October 28, 2011

Severed # 2 - Snyder, Tuft & Futaki


cover / portada
The Great Depression is a synonym of poverty and economical downfall, but it’s also an era rich in stories and heroic pathos. After all, desperate times call for desperate measures. The second installment of Severed, by writers Scott Snyder & Scott Tuft, and artist Attila Futaki, delves deeper into the lives of American people.

The protagonist, a 12 year-old boy that answers to the name of Jack Garron has discovered that everything about his life has been a lie. Not even his name is real, as he learns the woman who has raised him had adopted him in secret. He has run away from home after tracking down his real father all the way to Chicago. Jack doesn’t reproach his foster mother because she adopted him, he blames her because she refused to bestow upon him the ‘name of the father’, the nom de père as Lacan called it, and because of that, he finds himself in-between places; in order for him to fully enter into society he must first embrace the name of the father, but how can he do that if this woman has disowned all genuine familial ties?

As he furtively gains access into a cargo train, Jack soon learns the risks of traveling alone. Indeed, an older man removes Jack’s pants and tries to sexually assault the defenseless boy. Jack is saved only by the timely intervention of Sam, a youngster on the run.

Later on, Sam reveals to be a girl disguised as a boy. Together, the two kids decide to help each other. Chicago is a big city, and they’ll need to be clever and resourceful. Meanwhile, the mysterious salesman moves on after killing and cannibalizing the body of a young boy he had seized under false pretenses. This incarnation of evil seems to have an obsession for young boys, and no one can stop him.
child molester / violador de niños

I’d like to emphasize how strikingly beautiful is Futaki’s art: not only for the peaceful surface and the horror that lurks within the pages, but also because of the detailed reproduction of a historical period that is all too fresh for us, especially now. What could be more relevant than America’s greatest financial depression in the economical upheavals of today’s world? “Repeat after me and you shall learn”, would say Saint Augustyn, medieval philosopher. But repetition, certainly, does not guarantee real learning. Quite the contrary, in fact, because as the old saying goes “those who cannot learn from history are doomed to repeat it”.

Will Jack learn from his mistakes in time? Or will the sinister salesman catch up to him? With a great second issue I can only imagine what will happen next.

Severed # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/severed-1-scott-snyder.html
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Jack & Sam
La "Gran Depresión" es un sinónimo de pobreza y fracaso económico, pero es también una era rica en historias y pathos heroico. Después de todo, en tiempos desesperados hay medidas desesperadas. La segunda entrega de Severed, de los escritores Scott Snyder & Scott Tuft y el artista Attila Futaki, hurga aún más profundamente en las vidas de los norteamericanos.

El protagonista, un chico de 12 años que responde al nombre de Jack Garron ha descubierto que todo sobre su vida ha sido una mentira. Se da cuenta de que ni siquiera su nombre es real, al haber sido adoptado en secreto por la mujer que lo ha criado. Tras averiguar el paradero de su padre, Jack huye de casa. Él no reprocha a su “madre” por adoptarlo sino por negarse a otorgarle el 'nombre del padre', el nom de père como lo llamaba Lacan, y a causa de ello, él se encuentra en un 'entre dos mundos'; para ingresar por completo a la sociedad primero deberá asumir el nombre del padre, pero ¿cómo podría lograrlo si esta mujer ha suprimido todo lazo familiar genuino?

Jack aborda un tren de carga furtivamente, y constata de inmediato los riesgos de viajar solo: en efecto, un hombre mayor lo sujeta, le quita los pantalones y trata de abusar sexualmente del indefenso muchacho. Jack es salvado por la oportuna intervención de Sam, otro joven fugitivo.
victim / víctima

Más tarde, Sam revela que es una chica disfrazada de chico. Juntos, ambos chiquillos deciden ayudarse mutuamente. Chicago es una gran ciudad y tendrán que ser astutos y recursivos. Mientras tanto, el misterioso vendedor viajante ya ha canibalizado el cuerpo del jovencito que había caído en sus manos bajo falsas premisas. Esta encarnación del mal parece tener una obsesión por los chicos jóvenes, y nadie puede detenerlo.

