October 8, 2011

Galería Enlace & Bruno Gallery


September 2011 was DC’s month. For the first time in six years Marvel lost against the relaunch of their competitors, both in market share and dollar share. Even so I’m still on the fence about this whole thing. Last time DC did something similar was half a decade ago, with Infinite Crisis. One of the few things that I liked about Infinite Crisis is that Arion was on George Perez’s cover for the second issue (although, of course, he’s nowhere to be found in the inner pages). He was also on the first cover of the original Crisis (back in the 80’s), and there was even some focus on him in the first issues. I guess I always felt some incomprehensible connection with the character… Arion wasn’t really the Lord of Atlantis in his series, but he was something of a sorcerer supreme in Atlantis. I have always been a huge fan of that short lived series, so much that in every comic book message board I visit that’s the nickname I choose: Arion. Take away Phil Jimenez’s gorgeous art and there is really nothing that interests me about IC.
I’m going to try to keep my IC complaints as short as I possibly can. And that means no extensive paragraphs, just simple facts. So, beware. First of all, I really liked Crisis on Infinite Earths (COIE), I think it was a great way to renovate the DC Universe. And it was a much needed renovation. I don’t think that DC, even as a Time Warner subsidiary, could have subsisted with the kind of books and stories that were common before COIE. To me that 12 issues series was the beginning of new and exciting times for the super-hero genre; COIE allowed for wonderful revamps such as Byrne’s Man of Steel. It was a great moment. Twenty years later came IC, the goal was sort of shake everything up and impress long-time fans.

Editors required a way to mess around with the DCU as effortlessly and easily as possible. But just because you can do something, it doesn’t mean you have to. Was it really necessary to have yet another Crisis? I started reading comics because of Byrne’s Superman, and with the years everything he did in the title has been retconned, dismissed and / or forgotten.

Everything now could easily be felt as gratuitous in the literary application of the word. IC was, after all, really gratuitous. And only a few years later we have DC’s New 52. I really hope DC's fresh start will capture the attention of new readers, because with an ever decreasing fanbase, comic books sales are not what they used to be. Anyway, I decided to give the first issue of Action Comics  a try. Because I am (and always will be) a Grant Morrison fan. I should be getting it within a week or so. Let’s see what I make of it.

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my old notebook / mi cuaderno viejo

Y por esas extrañas coincidencias, el día de ayer todos los limeños estaban atentos al partido de fútbol de Perú. O casi todos, porque lo cierto es que tanto la Galería Enlace como Bruno Gallery estaban llenas de amantes del arte que, al menos durante esa noche, descartaron el deporte estrella de este país en aras de un par de muestras de gran interés.

Así, la Galería Enlace presentó una muy acertada selección de cuadros del uruguayo Ignacio Iturria, en compañía de las llamativas esculturas de Antonio Pareja. En Bruno Gallery se presentaban “Marea negra, tiempo de cambio” de Eduardo Cochachín (cuadros más que interesantes), y “Paisajes y vistas” de Giancarlo León Waller (escenarios frondosos que nos remiten a las regiones selváticas de nuestro país). En Bruno Gallery me quedé conversando con Roberto Cores y algunos otros conocidos.
my old notebook / mi cuaderno viejo

También hablé con Eduardo Deza, y le hice preguntas que en realidad debían ir dirigidas a Giancarlo León Waller, como los dos han expuesto en la Galería Shock, por un momento, no sé cómo, o quizá a causa de las copas de vino tinto que había empezado a tomar en Enlace, y que continuaba tomando ya en Bruno Gallery, terminé confundiéndome de interlocutor. Algo que ya me había pasado antes cuando Eduardo expuso en el Centro Cultural Ccori Wasi junto con Iván Fernández Dávila, y yo, culpemos aquí también a las copas, confundí el cuadro de Iván con el de Eduardo. Moraleja: piénsenlo dos veces antes de hablar sobre arte, sobre todo cuando hay alcohol de por medio.

A continuación van un par de fotos que resumen todas las muestras del tercer trimestre del 2011. Las de julio ya han sido comentadas pertinentemente, pero en agosto no hablé de ninguna. Lucía de la Puente presentó “Variables Canadienses” de Billy Hare, uno de los más importantes y reconocidos fotógrafos del Perú, que desde hace unos años ha innovado en el medio con sus famosas ‘series continuas’; en la misma galería, Nicolás Lamas presentó “Desencuadre y superficie” un trabajo planeado al milímetro que nos sorprende por su inventiva. También en Barranco, la Galería Cecilia González presentó la sugestiva muestra “Psique” de Mariu Palacios. Sala 58 presentó “Children” de Paolo Vigo, con un trabajo realmente refinado que demanda un gran esfuerzo de parte del artista. Mi amiga Paola Tejada me presentó a Paolo, y él me explicó un poco el proceso detrás de sus trabajos.

En setiembre, Lucía de la Puente presentó “Obras recientes” de Liliana Porter y “Quipu cúmulo: nueva vexilogía” Pablo Vargas Lugo, propuestas ingeniosas y no exentas de un cierto hálito de rebeldía artística. Amita Bhatt presentó su primera muestra en Perú, en el Museo Pedro de Osma, “Una colisión fantástica en tres mundos”, obras sobre tela de textura casi corrugada en gran formato que resuelven las inquietudes de la artista quien, por cierto, cita el libro “How to read Lacan” de Slavoj Žižek, un verdadero deleite para los intelectuales de alto vuelo. “Neblina” de José Ignacio Iturburu es la primera muestra de Sala 58 que se aleja del dibujo y la ilustración, el artista ya me había sorprendido gratamente hace algunos meses en “La pintura: el diálogo y la guerra sobre el lienzo”. La muestra Anamnesis de Carlo Vitalino me llamó mucho la atención, en especial el homenaje a clásicos del cine de terror como los muertos vivientes (uno de mis subgéneros predilectos).
my old notebook / mi cuaderno viejo

Finalmente, la retrospectiva de Fernando de Szyszlo en el Museo de Arte de Lima (Mali) ha sido extraordinaria. Dos salas del Mali resumen décadas enteras de la trayectoria del artista peruano de mayor renombre. Al margen de si uno es o no fan de Szyszlo, solamente ver su proceso y evolución a lo largo de los años es una maravilla. Hay algunos cuadros realmente geniales, y su obra se entiende mejor en conjunto, viendo todo lo que hubo antes y todo lo que hay ahora.  

October 7, 2011

Liniers en Lima


my inks / mis tintas

Argentina tiene una envidiable tradición de humoristas gráficos, desde Quino con su entrañable Mafalda hasta Fontanarrosa con su siempre ácido Inodoro Pereyra. Y por fortuna, nuevas generaciones han seguido esforzándose para arrancarnos una sonrisa o una buena carcajada, no con el chiste facilón sino mediante el humor inteligente. Allí están Maytena y sus mujeres alteradas y, desde luego, Ricardo Siri, o sea, el gran Liniers.

