Family is your biographic core, the one shelter that you can always go to, no matter what. Stan Lee knew that when he created the Fantastic Four, half a century ago; and so does Grant Morrison. For the Scottish writer, four is the perfect number when dealing with Marvel Comics’ first superhero team; published from October 2001 to January 2002, Fantastic Four 1234 is a 4-issue miniseries that focuses on each member of the renowned quartet.
The first two chapters are deeply insightful and poignant, without fights against supervillains or cosmic threats. What we have is a family dealing with the normal tedious and the weariness of routine. As usual, Reed Richards, AKA Mr. Fantastic, has isolated himself in his lab. And at the same time Ben Grimm, AKA The Thing, is going through one of his frequent crisis. Ever since he lost his humanity to become a rocky monster, things have not been easy for him. He has great power but he has lost the normal, human satisfactions that we all enjoy on a daily basis.
Reed Richards |
The Thing & Doctor Doom |
Susan Storm, AKA the Invisible Woman, is being neglected by her husband; and she does not take kindly to the fact that, when she needs him the most, his husband is hiding behind his scientific endeavors. Angry at him, and even angrier at herself, she pays a visit to Alicia Masters (Ben’s love interest). Morrison reminds us why such a friendship makes perfect sense: in the eyes of a blind woman, Sue Storm can finally be herself; in fact, it doesn’t matter if she becomes invisible, because somehow Alicia can sense everything Sue is experiencing.
In a fascinating sequence, artist Jae Lee magnificently illustrates the improvised dinner that reunites these two lonely women. Ever the voice of consciousness, Alicia reminds Sue that even if Reed isn’t the most romantic gentleman, he loves her: “He’s not a scientist. He’s an artist, and he puts all the things he can’t say into the things he makes”. All of Reed’s creations and scientific discoveries are his only way to express his love for his wife.
Morrison’s brilliant line can be applied to any family. You don’t need to be a grumpy genius to stop talking with the people that are closest to you. In fact, I would dare say that living under the same roof for so many years irrevocably erodes normal conversation. Language becomes useless, and communication between members of the same family eventually becomes more effective with gestures or actions instead of words. Because at the end of the day, a family is not about formal discourse, but rather the daily interaction and the unpredictability of human emotion. However, even if Susan is Reed’s inspiration, she doesn’t know it. Sue can’t decode the messages he’s been sending her. And Reed’s absence takes a toll on her.
Alicia Master & Invisible Woman |
The British author also plays, quite smartly, with some of the basic flaws of these heroes. In the same way that Ben is always at odds with himself, wishing he could be a normal human being but at the same time clinging to his superhuman side; Sue Storm has also a very personal conflict: she’s constantly fantasizing about a different life, one filled with passion, at the hands of Namor, the prince of Atlantis. Indeed, the love triangle between Reed, Sue and Namor began a long time ago, when Stan Lee was still scripting the book.
Morrison also explains the Human Torch’s greatest frustration: his inability to connect, his failure in establishing enduring relationships. Introduced as a hot-headed teenager back in the day, Johnny Storm is now a young man desperate to find some sort of intimacy, and finding out that no matter how hard he tries, he comes up empty-handed. Although most writers decide to characterize Johnny as the irresponsible, fun-loving, ultimate ladies’ man, Morrison shows us a darker angle. Trying to literally buy a girl’s love, Johnny suddenly gives up. Solitude, after all, can be a heavy burden.
Fantastic Four 1234 is not only an amazing psychological exploration of Ben, Sue, Johnny and Reed, but it’s also a true love letter to the mythic run of Lee and Kirby. Everything that is important about the Fantastic Four can somehow be found in these pages; we even get to see the Mole Man (the first villain the team fought against, in the historical Fantastic Four # 1, in 1961). And faithful to the narrative structure of yesteryear, Morrison finally lets the battle begin in chapters 3 and 4. Although Doctor Doom has been using his time machine to destroy the Fantastic Four, Reed Richards has also been using his intellect to counterattack; and in the end Mr. Fantastic outsmarts Doom.
In addition to Morrison’s impressive script, the artistic team of Jae Lee (penciler and inker) and José Villarrubia (colorist) left me in awe. Jae Lee’s pages are absolutely beautiful and Villarrubia’s colors set the mood of this dark and introspective tale. With his striking lines and his innovative designs, Lee proves how much he has evolved artistically since the 90s. Thanks to the nature of this limited series, Lee and Villarrubia were able to break free from the usual constraints of a superhero title. In many ways, Fantastic Four 1234 is the Marvel equivalent of Morrison’s deluxe graphic novel “Kid Eternity”. Although, sadly, this was Morrison’s only incursion in the Fantastic Four universe.
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Sue Storm & Namor |
La dinámica familiar es difícil de entender, y quizás aún más difícil de definir. Tus familiares pueden volverte loco, hacerte reír o llorar, o ambas cosas a la vez; pero al final, siempre estarán allí. Eso es lo importante, y eso a su vez es lo que explica la popularidad de un título como los “Fantastic Four”, la primera familia superheroica de Marvel.