Quisiera hacer especial énfasis en la impactante belleza del arte de Futaki: no sólo por la pacífica superficie y el horror que acecha al interior de sus páginas, sino también por la detallada reproducción de un periodo histórico que nos resulta demasiado fresco en la actualidad. ¿Qué podría ser más relevante que la mayor depresión económica de Estados Unidos teniendo en cuenta todas las crisis económicas del día de hoy? "Repetid, y aprenderéis", diría San Agustín, filósofo medieval. Pero la repetición, ciertamente, no garantiza el aprendizaje real. Al contrario, si no conocemos la historia estamos condenados a repetirla.
my inks / mis tintas

¿Podrá Jack aprender de sus errores a tiempo? ¿O el siniestro viajante lo encontrará? Con un magnífico segundo número, sólo puedo imaginar lo que vendrá después.

Severed # 1: http://artbyarion.blogspot.com/2011/09/severed-1-scott-snyder.html

Desvío / Memoria compuesta - Centro Colich

Ana Teresa Barboza
I’m still amazed at the amount of visits I got thanks to my Action Comics review. I guess that just proves my point, Morrison has made this character interesting again for new and old generations of readers. And that’s no easy task: many talented writers seem to lose inspiration when it comes to the Man of Steel. I’ve often said that Byrne’s Superman is the definitive version in my book. Other writers seem to tamper with continuity. Now, there’s nothing wrong with that per se, but let’s imagine a classical music concert, you can’t just pick whatever instrument that pops in your head, or conduct the orchestra in whatever way you see fit; there are some rules that need to be respected. How about some classic concepts, like harmony, equilibrium, sense, etc? When you have no continuity limitations, that lack of barriers are meant to create disharmony, disequilibrium and nonsense, among many other defects.

What is supposed to happen when every writer chooses their favorite bits of the past, and when you look at the DCU as a whole and you find more incongruences and logic gaps as ever before? I guess the real question is should we kill the past and keep it buried? Or should we chop the past into pieces, disguising it, rearranging it or simply using it whenever and wherever we want to? When you have this kind of scenario, the ambiguity and imprecision of the concepts can result exasperating; either we get rid of the past or embrace it fully, we can’t be toying with it as if we weren’t able to take an assertive decision. That always happens with Superman, you get either the golden version or some sort of insipid hybrid between modernity and postmodernity. It’s nice to see that Morrison has chosen a full postmodern version for Action Comics. And now, if anyone can send me the next issues for free you’ll get more inspired reviews from me!
Ana Teresa Barboza

By the way, I’m including three paintings of Ana Teresa Barboza, as well as a penciled page for the sci-fi issue of The Gathering (due in January 2012). You have the fully penciled version and a partially inked version. I’ll post the finished page once I’m done with it.
Ana Teresa Barboza

What's next? Reviews of "Severed" and “Whatever Happened to the Caped Crusader?”, as well as October's films.

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my pencils / mis lápices
El martes de esta semana se inauguraron dos muestras en el Centro Colich: "Desvío" de Fiorella Gonzales-Vigil Mohme y "Memoria compuesta" de María Pía Torrejón Hoefken. Con una propuesta que nos recuerda a la escuela Corriente Alterna, Gonzales-Vigil prescinde de los soportes tradicionales para acercarnos a elementos de la cotidianidad que quizá, por estar siempre tan presentes, podrían pasar desapercibidos. Torrejón Hoefken, por otro lado, retrata imágenes que la vinculan con su pasado familiar pero que al mismo tiempo nos interpela –a nosotros y a cualquier latinoamericano- en relación a nuestra propia historia como clanes urbanos bien insertados en la capital. Ambas muestras son el ejemplo de un trabajo bien concebido y muy bien ejecutado; curiosamente, me comentaba un crítico de Art Motiv que podría haber sido beneficioso un trabajo más exhaustivo en lo que se refiere a la curaduría, pero no estoy de acuerdo con él.