A mí Liniers me lo presentó mi amigo Rafael Velásquez, una de esas tardes en las que fui a visitarlo a su casa con Nanya Eslava, hace dos años. Aquella tarde me pasé un buen rato leyendo Macanudo y otras tiras, y la verdad ya he olvidado por completo cuál era el motivo de nuestra visita o de qué otras cosas hablamos, pero lo que me quedó fue ese trazo deliciosamente dúctil, casi pacífico pero que siempre encierra un torbellino imaginativo. Y recuerdo haberme reído cantidad de veces allí, en casa de Rafael, gracias a él y a Liniers, desde luego.

Me parece estupendo que Perú21 empiece a sacar las tiras de Liniers, pero me parece todavía mejor que mi amiga Gabriela Ibáñez haya conseguido lo que se propuso hace tanto tiempo: editar a Liniers. Así, en efecto, la primera edición 100% peruana del autor argentino llega a nosotros a través de Polifonía, la editorial de Gabriela. La presentación de “Lo que hay antes de que haya algo” se realizó el día de ayer en la Galería Índigo, de San Isidro.

Cuaderno viejo (c. 2004)

Erróneamente había creído que Liniers era uno de esos historietistas injustamente desconocidos en nuestro medio, pero al llegar a la avenida El Bosque comprobé que no era así. Casi dos cuadras de gente se amontonaba con la intención de entrar a una residencia sanisidrina que, aunque espaciosa, no podría jamás albergar a esos centenares de fans. Por supuesto, habían cerrado la puerta y un par de porteros, de esos que tienen cara de pocos amigos, impedían el ingreso de los entusiastas de Liniers.

Tuve que llamar a Gabriela y ella tuvo que salir hasta la puerta para señalarme con el dedo, y para poder así pasar entre un mar de gente que se amontonaba frente a la entrada. Fue casi como la escena de alguna película, en donde el protagonista entra a una exclusiva discoteca a pesar de las pifias de disgusto de los que se quedaron atrás.

Ya con el libro en mis manos, esperé unos cinco o diez minutos hasta llegar a la mesa donde estaba sentado Liniers, que es una de esas personas que te caen bien desde el primer momento, y me firmó mi ejemplar de “Lo que hay antes de que haya algo”, acompañándolo con un simpático dibujito.

El libro de Liniers es de una gran ternura, y rescata una de las cualidades que más a menudo descartamos como adultos cínicos que somos. ¿Qué es la inocencia? Según Constantino Carvallo Rey, fundador de mi colegio, es “el estado anterior a la duplicación del yo, ese momento de la vida en el que la acción se corresponde con la intención” […] “Cuando no vacilamos en mostrar lo que somos, lo que sentimos y pensamos. Cuando la verdad de nuestro ser habla en la conducta. Después aprendemos a guardarnos, a fingir, a parecer lo que no somos. La inocencia no se opone a la sexualidad ni al deseo. Su contrario es la mentira. Lo que preocupa no es la acción incontrolada, los errores que se cometen tempranamente. No, el pecado es la falsedad. Ese aprendizaje en la doblez, decir lo que no se piensa, mentir en la acción y hacerlo tanto y tan seguido que ya no se sabe quién es uno en realidad. La pérdida de la inocencia es la caída en la nada interior, el vivir enmascarado, torcida el alma, negando con la palabra y la conducta la humilde verdad que habita en el corazón”.

La definición de Constantino la entendí mejor en mis primeros años de universidad, cuando era de todo menos inocente (y de ahí mi depresión y mi necesidad apremiante de terapia psicoanalítica). ¿Cómo olvidarme de mi clase de filosofía en Estudios Generales Letras? La perspectiva de actividades grupales me tenía traumado (a veces, creo, sólo por eso terminé estudiando literatura, porque era la única carrera en la estaría a salvo de trabajos en grupo).

Y el primer día de filosofía, al otro extremo del salón, uno de esos alumnos a los que siempre veía caminando por ahí, me miró como si me reconociera; cruzó el salón de extremo a extremo y nos sentamos juntos. Observábamos de reojo las caras que nos rodeaban. La mayoría era caras nuevas, alumnos de segundo ciclo quizá. Entiendo por qué él y yo nos sentimos tan desubicados, ambos estábamos haciendo un quinto ciclo que nos convertía, en aquel semestre del 2004, muy probablemente, en los más viejos del curso. Finalmente, se abrió impuntualmente la puerta y entró mi amigo Bruno Conte Pujalt. Ahora éramos tres, el grupo estaba completo.

Desde esa vez, nos sentamos juntos todas las semanas. Llegué a discutir esa situación con mi psicoanalista: la ansiedad terrible de tener que lidiar con otras personas desaparecía gracias a ellos. El desconocido de la primera clase era Rodrigo Gozalo Böhl; y ahora, con el libro de Liniers bajo el brazo y una copa de champagne en la mano, me encuentro con Rodrigo. Qué casualidad, no tenía ni idea de que él, al igual que yo o Rafael, también fuese un admirador de Liniers. Una cosa te va llevando a la otra, así como Nanya me llevó a la casa de Rafael ese día, y Rafael me llevó a Liniers, y Gabriela al evento en donde estaban Liniers y Rodrigo, también, después de un par de años, ese mismo Rodrigo que me hacía sentir mejor que las pastillas de Sertralina que con tanto cariño me recetaba mi psicoanalista de aquel entonces. Qué cosas, ¿no? Casi, casi como para hacer una tira no sé si cómica o tragicómica del gran Liniers.

                                                                                             Arcadio B.

October 6, 2011

New York Comic Con 2011

New York Comic Con starts next week, I had made plans to go, but financial constraints will prevent me from doing so. I could almost see myself signing issues and doing quick sketches to countless hordes of fans, while boasting about new projects and comic books yet to come. Turns out, even the best plans of men and mice often go awry. My best wishes to my fellow creators who will be attending NY Comic Con.

My inks / mi entintado

Idle hands are the devil’s playground says an old proverb, and I’ve kept myself busy drawing something that is not meant for publication, and that perhaps functions only as mere ornament in the eyes of the beholder, here you have a nearly finished inked version inspired in Durero’s etchings. And also, my second penciled page for volume 7. What say you of this?
my pencils / mis lápices

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New York Comic Con empieza la próxima semana. Tenía planes para ir a New York, pero restricciones monetarias me lo impiden. Casi podía verme firmando ejemplares y realizando bocetos rápidos para incontables hordas de fans, mientras presumía de proyectos y cómics aún por venir. Resulta que, a menudo, los mejores planes se van al tacho de basura. Mis mejores deseos para los creadores que estarán en la convención de cómics.

my name on the cover / mi nombre en la portada

Dice un viejo proverbio que las manos ociosas no conducen a nada bueno, así es que me he mantenido ocupado dibujando algo que no está destinado a ser publicado, y que tal vez sólo sea un mero adorno ante los ojos del que lo contemple, aquí va la versión entintada parcialmente, inspirada en un grabado de Durero. Y también mi segunda página a lápiz para el volumen 7 ¿Qué les parece?

