Susana y los viejos |
No es la primera vez que Iván nos sorprende con sus cuadros llenos de vitalidad y de figuras anhelantes inundadas por intensas ráfagas cromáticas.
Con cada muestra, el lenguaje del artista se ido afianzando más y más, mientras que la rigurosa técnica ha ido de la mano con la pasión del verdadero creador.
También, y esto es importante, Iván ha logrado plasmar en el lienzo sus preocupaciones filosóficas y sus reflexiones más íntimas.
"Cada exposición de Iván es una presencia osada, encontrando en su trajinar audaz un abanico de evocaciones que bregan por la eternidad, dilucidando a su magnífica obra perspectivas dentro de un escenario de sentidos fraccionados [...] Esta nueva propuesta pictórica de Iván Fernández-Dávila en el Museo Pedro de Osma, donde sus pasiones se anudan, destellan y convergen con su excelente técnica, nos permite corroborar su gran talento que ha sido puesto de manifiesto en nuestro país y el extranjero", afirma Alfredo Alcalde en su texto curatorial. Y estoy totalmente de acuerdo con él.
Descendimientos |
Hace un par de horas se inauguró la muestra y a mí se me antoja decir que hace un par de años nos reunimos en la misma sala de este emblemático museo barranquino, en la inauguración de "Los días y la Pintura". Y, más curioso aun, hace apenas un par de lustros, o quizás un poquito más, todavía deambulábamos por el patio de letras de la PUCP.
El artista tuvo la gentileza de autografiarme el catálogo de la muestra |
Cuesta creer que ha transcurrido tanto tiempo pero, en este caso, lo único que cuenta es que Iván nos ha confirmado su compromiso con el arte. Y eso hay que celebrarlo.