. Algo que me recuerda el título de un cuento de Stephen King "A veces ellos regresan", obviamente, él no hablaba sobre DC o Marvel, de otro modo lo hubiese titulado "Ellos siempre regresan".
The Riddler

Sólo los mejores escritores, en cualquier medio, pueden contar las historias más cortas e impactar y conmover a la audiencia. Cuentos, cortometrajes o cómics breves pueden ser vistos como un ejemplo de eficiencia narrativa. Si los escritores británicos son consistentemente brillantes es porque antes de relatos de largo aliento perfeccionaron primero la brevedad en las páginas de 2000AD o publicaciones similares. Allí se podía ver a Neil Gaiman escribiendo una historia única y muy original en dos páginas, o a Alan Moore desplegando una imaginación envidiable tan sólo en una página. Grant Morrison, Peter Milligan, John Wagner, Alan Grant y muchos otros tenían solamente 6 o 7 páginas para escribir una historia completa; sin olvidar los tres principios aristotélicos de excelencia literaria ni la 'unidad de efecto' de Edgar Allan Poe. Esta no es una hazaña fácil, y lo digo como alguien que ha experimentado el límite de dos páginas al escribir cómics. Hoy en día, la gente de la industria del cómic parece capaz de producir sólo arcos argumentales de 6 capítulos (132 páginas); todo lo que hace falta ahora es un par de ideas y un buen artista capaz de hacer una página doble de pura ilustración y cero texto, o una página completa con el héroe mudo en una pose heroica y listo. Algunas de mis historias favoritas de Batman no llegan a los seis números: Batman Year One de Miller (4 ejemplares), Batman: Mask de Brian Talbot (2 ejemplares), The Killing Joke de Alan Moore (un número especial), Arkham Asylum de Grant Morrison (un número especial).
Alfred Pennyworth

Darle espacio suficiente a una historia para desarrollarla es esencial, pero esta generación de escritores ha llevado esto al extremo. Nada ocurre en sus páginas, y si les quitamos a los artistas famosos la mayoría de los títulos se verían sumamente pobres. O en palabras de Bilbo Baggins en "El Señor de los Anillos" de J.R.R. Tolkien: se siente como algo "disperso, como mantequilla untada sobre demasiado pan". Esa es la sensación que tengo que tengo con la mayoría de cómics actuales. Tal vez exagero, tal vez no.
Alfred versus Bruce

De vez en cuando, menos mal, algo me reconcilia con las dos grandes editoriales. “Whatever Happened to the Caped Crusader?” es simplemente la mejor historia de Batman de la década. Si alguien encuentra alguna mejor publicada entre el 2001 y el 2010, por favor que me avise, quedaré agradecido. ¿Pero qué es tan genial sobre este funeral?

Para empezar, Gaiman es conciente de lo intrascendente que es la muerte de uno de los íconos de ficción más conocidos del mundo. Por eso juega fuera de los límites de la continuidad de DC y crea un relato muy personal, nostálgico, tierno, triste, divertido y reflexivo que no le debe nada a la línea editorial de la compañía y sí mucho a la naturaleza de la creación de Bob Kane. Este es el Batman de Neil pero es también un homenaje a todos los grandes creadores que ayudaron a darle vida al Señor de la Noche.

En las primeras páginas vemos a una Selina Kyle AKA Catwoman, presentada como una femme fatale del cine negro de los 40. Se ve sofisticada y hermosa. Mientras estaciona su 'gaticarro' (a falta de un mejor término) un sujeto le ofrece cuidárselo. Esto marca el inicio de una secuencia hilarante en la que además de ella, también vemos a dos de los más famosos villanos: Two Face que, desde luego, lanza una moneda para decidir si mata al sujeto o le permite cuidar su auto; y el Joker, el más loco y peligroso criminal de Gotham, por supuesto, capaz también de generosas propinas dependiendo de su humor.

Poco a poco, héroes y villanos se encuentran en el Callejón del Crimen, y entran en un local aparentemente ordinario y decadente para asistir al funeral de Batman. Somos confrontados con la naturaleza escindida de Catwoman, que cumple con el rol de heroína y villana para capturar la atención del Caballero Oscuro.