October 3, 2011

Films (September) / Películas (setiembre)

I’d like to think that September’s list is all about variety. This month we have 19 films and 6 short films. So let’s start with a classic and one of my personal favorites, shot entirely in black and white, Woody Allen’s Manhattan (1979) transforms the chaotic and overpopulated city of New York into the most subjugating and beautiful urban setting, while exploring the lives of people "who are constantly creating these real, unnecessary neurotic problems for themselves - because it keeps them from dealing with more unsolvable terrifying problems".

Also from the genius mind of Woody Allen comes The Purple Rose of Cairo (1985); Cecilia, the protagonist, watches the same movie every day. For a couple of hours she feels transported into a world of glamour, of beautiful men and women, a world in which everything makes sense, a world where happy endings are possible. In an era of poverty, movies are the ideal escapism. But what happens when one of the film’s characters escapes from the screen and enters into the real world just to meet her?  

Antonia Bird’s Care (2000) is a powerful movie based on real life cases of child abuse in Ireland. Davy, a naïve teenager, lives in one of the care centers destined to underprivileged youngsters, there he is frequently raped by the headmaster and many other male members of the staff. Many years later, he has the opportunity to go to court and make sure that those responsible for his traumatic childhood get the sentence they deserve, but reliving the abuse proves to be harder than anything. 

Francis Ford Coppola’s Rumble Fish (1983), is one of his most experimental films, shot in black and white, it focuses in the lives of a group of young men, struggling with urban violence and decay. Rumble Fish has a very special energy, something that makes you stay alert from beginning to ending; curiously, the director’s filmic intuition proved to be almost prophetic as many of the actors in the film became very famous afterwards (Nicolas Cage, Mickey Rourke, Matt Dillon, Diane Lane, Laurence Fishburne, etc.).

Cinema Verite (2011) recreates the first ‘reality TV’ show in the 70s. When an upper-class and apparently ideal family decides to let the cameras record their lives 24/7, they have no idea what they’re getting into. Diane Lane creates a rich and complex character as the mother of the family, while Thomas Dekker plays the oldest son, a flamboyant gay kid full of energies and an amazing joie de vivre (coincidentally, Dekker also plays the role of a homosexual college student in Gregg Araki’s “Kaboom”). I’m a fan of Ryan Murphy and his “Running with Scissors” and “Glee”, I think his approach on gay characters is quite riveting, but I didn’t find his latest film, Eat Pray Love (2010) as inspirational as the previous ones; although it has a good casting (Javier Bardem, Julia Roberts, etc.).

Nevertheless if we’re talking about an even greater cast we should put an emphasis on Valentine’s Day (2010), that includes, among others, Julia Roberts, Kathy Bates, Bradley Cooper, Hector Elizondo, Jennifer Garner, Topher Grace, Taylor Lautner, Anne Hathaway, Ashton Kutcher; there are some good scenes, (even some funny ones, like Carter Jenkins naked sequence), but overall this is a romantic movie that makes me remember why I don’t like this genre. Although it would be easy to compare A Nightmare on Elm’s Street (2010) with the original version I’d rather concentrate on this one. I felt it was a bit disappointing, mainly because I didn’t find it scary enough, and that’s the main goal of a horror movie. The cast includes promising young actors such as Kellan Lutz, Kyle Gallner (I remember his magnificent portrayal of one my most beloved DC characters, Bart Allen AKA Impulse in “Smallville”) and Thomas Dekker, but in my opinion their lack of intensity is a result of the director’s limited skills.

The Lost Boys (1987) is such an entertaining horror comedy; parodied vampires are seen as rebellious teenagers that party all night and sleep through the day. The premise alone was encouraging, and I was glad to find out that the execution is flawless. Jason Patric is a young man tempted by beauty, in one hand and in the other by the possibility of eternal life; while his younger brother, a cheerful and kindhearted Corey Haim, intends to save him from vampirism, to do that, he looks for Corey Feldman, a clerk in a comic book shop that claims to be an expert vampire slayer. Based on a comic book property from Vertigo comes The Losers (2010), which was frankly quite a letdown. Here we see again Jason Patric, now in his forties, though; the only good scene is Chris Evans ‘striptease’ adventure in the elevator of a corporate building.


Cowboys & Aliens (2011) has so many plot holes that is almost baffling; even so, as a director Jon Favreau proves that he can do a good work with sci-fi related material. Besides Daniel Craig and Harrison Ford, Paul Dano has a very well-crafted character, albeit his screen time is limited. The Lincoln Lawyer (2011) is the typical American novel, a book written as a screenplay, which eventually gets adapted as a movie. The director, however, does a good job, and Ryan Phillippe’s devious character is splendidly portrayed.

Ricky (2009) directed by François Ozon isn’t his best work… but even at his lowest, Ozon is better than most filmmakers out there; the story of a baby that grows wings on his backs reminded me a lot of X-Men’s Angel, a mutant I’ve always been very fond of. Giuseppe Tornatore’s Baaria (2009) is a multigenerational epic that confronts us with Italian reality; Tornatore is an extraordinarily talented director, and in this ambitious project he summarizes the past of his family which, in a way, is also Italy’s recent past. I recommend it. A lot. Slutty Summer (2004) directed, written and starred by Casper Andreas is a harmless comedy about a gay man trying to find the right boyfriend; it has some funny moments, like Jeffrey Christopher Todd’s masturbation sequence.

Plein Sud (2009) directed by Sébastien Lifshitz shares elements with a road movie, but it’s also a journey of self-discovery. As a group of French teenagers go south, their relationships keep evolving. But sex isn’t the only thing they experience, there’s also love. Théo Frilet gives a solid performance as a gay teenager that falls in love with the guy driving the car, an unknown guy that may or may not be interested in him. Frilet has a very interesting career that includes many roles as a teenager in gay interest productions ("Un jour d'été", "Weekend à la campagne", "Nés en 68"). So let’s talk about the last one: Nés en 68 (2008) directed by Sébastien Lifshitz lasts almost 3 hours but captures your attention from the very beginning. It starts in Paris, in the historical May of 1968, and rebuilds the lives of a hippy couple that create a ‘community’ with a few friends in which free sex, marijuana and the disavowal of capitalism are essential; they have a son, played by Théo Frilet, who gives an astonishing performance as a strong, self-confident, happy and gorgeous gay teenager; although eventually promiscuity makes him pay the ultimate price.

Head On (1998) deals with Greek immigrants in Australia, as well as cultural differences and social conflicts. Ari is a 19 year-old boy that has to struggle to keep his conservative father satisfied, but whatever he does, he’s doomed, as the Greek have no tolerance for homosexuality. Taxi Zum Klo (1980) is a realistic and honest look on the life of a German gay teacher; the film focuses on his day-to-day life, his casual encounters with other men in bathrooms and similar places, as well as his teaching. Full frontal male nudity and non-simulated sex made of this a most controversial production in the 80s, but it also has a strangely poetic and sad premise that stays with the viewers. 