Una vez más, el Centro Colich nos agasajó con vino tinto y espumante, además de unas bocadillos gourmet deliciosamente presentados. Aunque, como siempre, lo mejor de la noche fue encontrarme con algunos amigos artistas, entre ellos, José Arturo Lugón, a quien conozco del colegio. José Arturo me comentó que en mayo se inaugura su muestra en el Centro Colich, y todos los cuadros que presentará serán completamente nuevos. Solamente he visto algunos trabajos de mi amigo, pero son de una calidad inigualable y sumamente personales, la verdad es que tengo muchas expectativas sobre esta futura muestra.

A continuación incluyo tres cuadros más de Ana Teresa Barboza, así como una de mis páginas que será publicada en el ejemplar de ciencia ficción de THE GATHERING, en enero de 2012. En la primera mitad está mi versión puramente a lápiz, y en la segunda mitad pueden ver el proceso de entintado. Posteriormente colocaré los pasos restantes.

¿Qué hay para la próxima? Reseñas de "Severed" y “Whatever Happened to the Caped Crusader?”, y las películas de octubre.

October 26, 2011

Action Comics # 1 - Grant Morrison

I grew up reading comic books. In fact, I learned how to read at an early age thanks to comic books. But instead of superhero titles, I had access only to 2000AD progs, and European comics from Spain and France. The only title from the big two that I could put my hands on was Conan the Barbarian, by Roy Thomas and Barry Windsor-Smith. So it’s no wonder that whenever I would inspect the pages of Superman -from the Curt Swan era- I ended up disappointed.

Back then, Superman’s stories seemed to me very uninspiring, even though I was always willing to give the Man of Steel a try. I don’t know why, but I always cared for the character. And thus came the “Death of Superman” and still, the only comics you could find here in Lima were from the 80s. And that’s how one day I bought a few Byrne Superman issues because one of the covers was… misleading. I thought I was buying the Death of Superman or something related to it. I was 11, and since that day I truly miss those covers that would sort of lie to you, showing you the apparently imminent death of a hero that would always outlive any and all threats.

So for over a decade I was a DC fanboy; however, like I’ve explained before, Infinite Crisis (2006) made me realize that nothing forced me to keep buying DC titles anymore. And so I stopped. Now 90% of my monthly pull list comes from Avatar, IDW, Image, Dynamite, Dark Horse, Top Shelf, etc. And the other 10%, is Marvel. There are, of course, a few exceptions, like Action Comics.

I’ve followed Morrison’s work for a long time, including his early days on England, as well as his first forays into the DCU. I’ve bought his Vertigo books (and I’ve even reviewed some of them right here), and I’ve read every online interview. So, yes, I’m a Morrison fan alright. But I’m not a fan of the DC relaunch, so I almost didn’t preorder Action Comics # 1. I’m glad I did, though.

Just like Byrne reeled me in with Superman # 12, Morrison has reconciled me with a character that I had neglected for years. I stopped buying Superman in 2000 or 2001. I had lost all interest in it. It was like, in a strange way, Byrne’s prolonged absence had brought back those insipid pre-crisis stories that I read as a child. The character was dying a slow death… until now.

Byrne’s Man of Steel was revolutionary in the 80s, just like Morrison’s Action Comics is right now. The Scottish writer has reinvented the character and, in a way, he has been even bolder than Byrne. The audacity of presenting an idealistic, young Superman, fighting against power is a romantic and yet enthralling notion.

I’ve heard negative comments on online communities about this new iteration of the world’s most classic superhero. But I think Morrison’s detractors forget something essential. In order to make Superman relevant today, you can no longer play the recycled card of the godlike creature or the lonely stranger from another world. What you need now is to ground the character, not unlike Byrne did, and make the readers relate to him.

This is why Metropolis inhabitants are so important in this first issue, titled “Superman versus the City of Tomorrow”. The Man of Steel saves the homeless and attacks the super-rich (a most unlikely set of villains). Why does this matter to us today? Because we live in turmoil, in a time in which we start questioning the very system in which we have always trusted. As philosopher Slavoj Žižek wrote: “We are told again and again that we are living through a debt crisis, and that we all have to share the burden and tighten our belts. All, that is, except the (very) rich. The idea of taxing them more is taboo: if we did, the argument runs, the rich would have no incentive to invest, fewer jobs would be created and we would all suffer. The only way to save ourselves from hard times is for the poor to get poorer and the rich to get richer”.

