September 2011 was DC’s month. For the first time in six years Marvel lost against the relaunch of their competitors, both in market share and dollar share. Even so I’m still on the fence about this whole thing. Last time DC did something similar was half a decade ago, with Infinite Crisis. One of the few things that I liked about Infinite Crisis is that Arion was on George Perez’s cover for the second issue (although, of course, he’s nowhere to be found in the inner pages). He was also on the first cover of the original Crisis (back in the 80’s), and there was even some focus on him in the first issues. I guess I always felt some incomprehensible connection with the character… Arion wasn’t really the Lord of Atlantis in his series, but he was something of a sorcerer supreme in Atlantis. I have always been a huge fan of that short lived series, so much that in every comic book message board I visit that’s the nickname I choose: Arion. Take away Phil Jimenez’s gorgeous art and there is really nothing that interests me about IC.
I’m going to try to keep my IC complaints as short as I possibly can. And that means no extensive paragraphs, just simple facts. So, beware. First of all, I really liked Crisis on Infinite Earths (COIE), I think it was a great way to renovate the DC Universe. And it was a much needed renovation. I don’t think that DC, even as a Time Warner subsidiary, could have subsisted with the kind of books and stories that were common before COIE. To me that 12 issues series was the beginning of new and exciting times for the super-hero genre; COIE allowed for wonderful revamps such as Byrne’s Man of Steel. It was a great moment. Twenty years later came IC, the goal was sort of shake everything up and impress long-time fans. Editors required a way to mess around with the DCU as effortlessly and easily as possible. But just because you can do something, it doesn’t mean you have to. Was it really necessary to have yet another Crisis? I started reading comics because of Byrne’s Superman, and with the years everything he did in the title has been retconned, dismissed and / or forgotten.
Everything now could easily be felt as gratuitous in the literary application of the word. IC was, after all, really gratuitous. And only a few years later we have DC’s New 52. I really hope DC's fresh start will capture the attention of new readers, because with an ever decreasing fanbase, comic books sales are not what they used to be. Anyway, I decided to give the first issue of Action Comics a try. Because I am (and always will be) a Grant Morrison fan. I should be getting it within a week or so. Let’s see what I make of it.
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Y por esas extrañas coincidencias, el día de ayer todos los limeños estaban atentos al partido de fútbol de Perú. O casi todos, porque lo cierto es que tanto la Galería Enlace como Bruno Gallery estaban llenas de amantes del arte que, al menos durante esa noche, descartaron el deporte estrella de este país en aras de un par de muestras de gran interés.
Así, la Galería Enlace presentó una muy acertada selección de cuadros del uruguayo Ignacio Iturria, en compañía de las llamativas esculturas de Antonio Pareja. En Bruno Gallery se presentaban “Marea negra, tiempo de cambio” de Eduardo Cochachín (cuadros más que interesantes), y “Paisajes y vistas” de Giancarlo León Waller (escenarios frondosos que nos remiten a las regiones selváticas de nuestro país). En Bruno Gallery me quedé conversando con Roberto Cores y algunos otros conocidos.
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También hablé con Eduardo Deza, y le hice preguntas que en realidad debían ir dirigidas a Giancarlo León Waller, como los dos han expuesto en la Galería Shock, por un momento, no sé cómo, o quizá a causa de las copas de vino tinto que había empezado a tomar en Enlace, y que continuaba tomando ya en Bruno Gallery, terminé confundiéndome de interlocutor. Algo que ya me había pasado antes cuando Eduardo expuso en el Centro Cultural Ccori Wasi junto con Iván Fernández Dávila, y yo, culpemos aquí también a las copas, confundí el cuadro de Iván con el de Eduardo. Moraleja: piénsenlo dos veces antes de hablar sobre arte, sobre todo cuando hay alcohol de por medio.
A continuación van un par de fotos que resumen todas las muestras del tercer trimestre del 2011. Las de julio ya han sido comentadas pertinentemente, pero en agosto no hablé de ninguna. Lucía de la Puente presentó “Variables Canadienses” de Billy Hare, uno de los más importantes y reconocidos fotógrafos del Perú, que desde hace unos años ha innovado en el medio con sus famosas ‘series continuas’; en la misma galería, Nicolás Lamas presentó “Desencuadre y superficie” un trabajo planeado al milímetro que nos sorprende por su inventiva. También en Barranco, la Galería Cecilia González presentó la sugestiva muestra “Psique” de Mariu Palacios. Sala 58 presentó “Children” de Paolo Vigo, con un trabajo realmente refinado que demanda un gran esfuerzo de parte del artista. Mi amiga Paola Tejada me presentó a Paolo, y él me explicó un poco el proceso detrás de sus trabajos.
En setiembre, Lucía de la Puente presentó “Obras recientes” de Liliana Porter y “Quipu cúmulo: nueva vexilogía” Pablo Vargas Lugo, propuestas ingeniosas y no exentas de un cierto hálito de rebeldía artística. Amita Bhatt presentó su primera muestra en Perú, en el Museo Pedro de Osma, “Una colisión fantástica en tres mundos”, obras sobre tela de textura casi corrugada en gran formato que resuelven las inquietudes de la artista quien, por cierto, cita el libro “How to read Lacan” de Slavoj Žižek, un verdadero deleite para los intelectuales de alto vuelo. “Neblina” de José Ignacio Iturburu es la primera muestra de Sala 58 que se aleja del dibujo y la ilustración, el artista ya me había sorprendido gratamente hace algunos meses en “La pintura: el diálogo y la guerra sobre el lienzo”. La muestra Anamnesis de Carlo Vitalino me llamó mucho la atención, en especial el homenaje a clásicos del cine de terror como los muertos vivientes (uno de mis subgéneros predilectos).
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Finalmente, la retrospectiva de Fernando de Szyszlo en el Museo de Arte de Lima (Mali) ha sido extraordinaria. Dos salas del Mali resumen décadas enteras de la trayectoria del artista peruano de mayor renombre. Al margen de si uno es o no fan de Szyszlo, solamente ver su proceso y evolución a lo largo de los años es una maravilla. Hay algunos cuadros realmente geniales, y su obra se entiende mejor en conjunto, viendo todo lo que hubo antes y todo lo que hay ahora.