And at last, but certainly not least, we have six short films. Brotherly (2008) is a tale of two brothers, surviving in a family in which both their parents are alcoholic. The younger brother, barely 12 years old, keeps wetting the bed, and as his brother, a teenager, helps him out, they soon find that sharing the same bed is unusually comfortable. Cappuccino (2010) is such a fabulous narration, it starts with a teenager fantasizing about one of his friends while masturbating in the shower, and that’s when the mother opens the bathroom’s door. The protagonist is a skinny, fragile and tender boy that feels nervous (but at the same time excited) about the possibility of having an intimate encounter with one of the boys from his class. Also exploring homosexual intercourse we have Between the Boys (2004). 

Chicken (2001) is an Irish production about the typical roughness in male bonding but spiced up with a very present gay overtone. Eu Não Quero Voltar Sozinho (2010) is a very original take on handicapped people: Leonardo is a blind high school student that one day meets Gabriel, a polite and generous kid that helps him in any way he can. Touching each other more often than usual because of Leonardo’s blindness, the two boys soon find immersed in sexual attraction, much to the chagrin of Giovana, a girl secretly in love with one of them. This is by far one of the best Brazilian short films I’ve ever seen. Benny’s Gym (2007) is a poignant tale of abuse and marginality; Alfred is a teenager ostracized by other kids, he gets bullied all the time by Benny and his friends, until one day Benny, alone, pays him a visit. From that day on, they share many intimate moments, although Benny refuses to talk to his new friend in public. When Benny kisses Alfred after admitting he would have sex with him, problems start. In the end, Benny’s friends beat up Alfred and try to drown him in the lake. In this Norwegian short film we realize that youth problems are pretty much the same everywhere in the globe; here the script and the narrative rhythm strengthen an already enthralling story about abuse and homosexuality at an early age. 
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Quisiera pensar que lo principal en la lista de setiembre es la variedad. Este mes tenemos 19 películas y 6 cortometrajes. Empecemos con un clásico que tiene un buen lugar mi lista de favoritos: "Manhattan" (1979) de Woody Allen, filmada enteramente en blanco y negro transforma la caótica y sobrepoblada ciudad de New York en la más subyugadora y bella urbe, mientras explora las vidas de personas que están "constantemente creando estos realmente innecesarios problemas neuróticos, porque así evitan lidiar con problemas más atterorizantes, sin solución". 

También de la genial mente de Woody Allen llega "The Purple Rose of Cairo" (1985); Cecilia, la protagonista, va al cine todos los días para ver la misma película; por un par de horas se siente transportada a un mundo de glamour y gente bonita, en donde todo tiene sentido y los finales felices son posibles. En una era de pobreza, el escapismo se da con estas películas. ¿Pero qué sucede cuando uno de los personajes se sale de la pantalla y entra al mundo real sólo para conocerla? sin solución". 

"Care" (2000) de Antonia Bird, basada en la vida real, revela con crudeza el abuso infantil en Irlanda. Davy es un adolescente ingenuo que vive un hogar para niños de escasos recursos; allí, es violado frecuentemente por el director y otros hombres. Años después, tiene la oportunidad de ir a la corte y denunciar a los culpables del crimen, pero revivir su traumática infancia termina por destrozarlo. 

"Rumble Fish" (1983) de Francis Ford Coppola, es su obra más experimental, filmada en blanco y negro, se enfoca en la vida de un grupo de jóvenes en un ambiente de violencia y decadencia urbana; con una energía muy especial, Rumble Fish te mantiene alerta de principio a fin; el buen ojo del director le permitió trabajar con muchos actores que después sería bastante famsosos (Nicolas Cage, Mickey Rourke, Matt Dillon, Diane Lane, Laurence Fishburne, etc.).

"Cinema Verite" (2011) recrea el primer reality de la televisión, en los 70. Cuando una familia de clase alta, aparentemente ideal, acepta que se les grabe las 24 horas del día, no tienen idea de lo que sucederá. Diane Lane crea un rico y complejo personaje como la madre, mientras que Thomas Dekker actúa como el hijo mayor, un muchacho evidentemente homosexual lleno de energía y joie de vivre; Dekker, por cierto, también hizo de un universitario homosexual en “Kaboom” de Gregg Araki. Soy fan de Ryan Murphy y “Running with Scissors” y “Glee”, creo que su perspectiva sobre personajes gay es cautivadora, pero "Eat Pray Love" (2010) no es tan inspiradora como las anteriores; aunque tiene un buen elenco (Javier Bardem, Julia Roberts, etc.).

Sin embargo, un elenco mucho mejor sería el de "Valentine’s Day" (2010), que incluye, entre otros, a Julia Roberts, Kathy Bates, Bradley Cooper, Hector Elizondo, Jennifer Garner, Topher Grace, Taylor Lautner, Anne Hathaway, Ashton Kutcher; hay algunas buenas escenas (incluso divertidas como la secuencia de Carter Jenkins desnudo), pero se trata de una película romántica que me recuerda por qué el género me disgusta. Aunque sería fácil comparar "A Nightmare on Elm’s Street" (2010) con la versión original, basta decir que me decepcionó porque no hubo momentos que me asustaran (y esa es la meta del cine de terror). El elenco incluye a jóvenes y prometedores actores como Kellan Lutz, Kyle Gallner (recuerdo su magnífica intrepretación de uno de mis poersonajes favoritos de DC, Bart Allen AKA Impulse en "Smallville") y Thomas Dekker; si ellos no dan todo de sí es culpa de las limitadas habilidades del director.

"The Lost Boys" (1987) es una comedia de terror entretenidísima; los vampiros son parodiados como adolescentes rebeldes que se van de juerga toda la noche y duermen durante el día. La premisa es ya de por sí alentadora, y su ejecución es impecable. Jason Patric es un jovencito tentado por la belleza de una fémina, por un lado, y la posibilidad de vida inmortal, por otro lado; mientras, su hermano menor, un Corey Haim entusiasta y amigable intenta salvarlo del vampirismo, para lograrlo, busca a Corey Feldman, un dependiente de una tienda de cómics que asegura ser un cazador de vampiros. Basado en el cómic de Vertigo llega "The Losers" (2010) que fue francamente decepcionante; aquí aparece nuevamente Jason Patric, aunque ya cuarentón; la única buena escena es la del ‘striptease’ de Chris Evans en un edificio.


"Cowboys & Aliens" (2011) tiene tantos huecos argumentales que uno se queda pasmado; aún así, Jon Favreau hace un buen trabajo como director. Además de Daniel Craig y Harrison Ford, Paul Dano tiene un personaje muy logrado, lástima que tenga poco tiempo en pantalla. "The Lincoln Lawyer" (2011) es la típica novelita gringa que se escribe de frente como un guión de cine y que, eventualmente, es adaptada a la gran pantalla; no obstante, el director le saca el jugo, y el personaje de Ryan Phillippe es espléndido.