At first sight, this might seem a bit schematic, but it fits perfectly the nature of the character: after all, Superman is perhaps the most famous example of goodness, righteousness and nobility, so it’s only logic for him to go after those who don’t break the law but still practice devious and immoral ways to make a profit.

When Byrne wrote Man of Steel, he got rid of the ‘mad scientist’ approach for Lex Luthor, and instead embraced a model of sophistication and more refined cruelty; under his tenure, Luthor was the second or third richest man in the world. And that alone says it all. The idea was probably inspired by Alan Moore’s interpretation of the character, as it appeared in Swamp Thing, right after the American Gothic saga. In that story, Gotham city pays one million dollar for ten minutes of Luthor’s time: he’s given an impossible problem (to defeat Swamp Thing, a creature as powerful as Earth itself) and his genius mind comes up with a solution with a couple of minutes to spare. Moore’s legacy, then, can be seen in Morrison’s Luthor. In this first issue of Action Comics, we have a ruthless Luthor with a mind that operates beyond the normal human scale. Hired by the US military (at a very high rate, of course), he soon finds a way to defeat the last son of Krypton. And by the last page, he succeeds.

The art deserves some praising too. Rags Morales pages are vibrant and well-planned, my only complaint would be turning Jimmy Olsen into yet another Justin Bieber’s clone, but since the same thing happens in Perez’s Superman, it’s safe to assume that this is an example of DC’s current editorial guidelines. I haven’t preordered the next issues, but I truly hope DC’s initiative brings in –much needed- new readers. How does this first issue compare to Marvel’s number ones from past months? It’s better than Greg Rucka's Punisher # 1, Ed Brubaker's Captain America # 1, Brian M Bendis’ Moon Knight # 1, Matt Fraction's Mighty Thor # 1, Charlie Huston’s Wolverine the Best There Is # 1 and Greg Pak & Fred Van Lente’s Herc # 1. It’s better because it’s a fresh start that offers many possibilities. No wonder Action Comics has been a huge sales success in September, for the first time in years.

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Crecí leyendo cómics. De hecho, aprendí a leer desde muy niño gracias a los cómics. Pero en vez de súper héroes leía 2000AD y cómics europeos de España y Francia. El único título norteamericano que había en casa era Conan el Bárbaro, de Roy Thomas y Barry Windsor-Smith. Así que no es extraño que al inspeccionar las páginas de Superman -durante la era Curt Swan- terminaba decepcionado.

En ese entonces, las historias de Superman no me llamaban la atención, aún así, siempre estaba dispuesto a darle al Hombre de Acero otra oportunidad. No sé por qué, pero siempre tenía presente al personaje. Y de pronto llegó la "Muerte de Superman" y los únicos cómics que se podían encontrar aquí en Lima eran de los 80. Y así, un día, compré varios números del Superman de Byrne a causa de una de las portadas... creí que era la muerte de Superman o algo relacionado a ella. Tenía 11 años, y desde ese día siempre recuerdo con nostalgia esas portadas un tanto mentirosas, que anunciaban la inminente muerte de un personaje que, por supuesto, saldría siempre ileso.

Durante más de una década, fui un fan incondicional de DC; sin embargo, como he explicado antes, “Infinite Crisis” (2006) hizo que me diera cuenta de que ya nada me obligaba a seguir comprando títulos de DC. Y ese fue el final. Ahora el 90% de lo que compro viene de Avatar, IDW, Image, Dynamite, Dark Horse, Top Shelf, etc. Y el otro 10% es Marvel. Hay, desde luego, algunas pocas excepciones, como “Action Comics”.

He seguido el trabajo de Morrison desde hace tiempo, incluyendo su primera época en Inglaterra, y sus primeras incursiones en el Universo DC. He comprado sus cómics de Vertigo (incluso he reseñado algunos aquí), y he leído todas las entrevistas. Sí, claro que soy un fan de Morrison. Pero no soy un fan del relanzamiento de DC, así que casi no incluyo en mi lista el Action Comics # 1, pero me alegra haberlo adquirido.

