Everything begins with Aldo Sax, an FBI agent famous for his ability to think outside the box thus solving the most complicated homicide cases. This time, however, he has encountered an unsolvable mystery: a series of gruesome and seemingly unconnected murders that, nevertheless, have in common some vague and almost insignificant details.
An expert in “anomaly theory”, agent Sax is now in one of the most dangerous and miserable neighborhoods in Brooklyn. And he is about to visit Club Zothique “an amphetamine field of concussive music and light, full of underage heat”. This isn’t a typical teenage hangout, but rather a sinister place connected to the Cthulhu Mythos. Everything there reminds us of H.P. Lovecraft’s books: the band that plays in the club is called The Ulthar Cats, there is an obscene publication titled Pickman’s Necrotica and, at last but not least, the main suspect is Johnny Carcosa (Carcosa is a recurring name in Lovecraft’s tales).
Nonetheless, Sax ignores all these references and decides to approach Carcosa, a mysterious young man who covers half his face at all times and speaks with a peculiar lisp. Sax tells him that he’s looking for ‘aklo’. Aklo, thinks Sax, must be some sort of hallucinogenic drug, a mind-altering substance. Once again, the federal agent is wrong. Aklo is a fictional language present in Lovecraft’s literary creations.
FBI agent Aldo Sax (right) / agente del FBI Aldo Sax (derecha) |
Club Zothique + Johnny Carcosa |
In his introduction, Garth Ennis explains how The Courtyard is “a story bursting with ideas and characters and nice lines and spooky twists, enough to keep most writers occupied for a couple of years – but where just about anyone else would strip-mine a concept like this to the death, what does Alan devote to it? Forty-eight pages, no more”. Indeed, as a generous storyteller, Alan Moore shares with us a terrifying universe, and boils everything down to its very essence. There is not a single superfluous element in Moore’s narrative, every page, every panel, serves a specific purpose.
Certainly, artist Jacen Burrows surprises the readers with lustrous, elegant and clean lines, adding details where necessary or concealing them, and increasing the scope of the nightmarish landscapes we get to see towards the end. Burrows effectively depicts violence and gore, exceling in the designs of the Lovecraftian creatures. “Alan Moore is among the very best writers of the last twenty years […] Jacen Burrows is probably the best artist of the last year. On the basis of the amassed talent alone, The Courtyard is explosive”, affirms Warren Ellis. And I agree with him. I read this haunting one-shot a few years ago, and I was impressed by its ominous and bloodcurdling nature. Rereading it now has been like taking a tour through the ancestral nightmares of humankind.
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El género de terror ejerce una poderosa influencia sobre nosotros. Aquello que normalmente encontraríamos repugnante y terrible en la vida real, se convierte en algo fascinante en la ficción; de hecho, queremos conectarnos con nuestros miedos más profundos. H.P. Lovecraft, reconocido novelista, exploró los rincones más oscuros del mundo, y cuando este plano de existencia no fue suficiente, decidió ir aún más lejos. La mente febril de Lovecraft fue el origen de los Mitos de Cthulhu, una extraña mitología que ha persistido a lo largo de las décadas, inspirando a una nueva generación de escritores. Uno de ellos sería Alan Moore y en “The Courtyard” (publicado originalmente por Avatar Press en enero-febrero del 2003) rinde homenaje al maestro norteamericano del horror.
Carcosa's creepy residence / la macabra residencia de Carcosa |
Todo comienza con Aldo Sax, un agente del FBI famoso por su capacidad de pensar originalmente para resolver los casos de homicidio más complicados. Esta vez, sin embargo, ha encontrado un misterio irresoluble: una serie de asesinatos espantosos y aparentemente inconexos que, no obstante, tienen en común algunos detalles imprecisos y casi insignificantes.
Un experto en la "teoría de la anomalía", el agente Sax se encuentra en una de las zonas más peligrosas y miserables de Brooklyn. Y está a punto de visitar el Club Zothique "un campo de anfetaminas de música atronadora y luz, lleno de calor juvenil". Este no es el típico lugar de reunión para adolescentes, sino un lugar siniestro conectado a los Mitos de Cthulhu. Todo allí nos recuerda los libros de H.P. Lovecraft: la banda que toca en el club se llama Los gatos de Ulthar, hay una publicación obscena titulada Necrótica de Pickman y, por último pero no menos importante, el principal sospechoso es Johnny Carcosa (Carcosa es un nombre recurrente en los relatos de Lovecraft).
No obstante, Sax ignora todas estas referencias y decide acercarse a Carcosa, un joven misterioso que cubre la mitad de su cara en todo momento y habla con un ceceo peculiar. Sax le dice que él está buscando 'aklo'. Aklo, piensa Sax, debe ser algún tipo de droga alucinógena, una sustancia que altera la mente. Una vez más, el agente federal está equivocado. Aklo es una lengua ficticia presente en las creaciones literarias de Lovecraft.
Carcosa promete darle lo que quiere en un sombrío patio. Sax recuerda algunos casos antiguos e inquietantes de los primeros días del FBI. Allá por los años 20, muertes extrañas e inexplicables tuvieron lugar en la zona de Red Hook, y surgieron nombres como Malone y Suydam (personajes de los libros de Lovecraft). El Buró Federal de Investigación concluye que hay un culto satánico detrás de todo ello, pero eso no es cierto. Sax sabe que está lidiando con algo mucho más horrible que el satanismo, algo arcano y poderoso, algo que no pertenece a nuestro mundo.
Johnny Carcosa speaks in Aklo / Johnny Carcosa habla en aklo |
En su introducción, Garth Ennis explica cómo “The Courtyard” es "una historia llena de ideas y personajes y líneas ingeniosas y giros espeluznantes, lo suficiente como para mantener a la mayoría de los escritores ocupados por un par de años - pero en lugar de exprimir un concepto como este hasta la muerte como harían otros, ¿cuántas páginas le dedica Alan? Cuarenta y ocho, ni una más". De hecho, como un generoso narrador, Alan Moore comparte con nosotros un universo aterrador y sintetiza todo hasta llegar a lo esencial. No hay un solo elemento superfluo en la narrativa de Moore, cada página, cada viñeta tiene un propósito específico.
A Lovecraftian nightmare / una pesadilla Lovecraftiana |
Ciertamente, el artista Jacen Burrows sorprende a los lectores con trazos lustrosos, elegantes y limpios, añadiendo detalles cuando es necesario o escondiéndolos, para aumentar el impacto de los paisajes de pesadilla que llegamos a ver hacia el final. Burrows representa efectivamente la violencia y el gore, sobresaliendo en los diseños de las criaturas Lovecraftianas. "Alan Moore es uno de los mejores escritores de los últimos veinte años [...] Jacen Burrows es probablemente el mejor artista del año pasado. Sólo sobre la base del talento acumulado, The Courtyard es de por sí explosivo", afirma Warren Ellis. Y estoy de acuerdo con él. Leí esta inquietante historia hace algunos años, y me quedé impresionado por su naturaleza siniestra y escalofriante. Releerla ha sido como hacer un recorrido por las pesadillas ancestrales de la humanidad.