"Ricky" (2009) no es lo mejor de François Ozon... pero aún así el cineasta francés muestra con éxito la historia de un bebé al que le crecen alas en la espalda... siempre he sido fan de Angel, de los X-Men, y sin duda hay elementos en común con el mutante. "Baaria" (2009) de Giuseppe Tornatore es una saga de múltiples generaciones, el talentosísimo director sintetiza en este ambicioso proyecto la historia de Italia, que es también la historia de su familia. La recomiedno. Y mucho. "Slutty Summer" (2004) es una inofensiva comedia escrita, dirigida y protagonizada por Casper Andreas, tiene momentos chistosos, como la secuencia de masturbación de Jeffrey Christopher Todd.

"Plein Sud" (2009) de Sébastien Lifshitz tiene elementos de una 'road movie', pero es también una travesía de auto-descubrimiento. Un grupo de adolescentes franceses va rumbo al sur, y la cercanía entre ellos cambia las cosas. Pero además de sexo, también surge el amor. Théo Frilet representa muy bien a un chaval gay que se enamora de un tipo que podría o no estar interesado en él. Frilet tiene una interesante carrera que incluye muchos roles en producciones de temática gay ("Un jour d'été", "Weekend à la campagne", "Nés en 68"). Así es que hablemos de esta última: "Nés en 68" (2008) de Sébastien Lifshitz dura casi tres horas pero captura nuestra atención desde el comienzo. Empieza en París, en el histórico mayo del 68, y reconstruye las vidas de una pareja hippy que funda una 'comunidad' con amigos en donde lo esencial son el sexo, la marihuana y el rechazo al capitalismo; tiene un hijo, interpretado soberbiamente por Théo Frilet, él es un adolescente gay feliz, fuerte, atractivo y con confianza en sí mismo; aunque eventualmente la promiscuidad le pasa factura.

"Head On" (1998) trata de inmigrantes griegos en Australia, así como las diferencias culturales y los conflictos sociales. Ari tiene 19 años y no es capaz de cumplir las expectativas de su padre, un griego homofóbico. "Taxi Zum Klo" (1980) es una mirada realista y honesta sobre la vida cotidiana de un profesor alemán gay, desde sus encuentros con otros hombres en baños hasta su labor de maestro. Con desnudez masculina total y sexo no simulado, esta producción fue muy polémica en los 80, pero también tiene una premisa extrañamente poética y triste. 

Finalmente, tenemos seis cortometrajes. "Brotherly" (2008) es la historia de dos hermanos que sobreviven al alcoholismo de sus padres. Con apenas 12 años, el hermano menor se orina en la cama, y su hermano mayor, ya adolescente, lo ayuda y pronto descubren que compartir la misma cama es inusualmente cómodo. "Cappuccino" (2010) es una fabulosa narración que empieza con un adolescente fantaseando sobre un compañero de clases mientras se masturba en la ducha, justo en ese momento la madre entra al baño. El protagonista es un chico delgado, frágil y tierno que siente (y emoción) ante un posible encuentro íntimo con uno de los chicos de su salón. "Between the Boys" (2004) también aborda la cópula homosexual. 

"Chicken" (2001) es una producción irlandesa sobre la típica rudeza de la amistad entre varoens, pero condimentada con un tono gay patente. "Eu Não Quero Voltar Sozinho" (2010) nos ofrece una perspectiva muy original sobre dos tipos de minorías: Leonardo es un alumno de secundaria ciego que conoce a Gabriel, un muchacho amable y generoso que lo ayuda en lo posible. La ceguera les permite tocarse mutuamente hasta el punto en que la atracción sexual se desborda, algo que hace que Giovana, una chica enamorada de uno de ellos, se sienta humillada. De lejos es uno de los mejores cortometrajes de Brasil que he visto. "Benny’s Gym" (2007) es un significativo relato sobre el abuso y la marginalidad; Alfred es un adolescente aislado que es hostigado por Benny y otros muchachos; hasta que un día Benny se encuentra a solas con Alfred y es así como, poco a poco, empiezan a compartir confidencias íntimas. Aún así, Benny rehusa hablar con su amigo en público. Cuando Benny besa a Alfred y le sugiere que podrían tener sexo, los problemas empiezan. Al final, los amigos de Benny golpean a Alfred e intentan ahogarlo en el lago. Con este cortometraje de Noruega comprobamos que los problemas de la juventud son los mismos en todo el mundo; el guión y el ritmo narrativo refuerzan una historia de por sí atrayente sobre el abuso y la homosexualidad a temprana edad. Para ver una breve escena de Cappuccino pueden hacer click aquí: http://www.youtube.com/watch?v=0V9gGiz3OFc

September 30, 2011

Sebastian O - Grant Morrison

“Sebastian O’s name is a byword for perversity in the elite circles of London high society” (from the Chronology of Sebastian O), but how do you define perversity in Victorian Ages? After all this was a time in which most sexual practices were considered “perversities”. Victorian morality can be seen as the perfect synonym for sexual repression, and even Freud suggested that modern society’s neurosis was a consequence of these rigid and stern traditions.

Nonetheless, according to Michel Foucault, sex was exhaustively discussed and studied in the Victorian Age, sex was a force that needed to be disciplined. Sexual pathologies didn’t exist previously… it is during this era that someone describes every sexual practice and decides that some are normal and others abnormal and thus abhorrent. Unfairly accused of depravity, many people suffered because of this, including famed writer Oscar Wilde, which is the inspiration behind the fictional character of Sebastian O, a riveting metaphor of the sublimity of art.

Friedrich Nietzsche wrote once that art must lead the way to the future, it’s only fitting then that Morrison’s approach takes the figure of the ultimate artist and places it into an alternative reality that can have only the most unpredictable future. As a matter of fact, drawing from science fiction subgenres such as steam-punk, Morrison recreates England under the ruling of Queen Victoria but adds advanced steam machinery, and all the technology derived from alternative energies. As a result, although firmly established in the late 19th century, this reality has been privy to major scientific breakthroughs.