Así como Byrne me capturó con Superman # 12, Morrison me ha reconciliado con un personaje al que yo había descuidado por años. Dejé de comprar Superman en el 2000 o 2001. Había perdido mi interés. Era como si, de alguna extraña manera, la prolongada ausencia de Byrne hubiese traído de regreso todas esas insípidas historias pre-crisis que leí de niño. El personaje estaba agonizando... hasta ahora.

"Man of Steel" de Byrne fue revolucionario en los 80, tal como lo es ahora el Action Comics de Morrison. El escritor escocés ha reinventado el personaje y, en cierto modo, ha sido más osado que Byrne. La audacia de presentar a un Superman joven, idealista, que lucha contra el poder es una noción romántica pero atrayente.

Llegué a escuchar algunos comentarios negativos en internet, pero los detractores de Morrison olvidan algo esencial. Para que Superman sea relevante hoy, ya no se puede usar la vieja carta de la criatura divina o el solitario extraño de otro mundo. Lo que hace falta es que el personaje ponga los pies en la tierra, así como hizo Byrne, y hacer que los lectores puedan identificarse con él.

Por eso, la gente de Metrópolis es tan importante en este primer capítulo, titulado "Superman versus la ciudad del mañana".  El Hombre de Acero salva a los pobres y ataca a los súper ricos (inusuales villanos). ¿Por qué esto es importante ahora? Porque vivimos en turbulencia, en una época en la que empezamos a cuestionar el sistema en el que siempre habíamos confiado. El filósofo Slavoj Žižek escribió lo siguiente: "Se nos ha dicho una y otra vez que atravesamos una crisis de deuda, y que todos debemos sobrellevar la carga y ajustarnos el cinturón. Todos, claro, excepto los (muy) ricos. La idea de cobrarles más impuestos es un tabú: si lo hiciéramos, sugiere el argumento, los ricos no tendrían incentivo para invertir, habría menos empleo y todos sufriríamos. La única forma de salvarnos en estos tiempo difíciles es que los pobres se vuelvan más pobres, y los ricos se hagan más ricos".

A primera vista, podría parecer algo esquemático, pero encaja perfectamente con la naturaleza del personaje: después de todo, Superman es tal vez el más famoso ejemplo de bondad, justicia y nobleza, así que es perfectamente lógico que persiga a aquellos que si bien no violan la ley, tienen una forma dudosa e inmoral de lucrar.

Cuando Byrne escribió "Man of Steel", se deshizo del concepto de 'científico loco' para Lex Luthor, y en su lugar aplicó un modelo de sofisticación y crueldad refinada; en sus páginas, Luthor era el segundo o tercer hombre más rico del mundo. Y eso lo dice todo. La idea fue probablemente inspirada por la interpretación de Alan Moore, tal como aparece en la Cosa del Pantano, justo después de la saga "American Gothic". En dicho relato, Gotham City le paga a Luthor un millón de dólares por diez minutos de su tiempo: se le da un problema imposible (derrotar a la Cosa del Pantano, una criatura tan poderosa como el planeta Tierra) y su mente de genio le proporciona una solución con minutos de sobra. El legado de Moore, entonces, se puede ver en el Luthor de Morrison. En este primer ejemplar de Action Comics, tenemos a un Luthor despiadado, con una mente que opera por encima de la escala humana. Contratado por el ejército de Estados Unidos (a una tarifa muy elevada, por supuesto), pronto encuentra una manera de derrotar al último hijo de Krypton. Y, en la última página, tiene éxito.

