In 1986, after having learned their lesson, DC editors decided to take a risk and reboot the Justice League. This time, editor Andy Helfer was in charge of the process and he hired Keith Giffen, a great creator who exceled not only as a writer but also as an artist, but despite all of his amazing storytelling abilities, Giffen needed something else, something to inspire him and such inspiration was found in J.M. DeMatteis who, when first approached to do this project, was still a bit reluctant, “So there I was, rewriting Keith’s script. I didn’t know why I was doing it -I don’t even remember actually agreeing to do it- but there I was. And maybe, just maybe, it was fun”, admits DeMatteis in the foreword of the Justice League International Omnibus vol. 1.
Like Byrne and Claremont in Marvel Comics, Giffen and DeMatteis became DC’s best creative team, and challenged the preconception of superhero dynamics, because instead of following the ‘grim and gritty’ style followed by most people in the 80s, after the release of Watchmen and The Dark Knight Returns, these two American creators embraced a more down to earth approach, and the result was, in the eyes of most readers “a monthly sitcom with capes and tights” but in reality it was so much more than that: “the Leaguers reminded me of the gang of friends I grew up with in Brooklyn, sitting around on Saturday nights, putting our feet up, dropping our defenses, ragging on each other, sharing our problems. Just being ourselves, without the pressure of the world intruding”. The members of the League were superheroes all readers were familiar with, but they were distant acquaintances at best, it was thanks to Giffen and DeMatteis that they became real people, and started to become friends, strange as it might sound since we’re talking about a relationship between real readers and fictional characters, but that sense of comradery, of identification, proved to be the strongest asset of this new Justice League.
“Born Again” (originally published in Justice League # 1, May 1987), introduces the new members of the League: the misogynistic Guy Gardner, the courageous Black Canary, the fearless Mister Miracle, the naïve Captain Marvel (who is constantly teased and mocked by Gardner), the brooding and melancholic Martian Manhunter, the lighthearted Blue Beetle, the inexperienced Doctor Light, the enigmatic Dr. Fate and the strict and imposing Batman (the only one in the League capable of intimidating Gardner). As a group, they’ve never worked together, and in the first meeting it’s evident that they’re not friends, and that there are more differences between them than things in common.
colleagues, but not friends / colegas pero no amigos |
The debut of the Justice League is marked by a confrontation against a group of terrorists who take hostages in the United Nations building, their claims about impoverished and oppressed countries are heard by Doctor Light, who agrees with them although not with their violent methods. This thematic element continues to be explored in “Make War No More” (Justice League # 2, June 1987), a story in which 3 superheroes from a parallel dimension have found their way to our reality, led by altruistic concerns and unencumbered by politics, they’ve decided to get rid of the world’s nuclear arsenal (after all, they’re the sole survivors of a nuclear Armageddon and that motivates them to save Earth from such dire destiny). Although it’s a noble proposal, their actions are interpreted as an act of war. In the end, in Meltdown (Justice League # 3, July 1987), the Justice League must fight against Wandjina, Silver Sorceress and Bluejay in Russian territories, to prevent the dismantling of a nuclear plant that could cause major conflicts between the US and the Soviet Union.
Batman & Guy Gardner |
All the interior pages and the covers are penciled by the extraordinary Kevin Maguire (who at the time was a newcomer) and inked by Terry Austin and Al Gordon. In fact, according to DeMatteis, the superb illustrations produced by Maguire persuaded him to join the creative team: “this Maguire guy, whoever he was, was pretty damn good […] so I knew it was going to be a great-looking book”. And it was, but at the same time it became a testimony of how human superheroes can be, and how deep our relationships can turn out to be with such fictional creatures.
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¿Qué tan difícil fue escribir historias sobre los héroes más grandes de la Tierra? Muy difícil, en realidad. Antes de la llegada de Keith Giffen y J.M. DeMatteis, la Liga de la Justicia de América estaba pasando por un mal momento. Durante muchos años, la Liga se había estancado y carecía de sentido, hasta el punto de que no fue una sorpresa para nadie ver que la colección se cancelaba y la mayoría de sus personajes fueran desagrupados, olvidados o matados.
Silver Sorceress, Wandjina & Bluejay |
Al igual que Byrne y Claremont en Marvel, Giffen y DeMatteis se convirtieron en el mejor equipo creativo de DC y desafiaron los preconceptos de la dinámica de los superhéroes, y en vez de seguir el estilo “sombrío y angustiante” emulado por la mayoría de la gente en los 80s, después del lanzamiento de “Watchmen” y “The Dark Knight Returns”, estos dos creadores estadounidenses adoptaron un enfoque más humano, y el resultado fue, a los ojos de la mayoría de los lectores, “una comedia mensual con capas y mallas”, pero en realidad era mucho más que eso: “los Leaguers me recordaban a la pandilla de amigos con los que crecí en Brooklyn, sentados los sábados por la noche, con los pies sobre la mesa, bajando nuestras defensas, mezclándonos unos con otros, compartiendo nuestros problemas. Siendo nosotros mismos, sin la presión del mundo que se entrometía”. Los miembros de la Liga eran superhéroes con los que todos los lectores estaban familiarizados, pero en el mejor de los casos eran conocidos distantes, gracias a Giffen y DeMatteis se convirtieron en personas reales y comenzaron a ser amigos, por extraño que parezca ya que estamos hablando sobre una relación entre lectores reales y personajes de ficción, pero ese sentido de camaradería, de identificación, resultó ser la ventaja más fuerte de esta nueva Liga de la Justicia.
heroes from a parallel dimension / héroes de una dimensión paralela |
Martian Manhunter es el único que ha permanecido como miembro de la Liga de la Justicia a lo largo de todas sus encarnaciones, y en muchos sentidos él es el recuerdo de la Liga, él es quien en vez de dejarse seducir por la presencia de los periodistas y los canales de televisión los pone en evidencia: “son lobos, esperando para consumirnos. Para ellos, somos novedades... monstruos de feria, vistos con diversión en un momento, vilipendiados al siguiente”. El poder de los medios y la manipulación de aquellos que están en una posición de poder se convertirá en un leitmotiv reiterativo en las páginas de la Liga de la Justicia.
In Russia / en Rusia |
Es interesante notar que para Guy Gardner, no tiene sentido ayudar a los rusos, después de todo, él cree que Ronald Reagan es el único hombre con derecho a “tener el dedo en el botón” y que si este extraño grupo de metahumanos elimina el arsenal nuclear de la Unión Soviética, entonces “tendríamos al mundo donde lo queremos”. Una vez más, las nociones de poder y manipulación se hacen evidentes, y aunque las opiniones de Gardner no son reflejadas por sus colegas, al final ninguno de ellos se da cuenta de que están siendo manipulados por el adinerado empresario Maxwell Lord, el sujeto que orquestó el ataque terrorista en el edificio de la ONU y también el hombre que se convertirá en el mayor benefactor de la Liga.
Todas las páginas interiores y las portadas están escritas a lápiz por el extraordinario Kevin Maguire (que en ese momento era un novato) y entintadas por Terry Austin y Al Gordon. De hecho, según DeMatteis, las magníficas ilustraciones producidas por Maguire lo convencieron a unirse al equipo creativo: “este chico Maguire, quien quiera que fuese, era bastante bueno [...] así que sabía que iba a ser un cómic de muy buena apariencia”. Y lo fue, pero al mismo tiempo se convirtió en un testimonio de qué tan humanos pueden ser los superhéroes, y qué tan profundas pueden ser nuestras relaciones con criaturas ficticias.