What is most fascinating about the author’s proposal is mixing a world of futuristic technology while emphasizing Victorian idiosyncrasies. As a result, we have a rather sensible boy, Sebastian O, heir to a fortune that many would kill for, but living a life of torment and disappointment. For instance, his stepfather has one goal: “eradicating the lad’s effeminate tendencies”. Exiled from home at an early age because of those very tendencies, the child will have one too many adventures, until far from England he is “tutored in the ways of the Hasheesheen, a sect of all-male ecstatic killers”.
Sebastian O getting ready for some action / Sebastian O preparándose para la acción

Once he makes his triumphant return to London, he meets a group of seemingly immoral men, such as the teenaged homosexual poet Arnold Truro, the ambitious Lord Theo Lavender, the sexually devious novelist George Harkness and the Abbe who claims to have “devotion to underprivileged young men” when in true he indulges in pederasty. Together, they are the founders of the Club de Paradis Artificiel where this “jaded group of pomandered and frock-coated dandies imagine in Her stead a world of perfect, flawless artifice”.
an innocent victim / una víctima inocente

Why is it that the conception of art is so important for this clique? Because according to Nietzsche, Apollonian art is contrary to Dionysian art. Apollo’s realm is the world of will power and representation; of individuation and therefore finitude. By becoming an elegant assassin, always concerned with his physical appearance and aesthetic pursuits, Sebastian O defines himself as an individual that has nothing in common with mundane people. Apollo’s essence is the dreaming and the primordial yearning for appearance. Sebastian O is obsessed about his stylish finery, and this urgency reveals the implacable need for maintaining an appearance, an indelible façade that upholds the protagonist’s spirit. Aesthetically speaking, beauty is but an appearance that covers the horror; in this case, Sebastian O’s morbid desires and appalling opinions are perfectly hidden under his disguise of a civilized and graceful gentleman.

Sebastian O visits an old comrade / Sebastian O visita a un viejo camarada

Let’s remember also that Apollonian art follows certain parameters: simple lines, sobriety, clear architecture; all fundamental traits of a man of distinction. These elements have also inspired an artist like Steve Yeowell to look for simplicity, cleanliness and tidiness in his pages (Steve Yeowell had worked before with the author in their seminal series on 2000AD’s Zenith, a very different story about a super-powered teenager in the “real” world). Finally, art’s goal would be to transform existence into beauty; Sebastian O, a dashing young man, takes the concept of the dandy to its logical outcome: elegance is not a virtue but a duty; to have a refined taste is not optional but mandatory.

When sodomy charges are presented against Sebastian O, he ends up in jail (not unlike Oscar Wilde) and the Club de Paradis Artificiel is swiftly disbanded. But Sebastian O hasn’t trained as a mystic assassin in vain, and after months in prison, he escapes. Now, it’s his mission to seek revenge, if only to preserve his reputation. But what dishonorable tasks have his old friends been up to? What can be more scandalous than watching the Abbe still abusing children? As Sebastian O visits his old comrades, he finds transvestite allies as well as lesbian collaborators, but will that be enough to defeat the mysterious mercenaries that are ruthlessly chasing him?

Besides all this, a former member of the Club de Paradis Artificiel has been conspiring for years, and he now possesses the power to control Queen Victoria absolutely. With the entire Royal Army and Knights of the Crown against Sebastian O, what can the gifted dandy do? Perhaps, he can break down the barriers and taboos, and liberate himself and Britain through sex, or if that fails, through manslaughter.
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"El nombre de Sebastian O es el epítome de la perversidad en los elevados círculos de la élite de Londres" (de la Cronología de Sebastian O). ¿Pero cómo se definía la perversidad en la era victoriana? Después de todo, en ese entonces, casi todas las prácticas sexuales eran "perversidades". La moralidad de la época es sinónimo de represión sexual, e incluso Freud sugirió que la neurosis de la sociedad moderna era consecuencia de estas tradiciones rígidas y conservadoras.

No obstante, de acuerdo con Michel Foucault, el sexo fue exhaustivamente estudiado en la era victoriana, el sexo debía ser disciplinado. Previamente, no existían patologías sexuales... es durante estos años que cada práctica sexual es catalogada y luego considerada normal o anormal, y por ende, aberrante. Muchos sufrieron injustamente a causa de esta catalogación, incluyendo a Óscar Wilde, la inspiración detrás de Sebastian O, un personaje que es una metáfora de la sublimidad del arte.

Friedrich Nietzsche escribió que el arte debe guiarnos hacia el futuro, así es que tiene sentido que Morrison inserte al artista definitivo en una realidad alternativa que sólo puede tener el más impredecible futuro. De hecho, aprovechando subgéneros de la ciencia ficción como el steam-punk, Morrison recrea una Inglaterra bajo el reinado de la Reina Victoria pero añade maquinaria a vapor avanzada, y toda la tecnología que deriva de ello. Como resultado, aunque firmemente establecido en las postrimerías del siglo XIX, esta realidad ya ha conocido los mayores descubrimientos científicos.

Lo más fascinante de la propuesta del autor es mezclar un mundo de tecnología futurística con la idiosincrasia victoriana. Como resultado, Sebastian O, un chico bastante sensible vive atormentado y decepcionado, pese a ser el heredero de una fortuna envidiable. Así, su padrastro tiene una sola meta "erradicar las tendencias afeminadas del mozalbete". Exiliado a temprana edad, este niño tendrá demasiadas aventuras, hasta que lejos de su patria, será "adoctrinado en los caminos del Hasheesheen, una secta enteramente masculina de asesinos del éxtasis”.

Tras su triunfal regreso a Londres, conoce a un grupo de hombres aparentemente inmorales, como el poeta adolescente y homosexual Arnold Truro, el ambicioso Lord Theo Lavender, el novelista sexualmente desviado George Harkness y el Abad que jura tener “devoción a los jovencitos de escasos recursos” cuando la verdad es que es un pederasta. Juntos son los fundadores del Club de Paradis Artificiel, donde este “hastiado grupo de consentidos y bien vestidos dandis imaginan un mundo de perfecto e impecable artificio”.

¿Por qué la concepción del arte es tan importante para ellos? Porque, de acuerdo con Nietzsche, el arte apolíneo es lo opuesto al arte dionisíaco. El reino de Apolo es un mundo de la voluntad de poder y la representación, de la individuación y por tanto de la finitud. Al convertirse en un asesino elegante, siempre preocupado por su apariencia física y sus búsquedas estéticas, Sebastian O se define a sí mismo como un individuo completamente aislado del vulgo. La esencia de Apolo es el sueño y el ansia primordial por la apariencia. Sebastian O está obsesionada por sus lujosos trajes, y esta urgencia revela la necesidad implacable de mantener una apariencia, una fachada indeleble que sostiene al espíritu del protagonista. Estéticamente hablando, la belleza no es sino la apariencia que cubre el horror; en este caso, los mórbidos deseos y las terribles opiniones de Sebastian O se ocultan perfectamente bajo su disfraz de civilizado y gallardo caballero.

Recordemos también que el arte apolíneo sigue ciertos parámetros: líneas sencillas, sobriedad, arquitectura no recargada; todos aspectos fundamentales de un hombre de distinción. Estos elementos también han inspirado a un artista como Steve Yeowell para buscar sencillez, limpieza y orden en sus páginas (Steve Yeowell había trabajado con el autor en la influyente serie de 2000AD Zenith, una historia muy distinta sobre un adolescente con súper poderes en el mundo "real"). Finalmente, la meta del arte sería transformar la existencia en belleza; Sebastian O, un atractivo joven, lleva el concepto del dandi a su desenlace lógico: la elegancia no es una virtud sino un deber; el buen gusto no es opcional sino obligatorio.