El arte merece algunas alabanzas. Las páginas de Rags Morales son dinámicas y están bien planeadas, mi única queja es ver a Jimmy Olsen convertido en otro clon de Justin Bieber, pero como lo mismo sucede en el Superman de Pérez, asumo que este es un ejemplo de la actual línea editorial de DC. No he comprado los números siguientes, pero espero que esta iniciativa de DC atraiga a nuevos lectores (realmente hacen falta). ¿Se puede comparar este primer número con números uno de Marvel de los últimos meses? Es mejor que Punisher # 1 de Greg Rucka, Captain America # 1 de Ed Brubaker, Moon Knight # 1 de Brian M Bendis, Mighty Thor # 1 de Matt Fraction, Wolverine the Best There Is # 1 de Charlie Huston y Herc # 1 de Greg Pak & Fred Van Lente. Es mejor porque es un nuevo comienzo que ofrece muchas posibilidades. No sorprende, entonces, que en setiembre el título insignia de DC haya sido un éxito total en ventas, por primera vez en años.

October 22, 2011

Patricia Camet y Alice Wagner en Lucía de la Puente

My next post will be a review on Action Comics # 1. Yes, I think it’ll be the first DC comic getting a review here (apart from Vertigo). What caused this schism between my reading habits and DC Comics. It all started in 2006 when Civil War caught my attention. I had been so disappointed with Infinite Crisis that I had decided to take a break from the DCU for a while (I didn’t know it back then, but the ‘break’ would last over 5 years). Civil War had been a much more interesting event than the usual mega-crossover-madness-product.


Many people complained about the political references in Civil War, demanding for more uncontroversial stories. if I would have to venture an explanation, I would say that editors take decisions in a different way, and that gets reflected on comic books; take for instance Mark Millar, he wrote Superman: Red Son, which in my opinion is one of the best Superman stories ever told, and it has a lot of political approaches, the big difference is that it’s an Elseworlds project whereas Civil War is ‘in continuity’.


It happened all throughout the Marvel Universe and it was not some sort of alternate reality. And that’s one of the things I liked the most about it. It was relevant. And there were so many details that I found fascinating. For instance, I loved the fact that Iron Man and Ms Marvel were in the same side, both of them can be considered recovering alcoholics, and I do know for a fact that a lot of alcoholic people feel the necessity to control other people’s lives since they really can’t control their own. Alcoholic equals freak control, and I should know about that. So, for pure sympathy I guess I would’ve supported Iron Man, and besides there were a good number of logical reasons for the Superhero registration act. For the first time in years people would talk about Iron Man; he was a hero on the verge of becoming excessively controlling and authoritarian. At the same time, there was a lot of admiration going on for Captain America’s side, so no matter who’d win in the end readers could enjoy Millar’s story.


As I was saying I stopped buying DC Comics in 2006, but I had stopped buying Superman comics in 2000. Acquiring only a couple of ‘out of continuity’ projects, I distanced myself from a character that drew me into comics in the first place. More about that on the next post.
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Ayer viernes la galería Lucía de la Puente se llenó de gente. Las dos muestras del mes fueron retratos/emoticons de Patricia Camet, y “Comunidades imaginadas” de Alice Wagner. La obra de Camet es un audaz ejercicio de reciclaje/reutilización, en donde se da nueva vida a todo lo que, normalmente, consideraríamos material de desecho, al mismo tiempo, mediante la fotografía Camet retrata paisajes de sobrecogedora belleza, y ambas propuestas encajan a la perfección gracias a un enfoque muy bien planteado. Alice Wagner, artista de reconocida trayectoria, imbrica conceptos teóricos como la “comunidad imaginada” de Benedict Anderson (es decir, la nación como un producto de ficción que requiere el consenso de los creadores de dicha ficción, al fin y al cabo, ¿qué otra cosa es un país sino una invención del hombre?), y la condición del subalterno de Gayatri Spivak. Con una temática sumamente peruana, Wagner nos trae imágenes del Cusco, Machu Picchu, los húsares de Junín, etc., en cuadros cuidadosamente realizados.
Thomas Ott


Apenas llegué a Lucía de la Puente me encontré con los españoles Paola Vañó y Julius, y justamente les comenté que en literatura había leído a Anderson y Spivak, y que por lo tanto la muestra de Wagner me resultaba especialmente cercada. Con Paola y Julius nos tomamos un par de pisco sours, toda una novedad, porque en Lucía de la Puente el pisco usualmente se sirve puro. Ya luego pasé a mis infaltables vasos de Johnnie Walker, y fue en ese momento en el que me encontré con Rocío Flórez Peschiera, y le pregunté por mi gran amiga Cristina Cillóniz, que en teoría iba a ir a la inauguración aunque al final nunca apareció.