La familia es tu núcleo biográfico, el refugio al que siempre puedes acudir. Stan Lee lo sabía cuando creó a los Cuatro Fantásticos, hace medio siglo; y Grant Morrison también lo sabe. Para el escritor escocés, cuatro es el número perfecto cuando se trata del primer equipo de superhéroes de Marvel Comics; publicado entre octubre de 2001 y enero de 2002, “Fantastic Four 1234” es una miniserie de 4 números que se enfoca en cada uno de los miembros de este reconocido cuarteto.
Los dos primeros capítulos son profundamente introspectivos y conmovedores, sin peleas contra supervillanos o amenazas cósmicas. Lo que tenemos aquí es una familia que debe lidiar con el tedio y el desgaste de la rutina. Como de costumbre, Reed Richards, conocido como el Sr. Fantástico, se ha aislado en su laboratorio. Y al mismo tiempo, Ben Grimm, alias la Cosa, está pasando por una de sus crisis habituales. Desde que perdió su humanidad para convertirse en un monstruo rocoso, las cosas no han sido fáciles para él; tiene un gran poder pero ha perdido las satisfacciones normales, humanas, que todos disfrutamos a diario.
La Cosa no sólo es la fuerza de los Cuatro Fantásticos, sino también su cimiento simbólico. Si él se quiebra, entonces todo el edificio colapsa. Doctor Doom se da cuenta de ello y le hace a Ben una oferta que no podrá rehusar: viajar en el tiempo para recuperar no sólo su juventud sino su propio cuerpo, en breve, ser nuevamente un hombre.
The fall of the Human Torch / la caída de la Antorcha Humana |
Susan Storm, más conocida como la Mujer Invisible, se siente rechazada por su marido; y cuando ella más lo necesita, su esposo se esconde detrás de sus tareas científicas. Enojado con él, e incluso más enojada consigo misma, visita a Alicia Masters (el interés amoroso de Ben). Morrison nos recuerda por qué esa amistad tiene tanto sentido: ante los ojos de una mujer ciega, Sue Storm, finalmente, puede ser ella misma; de hecho, no importa si ella se vuelve invisible, porque de alguna manera Alicia puede sentir todo lo Sue está experimentando.
En una secuencia fascinante, el artista Jae Lee ilustra magníficamente la cena improvisada que reúne a estas dos mujeres solas. Siempre la voz de la conciencia, Alicia le recuerda a Sue que aunque Reed no es el caballero más romántico, igual la ama: “Él no es un científico. Es un artista, y coloca todas las cosas que no puede decir en las cosas que inventa”. Todas las creaciones de Reed y sus descubrimientos científicos son su única manera de expresar su amor por su esposa.
Esta brillante frase de Morrison puede aplicarse a cualquier familia. No necesitas ser un genio gruñón para dejar de hablar con las personas más cercanas a ti. De hecho, me atrevería a decir que vivir bajo el mismo techo durante tantos años erosiona irrevocablemente el diálogo normal. El lenguaje se vuelve inútil, y la comunicación entre los miembros de una misma familia con el tiempo se hace más eficaz con gestos o acciones en lugar de palabras. Porque al final del día, una familia no se circunscribe a un discurso formal, sino más bien a la interacción cotidiana y a la imprevisibilidad de las emociones humanas. Sin embargo, incluso si Susan es la inspiración de Reed, ella no lo sabe. Sue no puede decodificar los mensajes que él le ha estado enviando. Y esa sensación de ausencia tiene consecuencias.
Intellectual adversaries / adversarios intelectuales |
Sue is still attracted to Namor / Sue aún se se siente atraída por Namor |
Morrison también explica la mayor frustración de la Antorcha Humana: su incapacidad para conectar, su fracaso al establecer relaciones duraderas. Inicialmente presentado como un adolescente impetuoso, Johnny Storm es ahora un joven desesperado por encontrar algún tipo de intimidad, y descubre que no importa lo mucho que lo intente, siempre sale con las manos vacías. Aunque la mayoría de los escritores deciden caracterizar a Johnny como un amante de la diversión, un irresponsable y un gran mujeriego, Morrison nos muestra un ángulo más oscuro. Al tratar de comprar, literalmente, el amor de una chica, Johnny de pronto se da por vencido. La soledad, después de todo, puede ser una carga pesada.
“Fantastic Four 1234” no es sólo una asombrosa exploración psicológica de Ben, Sue, Johnny y Reed, sino también una verdadera carta de amor a la mítica etapa de Lee y Kirby. Todo lo que es importante acerca de los Cuatro Fantásticos se encuentra en estas páginas; incluso aparece el Hombre Topo (el primer villano que se enfrentó al equipo, en el histórico Fantastic Four # 1, de 1961). Y fiel a la estructura narrativa de antaño, Morrison finalmente permite que la batalla comience en los capítulos 3 y 4. Aunque el Doctor Doom ha estado utilizando su máquina del tiempo para destruir a los Cuatro Fantásticos, Reed Richards también ha estado utilizando su intelecto para contraatacar; y al final el Sr. Fantástico es capaz de superar a Doom.
Reed and Sue, reunited at last / Reed y Sue, reunidos por fin |