Acusado de sodomía, Sebastian O termina en la cárcel (tal como ocurrió con Oscar Wilde) y el Club de Paradis Artificiel se desbanda rápidamente. Pero Sebastian O no se ha entrenado en vano como un asesino místico, y luego de meses de prisión, escapa. Ahora la venganza es su misión, aunque sea para preservar su reputación. ¿Pero qué actos deshonrosos han estado practicando sus viejos amigos? ¿Qué puede ser más escandaloso que ver al abad todavía abusando de los niños? Cuando Sebastian O visita a sus viejos camaradas, encuentra aliados travestis y colaboradoras lesbianas, pero ¿será eso suficiente para derrotar a los misteriosos mercenarios que lo persiguen?

Además de todo esto, un antiguo miembro del Club de Paradis Artificiel ha estado conspirando por años, y ahora posee el poder para controlar absolutamente a la Reina Victoria. Con la Armada Real y los Caballeros de la Corona en su contra, ¿que podrá hacer el dotado dandi? Tal vez aniquilar las barreras y tabúes, y liberarse a sí mismo y a Inglaterra a través del sexo o, en su defecto, del homicidio en masa.

September 28, 2011

Kill Your Boyfriend - Grant Morrison

“All the books I ever read had scenes where the girl has sex for the first time and it’s a big disappointment. Why did they lie to me?”. And why would they, indeed?, perhaps because teenage sex is as much as a taboo now as it was years ago, secluded in a murky territory underage sex has become anathema; and that may explain contemporary phenomena like super-famous pro-celibacy singers “The Jonas Brothers” or the search of eternal virginity (as a substitute for everlasting youth) as it’s seen in the Twilight novels and movies.

So, what is it with youngsters and sex that we are so afraid of as a society? Adolescence is often seen as synonym to rebelliousness, and rightfully so. It’s an age in which we define ourselves and we severe the ties that had previously defined us, id est, parental figures. It’s only a natural process. In order to find out who we are, we must first step outside the shadows of our progenitors.


“Kill Your Boyfriend” doesn’t deal directly with desire, but it does deal with the symbolic order, with the world at large if you wish. Psychoanalyst Jacques Lacan described desire in early childhood as a mere reflection of the desire of the mother. Then comes the irruption of the father, or rather the name of the father (nom de pére), which releases the child from ascribing to motherly desire. This is a necessary stage, as it inserts the individual into the symbolic order, id est, into society.

During our teenage years, though, we still have one last chance, one final moment to defy the authority, to rebut the “no of the father”, the tautological negation, the rules of the world, in other words, the Law. And we do it, one way or another, we rebel against something, it doesn’t matter what, not even how we proceed, the important thing is that we do it. And because of that we relinquish our allegiance to more traditional rewards. Most grownups seem to forget what they have done in recent years, however, even if they try to forget, the memories from the past are always there, and fewer can be more intense than those that come from our teen years.
Paul masturbates all the time / Paul se masturba a cada rato

Grant Morrison knows all that, but of course, to makes us react he takes it to the extreme. This extravagant one-shot starts with a high-school girl, a regular girl who gets bored in class and lives in a typical house, with her normal middle class family. She has a boyfriend, a nerdy boy obsessed with fantasy books, with an extremely moral upbringing that allows him to stay the hell away from the possibility of having sex with his girlfriend. Freud used to say that all neurosis were produced by sexual repression. And for this nerd kid the coitus rebuff has some very surreal consequences, namely the ‘dry-spell’ when it comes to intellectually challenging moments.

The Girl is angry at the world, as all teenagers –male or female- are, but she’s also desperately suffocating in a world ruled by society’s hypocrisy and adults’ indifference . Frustrated by her boyfriend’s irrevocable chastity, she starts looking at a black-haired, tattooed, bad boy. The (bad) Boy quickly starts corrupting her in a way, but also liberating her from the restrictions of collectivity and societal pressure. He gets her drunk, he shares with her his hooliganism, his violent outbursts, his uncontrollable need for chaos, disorder and craziness. And that’s how they soon reach a conclusion… no wonder this comic book is titled the way it is. 

When the Girl and the Boy visit the nerdy, soon-to-be ex-boyfriend, more than one reveal occurs. The nerdy boyfriend had lied to the Girl, telling her that he couldn’t see her because he had to study so much, when in reality, he’s merely masturbating while watching a porn movie. As he hears the door bell ringing, he gets up infuriated, zips up his pants and confronts the Girl, angrily accusing her of being an idiot… which is delightfully ironic if we remember one of Lacan’s most criticized phrases: ‘masturbation is the joy of the idiot’. Now, this phrase has been interpreted ad infinitum, but in this case, it clearly qualifies the nerdy boyfriend as the one and only idiot in the scene… and for that he pays the ultimate price.
The journey begins / comienza el viaje

Now the Girl and the Boy are free to do as they wish, and while hitchhiking they run into a motley crew of artist wannabes; a group of individuals that refuse to turn into adults. Part of adulthood perhaps would consist in inserting ourselves more deeply into the symbolic order, ruling out disconformity, idealism or irrational dreams. This, of course, contravenes the definition of the artist, as elucidated in the era of Romanticism; to be an artist would mean, according to 18th century ideals, to refrain from fully entering into the engrains of society, to look for more, always, to experiment, to remember that not all has already been said.

Of course, we’re no longer in the 18th century, and contemporary art as it begun with Marcel Duchamp’s ready-mades requires a different understanding of what can be constituted as art. These guys talk all the time about the actions they must take, about the supreme importance of being ‘art terrorists’, which is a very postmodern view on how art can be understood in today’s world. It’s surrounded by this juvenile crowd that the Girl and the Boy give into an even wilder experimentation phase, widening not only their intellectual horizons but also engaging in ‘forbidden’ acts. Lacan always labeled homosexuality as the ‘interdict’ in his sexuation graphics. But because it’s so forbidden and so rejected, vilified and repudiated, it becomes an insatiable libidinal target. That’s why the Boy allows himself to be penetrated by one of the male members of the group. The Girl, simultaneously, continues to dress up as transvestite, thus breaking social rules and again summoning the ‘forbidden’.    

