Judge Death / Juez Muerte |
Although most of the Judge Dredd adventures are firmly inserted in a post-apocalyptical future and are, therefore, sci-fi oriented, British writer John Wagner never forgot that comic books are the ideal medium to effortlessly combine sci-fi and fantasy. Indeed, these two genres are always separated when it comes to novels, but in comic books there is nothing more common than to see arcane magic and advanced technology coexisting in the same page. And this is exactly what happens in the “Judge Death” saga.
Judge Anderson |
Obviously, she also displays a delightful sense of humor. When they meet for the first time, Anderson reads Dredd’s mind and affirms that he can’t hide his “guilty secrets” from a telepath. Dredd reply is blunt and to the point: “I have no guilty secrets”. That seemingly innocent moment will mark the beginning of Anderson’s subtle flirtations towards Mega-City One’s greatest judge. In fact, a few pages later, Anderson touches Dredd to psychically shield him, and Dredd complaints by asking “Is this absolutely necessary?”.
In the battle against Judge Death, Anderson acts even more heroically than Dredd himself. She is willing to sacrifice her life in order to imprison Death’s mind inside her body. Fortunately, in “Judge Death Lives” Anderson comes back to life, after all, turns out she was only in a state of suspended animation. This time, however, Judge Death is reunited with his 3 sinister allies: Fire, Fear and Mortis. Together, the four Dark Judges (like the Four Horsemen of the Apocalypse) would kill hundreds of Mega-City One citizens, until Dredd and Anderson finally figure out how to stop them.
Judge Anderson: dead or alive? / la Jueza Anderson: ¿viva o muerta? |
Brian Bolland’s art is breathtakingly gorgeous. Highly detailed, beautifully balanced and harmonically designed, each one Bolland’s pages set an artistic precedent that very few of his colleagues could surpass. With a unique sense of sequential structure, Bolland always knew how to depict the movement and inner conflicts, from the protagonists to the most insignificant characters. It’s always such an immense joy to behold his panels; everything that makes the 9th art so great can be found there. Bolland’s imagination and visual creativity are unparalleled, and although many can be astonished by his perfectionism and his precise brush, what surprises me the most is that even in 1980 he was already aware of his duty as an artist. Instead of rushing out to meet a deadline he would devote as much time as possible to his work. And that is one of the reasons why we can’t stop admiring him: because of his complete commitment to art.
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Cuando todavía estaba en primaria, Judge Dredd era uno de mis héroes favoritos. Había algo especial en este estricto hombre obsesionado con la ley, y aunque en ese entonces no era consciente de quién escribía o dibujaba las historias que tanto disfrutaba, siempre tuve una especial predilección por Brian Bolland. Honestamente, no puedo recordar cuando empecé a notar su nombre, pero él solía ilustrar una gran cantidad de portadas, y recuerdo que buscaba siempre su firma y su característica ‘N’ invertida, que se convertiría en su marca personal.
Fear, Fire & Mortis |
Así que, en cierto modo, aprendí a identificar diferentes estilos artísticos gracias a Brian Bolland y el resto de los maravillosos dibujantes y entintadores que estaban a cargo de Juez Dredd. En las últimas décadas, Bolland se ha hecho famoso como uno de los mejores portadistas de la industria, pero por alguna razón ha dejado de hacer arte interior. Por supuesto, ese no era el caso en 1980 cuando el Juez Muerte y la Jueza Anderson hacían su primera aparición en las páginas de 2000AD 149 a 151 (en 1981, Bolland volvería para la secuela "El Juez Muerte está vivo", publicada en 2000AD 224 a 228). Estas dos historias de Juez Muerte serían reeditadas a todo color (cortesía de John Burns) para el mercado de Estados Unidos en los años 80.
Aunque la mayoría de las aventuras de Juez Dredd están firmemente insertadas en un futuro post-apocalíptico y son, por lo tanto, de pura ciencia-ficción, el escritor británico John Wagner nunca olvidó que los cómics son el medio ideal para combinar sin esfuerzo la ciencia ficción y la fantasía. De hecho, estos dos géneros siempre están separados cuando se trata de novelas, pero en los cómics no hay nada más común que ver la magia arcana y la tecnología avanzada coexistiendo en la misma página. Y esto es exactamente lo que sucede en la saga de "El Juez Muerte".
Victims of the Dark Judges / las víctimas de los Jueces Oscuros |
Facing Death / enfrentándose a Muerte |
the final battle / la batalla final |
En la batalla contra el Juez Muerte, Anderson actúa aún más heroicamente que Dredd. Ella está dispuesta a sacrificar su vida con el fin de aprisionar la mente de Muerte dentro de su cuerpo. Afortunadamente, en "El Juez Muerte está vivo" Anderson revive, después de todo, resulta que ella sólo estaba en estado de animación suspendida. Esta vez, sin embargo, el Juez Muerte se reúne con 3 siniestros aliados: Fuego, Miedo y Mortis. Juntos, los cuatro jueces oscuros (como los cuatro jinetes del Apocalipsis) matarán a cientos de ciudadanos de Mega-City One, hasta que Dredd y Anderson finalmente encuentran la manera de detenerlos.
El arte de Brian Bolland es de una belleza sobrecogedora. Altamente detalladas, muy bien balanceadas y armónicamente diseñadas, cada una de las páginas de Bolland establecen un precedente artístico que muy pocos de sus colegas podrían superar. Con un sentido único de la estructura secuencial, Bolland siempre supo cómo retratar el movimiento y los conflictos internos, desde los protagonistas a los personajes más insignificantes. Estas viñetas son siempre una inmensa alegría para los ojos; todo lo que hace que el noveno arte sea tan grandioso puede encontrarse allí. La imaginación de Bolland y su creatividad visual son incomparables, y aunque muchos se pueden asombrar por su perfeccionismo y por la precisión de su pincel, lo que más me sorprende es que incluso en 1980 él ya era consciente de su deber como artista. En lugar de apresurarse para cumplir con los plazos de entrega, él dedicaba tanto tiempo como le era posible a su trabajo. Y esa es una de las razones por las que no podemos dejar de admirarlo: por su compromiso total con el arte.