Con una copa de Navarro Correas me senté en una de las mesas donde estaba Dare Dovidjenko, conversamos un rato sobre cómics. Dare, en la actualidad, es artista exclusivo de la galería Lucía de la Puente, y de hecho expuso el año pasado (evento que fue narrado por mí oportunamente), pero Dare también era un colaborados habitual del suplemento No, de la revista Sí, en donde hacía cómics. Incluso me contó que a fines de los ochenta dibujó un cómic de una página con guión del genial poeta José Watanabe (mi tesis de literatura es, precisamente, sobre Watanabe). También saludé Rhony Alhalel, a Mariella Agois y otros artistas. Y al regresar a mi casa, pasé por Los Cavenecia Restobar, y me encontré con el escritor Guillermo Niño de Guzmán y Alfredo Bryce Echenique que acababan de entrar al elegante local. Definitivamente, fue una noche de viernes como pocas.


A continuación incluyo tres cuadros de la artista Ana Teresa Barboza, y un par de magníficas páginas de cómic suizo de Thomas Ott, actualmente en exposición el Centro Cultural Ricardo Palma, en la avenida Larco.

October 21, 2011

Brilliant # 1 - Bendis & Bagley

“Can the best and brightest college minds turn science fiction into science?” When I read the premise of Brilliant I instantly knew I was on board. After reading literally thousands of superhero comics, it’s always refreshing to find a new take on the genre. In the first issue of Brilliant, Brian Michael Bendis doesn’t write about superheroes but about people with superpowers. There are no flashy suits or supervillains, only a group of young men that can prove that sky is not the limit.

A group of college students ask themselves why -not too long ago- there was an almost symbiotic dynamic between science fiction writers and scientists. Many of the inventions of today were first imagined in sci-fi novels. Many of today’s genius (such as Stephen Hawking) have admitted that they’ve been inspired by sci-fi writers in order to come up with certain theory approaches. The link is clear. And this group of nerdy kids demands to go beyond this correlation, and to actually create that which they have only read about in comic books: superpowers.

But can this be possible? Is there a scientific base for, say, invulnerability or telekinesis? And can they substantiate their theories? In the first pages of Brilliant we see Amadeus robbing a bank. Of course, he doesn’t need to pull a gun in order to walk away with a bag of money. He’s not a normal human being anymore, but why isn’t he rescuing kids from a flaming building or stopping petty burglaries? Perhaps because Amadeus is a fine example of today’s youth or because he’s hinting at something else.

Philosopher Slavoj Žižek studied market driven consumerism in “The Ticklish Subject”. And Amadeus’ behavior exemplifies the discourse of later capitalism. That’s why, according to Žižek, he “does not appeal to subjects in the name of any collective cause justifying individuals’ sacrifice of jouissance”. The sacrifice of joy is what defined the superheroes of the golden and silver ages. Noble men and women would sacrifice everything in order to save the American people. But we are in 2011 now. And there’s a different idea of what to do if you have superpowers. This new tendency can be seen, for instance, in the movie “Jumpers”, in which Hayden Christensen has the power of teleportation: when he’s watching the news and sees people in peril because of a flood, he doesn’t move a finger. He has teleported into bank vaults long enough to be a millionaire. And that’s all that matters to him. Be honest now, if you had superpowers wouldn’t you use them to get rich instead of altruistically saving others?
robbing a bank / asaltando un banco

Amadeus doesn’t need money to cover his needs but rather to give into consumerism. This is made evident when he gives his friend Albert an expensive iPhone as a birthday gift. Perhaps one of the most typical scenes in silver age comics was the bank robbery. In the hands of Bendis this is no longer typical but rather a clever way to make us think about how we, as readers, feel towards banks nowadays. Bertolt Brecht once asked "What is the robbing of a bank compared to the founding of a bank?". A bank robber can get away with a few thousand dollars, a bank owner can get away with millions. Let’s think for a moment about the US financial crisis, the super-rich and the current Wall Street manifestations. Yes, everyone is fed up. And if people had superpowers now, they wouldn’t protect a bank, they would probably rob it, just like Amadeus did.