Morrison commented that the Boy is of a Dionysian nature, but here the untamed fierceness of the original Greek ceremonies is balanced by a fantastic sense of humor that owes much to the plays of British homosexual dramaturge Joe Orton. When Nietzsche talked about Dionysus and Apollo he talked about an essential difference. Apollo is part of the dreaming, while Dionysius cannot be separated from drunkenness. So in my opinion it’s only fitting to analyze first this Dionysian character and then move on to a man of more Apollonian nature (Sebastian O) in my next post. For more information about Morrison’s insights on his own work (as well as Philip Bond and D'Israeli's magnificent work), you can read this interview:http://www.newsarama.com/comics/110806-Kill-Boyfriend-Morrison.html

The trip, of course, goes on, until the couple faces a deathly situation. Should the Girl and the Boy choose to actually commit an act of ‘art terrorism’ one of them could very well die. What is it going to be, then? To yield before the moral imperatives of the world or to keep on fighting, together, as lovers out of an epic tragedy? And what could be worse than death? Morrison comes up with an answer, perhaps, the most horrifying ending is to get old, get married, and frown upon these disturbing memories ten years later, while a son or a daughter keeps gawking at us with inquisitive eyes.
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"Todos los libros que leí tenían escenas en donde la chica tiene sexo por primera vez y es una gran decepción. ¿Por qué me mintieron?". Tal vez mentirían porque el sexo adolescente sigue siendo un tabú, recluido en territorios oscuros, el sexo en los menores de edad se ha convertido en un anatema; y ello quizá explique fenómenos contemporáneos como los Jonas Brothers, cantantes súper famosos que abogan por el celibato o la búsqueda de la eterna virginidad (como substituto de la juventud imperecedera) tal como se ve en las novelas y películas de Twilight.
First sexual experience / primera experiencia sexual

Así que, ¿qué es lo que sucede con los jóvenes y el sexo que tanto espanta a la sociedad? La adolescencia a menudo es vista como un sinónimo de rebeldía. Es una edad en la que nos definimos a nosotros mismos y cercenamos los lazos que previamente nos habían formado, es decir, las figuras paternas. Para descubrir quiénes somos, primero debemos alejarnos del abrigo de la sombra de nuestros progenitores.

“Kill Your Boyfriend” no explora directamente el deseo, pero sí el orden simbólico, el mundo en el que vivimos. Para Jacques Lacan el deseo en la primera infancia es un reflejo del deseo de la madre. Luego llega el padre, o más bien, el nombre del padre (nom de pére), que impide que el niño se adscriba al deseo materno. Esta es una fase necesaria, ya que inserta al individuo en el orden simbólico, es decir, en la sociedad.


Aunque en la adolescencia todavía tenemos una última oportunidad para desafiar la autoridad, para invalidar el "no del padre", la negación tautológica, las reglas del mundo, en otras palabras, la Ley. Y de un modo u otro nos rebelamos contra algo, no importa qué. Y renunciamos a nuestras alianzas con recompensas tradicionales. Muchas personas parecen olvidar sus años adultos, sin embargo, las memorias de juventud permanecen intensas.

Grant Morrison sabe que para hacernos reaccionar debe llevarnos al extremo. Este extravagante número especial empieza con una chica de secundaria, una chica común y corriente que se aburre en clases y vive en una casa típica, con una familia normal de clase media. Su enamorado, un muchacho nerd obsesionado por los libros de fantasía, es incapaz de aprobar moralmente la intimidad sexual. Freud solía decir que todas las neurosis eran producidas por la represión sexual. Y en este muchacho nerd el rechazo al coito tiene consecuencias surrealistas, que parecen "secarle" el cerebro (como le pasaba al Quijote, aunque por otros motivos).

La Chica está furiosa con el mundo, como todos los adolescentes -varones o mujeres- pero ella también se está sofocando en un mundo gobernado por la hipocresía de la sociedad y la indiferencia de los adultos. Frustrada por la irrevocable castidad de su enamorado, ella empieza a mirar a un chico 'malo', de melena negra y con tatuajes. El Chico (malo) empieza rápidamente a corromperla, pero también a liberarla de las restricciones de la colectividad y la presión social. Él la emborracha, y comparte con ella su vandalismo y sus estallidos de violencia, su incontrolable necesidad de caos, desorden y locura. Y pronto llegan a una conclusión... que nos remite al título de la obra.

Cuando la Chica y el Chico visitan al nerd, que pronto será el ex, hay una revelación. El enamorado nerd le había mentido a la Chica, diciéndole que no podía verla porque tenía que estudiar mucho, cuando en realidad, se está masturbando mientras ve una película porno. Cuando el timbre suena, él se levanta furioso y confronta a la Chica, acusándola de ser una idiota... algo deliciosamente irónico si recordamos que una de las frases más criticadas de Lacan era "la masturbación es el goce del idiota". Ahora esta frase se ha interpretado de muchas maneras, pero en este caso, claramente califica al enamorado nerd como el único idiota de la escena... y por ello recibe el castigo definitivo.
Anal sex / sexo anal

Ahora la Chica y el Chico pueden hacer lo que les da la gana, y en la carretera se encuentran con un grupo de sujetos que rehúyen de la adultez y pretenden ser 'artistas'. Parte de la adultez quizá consista en insertarse aún más profundamente en el orden simbólico, descartando el inconformismo, el idealismo o los sueños irracionales. Esto, por supuesto, se contradice con la definición del artista de la era del romanticismo; ser artista en el siglo XVIII significaría darle la espalda a los engranajes de la sociedad, buscar constantemente, experimentar, recordar que no todo ha sido dicho.

Por supuesto, ya no estamos en el siglo XVIII, y el arte contemporáneo tal como empezó con los 'ready-made' de Marcel Duchamp requiere de una nueva comprensión sobre lo que se constituye como arte. Estos nuevos personajes dicen ser 'terroristas del arte', y hablan todo el tiempo sobre las acciones que realizarán. Rodeados por esta compañía juvenil, el Chico y la Chica pasan por una etapa de experimentación en la que ensanchan sus horizontes intelectuales y practican actos 'prohibidos'. En su gráfico de sexuación, Lacan ubicaba a la homosexualidad en el espacio del 'interdicto'. Pero lo prohibido, lo rechazado, lo repudiado pronto es libidinizado. Es por ello que el Chico acepta ser penetrado por uno de los integrantes masculinos del grupo. La Chica, simultáneamente, continúa vistiéndose como un travesti, rompiendo las normas y, una vez más, invocando lo prohibido.

Morrison comentaba que el Chico era de una naturaleza Dionisíaca, pero aquí la indomable ferocidad de las ceremonias griegas originales encuentra el balance gracias al sentido del humor del dramaturgo británico homosexual Joe Orton, escritor que sirve de inspiración al autor. Cuando Nietzsche hablaba de Dionisos y Apolo, hablaba de una diferencia esencial. En mi opinión, es importante analizar primero lo dionisíaco antes de pasar a lo apolíneo, personificado en Sebastian O, obra de la que hablaré próximamente. Si quieren pueden leer una entrevista al propio Morrison (en la que comenta el magnífico trabajo de Philip Bond y D'Israeli) aquí:http://www.newsarama.com/comics/110806-Kill-Boyfriend-Morrison.html

El viaje, desde luego, continúa, hasta que la pareja se enfrenta a una situación mortal. Si acaso la Chica y el Chico optasen por cometer un acto de 'terrorismo del arte', uno de ellos moriría. ¿Qué sucederá? ¿Cederán ante el imperativo moral del mundo o seguirán luchando, juntos, como los amantes de una tragedia épica? ¿Y qué podría ser peor que la muerte? Morrison ofrece una posible respuesta: que uno de ellos termine casándose y diez años después, frente a la mirada inquisitiva del hijo o hija, recuerden estos eventos con desdén.