Off to a very promising start, the first issue of Brilliant presents a very interesting cast of ambitious, young people. At the same time, Bendis makes us think about what motivates our actions in the 21st century. Half a century has elapsed since the days of the silver age, and the writer makes sure we notice the changes.  

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birthday party / fiesta de cumpleaños

"¿Pueden las mejores y más brillantes mentes universitarias transformar la ciencia ficción en ciencia?". Cuando leí la premisa de Brilliant supe al instante que me gustaría. Luego de leer literalmente miles de cómics de súper-héroes, es siempre refrescante encontrar una nueva interpretación del género. En el primer ejemplar de esta nueva serie, Brian Michael Bendis no escribe sobre súper-héroes sino sobre gente con súper-poderes. Aquí no hay trajes vistosos ni villanos, sólo un grupo de jóvenes que demostrarán que el cielo no es el límite.
good friends / buenos amigos

¿Pero puede esto ser posible? ¿Hay alguna base científica para, digamos, la invulnerabilidad o la telequinesis? ¿Podrían estas teorías sostenerse? En las primeras páginas de “Brilliant”, vemos a Amadeus asaltando un banco. Desde luego, no necesita armas para salir con una bolsa llena de billetes. Ya no es un humano ordinario, pero ¿por qué no está rescatando niños de un edificio en llamas o impidiendo atracos? Tal vez porque Amadeus es un buen ejemplo de la juventud de hoy o tal vez nos está dando pistas de algo más.

El filósofo Slavoj Žižek estudió el consumismo y el mercado en “El sujeto espinoso”. Y la conducta de Amadeus ejemplifica el discurso del capitalismo tardío. Es por ello que, de acuerdo a Žižek, él "no apela a los sujetos en nombre de una causa colectiva para justificar el sacrificio del goce de los individuos". El sacrificio del goce es lo que definía a los súper-héroes de la edad de oro y plata. Hombres y mujeres nobles los sacrificaban todo con tal de salvar al pueblo norteamericano. Pero ahora estamos en el 2011. Y hay otras ideas sobre qué hacer si se tiene súper poderes. Esta nueva tendencia se ve, por ejemplo, en la película “Jumpers”, en la que Hayden Christensen tiene el poder de la transportación: cuando ve en las noticias a gente en peligro a causa de una inundación no mueve ni un dedo. Se ha transportado al interior de bóvedas de banco tantas veces que se ha hecho millonario. Y eso es todo lo que le importa. Sean honestos, ¿si tuvieran poderes no los usarían para enriquecerse en lugar salvar a otros altruistamente?

Amadeus no necesita dinero para cubrir sus necesidades sino para ceder al consumismo. Esto es evidente cuando le regala a su amigo Alfred un costoso iPhone. Tal vez una de las escenas más típicas de los cómics de la edad de plata era el robo a un banco. En las manos de Bendis, esto no es algo típico sino una forma astuta de hacernos reflexionar sobre cómo nos sentimos ahora en relación a los bancos. Bertolt Brecht tiene un dicho: "Nunca se sabe quién es más ladrón, el que roba un banco o el que lo funda". Un asaltante de bancos puede escapar con miles de dólares, el propietario de un banco con millones. Pensemos un momento en la crisis financiera norteamericana, en los súper ricos y en las actuales manifestaciones de Wall Street. Sí, todos están hartos. Y si la gente tuviese poderes no protegería los bancos, probablemente los asaltaría, al igual que Amadeus.

Con un inicio prometedor, el primer ejemplar de Brilliant presenta un interesante elenco de jóvenes ambiciosos. Al mismo tiempo, Bendis cuestiona nuestras motivaciones en este siglo XXI. Ha transcurrido medio siglo desde la edad de plata, y el escritor se encarga de que percibamos los cambios.